🌼Capítulo 1
Habían malos alfas en todas partes del mundo, pero Tzuyu gustaba de destacar que las alfas mujeres eran más prudentes y responsables a la hora de hacer un lazo.
¿Y porqué estaba tan segura de ello?
Porque era una alfa, y ella estaba muy segura de que jamás abandonaría a su omega.
Jamás.
—Muy bien, hemos terminado por hoy. —Anunció la profesora —Les deseo unas lindas y felices vacaciones. —Deseó la amable omega a los cachorros eufóricos por dejar la clase —¿Choi Tzuyu? Me gustaría hablar contigo antes de que te marches.
Por el tono de su voz, Tzuyu pudo adivinar que la profesora no estaba contenta.
El resto de los alumnos de octavo grado desfilaron hacia la puerta del salón de clases no sin antes lanzarle rápidas miradas burlonas a la pequeña alfa.
A menudo algunos estudiantes, más bien un pequeño grupo de tres estudiantes, trataban a Tzuyu con una mezcla burlesca de suspicacia por ser hija de una omega soltera.
Después de amontonar sus libros sobre su pupitre, Tzuyu se aproximó a la señorita Oh con obediencia.
—¿Algún problema, señorita Oh? —Preguntó la pequeña, apresurada por responder al llamado de la mayor.
La profesora revolvió algunos papeles. «Está nerviosa, no es mal indicio», pensó Tzuyu.
La profesora se ajustó las gafas sobre la nariz y le dirigió una mirada fría y directa a la niña. Esa forma de mirar a menudo molestaba a la gente y tras observarla fugazmente, ella apartó la vista.
—Tzuyu, se trata de tu proyecto para el trabajo experimental de ciencias. —Comunicó la omega viéndola sobre sus gafas.
—¿Sí? —Dudó Tzuyu, al hablar.
—Tendrás que admitir que tu proyecto es... poco ortodoxo.
No había nada de malo en ello. Tzuyu esperó, haciendo pesar su silencio.
—Mhm.
—Me gustaría que eligieras otro tema —Habló al fin la profesora Oh, penosamente.
—No. —Respondió la pequeña alfa, decidida.
—Comprendo por qué quieres trabajar en ese tema. Pero no es aceptable. ¿Es que no lo ves? —Le preguntó ahora, con un tono suave y maternal.
Tzuyu adelantó la barbilla con gesto decidido. Ya tenía una madre que, por lo demás, nunca se dirigía a ella en ese tono de fingida amabilidad.
—Es una manera lógica de resolver un problema que nadie más ha sido capaz de solucionar.
—Pero Tzuyu, se trata de tu madre.
—Ella no es lógica. No percibe el problema, por lo tanto es improbable que intente solucionarlo. Estoy segura de que este experimento será la solución. —Habló una determinada cachorra.
—Lo siento, Tzuyu, pero no puedo autorizarlo. Al menos, no sin el consentimiento de tu madre.
—No —Lloriqueó, apretando los puños —Si ella lo sabe, se verán alterados los resultados.
La profesora suspiró.
—Lamento decirte que es mi última decisión. Sin el permiso de tu madre por escrito, tendrás que elegir otro proyecto. Incluso con su permiso, no estoy muy segura de poder aprobarlo, cariño. Es demasiado... demasiado... —se encogió de hombros, desolada —Tzuyu eres un niña muy inteligente. Y tu intención es noble. ¿Pero, no te das cuenta de que no es apropiado?
Otra vez utilizaba ese tono. Tzuyu apretó los labios y volvió a mirarla, airada.
—Entonces... ¿Es su última palabra? —Consultó la pequeña alfa, viéndola de refilón.
—Me temo que sí. Tienes dos semanas de vacaciones para pensar en un nuevo proyecto.
—¿Y si me opongo? —Insistió Tzuyu, con los labios apretados en una dura línea en desapruebo.
—Entonces tendré que hablar con tu madre. —La sostuvo la mirada cuando la jovencita gruñó, con desánimo.
—Usted se da cuenta de que no me deja ninguna opción, ¿verdad? —Se quejó la pequeña, aunque manteniendo su educación mediante.
—Lo siento, cariño. Pero espero un proyecto más adecuado para la clase, ¿está bien? —Advirtió la omega, intentando ser firme en su decisión.
—Yo también lo espero. —Murmuró Tzuyu, repleta de desolación —Ha sido un placer trabajar con usted, señorita Oh —Habló la niña, finalmente.
—Para mí también, Tzuyu.
Tzuyu volvió a su pupitre con la carpeta que le había entregado la profesora. Se quedó mirando la pila de libros, mientras su cerebro funcionaba con airada prisa. La señorita Oh no cambiaría de opinión y no podía arriesgarse a que su madre se enterara del experimento.
Dadas esas dos premisas, se puso a buscar una solución más favorable y tan solo le bastaron unos cuantos segundos para escoger una de las opciones más intrigantes. Una leve sonrisa jugueteó en sus labios rosados. Era una opción muy delicada, pero los posibles resultados bien valían el riesgo.
—Gracias, señorita Oh. Ya encontraré una solución —Habló la jovencita, al tiempo que se ponía la mochila en los hombros.
—Me alegro, cariño. —Respondió la profesora con una gran sonrisa de alivio —¿No te llevas tus libros?
—Oh no, no me hacen falta.
La omega no pudo evitar reírse ante la seguridad de su tono. El ingenio de la niña inquietaba a la mayoría de la gente, aunque esta nunca había comprendido la razón exactamente.
—Me imagino que no. Probablemente ya lo tienes todo memorizado ¿Verdad? —Se animó a comentar la profesora.
—La mayoría de las cosas. —Expresó Tzuyu, mientras se dirigía a la puerta, añadiendo —Adiós, señorita Oh.
Salió la pequeña alfa del aula con la mente muy ocupada en planificar lo que haría en los próximos dieciséis días para lograr lo que se había propuesto.
A ella le gustaban los buenos desafíos, y sin lugar a dudas, encontrarle una buena alfa a su mamá omega sería el desafío más grande de todos.
Experimento "Una Alfa para Mamá"
Lista de Asuntos a Realizar:
Objetivo Principal: Encontrar a la alfa perfecta.
Tareas a realizar para lograr el objetivo principal:
1. Ver anuncios.
2. Revisar los horarios de mamá.
3. Conseguir contrato o acuerdo para prestación de servicios.
4. Preparar una lista de experimentos "amorosos".
Tzuyu se detuvo frente a un edificio no muy alto, pero que se veía bastante elegante con un gran letrero que decía "Yellow flowers, Marriage Agency"
La niña pensó al ver el letrero «Flores amarillas, ¡Qué cursi! Pero a mamá le encantaría eso».
Al contemplar la valla de tablas de colores blanco y amarillo con un buzón muy femenino, cubierto de rosas pintadas, Tzuyu sintió que detestaba aquel lugar. Con un hondo respiro abrió la puerta de entrada del edificio e ingresó en él con toda la seguridad que podía fingir en sus cortos trece años de edad y pronto el dulce aroma de rosas amarillas la inundaron. Eran rosas frescas como las que su mamá hacía que florezcan milagrosamente con un talento que ella desconocía y que parecía ser magia. Arrugó la nariz, inevitablemente.
El aspecto del empapelado en el interior del edifico la hacía sentirse aún más desplazada que cuando entró por primera vez en la clase de octavo grado y todos la miraron como si fuera un bicho raro. Cruzó la recepción y empujó la puerta principal de la oficina que ocupaba la agencia matrimonial. Para su sorpresa, aquello no parecía una oficina sino un verdadero hogar. En medio del vestíbulo de la oficina había una mesa con un inmenso arreglo floral de rosas color amarillas cuyo intenso perfume le hizo arrugar la nariz, porque sabía que había una omega cerca, una que apestaba a esas flores en específico.
Después de mirar a su alrededor en búsqueda de la dueña de tal aroma, descubrió una habitación en la que había un escritorio con una placa donde se leía "Recepcionista".
Una omega mayor, muy mayor, se encontraba detrás de la mesa, ocupada con la impresora. Cerca de ella, cuchicheaban un alfa con una cámara fotográfica y una beta con un cuaderno de notas en la mano.
Tzuyu apretó la mandíbula. Acto seguido sacó del bolsillo un puñado de billetes y monedas que puso con gesto decidido sobre el cristal que cubría el escritorio. Eran todos los wones que se había esforzado en ahorrar en sus cortos trece años, los ahorros de toda su vida.
—Quiero comprar todas las citas posibles con este dinero —Anunció la niña, en voz alta.
El alfa y la beta dejaron de cuchichear y observaron a Tzuyu con súbito interés.
La recepcionista se apartó del ordenador y se acercó a la joven alfa.
—¿No serás muy joven para estas cosas, cielo? —Le preguntó la señora con una ceja arqueada y sus rasgados ojos oscuros clavados en los de la jovencita.
Tzuyu se metió la mano al bolsillo y sacó un anuncio cuidadosamente doblado.
—Es para mi mamá omega. Ella necesita una pareja y yo quiero lo mejor que tengan, específicamente que sea una mujer alfa —Informó, aún con las mejillas rojizas —Y me gustaría esta oferta especial "Fiesta de Fin de Año" —Agregó Tzuyu al tiempo que le enseñaba el anuncio.
—¿Sabe tu madre que estás aquí? —Habló la omega mayor, con una evidente sonrisa divertida.
—Hum, no. E-es un regalo de-e cumpleaños. Y quiero darle u-una sorpresa —Explicó con el ceño fruncido, por haberse permitido tartamudear.
—No dudo que será una sorpresa —Replicó la omega, examinándola con toda atención.
Tzuyu le sostuvo la mirada y entonces descubrió que estaba en lo cierto cuando pensó que aquel delicioso aroma a rosas amarillas tenía una dueña, era esa mujer mayor. Tras una larga pausa, por fin la expresión de la omega se relajó en una amplia sonrisa de satisfacción que la calmó.
—¿Y bien? —Preguntó una Tzuyu impasible, al tiempo que un flash le iluminaba la cara.
La omega mayor caminó por el pasillo que conducía al interior de la agencia matrimonial.
—¿Nayeonnie? Ven aquí, necesito que me ayudes.
Un minuto más tarde, una hermosa alfa de cabello castaño, largas piernas en jeans pegados y una clara blusa sencilla, hacía su deslumbrante entrada desde el pasillo que daba en dirección al interior de una de las oficinas junto a la recepción y Tzuyu analizó a la recién llegada.
—Acabo de llegar y ya me estás pidiendo favores ¿Huh? —Preguntó Nayeon con una voz fina, pero que a la vez retumbaba como tormenta lejana.
—Ella es mi nieta —Explicó la señora en voz baja hacia la jovencita —Y se encargará de ti y de tu mamá.
—De acuerdo. —Aceptó Tzuyu y tuvo que hacer un enorme esfuerzo para evitar salir huyendo de la agencia y de aquella alfa que ya reconocía como una actriz que participaba en la publicidad de la agencia.
Aunque en realidad Tzuyu solo esperaba que Nayeon no se burlara de ella.
—Hija, te agradecería que te encargaras de prepararle a esta jovencita la oferta especial de Fin de año. Jihyo y Sana fueron a comer y yo estoy ocupada con unas cuentas. Por favor, ayúdala a completar el formulario de personalidad para su madre.
—Pero Abuela... —Protestó la alfa castaña, al tiempo que sus ojos de un profundo café oscuro se desviaban desde su abuela para clavarse en los de la pequeña alfa. El fuerte cafe y bourbon se hicieron presentes en el ambiente de inmediato.
Tzuyu intentó, pero no pudo evitar sentirse intimidada por su impresionante aroma.
Y es que este no se comparaba para nada con su impregnante aroma a pan dulce. Según su madre, ella era un "pancito dulce" y por eso tenía ese ridículo aroma. Lo que esperaba Tzuyu es que, al menos con la madurez, su aroma se vuelva a pan quemado, con tal de poder verse y sentirse tan intimidante como debía de sentirse esa alfa con el propio.
—No será difícil cariño, dijiste que me ayudarías hoy que estas aquí de visita... —Habló la omega, al tiempo que le entregaba un voluminoso formulario —Utiliza mi oficina. Que la niña conteste las preguntas lo mejor que pueda, por favor y cuando hayas terminado pondremos la información ofrecida de su madre en la base de datos para ver con quién es compatible. Así podremos emparejarla. —Explicó en dirección a Tzuyu, quien agradeció el detalle con un asentimiento.
—Necesito una buena candidata —Dijo la pequeña, con decisión —La mejor que tengan. —Agregó al tiempo que observaba a Nayeon de arriba abajo, asombrada por su imponente presencia.
Nayeon abrió la marcha por el pasillo hacia la oficina de su abuela, mientras Tzuyu caminaba detrás de ella. Por fin llegaron al despacho señalado.
—Toma asiento —Ordenó la alfa, mientras se acomodaba en un asiento junto al ordenador que ocupaba el escritorio.
—¿Por qué no quiere ayudarme?—Preguntó Tzuyu, al notar la hostilidad de la alfa al teclear.
—Yo no trabajo aquí. —Explicó la mayor, sin detenerse a mirar a la pequeña.
—¿Por qué entonces la señora...?
—Se llama Im Hyobum y es la dueña de la agencia. Yo soy su nieta y solo me encargo de la publicidad de su negocio. Más bien soy la imagen, hoy solo estoy de visita. —Explicó Nayeon, intentando acompañarse con una sonrisa más cálida al percibir la intranquilidad de la menor.
—¿Para qué me sacó una foto ese alfa?
—Son unos periodistas que han venido para hacer un reportaje sobre la agencia. Y al parecer encontraron que tu historia es muy interesante.
—«Lo que me faltaba» —Pensó Tzuyu, al ver a la mayor con evidente preocupación —Espero no aparecer en los periódicos o en alguna revistas amarillista. Se supone que esto es una sorpresa para mi mamá.
—Yo me encargaré de que no suceda.
Hubo algo sólido y formal en la palabra de Nayeon pues, súbitamente, Tzuyu sintió que era una persona digna de confianza.
—Bueno, ahora vamos a completar la información requerida de este formulario. Aunque me temo que la mayoría, o más bien, todas las preguntas son bastantes personales. —Ironizó la alfa, pues conocía muy bien aquellas preguntas y lo ridículas que podían llegar a ser.
—No hay problema. Conozco muy bien a mi mamá y sé lo que quiere.
Los expresivos ojos color café de Nayeon se posaron en Tzuyu cortantes y directos como un rayo láser. La niña de inmediato sospechó que ella no era una alfa fácil de engañar, así que tendría que actuar correctamente.
—Además seré demasiado directa y concisa en mis contestaciones, si eso es lo que le preocupa —Agregó, al notar que la oscura mirada no se apartaba de sus ojos.
Para su alivio, los ojos de Nayeon se tornaron más suaves.
—¿Cómo te llamas, niña?
—Choi Tzuyu, pero llamame Tzuyu por favor. Y antes de que se moleste en preguntarlo, tengo trece años —Respondió bastante más aliviada.
—Es un buen nombre... —Intentó, pero la joven niña la miró sin ni una gota de humor, se la veía demasiado seria para ser solo una cachorra —Mi nombre es Im Nayeon y tengo treinta y dos años —Habló la alfa, al tiempo que tomaba un bolígrafo —Nada mas por corresponder a tu muestra de confianza. Y ahora a trabajar.
Tzuyu asintió amablemente a la respuesta de la mayor y, aunque deseó sonreír, se detuvo de inmediato, pero no olvidaría facilmente lo confiable que había sido esa alfa desde el primer instante.
Hola soy Jazu, ¿Me exrañabas mucho, verdad? Pon Ü si sí:
Aquí te traigo un primer capítulo que estoy segura te sorprendió ¿No que sí? Me encantará saber que es lo que piensas y esperas al respecto de esta nueva historia.
Quiero destacar que toda esta increíble adaptación irá dedicada a mi queridísimo jyc8kies, quien siempre me anima y me acompaña en el proceso de todas mis historias, la verdad es que a veces sin Daven no habría desarrollo ni idea alguna. Gracias por ser uno de mis mejores amigos, te amito mucho♡ Si no leen "Strawberry Cake" aún, corran a hacerlo, es una preciosa historia y sé que lo harían muy feliz.
Espero que te guste muchísimo su desarrollo Tu, está siendo monumentalmente difícil adaptarla, así que espero que la disfrutes mucho conmigo♡
Nos vemos pronto, extrañame de mientras ^*^
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