-𝟎𝟎𝟎: 𝓟𝓻𝓸𝓵𝓸𝓰𝓾𝓮
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Erase una vez una nación llamada los Estados Unidos de Auradon. Un país dividido en diferentes reinos, pero con una paz bastante habitual entre cada uno de ellos.
Cada familia real fue creciendo conforme pasaban las décadas. Algunos son duques, otros marqueses, también reyes, dioses o príncipes y princesas. Más esta historia se centra específicamente en dos de esos descendientes reales.
Mal, hija de la Reina Maléfica del Páramo y Hades, el Dios del Inframundo. Y Ben, heredero del Reino de Auradon, hijo de la Reina Bella y el Rey Adam.
Pero para entender su historia de amor hay que volver al pasado, desde el comienzo de lo que provocó todo lo que sucedió después.
Era una tradición en el reino presentar a su descendencia desde bebés, para crear amistades que harían alianzas, - y tal vez- hasta futuros matrimonios.
Y justamente, estos dos amantes se conocieron de ese modo. Presentados desde mucho antes de saber hablar y caminar. Creciendo el uno junto al otro con el resto de sus amigos. Solo que su relación siempre fue más que una amistad.
En esa ocasion, todos los niños tenían una edad de entre cinco a seis años. Disfrutando de su vida antes de convertirse en caballeros, damas, reyes o reinas.
Los adultos estaban a un lado viendo a sus hijos jugar. Disfrutando de un inmenso banquete que los integrantes de las cocinas de sus castillos había preparado. Un árbol gigante les permitía estar a la sombra mientras que los niños corrían y se divertían.
Las pequeñas Audrey, Jane y Evie jugaban con sus muñecas de porcelana. Lonnie y Uma practicaban su puntería con arcos y flechas hechos a la medida para su estatura. Jay, Gil, Harry y Chad luchaban con espadas. Y Carlos simplemente dormía junto a las más pequeñas de todos, Celia y Dizzy.
Una niña de cabellos morados corría entre los árboles, disfrutando del sol en su piel. Su mejor amigo jugaba con ella a las escondidas, solo que tenía tanto rato en su escondite que la pequeña ya no estaba muy segura de donde se encontraba.
No le importaba ensuciar su vestido, después de todo su madre y su padre no le darían mucha importancia. En cambio, su "tía" Leah no estaría muy contenta, pero no le importaba. Ella no era como su prima Audrey, delicada y refinada. A Mal le encantaba ensuciarse y correr, llenarse los dedos de pintura y divertirse al máximo. Aunque eso nunca evitó que las dos niñas tuvieran buena relación.
Siguió corriendo hasta llegar junto a un riachuelo. Con su vista de hada logró divisar como unas ramas se movían entre unos arbustos. Caminó despacio hasta un lugar donde él no la vería.
-Parece que ganaste, Ben- exclamó, usando un tono fingido de resignación.
Escuchó unas risitas y eso le confirmó donde estaba. Caminó de puntillas, llenando sus botas marrones de barro, proveniente de la mezcla del agua del río y la tierra. Destapó un montón de ramas, encontrando el escondite donde estaba el castaño.
El príncipe pegó un grito, cayendo hacia un lado por el susto y llenando su traje de tierra y lodo.
-No- se quejó el niño, alargando la última letra.
Mal se reía a carcajadas.
-Te gané otra vez, Bennyboo. Vamos doce a cuatro. ¿Ya te rindes? - le preguntó cruzada de brazos, pero con una sonrisa maliciosa.
El ojiverde lo pensó unos segundos.
-Tengo una mejor idea- dijo, tomando su mano y jalándola.
La pelimorada no tuvo tiempo de pensar nada cuando ya se encontraba en el suelo junto a él, cubierta de lodo.
Al principio estaba molesta, y él asustado de como reaccionaría ella, hasta que al verse a los ojos comenzaron a reírse fuertemente.
-Sabes que odio cuando Audrey me dice Bennyboo.
Mal lo salpicó con el lodo debajo de ella.
-Pero no te quejas cuando yo lo hago, y casi siempre me dejas ganar- replicó.
En las mejillas del pequeño príncipe se notó un leve sonrojo.
-Eres mejor que yo en este juego. Además, casi nunca me das oportunidad de vencerte - susurró- ¿Quieres leer conmigo mientras que nos secamos este desastre?
La pelimorada sonrió cuando notó que trataba de cambiar de tema torpemente. Para ser tener su edad era muy inteligente y astuta, y sus padres solían decírselo cada vez que provocaba algún desastre en el castillo.
-Claro, pero antes...
Empezó a dar manotazos sobre le charco, llenándose a sí misma y al niño de más lodo y tierra. Él soltó una carcajada y le siguió la corriente, provocando más desastres.
Los adultos los miraban desde la distancia, riéndose por las locuras que hacían ambos niños.
-Será una gran reina- aseguró Bella.
-Y no solo en el Páramo - agregó Hades.
Tantos ellos dos como Adam y Maléfica se miraron. Acababan de sellar una alianza y un compromiso tan solo unos minutos antes. Algo que no fue muy bien visto por dos integrantes de la mesa.
Ben y Mal corrían entre sus amigos, tratando de llenarlos de suciedad. Evie y Audrey gritaron, mientras que los demás le daban menos importancia. El bosque se llenó de risas y gritos de los más pequeños.
Ese día apenas comenzaba de verdad su historia.
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Estoy muy emocionada por este pequeño proyecto en el que he estado trabajando el último mes.
Esta es una mini historia, pero tranquilos, porque todavía tienen varios capítulos para descubrir todos los detalles.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 13/08/2021.
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