Caroline

Llegamos al lugar en donde supuestamente tenían al señor Jackson para quedarse aquí encerrado para siempre. Me indicaron por donde pasar y darme una habitación para hablar a solas con él. Una habitación que tenía un gran plástico que dividian la mitad de la habitación. Esperé por unos minutos cuando la puerta de su lado fue abierta dejándolo ver entrar por esa gran puerta de metal esposado de las manos y con ese uniforme que suelen usarse en este lugar.

Él hombre desde que me vio aquí sentada no se le quitó  esa estúpida sonrisa de su rostro.

Se sentó frente a mí apoyando ambos codos sobre la pequeña barra de metal que había frente a nosotros.

- Con eso sí se ve bien - dije usando las mismas palabras que el me dijo cuando yo estaba en su lugar -como suelen cambiar las cosas, sale tiempo al tiempo siempre lo e dicho

- Por lo visto tú estas bien.... Lo cuál sabes que me...

- ¿Molesta?, pero claro, se que tal vez usted esperaba volver a verme enferma o incluso muerta por todo ese maldito sufrimiento injusto que usted junto con esa personas horribles me hicieron pasar durante estos últimos meses, ¿No es así?. Lamento decepcionarlo nuevamente señor Jackson

- Estúpida Perra

- Estoy siendo amable con usted, ¿por qué recurre a ese tipo de palabras nefastas?

- A mi que me importa lo que quieras, ¿a que viniste? ¿A burlarte de mí? ¿Te alegra que este yo aquí?

- Sí, - dije sincera -

-...

- Me alegra que este ahí, espero y lo estén tratando como se merezca

- Hija de perra, sabes perfectamente que es un infierno estar aquí adentro

- Lo sé - sonreí - se perfectamente lo que es estar encerrado en esas cuatro paredes

- Pronto lograré quitar esa bonita sonrisa de ese bonito rostro tuyo - dijo de manera amenazante - sabes que tengo gente, gente allá afuera que puedo ordenarle que te maten en cualquier momento, incluso hoy si yo quiero

- ¿Se refiere a los hombres que mando para abusar de mí? ¿A los hombres que usted mandó para que nos mataran a mi y a mi hijo?

- ¿Qué? - preguntó con algo de confusión - ¿cómo sabes que...

- Lo miraba con una ceja levantada y una leve sonrisa - creo que no tienes a más gente, ¿cierto?, todos sabíamos que ibas a terminar completamente solo

- ¿Qué te hace pensar que no les diré que te vuelvas a hacer daño?

- Por qué esos hombres.... Se han convertido en compañeros de celda tuyos, Los atraparon está mañanas a los tres, ¿No te enteraste?

-...

- El hombre que intentó matarme, ya sabes como terminó, ¿verdad? Y el que intentó matar a mi hijo, se suicidó esta mañana, creo que no pudo más con la culpa y el remordimiento de que intento matar a alguien completamente inocente

-....

- Me das lastima, verte aquí solo, ya no tienes a nadie, tu familia te abandonó, tus hijos no te quieren cerca y tu esposa ni se diga

- De acuerdo, tú ganas, me hundiste cuando intenté hacerlo contigo, ¿Feliz?

- Mucho....Te deseo una larga... Y miserable vida Joseph

Me puse de pie dejando a aquel hombre con la palabra en la boca. Se sintió tan bien ver como esa persona la cuál me causó tanto daño físico como emocional, que esa misma persona que se metió con la persona que ella más ama en este mundo, tan cruel, y sin corazón, este pagando por todo el daño que me Causó.

Ese día, ese día en específico, fue el día en que por fin sentí qué podía estar en paz.

Llegue a casa y tome una botella de licor del mini bar que tenía, una copa de vidrio para después encerrarme en mi habitación.

Me senté en el suelo alfombrado de esta, abri la botella y comencé a servirme de a poco en mi copa. Celebraba yo misma que al fin todos habian pagado cada una de esas personas que me hicieron daño, estén pagando.
De un momento a otro se me hizo inútil servirme en una copa y comencé a tomar directamente de la botella.

Después de un rato de estar bebiendo comencé a sentirme poco mareada, me sentía caliente de la cara supongo que mis mejillas estaban coloradas, pero no me sentía con la necesidad de querer parar, me puso de pie tomando mi teléfono que estaba a un lado de su cama. De verdad me sentía más ebria que sobria, me senté sobre su cama para mirar directamente al suelo. Por unos segundos lo vi como el lugar más cómodo del mundo, así que decidí recostarse sobre aquel piso alfombrado. Miró el techo y sin motivo alguno una sonrisa se formó en mi rostro.

- Me siento feliz y triste al mismo tiempo, ¿pero por que triste?, debería de sentirme bien si o sí

Mi ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que cai rendida en un profundo sueño.

(...)

El teléfono sonaba y sonaba. La castaña abrió lentamente sus ojos debido al molesto sonido que aquel aparato producía. Tallo sus ojos para después percatarse que había dormido en el suelo la noche anterior. Miró en dirección al teléfono y con pasos muy torpes se puso de pie caminando hacia el. Lo tomó para después levantarlo y ponerlo sobre su oreja.

- ¿Quién habla? - contestó con una voz adormilada - ¿Pablo?

- El señor Borgeutti está aquí y quiere hablar contigo

- .... ¿El señor Borguetti?

- Sí, ¿Por que no has llegado? ya deberías de estar aquí Caroline

- Voy para allá dame diez minutos

Terminó la llamada y enseguida se metió a tomar una ducha, se cambió de ropa lavo su dentadura, maquillo su rostro y se puso en marcha al trabajo.

Cuando llegó a la empresa la recibió Pablo totalmente alterado.

- El señor Borguetti está en tu oficina, ¿como puedes elegir para llegar tarde el día de hoy?

- Lo siento, me quedé dormida - conteste mientras corría hacia mi oficina -

Llegó a la puerta de esta, conto hasta tres y abrió la puerta para dejarla ver con el joven Borguetti.

- Señor Borguetti, me apena demasiado haberlo hecho esperar,de verdad discúlpeme - se  acerqué a él mientras tomaba su mano para estrecharla -

- No se preocupe, a todos no llega a pasar alguna vez - dijo aquel jovén con una sonrisa -

- Por favor tomé asiento

Ambos se sentaron uno frente al otro.

- Dígame, ¿en que puedo ayudarle? - contestó la castaña -

- Bueno, como le había comentado, me casaré pronto y quisiera que unas manos majestuosas como las de usted, diseñará mi traje que usaré ese día tan especial

- Muchas gracias por el alago, me imagino que usted no quiere algo común como lo de otras parejas acostumbran a hacerlo

- No, usted me conoce muy bien, quisiera casarme con un traje de color violeta

- ¿Violeta? - frunció el ceño -

- Asintió - se preguntará por que, y creo yo que el violeta es uno de los colores que más me representa a mi como persona

- ¿Así?

- Así es, el violeta es un color demasiado lindo, como yo - sonrió -

- Sonreí - ah ya entendí

- ¿Podría hacer que mi traje fuera único y lindo?

- Claro, tomaré sus medidas y hablaré con usted seguido para que vea el procedimiento de su vestuario y el diseño, ¿le parece bien?

- Claro

Ambos nos pusimos de pie y por mi parte comencé a medir el cuerpo de aquel hombre que para ser sincera era demasiado alto.

- ¿Esta emocionado por casarse?

- Claro, demasiado, me casaré con el amor de mi vida no podría estar más emocionado

- Me imagino

- Usted lo ha experimentado, ¿no?

- No, aún no estoy casada

- ¿Habla usted enserio? - preguntó algo confundido -

- Sí

- Es una mujer hermosa y me uy talentosa, creí que usted estaba casada

- No por qué sea hermosa significa qué este cansada, eolo qué ningún hombre cumple con mis expectativas

- A todos nos cuesta un poco encontrar a alguien que lo haga

- Sí

- Lo siento, no quise...

- No se preocupe, esta bien

- Es una mujer muy hermosa dejeme volver a decirle, y sí fuera hetero me enamoraria de usted

- reí - que cosas dice, pero Gracias, supongo que aún no ha llegado el indicado

- O tal vez ya llegó y usted no se lo permite, supongo que al menos una vez ha estado locamente enamorada de alguien y no lo niege todos lo hemos estado

-....

- ¿No se lo ha puesto a pensar?

- No soy muy buena en ese tema del amor, supongo que no está destinado para mí

-El amor esta destinado para cada uno de nosotros, ya depende de esa persona, si quiere tenerlo o no

- No me había puesto a pensarlo de esa manera

- El amor te hacer ver y explicar las cosas de manera diferente, para hacérselas ver a las personas que se rehúsan a tenerlo

- nunca dije que me rehusaba

- ¿Esta usted segura?

-....

- miró su reloj para después mirarme - voy tarde, necesito encontrarme con mi prometido

- Claro, lo llamaré cuando este por empezar

- Se lo agradezco

Tomó sus cosas y salió de la oficina. A Caroline se le hizo extraño que alguien se preocupara por su vida amorosa cuando para ella no es realmente  importante, ahora lo estaba considerando y empezando a creer que tal vez el indicado ya llegó y ella nunca le permitió quedarse.

El sonido del teléfono se hizo presente, ella contestó aún sumida en sus pensamientos.

- Diga...

- ¿Caroline?

- La voz de aquel hombre se le hizo conocida haciendo que ella prestará más atención a la llamada - ¿Quién habla?

- Soy yo, Frank, amigo de Michael, ¿me recuerdas?

- Ah claro, Frank, ¿Sucedió algo?

- Sí

- ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?

- Es Michael....

- ¿Qué pasa con él?

- Necesito que vengas

-....

Continuará....