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📱:Capitulo ocho:⇢ ˗ˏˋInvestigarˎˊ˗ ꒰💚꒱

Killua soltó su decimo bufido en menos de cinco minutos, ya harto de escuchar la conversación que sus padres mantenían sobre su desempeño académico. Por más que trató de ocultar sus terribles notas, su estupido hermano Milluki se encargó de hackear su cuenta en la pagina escolar a petición de sus padres. Los cuales no estaban nada felices con él.

―¡Todo esto es tú culpa!―brama su madre, señalando con el dedo índice a su progenitor.

Silva alzó una ceja. Tenía curiosidad por la patética excusa que su esposa daría para echarle toda la carga nuevamente―¿Y por qué es mi culpa?

La mujer titubeó un poco, pero sin cambiar su postura acusadora―¡Te dije que debíamos inscribirlo en una escuela militar!

―Aún podemos hacerlo.―contesta tranquilamente el hombre, alterando a su querido hijo.

Killua se levantó bruscamente del sofá, llevándose ambas manos a la cabeza con expresión de horror―¡No! ¡Me obligarán a cortarme el cabello y no quiero!―niega asustado, haciendo gruñir a su madre.

―¡Ya te hace falta un corte de cabello, pareces un vagabundo!

―¡Tú pareces una momia y nadie te dice nada!―replica, sin dejarse intimidar por sus gritos. La mujer soltó una exhalación indignada, llevándose una mano a la boca.

―¡Silva! ¿¡Vas a dejar que este mocoso me hable de esa manera!?―se dirige a su esposo, el cual rodó los ojos disimuladamente.

―Killua, respeta a tu madre ―suspira, cruzándose de brazos. El joven chasqueó la lengua, sin atreverse a contradecirlo―. No creo que sea tan grave como para cambiarlo de escuela.

―¡En tu cara, bruja!―sonríe el albino, apretando su puño con suficiencia.

Su madre decidió ignorar su irrespetuoso comentario, centrando todo su enojo en el hombre frente a ella―¿Qué no es tan grave? ¡Reprobó todas las materias!

―¡Mentira, pasé Educación Física!―interviene, frunciendo el ceño―. Tal vez mi futuro es ser un famoso futbolista.

Su madre soltó una risa irónica, cruzándose de brazos―¿En serio? Dime el nombre de un solo futbolista famoso.

Killua hizo una mueca, sin saber que responder. Él no era fanático del deporte, solía jugarlo solo para entretenerse con sus amigos. Ni siquiera sabia las reglas, solo pateaba el balón con la esperanza de que este entrara a la portería contraria.

―Huh... ¿el bicho? Ese que grita ¡Siuuu! Cada vez que anota.―balbucea, sonriendo torpemente.

Su padre soltó una corta risa nasal, negando con la cabeza. Adoraba a Killua, y solía consentirlo constantemente sin importar las circunstancias. Eso enojaba mucho a su malhumorada esposa, pero poco le importaba su opinión. Él era la cabeza de esta familia, y si decía algo, nadie podía replicarle.

―¿Que sugieres que hagamos, Killua? No podemos simplemente ignorar tus calificaciones. Sin importar que quieras ser en el futuro, siempre es bueno tener un respaldo académico.―habla tranquilamente el hombre, analizando a su hijo con la mirada.

El joven frunció los labios, bajando la cabeza mientras pensaba en su respuesta. No quería que le asignaran algún tutor privado o clases extras, así que lo único que podía hacer ahora era prometerles que mejoraría por su cuenta.

―Yo... me esforzaré más, lo prometo.

―¿Y cómo sabemos que no es mentira?―replica su madre.

―¡Confía en mi, maldita sea!―responde harto. Esta vez no estaba mintiendo, en serio planeaba esforzarse.

Ambos se quedaron en silencio un par de segundos, analizando las palabras del chico. Killua siempre solía prometerles cosas que nunca cumplía, así que la confianza que tenían sobre él era casi nula. Pero esta vez no tenían otra opción, solo podían confiar en que no los decepcionaría nuevamente.

―Está bien, confiáremos en ti ―habla su padre, haciéndolo sonreír ampliamente―. Pero si vuelves a reprobar una sola materia, te enviáremos a una escuela militar.

Killua se tensó un poco, asustándose con tal solo imaginarse a si mismo en una escuela como esa. No tenía mucha fe en su capacidad de aprendizaje, pero si le pedía ayuda a Leorio o Kurapika, tal vez sus notas lograran subir un poco.

―Acepto.

―Y este año no recibirás regalo de navidad ―añade su madre, a lo que él abrió la boca indignado―. No te lo mereces.

―¡P-Pero-...―paró de hablar al ver como su padre hacía un ademán con la mano, pidiéndole que le siguiera la corriente a la mujer―. Como sea, ni quería uno. Eso es para bebés.

Silva sonrió levemente, negando con la cabeza―Puedes irte, Killua. Pídele a uno de los mayordomos que te sirva el almuerzo.

El joven asintió, dando media vuelta para salir de la habitación. Soltó un suspiro cuando cerró la puerta detrás de si. Las cosas no terminaron tan mal como imaginó, solo debía dar todo de si para mejorar sus notas en el próximo lapso escolar. Leorio lograba hacerlo, no podía ser tan complicado.

Mientras ingeria su almuerzo trató de pensar en toda la situación. El dia de ayer habían empezado las vacaciones navideñas, así que tenía más o menos dos semanas libres, las cuales debería aprovechar para repasar un poco.

Pero... nah, que flojera. Mejor empezaba en enero.

Su celular vibró sobre la mesa, así que le dio un rápido mordisco a su pieza de pollo antes de tomar el artefacto para desbloquearlo.

caGON

Killuaaaaa

¿Qué haces?

Killua Zoldyck

Estoy comiendo verga.

caGON

😳😳😳

El albino frunció el ceño confundido al ver su mensaje, releyendo nuevamente lo que había escrito anteriormente. Chasqueó la lengua avergonzado al percatarse de que había olvidado colocar la coma.

Killua Zoldyck

Maldición 😒

Estoy comiendo comida, pero usé la palabra verga como expresión.

Biscuit-sensei tenía razón. Las comas son importantes...

caGON

No digas verga que se me antoja 😔

Killua Zoldyck

JAJAJAJAJAJAJAJAJA

caGON

JAAJAJAJAJAJAJAJA

Killua Zoldyck

.....

caGON

.....

¿En tu casa o en la mia?

Killua Zoldyck

En la tuya. Voy saliendo.

caGON

Siiiiii

Killua presionó el timbre del hogar Freecss, dando un paso hacía atrás mientras esperaba que alguien saliera a recibirlo. Frunció el ceño cuando una figura masculina se asomó por la puerta, recibiendo el mismo gesto por parte del contrario.

―¿Ging?, ¿por fin regresaste de comprar leche en la tienda?―bufa molesto, mandándole una mala mirada al hombre.

Si él pensaba que su familia era extraña, la de Gon era mucho peor. Su madre murió al darlo a luz, y tiempo después su padre se convirtió en un alcohólico irresponsable que se aparecía por su casa una vez al año. El pobre niño terminó al cuidado de su adorable tia Mito, la cual se encargó de inculcarle buenos valores al muchacho durante toda su vida.

Llevaba años conociendo a Gon, y podía contar con una sola mano todas las veces que se encontró con Ging. Nadie sabía a donde se iba todo el tiempo, e incluso llegó a pensar varias veces que tal vez tenía otra familia a escondidas. Pero eso no tenía sentido. Ni siquiera podía mantener la familia que ya tenía, mucho menos podría con otra.

―Ah, eres tú. Huh... ¿Kevin? ―ladea la cabeza el hombre, haciéndose a un lado para dejarlo pasar―. Entra.

―Mi nombre es Killua.―masculla, soltando un bufido―. ¿Dónde está Gon?―cuestiona, girándose para observarlo.

El Freecss encendió un cigarrillo, expulsando algo de humo antes de contestar―Ni idea.

Killua alzó una ceja desencajado, haciendo una mueca―¿Está aquí o no?

―Probablemente.―se encoge de hombros, pasándolo de largo para volver a la sala y terminar de ver su partido de básquet.

El albino soltó una exhalación, sorprendido por la terrible actitud del hombre. Tal vez su ausencia era lo mejor para Gon, ya que definitivamente era un mal ejemplo paterno.

Subió las escaleras que daban al segundo y último piso de la casa, siguiendo el camino que ya se sabía de memoria. Abrió la puerta de su amigo sin siquiera tocar para anunciar su llegada. No hacía falta, esta era como su segunda y desordenada habitación.

El peliverde se sobresaltó un poco al escuchar la puerta abrirse, pero sonrió al ver la figura de su amigo acercándose a él. Killua se sentó a su lado, observando con curiosidad el televisor. En este se reflejaba la pantalla de inició de su juego favorito, y su amigo no tardó mucho en pasarle el otro mando de su consola.

―Te estaba esperando ―habla, sonriendo nuevamente―. ¿Ging te abrió la puerta?―cuestiona, desviando la mirada para escoger su personaje.

Killua lo imitó, musitando un sonido afirmativo antes de empezar con la partida―¿Cuándo llegó?

―Ayer, dijo que pasará navidad con nosotros.―comenta, sin cambiar su alegre semblante. El Zoldyck soltó un bufido irónico, rodando los ojos.

―Seguro solo se quiere comer el pavo que prepara tu tía.―masculla, haciéndolo reír.

―No podemos culparlo, es muy delicioso ―suspira, cerrando momentáneamente los ojos―. ¿Y a ti cómo te va?, ¿que dijeron tus padres sobre tus notas?

Su amigo suspiró, dandole un rápido resumen de toda la conversación que mantuvo con los adultos, haciendo énfasis en el acuerdo final. Gon hizo una mueca preocupado. No quería que su amigo fuera transferido a otra escuela, pero tampoco podía hacer mucho para ayudarlo, ya que sus notas apenas y eran lo suficientemente altas para aprobar.

―Hmm ―musita el peliverde, frunciendo el ceño. Una tranquila sonrisa se formó en su rostro, dejando confundido al Zoldyck―. No te preocupes, Kurapika y Leorio son muy inteligentes. Con su ayuda, seguro aprobarás todo.

―Huh, cuanta fe me tienes...―murmura, soltando un ligero suspiro. Gon asintió rápidamente, sin borrar su sonrisa.

―Eres muy inteligente, Killua. Pero la flojera te supera ―ríe, dándole un golpe final a su personaje para terminar con el juego―. Y yo te supero en los videojuegos.

El albino chasqueó la lengua irritado, dejando el mando a un lado para recostarse en la cama. Su amigo apagó la consola y el televisor, girándose para observarlo con curiosidad.

―¿Quieres empezar a follar ahora? Acabo de comer, pero no importa.―ríe, contagiando al chico.

―Hablando de eso... ¿tienes novia ahora?

―Oye, lo de follar era jugando ―aclara, negando frenéticamente con sus manos―. No soy gay, aunque tú me haces dudar a veces.

Killua rodó los ojos, sentándose correctamente en la cama―¿Tienes o no? Baka.

Gon ladeó la cabeza momentáneamente, encogiéndose de hombros―Eso creo, Palm es algo inestable. Un día me quiere, y luego... también, pero matar ―hace una mueca, ganándose una risa del contario―. ¿Por qué preguntas?

Killua frunció las cejas, sin saber como plantearle la pregunta para que no exagerara las cosas. Gon siempre ha sido su mejor amigo, además de un experto en todo lo relacionado a las chicas. Si quería pedirle un consejo, debía contarle sobre Asuka primero―Yo tengo una amiga que-...

―¿¡Eh!? ¿¡Tienes una amiga!?―lo interrumpe emocionado, apretando sus puños. Killua hizo un mohín enojado, asintiendo―. ¡Genial! ¿¡Cómo se llama!?, ¿¡estudia con nosotros!? Estás enamorado de ella, ¿verdad? ¡Claro que si lo estás!

―¡Claro que no, estupido!―brama, sonrojándose ligeramente―. ¡Ya te dije que solo es mi amiga!

―Las personas pueden enamorarse de sus amigos. Ejemplo; nosotros.―sonríe, haciendo un ademán con su mano.

Killua chasqueó la lengua, desviando la mirada―Eres tan extraño...―masculla, para luego agitar su cabeza―. Como sea, ya no quiero decirte nada.―refunfuña, alarmándolo.

―¡No, no, no! Lo sientooo ―se disculpa, zarandeándolo por el brazo―. Solo me emocioné. Es la primera vez que tienes una amiga mujer, ¿no?―cuestiona, a lo que él asintió de mala gana― ¿Qué era lo que ibas a decir sobre ella?

Killua le mandó una mirada de advertencia, cerciorándose de que no volviera a interrumpirlo. Al ver que ya estaba más calmado, suspiró―La conocí por... internet, si.

―¿Por facebook?, ¿Instagram?―pregunta, a lo que él aclaró su garganta incomodo.

―Si... por una de esas, no importa en realidad.―hace un ademán con su mano. No pensaba admitir aún lo de Tinder, seguía resultando vergonzoso para él.

―Oh, ¿tienes alguna foto? Me gustaría verla.

Killua entreabrió los labios, sin saber que responder―No, en su perfil no hay fotos suyas. En el mio tampoco, asi que no me molesta mucho.

―Hmm, ¿y cómo estás enamorado de ella si no la has visto?―pregunta inocentemente, ladeando la cabeza.

―¡No estoy enamorado de ella, imbecil!―brama alterado, sonrojándose nuevamente―. Y tampoco necesito verle la cara para enamorarme. Eres muy superficial, Gon.―reprocha, avergonzándolo.

―Lo siento, me refiero a que... ¿estás seguro de que es real? Hoy en día las personas crean cuentas falsas para engañar a otros.

«Mierda, el de la cuenta falsa soy yo» pensó preocupado, curvando una enorme mueca «Bueno, ella también, pero por lo menos lo confesó. Yo la sigo engañando con eso»

Gon acercó una mano al rostro de su amigo, agitándola para llamar su atención. Aquel movimiento lo hizo salir de sus pensamientos, e inmediatamente aclaró su garganta―Huh... si es real, no te preocupes por eso.

―¡Genial! ¿Qué pasa entonces?

―Yo... quiero conocerla en... persona, ya sabes ―murmura. Gon alzó varias veces las cejas, avergonzándolo aún más―. ¡Que no me gusta, baka! ¡Es normal que quiera conocer a mi amiga de internet!

El Freecss soltó una corta risa, asintiendo―Entonces invítala a salir, no es muy complicado.

«Ah, si que lo es...» suspiró el albino, bajando momentáneamente la mirada―Ella sufre de ansiedad social o algo así. Si le digo seguramente se sentirá presionada y no aceptará. Es fácil que hablemos por mensajes, pero no se que pasará si nos vemos en persona.

Gon frunció las cejas, apoyando la mejilla en su mano. Esa era un situación complicada, y al no tener experiencia en el tema, no sabía que decir para ayudarlo―Hmm... ¿y si investigas por internet?

―¿Investigar qué?―pregunta confundido, a lo que él se levantó de la cama para buscar su laptop.

La encendió y se sentó nuevamente junto a su amigo, esperando a que iniciara para abrir el siempre confiable Google―Seguro en algunas paginas hablan sobre como tratar con personas así...―murmura, tecleando los primero que le vino a la mente.

Me gusta una chica tímida y no se que hacer.

―¡Eso no, idiota!―brama el albino, arrebatándole la laptop de las manos―. Lo que ella tiene no es simple timidez, es más serio. ¡Y ya te dije que no me gusta!

Ignoró las risas de su amigo para poner el computador en su regazo. Colocó sus dedos sobre el teclado, pensando en como formular adecuadamente su pregunta.

¿Cómo ayudar a una persona con ansiedad social?

Miles de resultados aparecieron en la pagina, incluido uno que otro video. Todos los artículos se veían muy complejos y largos, lo cual resultaba tedioso para una persona que odiaba leer. Suspiró resignado, haciendo click en el primer enlace que llamó su atención.

«Ya que. Supongo que valdrá la pena»

Espero que les haya gustado el cap uwu

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