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049

Miraba atentamente a que la luz del semáforo se pusiera en verde, mientras que las personas pasaban frente a los autos en una noche movida, como siempre lo fue en Chicago. Cuatro años viviendo aquí y te acostumbras a todo el ruido de la ciudad, no más pueblos pequeños.

Luego de un largo día en la universidad estudiando leyes, me dirigía a casa. Un departamento grande en uno de los edificios casi en el centro de la ciudad.

Pise el acelerador cuando las personas desaparecieron de mi vista, y pude condusir con tranquilidad hasta el edificio. Me dirigí al parqueadero donde busque un lugar donde poder dejar mi auto, lo encontré y pude estacionarlo.

Salí del auto estirando mis brazos de cansancio, deseando poner recostarme y dejar de pensar en las demás personas solo por unos minutos. Con una boda serca, mi tiempo no alcanzaba.

Alice y Lydia se encargaban de eso, luego de tanta insistencia las tres nos encargamos de todo, la decoración, la comida, el vestido, los zapatos. Cada pequeño detalle estaba pensado con sumo cuidado por parte de las tres.

Entre al acogedor apartamento quitando mi chaqueta. De inmediato supe que estaba sola, Edward no se encontraba en casa. Me dirigí a la habitación para cambiar por algo más cómodo y dejar lo formal a un lado.

Las maletas estaban listas, mañana temprano volveríamos a Forks, ahí nos casaremos. La boda estaba a solo días de llevarse a cabo, y los nervios aumentaban con cada día que transcurría. Pronto me convertiría en la señora Cullen. Un poco fuera de nuestra época, pero me gusta como suena.

Los tacones no eran lo mío, siempre había preferido los zapatos bajos. Pero para esta ocasión debería a acostumbrarme a usarlos, por lo que todos los días usaba un par de tacones.

Ya en Forks me reuní con Alice y Lydia para terminar los últimos detalles, pues la boda estaba a solo horas, sería mañana y los nervios de novia me apretaban el pecho cada que lo recordaba.

──── ¿Lograste ablandarlos? ────. Alice me sacó de mis pensamientos.

Miré a la vampira frente a mi, le regalé una sonrisa que me de volvió. Bajé la mirada a mis pies, viendo los zapatos blancos mientras asentía levemente a su pregunta.

──── Estan perfectos ────. Le aseguré volviendo su sonrísa más grande ────. Todo esta resultando exactamente como lo quería, la decoración, el vestido, los zapatos. Gracias, chicas.

──── Gracias a tí, nos diste la libertad de planearla ────. Lydia respondío ────. La boda será perfecta, digna de un reí y su reina.

──── ¿Dónde los pongo, Jefa? ────. Emmett interrumpío la conversación mientras cargaba un enorme y pesado tronco de un árbol.

Lydia y Alice se alejaron a ayudar a los demás con los últimos preparativos. Aproveché a quitarme los tacones y guardarlos en su caja. Miré a mi alrededor, posando mi mirada en el pequeño camino entre los invitados, donde tendría que caminar bajo la mirada de todos.

Entre a la casa dirigiendome a la habitación de Edward, me sentía cansada y quería dormir lo suficiente como para no despertar mañana con ojeras o Lydia me mataría.

Todas nuestras cosas estaban aquí, sería donde viviríamos después de volver de la luna de miel. Edward se encargó de eso, no dijo donde iríamos, solo que sería sorpresa. 

Bella apareció por la puerta, mirandome sonriente. Ahora ella era otra persona, totalmente diferente a la chica que conocí hace años. Su confianza en ella creció mucho, junto con su fuerza y velocidad, las mismas fracciones de un vampiro y el cuerpo escultural de ellos.

Ella se convirtió hace tres años, después de casarse con Samuele. Cuando Edward me contó no podía creerlo, ella decidió renunciar a ser humana y vivir para siempre con el amor de su vida.

──── Vine a ver como te encontrabas. Se que los nervios de novia no te dejarán dormir, por eso te traje esto.

No había notado el vaso en sus manos, al mirarlo lo tomé oliendo el aroma del té. Me relajaría y podría dormír mucho mejor. Le sonreí agradecida.

──── Yo estoy bien, ¿tú estás bien? ────. De volví la pregunta refiriendome a su decición ────. Seguramente es difícil estar serca de mí.

──── El olor a lobo es soportable, y puedo controlar mi sed ────. Aseguró sonríendo orgullosa de si misma. Esto es algo que ella había querido desde hace mucho ────. Todo es increíble, colores que no había visto nunca, olores diferentes. Pero sobre todo, podré estar con Samuele por siempre.

──── Estoy realmente feliz por tí.

──── ¿Y por tí? ────. Fruncí el seño sin saber a qué renferia. Ella sabe que mi felicidad por la boda era inmensa, así que no sabía a qué venía su pregunta ────. Me refiero a tu mortalidad.

──── No quiero convertirme ────. Negué a lo que me miró soprendida ────. Quiero vivir mi vida mortal lo más normal posible, envejecer y morir. Claro que todo será diferente para Edward, pero debe aceptarlo.

Bella solo asintió y salió de la habitación luego de despedirse. Miré al bosque por la gran ventana, recordé el nombre de un chico que no había visto hace cuatro años y ahora que estaba en Forks, tampoco había visto.

El mismo día que llegamos fuí a la reserva en busca de Paul. Fuí a su casa y su madre me dijo que no había regresado en días, preocupada busqué a Billie esperando a que el supiera donde estaba.

Su respuesta fué que desde que Paul se enteró de mi compromiso hace unos días, desapareció, totalmente furioso. No quise estar más en el lugar y regresé a casa. Creí que sería buena idea no envarle invitación, sin embargo, Billie y algunos de la manada si resivieron invitación.

Por el reflejó de la ventana, vi a Edward entrar mirandome con una sonrisa pequeña en su rostro. Se acercó a mí rodeando mi cintura con sus brazos.

──── ¿No te has arrepentido? ──── preguntó dulcemente.

──── No, eso nunca va a pasar ────. Me separé de el tomando asiento en la orilla de la cama ──── Espere esto durante cuatro años. ¿Ahora lo estas reconciderando?.

──── No, he esperado un siglo para casarme contigo ────. Su seño se frunció mientras miraba alguna parte del piso, entonces supe que había algo más.

──── ¿Pero? ────. Lo animé a hablar.

──── No te he dicho todo sobre mi.

──── ¿Qué? ¿No eres virgen?────. bromeé logrando hacer que sonriera nuevamente. No duró mucho hasta que soltó un suspiro y se volteó mirando a la ventana. Frunci en seño comenzando a creer que era más grabe de lo que pense. ───. No puedes espantarme ahora.

──── Unos años después de que Carlisle me creó, yo me rebelé contra el. Me molestaba que controlará mi apetito. Y por un tiempo me fuí por mi cuenta. Quería saber lo que era cazar. Probar sangre humana ────. Me relató cómo asesinaba a violadores, asesinos y criminales ────. Todos los hombres a los que maté eran monstruos. Y yo también.

Amaba escucharlo hablar sobre su pasado, muchas veces le pedía contarme el como eran las cosas en aquellos tiempos, pero siempre había obmitido quince años de su vida. Nunca me atreví a preguntarle el por que, algún día me lo contaría.

──── Edward, todos ellos eran criminales. Probablemente salvaste más vidas de las que tomaste. ────. Trate de convencerlo, que el se viera a sí mismo como una mala persona, nunca me ha agradado.

──── Es lo que me decía a mí mismo. Pero eran seres humanos. Los miraba a los ojos mientras morían y podía ver quién era yo, y de lo que era capaz.

──── Se lo que tratas de hacer, no te preocupes. Lo hablamos hace un par de semanas ────. Mi tono de vos fue comprensivo y tranquilo, mientras me asercaba a el y rodeaba su cintura con mis brazos ────. La muerte no me asusta. Y si yo estuviera a punto de morir algún día, no quiero que hagas nada al respecto.

──── Te amo ────. Susurró el mis labios para luego unir los suyos con los míos ────. No dejaré que nada te pasé.

Iba a hablar, pero un chiflido fuera de la casa llamó nuestra atención

──── ¿Ese fué Emmett?.

──── Oye, vámonos ────. La respuesta a mi pregunta llegó casi al instante con el grito de Emmett.

──── Es mi despedida de soltero ───. Explicó ante mi mirada confusa, la cuál rápidamente se convirtió en un seño fruncido.

──── Déjalo ir, Tara, o entraré a buscarlo. ────. Emmett habló luego de saltar hasta llegar al balcón.

──── Y en esta fiesta, ¿habrán strippers?────. Bromee fingiendo un poco de celos.

──── No, sólo unos pumas ────. Reí al escucharlo ────. Tal vez unos cuantos osos.

Escuché como uno de ellos saltó hasta llegar a la ventana, creí que sería Emmett nuevamente, en su lugar, fué Jasper quién apareció.

──── No te preocupes, va a regresar a tiempo ────. Prometió.

──── Ve y diviértete ────. Le pedí mientras lo empujaba suavemente a la ventana ────. Solo asegúrate de llegar mañana.

──── Te veré en el altar.

Sentí mi corazón emocionarse por sus palabras. Le sonreí en grande antes de responder.

──── Seré la de blanco.

──── Eso fue muy convincente ────. Salto por la ventana, sonreí al escucharlo reír con sus hermanos para luego desaparecer por el bosque.

Al estar completamente sola, me cambié por una pijama cómoda mientras terminaba de beber el té que Bella había traído. Apagué las luces quedando completamente a oscuras. No tardé mucho en quedarme dormida.

El caminó al altar era completamente blanco, la mayoría de cosas en el lugar, todos vestían de blanco. Me pareció un poco extrañó, no le preste atención, solo al hombre esperándome en el altar.

Mi padre colocó mi mano sobre la de Edward, mientras yo me posicióne a su lado, e inevitablemente una sonrisa salió.

Lo que sentía como un sueño, se volvío una pesadilla cuando inesperadamente, tres hombres estaban frente a nosotros, vestidos como realeza, sus ojos rojos llamaron más mí atención. Vampiros.

Giré sobre mis palones, lo que antes eran petalos de rosas, ahora eran manchas de sangre. Los Cullen ardían en fuego, la manada y todos los invitados estaban apilados frente a nosotros, muertos por heridas de flecha y balas.

Mire a mi lado, dónde Edward ya hacía en el suelo ardiendo en fuego. Retrocedí conmocionada, chocando con alguien a mis  espaldas. Giré rápidamente apuntando a esa persona con una pistola, no sabía cómo había llegado a mís manos.

──── Hiciste lo correcto.

Allison me miraba orgullosa, con el arco en su mano.


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A las fans de maze runner, subi un fanfic, si quieren pasar a leerlo lo agradecería mucho. Espero sea de su agrado.

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