N.A:

Lamento mucho no haber actualizado en mucho tiempo. La vida ha sido una locura. Intentaré actualizar más a menudo. Terminaré esta historia y no la dejaré incompleta. Puede que me lleve bastante tiempo terminarla.

De hecho, me inspiré leyendo todos sus comentarios y algunos mensajes. Así que, por favor, sigan enviándolos, ya que eso hará que los actualice.

Los votos actuales son: Teen Wolf 5, Merlin 3, Rest 1.

N.M: Dejo esto y me desaparezco.

Punto de vista de Belladonna:

Resultó que su familia estaba en la sala del cielo con el abuelo de pie cuando entré para ayudarme a sentarme. "¿Cómo te sientes?" Rabastan me pregunta.

"No tan diferente, solo un poco cansada pero feliz de haberlo hecho." Respondo antes de tomar la mano de la abuela. "Debo haberme quedado dormida durante la prueba de vestuario."

"La reorganicé para mañana por la tarde."

"¿Qué prueba?" Pregunta Sirius, mirándonos a ambas.

"Para unos vestidos de Yule y de Año Nuevo." Explico con una sonrisa, sabiendo que sería la primera vez que tengo una prueba privada con alguien importante.

Abuelo suspira. "Sí, han traído muchos vestidos hermosos que me darán un infarto."

"Oh cállate, Marvolo." Abuela se ríe con una sonrisa traviesa. "Vives para consentirnos y para infundir temor en aquellos que nos miran con ojos persistentes."

"Bueno, si lo hacen tan obvio, deberían prepararse para asustarse." Argumenta él. "Además, Rabastan y Sirius serán igual de protectores con Bella."

"Creo que olvidas que Fred tiene una tienda de bromas con su hermano gemelo, que es igual de protector, y Fred tiene una mente muy astuta. Justo se acaba de mudar a su casa Slytherin y todos nosotros le estamos enseñando cómo causar daño a las personas políticamente y en su círculo social." Señala Sirius con una carcajada antes de estirarse en el sofá con una sonrisa. "Siento lástima por el tonto que intente meterse con Bella o su familia."

"Siguiendo adelante." Carraspeo con una pequeña sonrisa, sabiendo lo despiadado que puede ser Fred, ya que ya ha hecho que algunas personas pierdan su tarea o apuntes por hacer comentarios groseros o les ha dado pociones para que suelten sus pensamientos en situaciones incómodas. "Los goblins están enviando los planes finales para algunas de las viviendas que estamos construyendo en el Callejón Diagon, y las escuelas solo necesitan que les echemos un vistazo." Informo a mi abuelo.

Él asiente. "Creo que he reservado algo de tiempo para que podamos revisarlos mañana, así que podremos ir a ver la escuela y el orfanato."

"Más importante aún." Interrumpe Bellatrix. "Necesitamos ponernos al día con los chismes y alianzas antes de los bailes de Yule. Sé que Corvus quiere, pero ha estado bastante aislado hasta hace poco."

"Sirius, Remus, ¿pueden informar a los Lestrange sobre estos asuntos? Tengo que robarme a Bella para unas pruebas de vestido, y quiero tomarle algunas fotos con el cabello suelto. Mientras ustedes están en la biblioteca, nosotras podemos estar en el jardín y en la sala del cielo." Explica abuela, sonriendo con entusiasmo. Siempre ha estado muy emocionada por tomarme fotos tanto como sea posible, según cuentan abuelo y Sirius en sus cartas.

"Un momento." Pido antes de levantar una burbuja de privacidad alrededor de mis abuelos y yo, lo que significa que no pueden escucharnos ni vernos. "¿Qué pensarían si me dejara el cabello suelto frente a ellos y a Barty cuando llegue?" Les pregunto.

"Si te sientes cómoda haciéndolo, entonces puedes hacerlo." Responde mi abuelo con seriedad, entendiendo la importancia de esto. Mi abuela asiente, tomando mi mano.

"Bueno, Rabastan es mi padrino y ustedes los tratan a ambos como si fueran sobrinos, y Bellatrix es familia, aunque sea lejanamente." Explico, tratando de tranquilizarme y asegurarme de que es seguro contarles. Me giro un poco hacia mi abuelo, mirando por encima del hombro a mi abuela. "¿Me ayudas a soltarme el cabello?" Ella asiente con una sonrisa antes de sacar todas las horquillas y deshacer los hechizos de fijación, luego deshace la trenza. Una vez que mi cabello está suelto, lo pasa por sus dedos lo mejor que puede, ya que es rizado.

"Precioso." Sonríe cuando termina. Respiro hondo y deshago el hechizo, conteniendo el aliento. Ellos lo notan de inmediato y Rabastan sonríe brillantemente al ver mi cabello suelto.

"Gracias." Dice sonriendo. "Sé que esto significa que nos aceptas como familia." Se levanta y me ofrece la mano. Me pongo de pie y lo veo mirar hacia donde termina mi cabello. Me abraza. "Prometo que esta será una información bien guardada." Lo abrazo fuertemente.

"Encantador." Exclama mi abuela. "Ahora déjame ir a buscar mi cámara para las fotos." Mientras se aleja, Bellatrix se sienta a mi lado y me da algunos consejos sobre cómo manejar el cabello largo y rizado, ya que ella tiene un cabello similar al mío, solo que más largo.

Mi abuela vuelve y nos ordena a mi abuelo y a mí que vayamos al jardín para las fotos. Nos instruye en algunas poses antes de decirnos que nos divirtamos y corramos un poco, así que mi abuelo me persigue por el jardín, haciéndome reír. Eventualmente, veo a mi abuela reírse, así que corro hacia ella, haciendo que baje la cámara mientras intenta huir de mí riéndose, mientras mi abuelo nos persigue a ambas.

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A la mañana siguiente, después del desayuno, me senté con mi abuela y Sirius en la sala del cielo, mientras los Lestrange y mi abuelo le mostraban la casa a Barty para refrescarle la memoria. Pensaron que lo mejor sería que solo los viera a ellos hasta que hubiera visto todo, para que pudiéramos hablar mientras descansaba. Aunque no estuvo en Azkaban, su padre lo mantuvo débil para poder dominarlo si fuera necesario. Mi abuela se había asegurado de que la casa estuviera cálida y que pronto la comida y la bebida estuvieran listas cuando entraran. Nos estaba contando algunas de sus historias de la infancia mientras esperábamos que ellos entraran en la sala, cuando los escuchamos justo afuera de las puertas. Nos levantamos para saludarlos y me eché el cabello hacia los hombros. Bellatrix me había ayudado a sujetarlo hacia atrás para que no me cayera en la cara esta mañana, mostrándome algunos de los hechizos que había usado antes de Azkaban para mantener el suyo en su lugar. "Barty, permíteme reintroducirte adecuadamente a Sirius Black." Dice mi abuelo para romper el silencio que se había formado cuando entraron. Aunque probablemente no ayudó mucho, los demás se sentaron de inmediato. "Esta es mi hermosa esposa."

"Barty, un placer, Marvolo solo me ha hablado maravillas. Me alegra mucho que estés bien." Dice mi abuela, acercándose para saludarlo con un abrazo. "Espero que te sientas seguro aquí, en nuestra pequeña familia." Barty parecía un poco abrumado, pero le devolvió el abrazo con una sonrisa. "Mon cœur, ven a saludar." Me insta a acercarme. Veo que Barty nota que tengo el cabello suelto, ya que sus ojos se agrandan.

"Un placer conocerte adecuadamente, Barty. Mi abuelo me ha contado mucho sobre ti. Espero que tengamos una mejor relación que el año pasado." Intento bromear, lo que afortunadamente funcionó, ya que emitió una pequeña carcajada.

"Eso espero también. Aunque tu reacción fue mejor de lo que pensé."

"Oh, había olvidado que ustedes dos, de cierta manera, trabajaron juntos para traerme de vuelta." Reflexiona mi abuelo.

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"Y listo." Declara mi abuela, dando un paso atrás tras terminar con mi cabello. Ella ya está lista, solo necesita ponerse el vestido. "Te ves preciosa, mon cœur. Ahora vamos a ponernos nuestros vestidos."

Ambas nos dirigimos a nuestros vestidos, y un elfo doméstico ayuda a cada una por separado a ponerse el atuendo para la noche. Me miro al espejo buscando algún defecto. Sonrío cuando mi abuela se acerca detrás de mí con su cámara. Toma una foto de nosotras desde atrás antes de tomarme la mano y hacerme girar hacia ella, sonriendo suavemente para la foto. "¿Puedo tomarte una?" Pregunto. Ella asiente y me entrega la cámara, señalando el botón correcto. "Siéntate en la silla." Le pido, y lo hace, posando para mí. Sonrío desde detrás de la cámara y luego la miro.

"¿Está todo bien, mon cœur?" Me pregunta, acercándose para tomar la cámara y dejarla a un lado.

Asiento forzando una sonrisa. "A veces es extraño tener este estilo de vida. A veces me preocupa que todo sea un sueño y que despierte siendo una niña otra vez."

"Te aseguro que todo esto es muy real." Responde, tomando mis manos. "Es la vida que siempre debiste haber tenido, y la habrías tenido si las cosas hubieran sido diferentes. Lo siento mucho por eso."

"No es tu culpa." Sacudo la cabeza. "No es culpa de nadie, excepto de ese hombre asqueroso, y él está pagando por ello, así que no tenemos razones para preocuparnos."

"Tienes razón." Coincide. "Ahora vamos a la fiesta." Así que salimos de la habitación para encontrarnos con los hombres en el vestíbulo.

Todos se giran al escucharnos, y veo a Fred mirarme, su boca abriéndose lentamente mientras me observa bajar las escaleras. Su expresión de asombro me hace ruborizarme y bajar la mirada. Aun así, tomo la mano que me ofrece al llegar al pie de las escaleras. "Simplemente deslumbrante, mi amor." Murmura, sosteniendo mi mano y besando el dorso de la misma.

"Tan lindos como son ustedes dos, tenemos que irnos." Escucho la voz de Sirius, rompiendo nuestro contacto visual. Puedo ver a los adultos observándonos y siento que me ruborizo.

"Te ves hermosa, querida." Me felicita mi abuelo, haciéndome sonreír.

Remus me mira con una sonrisa. "Estoy seguro de que serás una de, si no la más bella persona allí." Él y Sirius habían decidido ir juntos, ya que hacía mucho tiempo que no asistían a una fiesta juntos.

"Gracias, Remus. Si Bella no hubiera estado tan hipnotizada por Fred, lo habría notado." Bromea Sirius con una sonrisa.

"Como si tú no hubieras hecho lo mismo cuando viste a Remus." Le dice mi abuela a Sirius, haciéndolos sonrojar a ambos, mientras los demás nos reímos.

"Está bien." Interrumpe mi abuelo. "Vámonos ya, o estos dos podrían seguir para siempre si no los detenemos." Mi abuela y Sirius hacen pucheros; disfrutan molestarse como hermanos, a pesar de la diferencia de edad. Siempre es muy entretenido. Mi abuelo presenta nuestra invitación mientras Sirius y Remus tienen la suya. Los tres Slytherin y Fred tenían la misma. Nos agarramos fuerte antes de que mi abuelo dijera la palabra de activación.

Aterrizamos en una pequeña pero igualmente grandiosa sala de entrada. Sirius y Remus ya estaban allí, junto con algunas otras personas. La sutil demostración de que pueden organizar aterrizajes tan precisos de trasladores no pasó desapercibida. Pero mi abuela nos había preparado a Fred y a mí para que entendiéramos que la escena social francesa era más sutil con sus alardes que a lo que estábamos acostumbrados. Así que debemos ser cuidadosos, ya que los dobles sentidos pueden meternos en problemas. Al observar la sala, debo admitir que había una elegancia en la riqueza obvia de la familia, algo que algunos nobles ingleses, especialmente los nuevos ricos, podrían aprender. Honestamente, la cantidad de muebles dorados y con incrustaciones de joyas que algunas personas tienen en un solo lugar es un crimen.

Mi abuelo nos insta a avanzar, tomando a mi abuela del brazo y guiándonos fuera de la sala. Fred y yo seguimos el ejemplo, al igual que Sirius, quien toma a Remus del brazo. Después de todo, no pueden dar la impresión de quién está al mando en Francia. Cuando llegamos a lo alto de las escaleras, tenemos que esperar para ser anunciados. Mientras bajo las escaleras con Fred, puedo oír los murmullos; es muy inusual que una heredera traiga un acompañante a los bailes cuando no está oficialmente comprometida. Incluso si hay un entendimiento de que dos herederos se casarán, se espera que vayan solos para que cualquier relación o acuerdo entre familias pueda florecer bajo el pretexto de que los herederos se están conociendo. Sin embargo, mi abuelo no quiere utilizarme para negocios y confía en que Fred me protegerá de cualquier atención no deseada, así que me animó a traerlo.

Aunque los murmullos al anunciar a mi abuela fueron mucho mayores, después de todo, ha regresado de la muerte después de casi cuarenta años. Eso es algo de lo que hablar y, con suerte, será lo que se discuta más que Fred y yo. "Ahora comienza el ridículo baile de la política." Murmuro a Fred mientras nos movemos por la sala entre los nobles de Francia.

"A ti te encanta en realidad." Fred sonríe, más como un gesto sutil, ya que la gente no puede saber lo que estamos diciendo. "Especialmente cuando piensan que no los entiendes y los dejas en evidencia." Lo miro con diversión, y él refleja la misma expresión.

"Es cierto."

"Ahora, Belladonna, Fred. Si nos acompañan, vamos a presentarlos a algunas personas primero. Es mejor comenzar con lo más difícil y dejar que la noche se vuelva más placentera." Nos instruye mi abuelo cuando Sirius y Remus ya se han alejado. Sirius fue introducido en la escena política francesa cuando era un niño, ya que la familia Black tenía parientes aquí, y su abuelo quería influencia donde fuera posible. Narcissa le había enseñado lo que necesitaba saber para elevar el nombre Black al poder. Sin embargo, con él y ahora Bellatrix siendo liberados de Azkaban por ser inocentes, dudo que tenga tantas conversaciones de negocios como le gustaría.

Observo a algunas personas mientras seguimos a mi abuelo hacia la persona con la que quería hablar primero. Al parecer, el anfitrión no tiene que saludar a todos en Francia. Me gusta. Muchas personas nos observaban de reojo. Era fácil ver quién tenía mejores modales, ya que aquellos que no aprobaban eran mucho más obvios que los que lo hacían. También logré captar un destello del cabello brillante que sé que es de Draco o Lucius en algún lugar. Tendré que ponerme al día con ellos más tarde. "Belladonna, Fred. Me gustaría presentarles a nuestros anfitriones de esta noche, Lord y Lady Delarous. Con ellos están Lord y Lady Chetoui." Nos presenta mi abuelo. Mi abuela estaba junto a nuestra anfitriona de la noche, intercambiando un pequeño abrazo. Así que obviamente éramos amigos cercanos de la familia, y por las miradas de los otros Lord y Lady, definitivamente no éramos tan cercanos con ellos.

"Ugh, otra pequeña heredera inglesa que no se molesta en aprender otro idioma." Murmura rápidamente la señora Chetoui en francés mientras me da una sonrisa falsa.

Veo que los ojos de mi abuela se entrecierran, a punto de defenderme, así que intervengo. "En realidad, esta pequeña heredera ha aprendido muchos idiomas con fluidez. Sin embargo, es costumbre presentarse en su idioma nativo, y aunque mi grandmere nació aquí, ni yo ni el señor Weasley tuvimos esa suerte." Le respondo en francés. "De hecho, el señor Weasley ha estado hablando en francés con Lord y heredero Malfoy durante un tiempo para asegurarse de no insultar a nadie por falta de conocimiento." Luego me dirijo a nuestros anfitriones. "Gracias por invitarnos, su gracia. Mi grandmere habla muy bien de usted, mi señora. También aprecio el gesto de extender la invitación a mi alma vinculada." La ligera desestimación hacia los otros invitados no pasó desapercibida por la diversión en los ojos de ambos. Tampoco el asombro de los Chetoui al respecto de mi vínculo con Fred.

"Es un placer conocer a la nieta de mi buena amiga. Ella habló tan bellamente del vínculo que ustedes dos comparten, cómo no hacerlo. Encantada de conocerte, heredera Slytherin y señor Weasley." Responde Lady Delarous. Me acerco de nuevo a Fred con una sonrisa, sabiendo que había ganado esta ronda.

Nos quedamos conversando con ellos unos minutos más, hasta que la música para el baile finalmente comienza y nuestros anfitriones se dirigen a la pista para abrir la noche. Sonrío mientras los observo bailar con gracia, pero antes de que Fred pueda ofrecerme un baile, mi abuelo extiende su mano con una sonrisa encantadora.

"¿Me harías el honor, querida?" Pregunta, y no puedo evitar sonreír mientras acepto su mano. Detrás de mí, escucho a Fred ofreciéndole su mano a mi abuela, y cuando miro hacia atrás, los veo a ambos aceptando con una chispa de alegría en sus ojos.

"Pensé que se suponía que tenías que esperar un poco más antes de unirte al baile." Murmuro suavemente, manteniendo mis ojos hacia adelante mientras nos movemos a la pista de baile.

Mi abuelo escanea la multitud, respondiendo entre dientes, apenas moviendo los labios. "Eso sería lo educado, pero ¿cuándo me ha importado eso? Además, quería alejarme de esa horrible pareja."

Suelto una pequeña risa ante su franqueza, sintiendo el calor de su sinceridad. Mientras comenzamos a bailar el vals, veo a Fred y a mi abuela sonriendo mientras bailan juntos, claramente disfrutando de la compañía del otro. Era una vista reconfortante.

"Bueno, dos menos y muchos más por conocer." Comento, con diversión en mi voz. Sabía que esta noche apenas comenzaba y estaría llena de conversaciones políticas y formalidades sociales.

Mi abuelo suspira dramáticamente. "Nunca sé por qué pensé que esto me gustaba."

"Amas superar a la gente políticamente, igual que yo." Le bromeo con una sonrisa.

Él se ríe. "Maldita sea, tienes razón."

N.A: ¡¡He vuelto!!

Esta historia estará terminada, solo que llevará tiempo y las actualizaciones serán muy lentas.

N.M: Espero lo hayan disfrutado

Un regalo 💛🖤💚