—Señor Kim, sus padres llamaron, le solicitan que acuda hoy a su hogar, con el motivo de una cena —su secretaria dijo—. Exigen su presencia en la cena de hoy, no puede faltar —agregó, recordando todo lo que los señores Kim le dejaron como recado para su hijo.

Namjoon apartó su vista del contrato que se encontraba leyendo, para soltar un suspiro y pensar en una respuesta.

No pasaron más de dos minutos cuando habló.

—Dile a todos que aplazaremos la reunión de esta noche y compra el ramo de flores más bonito, es para mamá. No recibas más llamadas, me voy temprano.

—Lo tengo. Con permiso, señor Kim.

La mujer terminó de escribir en su tableta y se marchó.

Namjoon volvió a suspirar, dejándose caer en su silla. Llevó sus manos a su cien para sobar.

Realmente se había estado sintiendo mal, era algo extraño, él mismo se sentía raro y no lo entendía. Se cumplían tres meses desde la última vez que había visto a Seokjin y el sentimiento de soledad, tristeza y necesidad de volver a verlo, no se iban.

Suponía que Seokjin estaba bien, no habían noticias de él, ni buenas, ni malas, así que podía estar un poco tranquilo, pero entre todo eso, sentía una tristeza diferente en su ser, como si no fuera suya, como si hubiera perdido algo y sí, lo asociaba a que ya no estaba junto a su bonito mayor, lo había perdido y no sabía cuando lo volvería a recuperar.

Algunas horas pasaron antes de que se levantara de su silla, tomara su saco y sus pertenencias para salir de su oficina.

—Señor Kim, dejé las flores que pidió en recepción, son hermosas —sonrió.

—Gracias. Me voy ahora, si ya no tienes nada por hacer, puedes retirarte, no volveré hoy.

—Muchas gracias, señor Kim.

La mujer hizo varias reverencias. Namjoon solo asintió y camino hasta el elevador.

Tiempo después ya se encontraba fuera de casa de sus padres, con un precioso ramo de flores para su madre.

Llamó a la puerta, una de las chicas de limpieza lo recibió, dejándolo pasar con una sonrisa.

—¡Hijo! —la mujer fue la primera en recibirlo, acudiendo a su encuentro.

—Kim, hijo, es bueno tenerte aquí nuevamente, ¿Hace cuanto no vienes a visitar a tus padres? —el hombre bromeó, caminando hasta este para darle un abrazo de saludo.

—No vengo aquí desde hace... No lo recuerdo —bromeó también.

—Vengan, vamos a cenar, nuestros invitados nos esperan —mamá Kim dijo, tomando el brazo de su hijo y la mano de su esposo.

—¿Invitados? ¿Mi hermana está aquí? —preguntó.

—No, amor. No los conoces pero lo harás pronto —ella se veía tan emocionada y feliz.

Al llegar al comedor, notó la presencia de tres personas, solo que ellos estaban de espaldas, pero podía notar que se trataba de dos mujeres y un hombre.

—Mamá, traje estas hermosas flores para... —no pudo terminar de hablar, su madre lo interrumpió.

—Haru, recibe estas bellas flores, mi hijo las compró.

Namjoon pareció no entender nada, solo pudo mirar a la chica levantarse y caminar hasta ellos. Con mejillas sonrojadas y sonrisa bonita las tomó.

—Muchas gracias, son preciosas —estaba muy rojita y risueña.

—Mamá... —la miró, intentando entender algo de lo que sucedía ahí.

—Hijo, cariño, vengan a tomar lugar por favor, no hagamos esperar más a los Kang.

Su madre lo llevó hasta la mesa donde ambos tomaron lugar, ahora pudo mirar a cada uno de ellos. El rostro del hombre se le hacía levemente conocido, estaba seguro de que se trata de alguno de los amigos de su padre y también uno de los accionistas de la empresa, pues recuerda que antes de tomar la empresa de su padre, él asistía a las reuniones y parecía aprobarlo, nunca lo entendió, y tampoco le dio importancia.

—Namjoon, tal vez no recuerdas a mi viejo amigo, Kang Yasu. Ellas son su familia, su esposa y su bella hija, Kang Haru —su padre los presentó.

—Es un gusto conocerles —dijo como pudo, seguía sin entender nada.

—Recuerdo la última vez que tu padre y yo trabajábamos en tu empresa, eras tan joven y te veías asustado, pero verte ahora, estoy tan impresionado, eres todo un hombre de negocios y claro, tienes todo lo que un padre quiere como esposo de sus hijas.

El hombre habló, Namjoon solo asintió, sin agregar nada, solo sonreía falsamente, de verdad que no entendía nada.

—Ya que estamos aquí, por favor, cenemos y al terminar hablemos sobre el tema importante.

Vio a su madre llamar a las chicas de limpieza. Ellas comenzaron a desfilar con la cena del día.

—Haru, por favor, presentate correctamente con Namjoon.

La chico obedeció a su madre, dejando sus cubiertos de lado para mirar al gran hombre que se encontraba en la silla frente a ella.

—Mucho gusto, soy Kang Haru y es un placer conocerlo al fin, mis padres y sus padres me han hablado demasiado de usteded.

Namjoon asintió, escaneandola por completo. No podía evitar admitir que la mujer era hermosa, vistiendo un lindo vestido corto y elegante de color Borgoña, resaltando su preciosa y clara piel. Su cabello estaba suelto, liso y con algunas ondas al término de este. Tenía un rostro fino y bonito, con unos labios pomposos, pero no tan bonitos y apetitosos como los de Seokjin. Sus ojos eran rasgados pero redondos, de un bonito café claro.

—El gusto es mío, señorita Kang —dijo, al terminar de observarla.

—Hijo, no seas tan formal, si están aquí es para conocerse.

Namjoon ignoró el comentario y guardó silencio en casi toda la cena, solo los escuchaba platicar y contestaba cuando era sumamente necesario. Haru parecía mirarlo demasiado y cuando sus miradas se encontraban, ella sonreía con mejillas sonrojadas, apartando la vista de él.

La cena finalizó y todos parecían esperar por el motivo de la reunión.

—Hijo, la cena de hoy fue por un motivo especial —su padre habló—. Principalmente, para que Haru y tú se conozcan porque mi amigo Yasu y yo creemos que sería maravilloso que ambos se conocieran un poco más, con la idea en la cabeza de una boda.

Él sonrió grande. Haru rio bajito, coqueta y tímida a la vez, mientras Namjoon se sorprendía de sobremanera.

Claro que no se esperaba eso, ¿Lo veía venir? Sinceramente no, sus padres dejaron a su hermana y a él elegir su propio destino y que ahora hicieran eso, lo hacía sentir exaltado, enfadado y todavía confundido.

¿No importaba lo que él deseara? Ellos no tenían la mínima idea de si Namjoon estaba saliendo con alguien, solo pensaron que sería fantástico casar a su hijo con la hija del mejor amigo de su padre ¿Donde quedaba su libre expresión y su toma de decisiones?

No podía creer encontrarse en esa situación.

¡Hola!

Disculpen la tardanza

Les traigo este capítulo como regalito de Navidad después de mil años jajaja

Espero les gusto mucho 💜

Les deseo una feliz Navidad y próspero año nuevo ❤

Comenten y voten mucho ❤

¡Adiós!