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Los eventos del Festival de Primavera habían estado transcurriendo según lo planeado por los gobernantes de cada reino.

Cada lugar se destacó por sus costumbres en sus correspondientes fechas. Solo que en medio de todos esos festejos, habían cuatro personas que en definitiva no estaban de ánimos para asistir a fiestas y a eventos, aunque lamentablemente era su obligación.

Por un lado, Ben y Mal se mostraban totalmente decaídos en todos los eventos. En ocasiones les tocó acercarse a convivir, cosa que fue realmente dolorosa para ambos.

Mientras que Audrey y Harry no se veían desde que la princesa de Auroria había recibido la noticia. La castaña no sabía que hacer. Ya estaba lo suficientemente dolida como para tener fuerzas y hacerle frente a su amado.

Aurora fue la que le contó lo que estaba pasando. La rubia no tenía idea de los planes de su esposo y su madre. Está de más decir que se sentía decepcionada de ambos. Y Audrey, no podía creer de lo que eran capaces esos dos solo por su sed de poder y venganza.

Sabía que tarde o temprano debía decírselo a Harry. Si es que su prima o su amigo no lo habían hecho ya.

Audrey suspiró y se apartó de la ventana. Sus damas, Jane y Lonnie estaban junto a ella arreglándose para la última noche del festival.

-¿Aún no se lo has dicho? - le preguntó la ojiazul, arreglando con delicadeza un moño en su cabeza.

-No.

-Tendrás que hacerlo hoy, Aud. No sabemos que pueda suceder después - aconsejó Lonnie.

El problema es que ella ya sospechaba que pasaría, y no estaba preparada para eso.

(...)

Mal estaba con los ánimos por el piso. Tanto Evie como Uma, Celia y Dizzy trataban de animarla, pero no lograban mucho.

-M, ¿estás segura de querer ir? - le preguntó Evie, abrazándola por los hombros.

-Sí, sabes que podemos inventar cualquier excusa explicando porqué no fuiste - la siguió Uma.

Mal negó con la cabeza.

-Debo hacerlo, será aún peor sino me presento. Y... - suspiró-, le prometí a Ben y a Audrey que iría.

-¿Cómo puedes aceptarlo? Son el amor de tu vida y tu prima- soltó Celia.

Las otras tres la fulminaron con los ojos. Eso no ayudaba en nada.

-Lo acepto porque tanto él como yo tomamos la decisión por el bien de nuestros pueblos. Además, sé que Audrey no tiene la culpa de nada.

Sus amigas se miraron. Tardarían meses en sacarla de ese dolor.

(...)

Ben estaba en la entrada de su castillo junto a Jay, Carlos, Chad, Doug, Gil y Harry. Todos esperaban a sus amigas.

-Miren, ya están llegando- dijo el pecoso con emoción.

Los chicos se acercaron lentamente a los dos carruajes. Los caballos pararon su andar, deteniendo al vehículo.

Cada uno fue tomando la mano de sus respectivas acompañantes para ayudarlas a bajar y a ingresar al castillo. Las últimas en bajar fueron Audrey y Mal. Al cruzar las miradas con Harry y Ben respectivamente, tuvieron que reunir todas sus fuerzas para no llorar.

La pelimorada caminó hacia Harry, y la castaña a Ben. Al ojiazul le extrañó eso. De todos modos entrelazó su brazo con el de Mal y siguieron a los otros dos.

-¿No se suponía que vendrías con él y yo con tu prima? - le susurró a ella.

Mal bajó la mirada.

-Pasaron muchas cosas, Harry. Y si Audrey no te lo ha dicho, es mejor que se lo preguntes tú mismo.

-Pero...

La ojiverde lo calló con una seña.

-Por favor no lo hagas más difícil para mí, Hook. Ella te lo dirá.

Eso solo confundió más al chico, pero decidió hacerle caso. Ingresaron al gran salón poco después, siendo anunciados por los guardias y reuniéndose con los demás.

Hubieron muchos murmullos por parte del resto de los invitados al ver que las parejas iban invertidas. Desde sus primeros bailes Mal iba con Ben y Audrey con Harry.

Leah le dio una mirada a su nieta y a Ben. Eso solo los hizo encogerse más en sus lugares.

Cuando ya la fiesta había avanzado y las personas tenían tragos y bailes encima, Harry aprovechó la oportunidad para acercarse a su amada.

Al Audrey ver que se acercaba hacia ella, le hizo señas para que hablaran en un lugar apartado.

-¿Qué te ha estado pasando en los últimos días, pequeña? Me has estado evitando, y de repente Mal es mi acompañante y no tú.

La princesa lo miró con los ojos apunto de desbordar lágrimas. Eso bastó para que Harry entendiera todo.

-No...-murmuró él, dolido.

-No tuvimos elección, amor. Mi abuela y mi papá amenazaron a sus familias con provocar una guerra. Casi hacen que dos hombres inocentes mueran para demostrar de lo que son capaces.

-¿Y qué pasará con nosotros? ¿Qué pasará con ellos? - le preguntó, con los ojos cristalizados.

-Ellos se separaron. Y nosotros tendremos que hacer lo mismo- respondió, con las lágrimas comenzando a caer.

-¿No hay manera de solucionar esto?

-Por el momento no.

Harry tomó sus manos.

-¿Serás feliz con él?

-Jamás sería tan feliz como lo he sido contigo. Pero prometo que haré lo posible por encontrar una solución.

Harry asintió. Sabía que lamentablemente ya era una decisión tomada, y debía respetar lo que sus dos amigos y su amada habían decidido. Muchas vidas dependían de ellos, y debían hacer lo mejor para sus pueblos aunque eso les costara su felicidad.

Al estar detrás de un pilar, aprovechó la oportunidad de besarla. Ella correspondió, sintiendo como las lágrimas de ambos se mezclaban con el beso.

Cuando se separaron, secaron sus lágrimas y cada uno tomó una dirección distinta.

Mal tenía una copa en la mano, tratando de calmar sus nervios con el alcohol. Y no era la única, porque Ben hacia exactamente lo mismo a pocos metros de ella.

Jay le apartó la copa de la mano.

-Hey-le reclamó.

-Sé que esto te duele, Mal. Pero ponerte ebria solo empeorará todo.

Ella trató de volver a agarrar la copa, pero Carlos e Evie la detuvieron.

-Tiene razón, M. El alcohol solo te hará sentir más dolor- le dijo la peliazul.

-Ustedes no lo entienden, lo necesito para lo que va a pasar.

Sus mejores amigos la miraron.

-¿A qué te refieres?

No hubo tiempo de que Mal reaccionara. Ya que Félipe acababa de hacer golpear una cuchara con su copa, llamando la atención de todos.

-Mierda, dame eso ya- le rogó a su amigo, sus ojos estaban rojos del esfuerzo que hacía para no llorar.

Algo en su tono les hizo entender que pasaría después. Tanto Carlos como Evie tomaron sus manos, tratando de tranquilizarla.

Ben y Audrey, quienes estaban cerca del centro de la pista, entendieron que esa era su señal. Algo que habían estado evitando toda la noche. Nadie lograba oír lo que Ben le decía a Audrey, pero fue evidente cuando lo vieron incarse sobre su rodilla en el suelo.

Inconscientemente los ojos del castaño buscaron a Mal. Quien comenzaba a llorar sin darse cuenta.

Se logró soltar del agarre de sus amigos y comenzó a correr, sin importarle que ahora las miradas también estaban sobre ella. No podía resistir ver como el hombre al que amaba le proponía matrimonio a otra mujer.

Ya no podría besarlo decirle que lo amaba. Porque ahora él estaría con alguien más.

Todo lo que siempre habían soñado ya no sucedería.

Sería un sueño salvaje y descabellado más.

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Último capítulo 😭

Es difícil escibrir cosas tan tristes de ellos, porque siempre he tratado de que de lo malo salgan cosas buenas.

Queda el Epílogo, el cual subiré entre hoy y mañana.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 23/08/2021.