061
Después de una ducha rápida, me cambié a algo más cómodo, una sudadera y buso color vino y unos tenís. Bajé rápidamente a la sala de estar donde Carlisle terminaba de curar a Seth, podía escuchar a Leha siendo retenida por Samuele fuera de casa.
━━ Lo siento mucho, Seth. Debería haber estado más cerca ━━. Edward seguía disculpándose, y yo no creía que fuera justo ni apropiado.
Después de todo, Edward no había sido quien había perdido el control de su temperamento, por completo y de forma inexcusable. Edward no había intentado arrancarle la cabeza a unos adolescentes que solo estaban acampando, ni le había roto el hombro y la clavícula a Seth cuando saltó entre nosotros.
Mi pelea con Jacob me hizo perder por completo cualquier control sobre mí y este poder que ahora poseía, pero resultaba obvio que nada que Jacob hubiera hecho podría justificar mi comportamiento.
━━¿No debería haber sido yo la que se estuviera disculpando? ━━. Hablé entrando a la sala de estar, me aserque lentamente a Seth mirandolo completamente apenada y arrepentida ━━. Seth, yo...
━━ No te preocupes por eso, Tara, estoy muy bien ━━. Dijo Seth con el ánimo y la sonrisa que tanto lo caracterizaban, me hizo sentir aún peor.
━━ Tara, nadie te está juzgando, lo estás haciendo muy bien ━━. Replicó Edward al mismo tiempo que Seth habló.
━━ Todavía no me han dejado terminar ni una frase desde que llegué ━━. Me quejé cruzandome de brazos, tome asiento al lado del chico. Seth no parecía sentir aversión por tenerme sentada allí, mientras Carlisle le curaba.
Y todo lo empeoraba el hecho de que Edward estuviera teniendo muchas dificultades para eliminar la sonrisa de su rostro. Sabía que Jacob no merecía mi reacción exagerada, pero Edward parecía encontrar satisfacción en ello. Quizás habría deseado tener la excusa de ser una neofita mitad mujer lobo para poder hacer algo físico en torno a su irritación contra Jacob.
Intenté extraer la ira por completo de mi sistema, pero me resultaba difícil, sabiendo que el licantropo estaba con Allison, justo en ese momento. Manteniéndola a salvo de su madre, la loca híbrida.
Carlisle ajustó otro hueso del brazo de Seth y éste hizo un gesto de dolor. Tomé su brazo e inmediatamente venas negras comenzaron a subir desde mis manos hasta desaparecer en mi brazo.
Tanto Carlisle como Seth miraron la escena asombrados, Edward ya estaba acostumbrado. Me encongí de hombros antes de hablar.
━━ Es lo mínimo de que puedo hacer, quitarte el dolor ━━. Murmure.
━━ Me aliviaste bastante el dolor ━━. Dijo Seth, palmeándome la rodilla con la mano buena ━━. Gracias, Tara. Estaré bien en media hora ━━. Continuó él, todavía dándome palmaditas en la rodilla como si no sintiera su textura dura y fría ━━. Cualquiera hubiera hecho lo mismo, porque eso de Jake y Alli...━━. Se detuvo a mitad de frase y cambió de tema con rapidez.━━. Quiero decir, que al menos ni me mordiste ni nada. Eso hubiera sido una mierda.
Enterré la cabeza entre las manos y me estremecí ante el pensamiento, ante esa posibilidad tan real. Podría haber ocurrido fácilmente. Y acababan de decirme que los licantropos no reaccionan ante la ponzoña de los vampiros del mismo modo que los humanos, porque los envenena.
Gracias al cielo pude detenerme antes de haber cometido un error del que nunca me iba a perdonar.
━━ Soy una mala persona.
━━ Claro que no lo eres. Yo tendría que haber...━━ comenzó Edward, pero lo interrumpí casi al instante.
━━ Ya basta ━━. Levanté la cabeza para mirarlo con los ojos entrecerrados ━━.No quiero que te pases toda la noche echándote la culpa por esto, como te echas la culpa por todo.
━━ Qué suerte tiene Allison al no estar cargada de veneno ━━. Dijo Seth después de un segundo de silencio extraño ━━. Porque se pasa todo el día mordiendo a Jake.
━━ ¿Eso hace? ━━. Pregunté.
━━ Claro, cuando él y Rose no le meten la comida en la boca con la suficiente rapidez. A Rose le hace mucha gracia.
Me quedé mirándolo, sorprendida, y también sintiéndome culpable porque tenía que admitir que este hecho me agradaba, un poco en plan adolescente y caprichoso.
Pero claro, yo ya sabía que Allison no tenía veneno, ya que yo había sido la primera persona a la que había mordido. No hice esta observación en voz alta, ya que estaba simulando una cierta amnesia en los hechos más recientes.
━━ Bueno, Seth ━━. Comentó Carlisle, levantándose y recogiendo todas sus cosas ━━. Creo que esto es todo lo que puedo hacer. Intenta no moverte en, bueno, unas cuantas horas, supongo ━━. Se echó a reir ━━. Ojalá el tratamiento en los humanos fuera igual de gratificante ━━. Dejó reposar la mano durante un momento sobre el pelo negro de Seth ━━.Quedate quieto ━━. Le ordenó y después desapareció escaleras arriba.
Escuché cómo se cerraba la puerta de su despacho y me pregunté si ya habrían eliminado los restos de mi estancia allí
━━ Creo que podré arreglarmelas para quedarme sentado un ratito ━━. Asintió Seth cuando Carlisle ya se había ido y después abrió la boca en un gran bostezo. Con cuidado, asegurándose de no poner el hombro en mala postura, Seth inclinó la cabeza sobre el respaldo del sofá y cerró los ojos. Unos segundos más tarde, se quedó dormido con la boca abierta.
Puse mala cara a su rostro sereno durante otro minuto. Como Jacob, Seth parecía tener el don de quedarse dormido a voluntad. Sabiendo que no podría pedirle disculpas otra vez durante un buen rato, me levanté. El movimiento no removió el sofá en lo más mínimo. Todo lo físico era bastante fácil, pero el resto....
Edward me siguió hasta las ventanas traseras y me tomó de la mano. Leah paseaba impaciente a lo largo del río, parándose aquí y allá y mirando una y otra vez hacía la casa. Era fácil darse cuenta de cuando buscaba a su hermano o cuándo a mí, pues alternaba miradas ansiosas y miradas asesinas.
Me lo merecía.
Escuché a Jacob y Rosalie en las escaleras de la entrada principal discutiendo en voz baja a quién le correspondia el turno de alimentar a Allison y a Einar, Rose también quería pasar tiempo con mi niña. Su relación era tan antagonista como siempre. La única cosa en la que se ponían de acuerdo ahora era en que había que apartar a los bebés de mí hasta que estuviera recuperada al cien por ciento de mi ataque temperamental, Edward habia discutido ese veredicto, pero yo de los permití. También quería estar segura. Aunque me preocupaba que su cien por ciento y el mío no coincidieran del todo.
Aparte de esa discusión, la lenta respiración de Seth, y el enfadado jadeo de Leah, por lo demás todo estaba muy tranquilo. Emmett, Alice, Bella y Esme se hallaban de caza. Jasper se había quedado para vigilarme. Estaba apoyado discretamente contra el poste del porche, intentando no comportarse de forma odiosa en ese asunto. Y Samuele se encontraba fuera de casa para asegurarse que Leha no entrara de ninguna manera.
Me aproveché de la tranquilidad para pensar en todo lo que Edward y Seth me habían contado mientras Carlisle le curaba el brazo a este último. Me había perdido un montón de cosas mientras ardía y ésta había sido la primera oportunidad real de ponerme al día.
Lo principal había sido el final de la enemistad con la manada de Sam, lo cual era el motivo por el cual los otros se sentían libres de ir y venir a su antojo otra vez. La tregua era más fuerte que nunca. O quizá más vinculante, dependiendo del punto de vista que uno asumiera, suponía yo.
Vinculante, porque la más absoluta de todas las leyes de la manada era que ningún lobo mataria al objeto de la imprimación de otro lobo. El dolor que esto le ocasionaria seria intolerable para el resto de la manada. La falta, tanto si fuera intencionada como accidental, no sería perdonada jamás, porque los lobos implicados lucharian hasta la muerte, y no había ninguna otra opción. Ya había ocurrido hacia mucho tiempo, me contó Seth, pero sólo por accidente. Ningún lobo destruiría de forma intencionada a un hermano de ese modo.
Así que tanto como Allison se había vuelto intocable por lo que Jacob sentía por ella, justo como había sucedido entre Paul y yo hace mucho tiempo. Intenté concentrarme en el alivio que este hecho suponía más que en el disgusto, pero no era fácil. Había suficiente espacio en mi mente para alojar ambas emociones intensamente.
Sam tampoco se podía tomar a mal mi transformación, porque la había permitido Jacob, el legitimo Alfa. Lo que me dolía era darme cuenta una y otra vez de lo mucho que le debía a Jacob cuando lo que más me apetecía era dejarme llevar por la furia.
Deliberadamente redirigi mís pensamientos en otra direccion para controlar mis emociones. Consideré otro fenómeno interesante: aunque el silencio entre las dos manadas continuaba, Jacob y Sam habian descubierto que los Alfa podían comunicarse en su forma lobuna.
No era como antaño, no tenian la capacidad de oir los pensamientos el uno del otro de la misma manera que antes de separarse. Se parecía más a hablar en voz alta, según decia Seth. Sam sólo podía escuchar los pensamientos que Jacob quería compartir y viceversa. Habían descubierto que también era posible transmitir en largas distancias, ahora que volvían a hablarse de nuevo.
No descubrieron todo esto hasta que Jacob fue solo, a pesar de las objeciones de Seth y Leah, a explicarle a Sam lo que habia sucedido con Allison. Había sido la única ocasión en que había abandonado el lado de la niña desde que le puso por primera vez los ojos encima.
Cuando Sam comprendió que esto cambiaba todo por completo, regresó con Jacob a hablar con Carlisle. Conversaron en forma humana, porque Edward se había negado a dejarme para ser el traductor, y el tratado se había renovado. El sentido amistoso de la relación, sin embargo, quizá nunca volviera a ser el mismo.
Una preocupación menos.
Pero había otra cosa que, aunque no tan peligrosa fisicamente como una manada de lobos enfadados, me parecia aún más urgente.
Mi hermana.
Había hablado con papá por la hace unas pocas horas, prometió encontrar una manera de recuperarla y yo iba a ayudarlo. Volvería a tener a mi otra mitad conmigo, es lo único que falta en mi vida.
También insistió en venir a verme, pero me negué rotundamente, claro que quería verlo y abrazarlo, solo que era peligroso para él y la manada. Edward me contó que estuvieron aquí la noche de mi muerte.
Nada de esto me parecia bien, pero ponerlos en peligro por la obsesión de los Vulturis por el secreto estaba totalmente fuera de la cuestión. No iba a arriesgarlos solo por mí egoísmo.
Quizá lo mejor sería tomar la misma decisión de Bella, hacer que me creyeran muerta y se olvidarán de mí por bastantes años. Técnicamente, de ese modo las reglas de los vampiros no se romperían.
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