
-𝟎𝟎𝟕: 𝓞𝓾𝓻 𝓥𝓮𝓻𝔂 𝓛𝓪𝓼𝓽 𝓚𝓲𝓼𝓼
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Mal corría por los pasillos del castillo, pero no como lo hacía cuando era una niña, riéndose y escondiéndose por haber hecho alguna travesura o simplemente por molestar a sus padres o amigos. Huía de que la vieran débil. Se había prometido que siempre sería fuerte en lo que involucrara a su reino, solo que esto era algo que la superaba.
Apenas lograba divisar bien su alrededor por causa de las lágrimas que brotaban de sus ojos. Su respiración cada vez se hacía más pesada y sentía que en cualquier momento colapsaría.
Se metió en uno de los pasadizos cuando oyó pasos cerca. Siguió corriendo por estos hasta que al fin llegó al que comunicaba con su habitación. Presionó un ladrillo de piedra y la pared se movió hacia un costado, dejándola entrar. Dejó el librero en la pared como estaba, deslizándose por ella hasta caer al suelo.
Se llevó las rodillas al pecho, escondiendo su rostro sobre ellas y abrazándose a sí misma. Su corazón pendía de un hilo, y sentía como poco a poco se iba quebrando más.
Jamás pensó que experimentaría un corazón roto. Ben siempre la había amado, cuidado y respetado como si su vida dependiera de ello. Y ahora... Probablemente no volvería a verlo junto a ella casi todas las mañanas. No pasarían las noches juntos, amándose y siendo felices.
Le dolía todo. El pecho, la cabeza, hasta el cuerpo.
Mientras tanto, Ben recorría el castillo con desesperación. No quería dejarla sola, no ahora que tal vez era su última oportunidad de estar juntos.
Aunque para algunos sonara ridículo o trillado, él siempre soñó con encontrar el amor verdadero. Alguien que lo amara incondicionalmente sin importar quien era. Y sin saberlo hasta años después, Mal siempre fue esa persona.
No había un día en el que no soñara con ella, en un futuro juntos. Quería pasar el resto de sus días con la ojiverde. Quería casarse con ella y formar una familia, aún si eso hubiera significado dejar sus vidas y todo lo que conocían atrás.
Solo que sabía que ahora sus reinos estaban en peligro por culpa de ellos. Ninguno deseaba que personas murieran o salieran heridas.
Llegó a la habitación de Mal, abriendo la puerta con cuidado. Al buscarla con la mirada, la encontró sentada en el piso. Sintió sus ojos cristalizarse al oír sus sollozos y ver como su cuerpo se agitaba y temblaba por causo de ellos.
Caminó hacia la pelimorada, sentándose junto a ella. La rodeó con sus brazos, comenzando a llorar cuando se lanzó a él, refugiándose en su pecho. Pasaron muchos minutos así, en los que solo se oía el llanto de ambos.
Ben besó su coronilla y secó sus lágrimas. La tomó con cuidado del mentón para que lo mirara. Ambos tenían los ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
-Mal, ¿por qué aceptaste? - preguntó él.
Ella cerró los ojos.
-No puedo soportar que mi pueblo y el tuyo sufran por nuestras causa. No quiero guerras, ni mucho menos muertes. Y hoy estuvieron a punto de asesinar a hombres inocentes como primera amenaza. ¿Qué harán si seguimos dándole vueltas al asunto? - hipó entre frases.
-¿Qué pasa con nuestros planes de huir? Prometimos que si las cosas se ponían difíciles, nos iríamos y construiríamos una nueva vida, juntos.
Mal abrió los ojos, tratando de ser fuerte por ambos. Solo que sabía que volvería a derrumbarse en cualquier segundo.
-Mantuvimos falsas esperanzas, Ben. ¿Te imaginas que harían si huimos luego de habernos amenezado? Asesinarán a gente inocente, y ni tú ni yo podremos vivir con la carga de las muertes de esas personas. Incluso podrían herir a nuestros padres.
-¿Y qué pasa con nosotros? ¿Qué pasa con nuestro amor? - le preguntó él entre sollozos.
El simple hecho de verlo así de destrozado logró volver a vulnerabilizarla.
-No podremos estar juntos. Tú tendrás que casarte con Audrey y yo... Yo tendré que vivir con eso.
Las lágrimas corrían libremente por las mejillas de los dos.
-No puedo permitir que ambos renunciemos a nuestra felicidad por la ambición de poder de Leah y Félipe- le dijo, tomando su mano.
-¿Qué otra opción tenemos? - preguntó Mal, apretando el agarre en sus manos- Si no queremos perjudicar a nuestros pueblos, a nuestros amigos y a nuestras familias debemos hacer esto, por más que ambos odiemos la idea.
Por más que le doliera, Ben sabía que ella tenía razón. Juntó su frente con la de ella.
-Prométeme que nunca olvidarás todo lo que hemos vivido. Que nunca olvidarás cuanto te amo- le suplicó.
-¿Cómo olvidaría todo lo que he pasado con el amor de mi vida? - cuestionó ella entre sollozos.
Volvieron a fundirse en un abrazo, acariciando los brazos del otro. Al alzar las miradas, se besaron con intensidad. Ben la alzó en sus brazos, haciendo que ella rodeara su cintura com sus piernas. Caminó hacia la cama, ninguno tenía intenciones de soltarse.
Esa era su última oportunidad de amarse. De demostrarse al otro cuanto se amaban, y que ni siquiera las circunstancias cambiarían eso.
El sol comenzaba a ponerse cuando ambos se levantaron de la cama. Ben sabía que sus padres debían estar preocupados por él, y lamentablemente mientras que más tiempo pasarán juntos más les costaría separarse.
Estaban a pocos pasos de la puerta, con los brazos de él rodeando su cintura y las manos de ella apoyadas en su pecho. Sus frentes estaban unidas.
-Te amaré toda mi vida, Ben.
-Al igual que yo a ti, Mal- apoyó sus manos en su espalda baja- Te prometo que haré todo lo posible por encontrar una solución. ¿Sí?
Ella asintió, sonriendo entre las lágrimas.
Volvieron a besarse, deseando que el momento nunca terminara. Rozaron sus narices y se miraron por largos minutos.
Ben besó su frente y la soltó con delicadeza. Dedicándole una última sonrisa antes de salir de la habitación.
Ese había sido nada más y nada menos que su Último beso.
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La chillada interna que tuve escribiendo esto.
No todas las historias de amor terminan como uno espera.
Pero, aún quedan el próximo capítulo y el Epílogo. Así que todo puede pasar.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 23/08/2021.
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