-𝟎𝟎𝟔: 𝓝𝓸𝓽𝓱𝓲𝓷𝓰 𝓛𝓪𝓼𝓽 𝓕𝓸𝓻𝓮𝓿𝓮𝓻
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El amanecer había llegado. Los jóvenes futuros monarcas aún se encontraban dormidos entre los brazos del otro. Sus caballos estaban a pocas metros de ellos, recostados sobre el pasto y pegados al otro. Al igual que sus dueños, tenían una gran conexión.
Los insectos y aves comenzaban a despertarse, dándole un toque de paz y romanticismo al lugar. El agua caía desde la cascada que estaba a lo lejos, haciendo que fluyera a través del lago a un costado de ellos. El sol se reflejaba en los cristales y rocas en el fondo del lago.
Ben comenzó a despertarse. Se desperesó con tranquilidad y abrió los ojos, sonriendo al ver que Mal estaba pegada a su pecho sin intenciones de soltarlo. Apoyó su mentón en la coronilla de ella y acarició su espalda desnuda.
Amaba las mañanas en las que él despertaba primero, porque podía admirar la belleza de su amada. Los labios de ella estaban curvados en una sonrisa entreabierta y soltaba leves ronquidos.
Mal despertó un rato después, sintiéndose cómoda al notar que Ben la abrazaba. Se llevó una mano a la boca al bostezar y sonrió cuando notó que los ojos verdes-castaños de él se dirigían a ella.
-Buenos días, mi vida- le dijo el chico.
La pelimorada se alzó un poco para besar sus labios y dejó su mano en su nuca al apartarse.
-¿Dormiste bien?- preguntó ella.
El hijo de Bella y Bestia asintió.
-Como un bebé- contestó, haciendo que ella riera.
Se miraron por un rato a los ojos, notando como el sol les daba un brillo diferente y único.
Una hora más tarde se encontraban sentados con una manta cubriendo a cada uno. Mal se había levantado a buscar la comida que había guardado en la cesta de su corsel y se dispusieron a desayunar. Eran fresas, manzanas y moras acompañadas por pan fresco.
Entraron al lago tiempo después, nadando y refrescándose. Los dos reían a carcajadas, salpicándose agua.
Se sentían tan libres al no estar dentro de las paredes de sus castillos. No había una corte ni guardias diciéndoles que hacer u observándolos, solo ellos dos amándose y divirtiéndose como niños.
Al salir del lago se secaron y vistieron, ya iba siendo hora de regresar. Ambos se colocaron sus largas chaquetas sobre su traje y su vestido. La pelimorada trenzó su cabello ligeramente húmedo para crear ondas al soltarlo.
Cuando subieron a sus caballos se tomaron el viaje de regreso con calma, hasta que a Mal se le ocurrió una idea.
-Amor- lo llamó, Ben volteó a mirarla- ¿Qué te parece una carrera desde aquí hasta Auradon?
El chico lo pensó.
-Está bien, pero no creas que te dejaré ganar, princesa.
-Cuento con ello.
Apenas pronunció esas tres palabras, haló la correa de su caballo y comenzó a andar rápidamente. Ben se rió e imitó sus acciones. En el camino solo se oían las risas de ambos acompañados por el ruido que los cascos en las patas de sus corseles hacían al chocar contra el suelo.
Al llegar al castillo, los dos no paraban de reírse.
-Te vencí limpiamente, Bennyboo - se burló ella.
-Claro que no, atravesaste ramas en el camino con tu magia en dos ocasiones. Eres una tramposa.
-No lo soy.
Ben iba a reclamarle, pero en vez de eso, la tomó en sus brazos y la subió a su hombro. Ella le daba golpes suaves en la espalda, riendo mientras que trataba de soltarse.
El castaño se detuvo al encontrarse con sus progenitores y los de Mal en la sala del trono. Bajó a la chica de su hombro y dejaron de reírse. Ambos se preocuparon al ver las expresiones de los cuatro adultos.
-Papá, mamá, ¿qué sucede? ¿Por qué están así? - preguntó Mal, acercándose a sus padres.
Hades tomó las manos de su hija y suspiró. No era nada fácil lo que tenía que decirle. Sabía que probablemente estaba apunto de romperle el corazón.
-Mi niña, ¿podemos hablarlo los tres en privado? - le pidió, rifiriéndose a ellos dos y a su esposa.
Mal negó rotundamente con la cabeza.
-Estoy segura de que esto también involucra a Ben, así que lo que nos quieran decir los cuatro, lo harán aquí mismo.
Ben tomó su mano en señal de apoyo, fuera lo que fuera no la dejaría sola.
Los adultos se miraron, no sabiendo por donde empezar. Maléfica decidió ser la primera en hablar.
-Esto ha estado pasando desde hace un par de semanas solo, que manteníamos la esperanza de encontrar una solución antes de que fuera tarde.
-¿Tarde para qué? - preguntó el castaño.
Su madre suspiró.
-Ben, cariño... Tendrás que casarte con Audrey- respondió Bella.
Toda la felicidad que los dos habían estado sintiendo las últimas horas se quedó ahí.
-Pero, ¿por qué? Se suponía que se lo propondría a Mal en menos de cuatro días.
Ambos sentían como sus corazones se iban debilitando lentamente.
-La ex-reina Leah y el rey Félipe están dispuestos a declararnos la guerra sino aceptamos pronto. Y no solo a nosotros, sino también al Páramo - explicó Adam.
-¿No hay algún modo de evitarlo? - preguntó Mal con la voz entrecortada.
-Podríamos ir contra la corriente y comprometerlos de todos modos. El problema es que los ignoramos, y ya hubieron consecuencias - comentó Adam- Esta mañana encontraron una cabaña de la guardia real quemada. Por suerte nadie salió herido ya que era su hora de ronda.
Eso solo empeoró todo, porque lo que Ben y Mal habían estado evitando desde un principio era darle problemas a sus reinos.
-Sabemos que los dos se aman, que habían esperado muchos años para esto a pesar de que no era la situación con la que ustedes querían formar un matrimonio; pero lamentablemente es nuestra única opción si queremos evitar que nuestros pueblos se hundan- se lamentó Hades.
Las miradas tanto de él como de Maléfica, Adam y Bella estaban sobre sus hijos. Los dos contenían las lágrimas. Sin saberlo, sus padres les acababan de dar la responsabilidad de tomar la primera gran decisión como futuros gobernantes.
-Entonces haremos lo mejor para nuestros pueblos- declaró Mal, derrotada.
Ben la miró, al borde del llanto.
-No.
-Lo siento mucho, Ben - se disculpó, no aguantando más las ganas de llorar.
Hizo una reverencia y tomó la parte baja de su vestido para comenzar a correr. Sus sollozos se oían con cada paso que daba.
-¡Mal! - la llamó él entre lágrimas.
Corrió detrás de ella.
Los cuatro adultos se miraron, sintiéndose terribles porque sabían que sus hijos estaban a punto de sacrificar su felicidad por el bienestar de sus pueblos.
Nada dura para siempre...
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Y recuerden, siempre esperen lo inesperado.
Quería hacer una historia diferente a mis otros Fanfics. Tanto por la época en la que está ambientada como por la trama.
Pero tranquilos, aún quedan dos capítulos y el Epílogo para descubrir el desenlace.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 21/08/2021.
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