Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02| 𝐄𝐧𝐠𝐥𝐢𝐬𝐡 𝐇𝐢𝐝𝐞𝐨𝐮𝐭

⎾𝗘𝘀𝗰𝗼𝗻𝗱𝗶𝘁𝗲 𝗜𝗻𝗴𝗹𝗲𝘀⏌

"Juego: Escondite Ingles"

Reglas: Una persona ha de contar con los ojos tapados y de espaldas al resto de participantes, los demás, en vez de esconderse deberán situarse varios metros por detrás y avanzar poco a poco mientras que el que liga recita sin mirar la siguiente frase: 'un, dos, tres al escondite inglés sin mover las manos ni los pies'.

En el momento que termine de recitar deberá girarse y el resto de participantes tendrá que pararse y hacer la estatua. Si uno de ellos es pillado en movimiento quedará eliminado.

Sin embargo, si uno de los compañeros llega a la meta para acabar con la persona que liga, ganaran el juego.

"Las armas están permitidas"

—¿Acabar con la vida de esa persona?— habló June temerosa, ¿Tenían que matarlo?

"El juego está por comenzar. Por favor vayan al patio"

Las diez personas que estaban en la entrada, fueron entrando poco a poco asta salir al patio del recreo. Era un área muy espaciosa y tenía unos cuantos arboles plantados, una que otra canasta de baloncesto y porterías de futbol.

Después, pudieron ver como en en teléfono de una señora aparecía el símbolo de una equis y en los demás participantes un circulo. Indicando que la que ligaba era la pobre señora.

—No... ¡No! ¡Ésto no puede ser!— gritó con lágrimas en su rostro.

Con nerviosismo, se posicionó en la pared que tenían delante, y los demás, fueron unos 500 metros atrás, donde estaba la línea roja.

"Disponen de treinta minutos para poder llegar a la meta. Comiencen"

La señora empezó a contar, y los participantes empezaron a caminar, la mayoría apresuradamente y otros con cuidado.

El trío de oro, como las llamaban en la universidad, iban las primera. Pues tenían un rendimiento muy bueno en educación física. Además de que, Yoko era capitana del equipo de Volley femenino en el instituto, Shizuku del de balonmano y June del de Natación. Las tres tenían piernas ejercitadas.

Cuando la mujer término de decir la oración, volteó hacia ellos, y como decían las reglas, todos se quedaron quietos. Pero pasó algo que las tres chicas no esperaban. Un hombre de no mas de cuarenta años que estaba a lado de June, empezó a tambalear, y por eso, todos presenciaron como éste caía al suelo con sangre en la cabeza. Un rayo rojo proveniente del cielo le había dado de lleno en la frente.

A la pelirroja, esa escena le hizo querer vomitar, y por ende se quiso tapar la boca con las manos. Pero no podía, por que si no acabaría igual que aquél pobre hombre.

Por otro lado, Shizuku pareció no inmutarse, aunque por dentro quería gritar de horror.

Y Yoko, ella había cerrado los ojos para no ver aquella escena sangrienta y repugnante.

Así pasaron 25 minutos, solo quedaban cinco para que terminase el maldito juego del infierno.

Por ahora solo había cuatro participantes, ellas y la mujer, el resto ya había muerto y se encontraban esparcidos por el patio del recreo. Con los ojos en blanco y la boca semiabierta.

Cuando ya estaban por acabarse el tiempo restante, Yoko se puso alerta, y con dos dedos de frente, empezó a correr hacia la señora.

Ya estaba asta los huevos de que nadie hiciera algo.

—¡¡June!!— gritó la rizada.

Entendió el mensaje, de inmediato, la pelirroja le alcanzó el hacha del suelo, y con ella, mutiló a la mujer que tenía delante de ella. Acabando con su vida en segundos.

Cabía decir que si no la mataba, ellas serían las que estarían en el suelo cubiertas de sangre.

Por lo menos habían ganado el maldito juego. Pues al ya estar la mujer en el suelo sonó la voz de aquella mujer robótica.

"Juego Finalizado"

"Se han sumado tres días mas a tu visado"

Al fin pudieron respirar tranquilos, aunque sonaban raros y entrecortados. Fueron las únicas en sobrevivir de las diez personas aue había.

—Yoko. ¿Que has echo?— le preguntó June horrorizada.

—Eramos nosotras o ella. No tenía de otra. Estamos vivas por mí, así que dame las gracias por lo menos.— la de ojos marrones puso "su" hacha en el hombro y con ello salió de la escuela.

—Yoko, ¡Yoko! ¡Espera!— gritó Shizuku mientras la seguía. La pelirroja iba por detrás cabizbaja.

Su amiga tenía razón, si no hubiera sido por ella estarían yendo para el cielo. Se había pasado un poco, solo intentaba protegerlas. Luego le pediría perdón.

—Yoko, ¡Ey! ¡¿A donde se supone que vamos?!— ella intentaba llamar a la castaña, pero no respondía.

Las dos de atrás hacían el intento de seguir su paso, pero ésta daba grandes zancadas.

La mayor de las tres no se dió cuenta, pero un coche venía a toda velocidad a ella. Y sin inmutarse, sin girar la cabeza para ver lo que pasaba, siguió su camino a paso rápido.

Mas solo izo que el coche parara de golpe y que el conductor empezara a decir maldiciones. El copiloto solo observaba, con un brazo en la sien y una leve sonrisa. Tenía el pelo largo hasta los hombros, teñido de rubio llendo a gris.

—¡Lo siento mucho! ¡Perdón!— se disculpó June siguiéndola.

La morena solo les sacó el dedo del medio. —¡Tener más cuidado, cabrones!—

—Joder, ésa tía está loca. Cruzarse así por el camino.— dijo el conductor.

—Si, muy loca...— susurró el otro para el solo.

[•••]

—¿Tres días mas de visa?— June frunció el ceño confundida.

—Querrá decir que tenemos tres días mas de vida.— le respondió la de piercings a su pregunta.

—Juegas a demasiados videojuegos, Shizu.— le dijo con sorna la rizada a su amiga.

—Vete a la mierda, perra.— le insultó con diversión.

—Serás zorra.— las dos estallaron a carcajadas. Estando en una situación así era lo único que no había desaparecido, la diversión entre ellas.

June, quien las veía alegres, volvió a pensar en lo que había pasado en el juego. En lo de pedirle perdón a Yoko.

—Em, Yoko... ¿Podemos hablar en privado?— pidió un poco nerviosa y con arrepentimiento.

—Ah, si si, claro.— la dos féminas se levantaron y fueron a un rincon de donde acampaban, podían haber ido a sus casas pero no querían estar donde habían desaparecido sus familias misteriosamente.

—Yo... Lo siento por como te hablé. Tu tenías razón, eramos ella o nosotras. Solo... Me había sorprendido por lo que habías echo, no estaba asustada, bueno, un poco sí, pero no por tí. Es que... Me sorprende que hayas tenido las agallas de matar a alguien, y más por nosotras. Te lo agradezco muchísimo Yoko. Además, veía más capaz a Shizuku de que hiciera algo así que a tí.— exclamó sincera. Todo había sido un malentendido absurdo.— Esper que me perdones.

En todo el discurso la rizada había estado con cara neutra, pero al terminar de oír eso sonrió.

—Por supuesto que te perdono, tonta. Eres una de mis mejores amigas. ¿Por qué no lo haría?— levantó su mano derecha y se la puso en la cabeza a la contraria, acariciándola con delicadeza y ternura.— Venga anda, volvamos, seguro Tanaka estará preocupada por nosotras.

June sonrió complaciente, y con eso volvieron al pequeño campamento que tenían montado.

—Habéis tardado un buen rato. La comida ya está lista, unas buenas y nutritivas lentejas hechas por la gran Shizuku Tanaka.— dijo con aires de grandeza.

—Se te ha subido el ego, idiota.— se sentó a lado de esta.— Tu comida sabe horrible.

—¿A sí? ¿Y por qué no cocinas tu? ¿Eh?—

—Si estuviera en una cocina ahora mismo, ésta estaría ardiendo en llamas, y eso sin todavía encender la vitrocerámica.— refunfuñó con burla, haciendo que mas otras empezaran a reír con todas sus ganas. Puede que estuvieran en una situación difícil, pero la gracia nunca se pierde.

[•••]

Dios, ésto es una verdadera mierda. ¿Por qué a nosotras y no a otros?— escupió la chica de piercings en la cara asqueada.

—Ojalá que cuando nos durmamos, despertemos en la vida real, con nuestras familias y amigos. O despertarnos en el hospital por que solo había sido un desmayo y estuviéramos delirando.—

—Ojalá solo sea eso.— le siguió la pelirroja.

Las tres estaban boca arriba viendo las estrellas, era lo único que se podía observar ahora que no había nada, ni teléfono, ni televisión, nada. Solo se podía escuchar la suave pero marchosa música de los 80s del Walkman de Shizuku. Por lo menos servía de algo en ésta situación.

—El cielo está precioso. No muchas veces se puede ver así. Además de que hace una temperatura perfecta.— dijo Yoko para que la conversación entre ellas no muriera.

—Si... Es muy bonito.— a June se le escuchó un poco entrecortada. Y por eso, Yoko y Shizu se giraron a ella. Estaba llorando.— Quiero volver a casa. Quiero volver con mamá, con papá y mi hermano, quiero ver a mi gata. Quiero ver a mis demás amigos, a mi familia. Quiero ir a la universidad de nuevo, ver a nuestros profesores. Reírnos de sus absurdas historias y pasar el tiempo para no hacer trabajos. Quedarnos charlando hasta las tantas de la mañana por el móvil, intentando no reírnos por que nuestras madres nos regañarían.— silencio.— Ahora solo os tengo a vosotras, no quiero quedarme sola. No quiero ver como os matan delante de mis ojos poe los malditos juegos endemoniados. Si os pasa algo juro que de esa no salgo.

—June...— a Yoko también se le estaban saliendo las lágrimas poco a poco. Y a la morena igual.— Yo también quiero volver con todos. Y tampoco os quiero perder, sois lo único que me queda.

—Me habéis quitado las palabras de la boca.— murmuró Shizuku. Las tres rieron en silencio, haciendo que sus lágrimas entraran a sus bocas, sintiendo su dulce y a la vez salado sabor.

Realmente querían volver a sus hogares, con la familia, y ser abrazados por ellos tan fuertes como si no se hubieran visto en años.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro