
𝑻𝒉𝒆 𝒕𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒕 𝒓𝒐𝒔𝒆𝒔 🥀 | 𝑽𝑴𝒊𝒏
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🥀 Las espinas 🥀
protegen las rosas
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¿Qué se está dispuesto a hacer por la familia?
¿Conoces a tu familia cien por ciento?
¿Sacrificaría tus propios sueños por ellos?
Mmm... supongo que dependerá de que tan buena o mala sea tu relación con aquellas personas que te acompañaron, o alejaron, desde pequeño o pequeña. Y por supuesto también puede depender del concepto que uno mismo le ha dado a esa palabra, familia.
Hay familias muy unidas, aquellas que en todo momento se apoyan y que realmente darían todo de sí para procurar el bienestar de alguno de los integrantes de ese grupo. Y también hay familias con los lazos tan rotos que ni siquiera se hablan aun cuando viven bajo el mismo techo, conozco muy bien estas últimas y probablemente por ello no tenga muy claro el porqué alguien sacrificaría algo de sí mismo por ayudar a alguien de su familia.
No todas las personas son buenas, aunque tampoco digo que todos sean malos, simplemente me refiero a que probablemente uno mismo vea solo lo bueno de los integrantes de su familia cuando en realidad haya una o dos manzanas por ahí que ya estén completamente podridas, y claro que pasa de manera contraria.
No tengo nada en contra de aquellos que han decidido que su familia es antes que nada, me alegra que esas personas tengan tanta fe y confianza en esos individuos. Yo realmente no tengo cavidad para esas palabras en mi mente; la fe no admite dudas y yo dudo de todo; la confianza tiene una contraparte, la desconfianza y ese es el sentimiento que domina en mí ante todo lo desconocido.
Supongo que de mi mente nunca se alejara el conocimiento de que los humanos siempre buscan algún beneficio personal o colectivo y pueden llegar a ese beneficio incluso a través del sacrificio de uno mismo o de alguien que consideren prescindible en su vida.
Incluso dentro del círculo familiar se puede esperar traición, no siempre se termina de conocer a las personas por completo, los pensamientos humanos cambian en el momento que se enfrentan a alguna situación difícil, también cambian sus prioridades si es necesario.
La mente humana es un universo muy diferente de un individuo a otro, lo fue en el pasado y lo seguirá siendo en el futuro, a menos que alguien encuentre la manera de programar los ideales y pensamientos de toda la población para que no haya diferencia de opiniones, si crees que conoces a alguien en su totalidad vuelve a replanteártelo.
Conocer a un individuo en algún momento no significa que lo seguirás conociendo en el futuro, no te quedes con una sola imagen de alguien siempre trata de averiguar si esa persona aún no cambia, claro que esto es solo un consejo que puedes elegir ignorar pero después no digas que nadie te lo advirtió.
Los humanos pueden traicionar por beneficio propio, incluso si forman parte de tu familia.
— Primo, es demasiado arriesgado.
— Lo sé Jiji, pero mi padre cada día está peor y ya no puedo seguir viéndolo así, mamá está sufriendo demasiado al verlo tan enfermo.
Su adorada prima lucía demasiado preocupada por la decisión que había tomado esa mañana, y sinceramente él también estaba algo temeroso, pero su familia estaba sufriendo por la agonía en la que su padre había caído y el estaba dispuesto a tomar el riesgo si eso significaba que podía ayudar a que las sonrisas volvieran a ese castillo en el que se había criado.
— ¿Jimin realmente no hay otra manera de conseguir una cura?
— Al parecer no, ya estuve hablando con algunas hadas del jardín y todas dijeron lo mismo. Solamente la poderosa hada del reino oeste tiene la magia para combatir con la maldición que asecha a papá.
— Son demasiados días viajando a caballo para llegar hasta allá y eso ni siquiera es lo más preocupante de tu viaje.
— Jiji, sabes muy bien que todas esas historias que nos contaban de pequeños las exageraba precisamente para asustarnos y que no nos dieran ganas de atravesar el bosque. Además en la última década nuestra relación con ls hadas ha mejorado, también con varias criaturas, estoy seguro de que volveré totalmente a salvo y con la cura que ayudará a papá.
Yoo Ji-min había perdido a sus padres en una horrible matanza que buscaba acabar con la familia real, su madre había acogido a la pequeña princesa sin dudarlo pues era la hija de la hermana menor que había perecido en medio de ese bosque oscuro donde una emboscada había estado esperándolos. Desde entonces habían pasado diez años desde que compartía el enorme castillo con su prima, con la cual compartia nombre gracias a que sus madres eran muy unidas. Era más una hermana menor que una prima, adoraba a esa frágil y asustadiza joven que siempre tenía una sonrisa para él y para sus padres.
— ¿Realmemte no te puedo detener?
— Lo siento Jiji, pero ya me decidí.
Los ojos color azabache estaban brillosos por las lágrimas no derramadas que se acumulaban, pero aún así su prima voto siempre le dio su asentimiento de apoyo hacia lo que él quería hacer.
— Bien, pero si te vas a ir por tantos días, entonces me aseguraré de que las cocineras te empaques suficiente comida y también iré con los herreros para que te forjen las mejores armas y buscaré a los mejores guerreros-
Rodeo a la menor en un abrazo apretado para que dejara su discurso de lado y lo escuchara atentamente.
— Tendré que conseguir la mayoría de la comida por mi mismo para poder ir más ligero, mis armas son suficientes porque ya estoy familiarizado a luchar con ellas y ya elegí a mis hombres, solo serán cinco para que los seres del bosque no se incomodan con nuestra presencia y también irá una hada que eligió acompañarme.
— Pero-
— Prima, volveré totalmente bien porque se que mis amados padres y mi prima me estarán esperando con ansias. Así que solo tienes que regalarme una de tus sonrisas y abrazarme muy muy fuerte mientras me deseas lo mejor en mi viaje, solo con eso yo iré totalmente protegido por los buenos deseos de mi bella prima.
El agarre de los delgados brazos se intensificó a su alrededor y palabras de aliento le fueron susurradas por la voz suave de la menor.
Después de eso solo se despidió de su madre para finalmente emprender su viaje en el que esperaba poder conseguir la ayuda de la gran hada del oeste y volver con bien hasta su amada familia.
Todo lucía aterrador. La oscuridad gobernaba en medio de los frondosos árboles que no permitían el paso de la luz, los sonidos más pequeños tenían un eco que los volvía inquietantes y las nubosos ramas con filosas espinas por todos lados daban miedo.
— Príncipe Jimin, este camino podrá ser un atajo pero luce más peligroso que el principal. Los caballos se están inquietando.
La pequeña hada que los acompañaba, y la cual era la única fuente de luz, miraba de un lado a otro con ojos temerosos.
— ¿Tu no sabes que es lo que hay por este camino Winter?
— Sinceramente no príncipe. Incluso las hadas que vivimos entre humanos seguimos el sendero cuando viajamos de un reino a otro. Dentro del bosque habitan hadas poderosas y algunas no les gusta ser molestados en su territorio, además lagunas de ellas aún no están convencidas de estar en paz con los humanos. Son un poco arcaícas y creen que están por encima de todos.
Miro por un momento hacia enfrente, aunque realmente no podía ver mucho, si seguían por ese camino era seguro que llegrian en mucho menor tiempo pero tampoco quería arriesgar a los hombres que lo acompañaban. Ese camino era muy diferente al sendero principal donde se podían apreciar numerosas flores, frutas y pequeños y esponjosos animalitos, demás de que era mucho más luminoso que esa oscuridad total donde se encontraban.
Su caballo igual avanzaba cada vez más lento y si algo había aprendido de su padre era que los animales tenían un instinto especial para detectar el peligro. Definitivamente él no pondría en riesgo a nadie.
— Volvamos al sendero principal, no quiero que nadie este en peligro por mi culpa. ¿Nos podrías guiar?
La pequeña hada asintió de inmediato con alivio evidente en los pequeños rasgos y aleteo hacia su derecha siguien un camino que sólo ella podía ver.
Podría haber estado decepcionado de no poder ir por un camino más rápido, pero los escalofríos en su piel y la mirada que podía sentir en la oscuridad lo hicieron alegrarse de volver a un camino más iluminado.
— ¡Príncipe sigame!
La caída del caballo lo había dejado adolorido en la mayoría de su cuerpo, pero no podía darse por vencido.
Apenas habían avanzado un poco en el sendero principalcuando varios hombres habían aparecido de entre los árboles, todos armados y dispuestos a matarlo a él y a quienes lo acompañaban.
Esa era una emboscada, ese no era un ataque al azar pues no buscaba joyas ni comida solo querían matarlos de la manera más cruel que podían, lo vio con sus propios ojos cuando uno de sus hombres fue asesinado con gran malicia.
La pequeña hada que lo acompañaba había logrado poner un muro invisible que lo protegió de algunos ataques pero sus poderes eran de una criatura de jardín así que no podía herir humanos y la protección que había creado no duraría mucho, solo agotaría terriblemente a la pequeña criatura que le pedía que huyeran de manera desesperada.
— Ponte a salvo Winter, yo no puedo irme u dejarlos atrás a ellos.
— ¡No! ¡Príncipe!
Salió del limite de protección que el hada había hecho y logró salvar por muy poco a uno de sus guerreros. Él era bueno con su espada, lo suficiente para defenderse pero pronto se dio cuenta que no lo suficiente como para terminar con un grupo que los triplicaba en número a él y a los que quedaban de sus hombres.
Los ataques continuaron uno tras otro, ni siquiera tenía tiempo de tomar una respiración solo podía seguir blandiendo su espada para tratar de defenderse pero realmente comenzaba a perder las esperanzas.
— ¡Por favor ayudalos! ¡Se que tú puedes, por favor! ¡Ellos son buenos!
La voz desesperada de Winter llamo su atención, estaba en el límite de los árboles gritándole a alguien que quedaba fuera de su vista por completo. Sólo le importaba que quien sea que se encontrara frente a la pequeña hada fuera alguien que se pusiera de su lado y no en su contra.
Le era difícil saber si el extraño salvaría la vida de uno de ellos y no se espero a averiguarlo cuando el escudo de la hada se desvaneció y uno de los hombres se dirigió hacia ella con la espada lista.
Corrió con todas sus fuerzas restantes y se interpuso en medio de la espada y la pequeña y bondadosa hada. Un dolor inmenso recorrió su espalda pero solo duro unos segundos, exactamente el tiempo en que tardó en ubicar a quien Winter le pedía ayuda.
Parecia de tamaño humano a diferencia del hada que lo acompañaba quien apenas media lo mismo que sus dos manos juntas, pero el aura peligrosa y la piel de un tono caramelo y con un resplandor dorado definitivamente eran magicos. Todo en ese ser parecía irreal.
Un rostro con facciones demasiado bellas, un cabello rubio hermoso que parecía flotar aún cuando no había ninguna corriente de aire en ese momento y unos impactantes ojos azules que lo hipnotizaron.
Si su destino era morir ahí mismo, podía estar feliz de haber apreciado a ese hermoso ser al menos una vez en su vida, aunque por alguna razón el dolor ya no quemaba la herida de su espalda y el ruido de espadas había desaparecido.
— ¡Muchas gracias por salvarlos! — Nuevamente la voz de Winter logró llamar su atención. — ¡Príncipe Jimin! ¿Esta bien? ¿Lo hirieron?
Su respuesta no abandono sus labios, pues justo en ese momento se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
De suelo antes plano, habían emergido ramas llenas de espinas y estas estaban envueltas alrededor de los hombres que los habían emboscado, todos ellos tenían numerosas heridas de las cuales seguía emergiendo sangre, pero ninguno hacía ni un solo ruido. Estaban muertos. Pero solo ellos, de los hombres que lo habían acompañado tres se mantenían en pie impactados por lo que veían a su alrededor.
— Sígueme... — una voz profunda abandono los labios delgados del extraño ser mientras miraba a Winter y mientras un escalofrío recorría su espalda —. Puedes traer a los humanos con los que viajas.
— Vamos príncipe Jimin, él nos llevará a un lugar seguro.
Siguió el camino que Winter y aquel extraño comenzaron a guiar. Nuevamente tuvieron que seguir el camino a ciegas solo conformándose con la luz que las dos hadas desprendían pues se internaron profundo en el bosque, aun más de lo que habían estado cuando quisieron ir por un atajo.
No creyó que fuera posible, pero esa parte del bosque le dio aún más miedo. Antes habían estado en un camino muy silencioso, ahora podía escuchar respiraciones que no eran humanas y que no sabía de dónde provenían pero en cada paso que avanzaban se movían con ellos.
— No es necesario que te pegues a mi, los centauros solo nos escoltan desde las sombras para que ninguno de ustedes humanos se desvíe hacia otras partes del bosque.
La voz profunda del extraño le hizo darse cuenta de que él se había acercado demasiado a la espalda del rubio, su mano derecha se aferraba a la capa de tela suave que cubría el torso del contrario y sus hombres y Winter lo miraban mientras se comportaba de esa manera. Soltó de inmediato la prenda ajena y bajo un poco su mirada cuando un sonrojo calentó su cara, se alegro que en esa oscuridad nadie pudiera verlo del todo.
— Lo siento... No me di cuenta de que estaba tomando tu ropa.
— Señor hada, ¿aún falta para llegar? No he podido revisar la herida del príncipe Jimin y me preocupa.
Su herida... no la sentía en absoluto. Winter lucía preocupada y por supuesto también había culpa llenando la mirada de la pequeña hada, pero realmente se sentía bien.
— Winter, me siento bien no es necesario que te preo-
— El humano no tiene ninguna herida — la voz baja que había escuchado ya en dos ocasiones volvió a erizan su piel, ni siquiera le importaba el hecho de que lo había interrumpido —, yo la curé en el momento en que se la hicieron y también curé las de los otros humanos mientras caminábamos.
— ¡Se lo agradezco tanto señor hada! El príncipe Jimin y estos hombres son buenos se lo aseguro, usted no se arrepentirá de haberlos ayudado.
Le sonrió a Winter como agradecimiento a las palabras dichas, la pequeña hada realmente se había convertido en una amiga más. Aunque quizas eso no era bien visto por las hadas que habitaban ese bosque, los rasgos del hada rubio mostraban insatisfacción resplandeciendo con el brillo dorado que caracterizaba la piel contraria.
Volvió a bajar su mirada ante esos penetrantes ojos que lo observaban, no estaba seguro de si todos habían parado de caminar o si solo él sentía que todo a su alrededor se había detenido.
— Puedes llamarme Taehyung. — El hada rubio se dirigió a Winter con una sonrisa amable que desapareció por completo a mirarlo a él. — Eres el príncipe del reino Sur.
Esa no era una pregunta pero aún así asintió en respuesta. De nuevo esa mirada se enfoco en su persona por largo tiempo, eterno si le preguntan a él, solo se desvío cuando un golpeteo rítmico de pisadas de caballo se comenzaron a escuchar.
— Ya hemos llegado, pueden retirarse. — El hada rubio, Taehyung, le habló a alguien en la oscuridad que era imposible de distinguir para sus ojos, pero fue obvio que se trataba de los centauros que antes había mencionado. — Ustedes los humanos necesitan dormir, así que pueden estar aquí una noche. Al amanecer tendrán que retirarse.
Con esa declaración, un enorme muro de espinas comenzó a moverse. Las gruesas ramas cubiertas con afiladas púas serpenteaban para desenmarañarse de la gruesa pared que formaban.
El hueco que comenzaba a crearse dejaba salir bastante luz, la suficiente como para iluminar los gruesos y frondosos árboles a su alrededor que tenían más espinas en sus gruesos troncos.
Aunque lo que podía ver del interior de aquel muro parecía un mundo completamente distinto.
Hermosas rosas de todos los colores adornaban el suelo, arbustos e incluso las paredes de lo que parecía ser una hermosa casa invadida por la naturaleza. Había unas pequeñas motitas de luz que flotaban en el aire iluminando todo a su paso y un camino con suelo de mármol que era el único sitio donde no habia de esas bellas rosas que le daban una fragancia única a todo ese lugar.
Era irreal, pero tan bello y fascinante.
Estarían ahí solo una noche pero recordaría ese lugar el resto de su vida.
— ¿Puedo llamarte Taehyung?
Cuando se dio cuenta de que no podía dormir sin apreciar tan hermoso lugar, comenzó comenzó caminar lentamente disfrutando del aroma de las rosas que cubrían todo el lugar. No esperaba encontrar al hada llamado Taehyung sentado sobre una bella fuente de mármol por la que agua cristalina caía sin cesar. Sus piernas se movieron por si solas cuando observó a tan hermoso ser y sus labios también actuaron sin su permiso haciendo esa pregunta en el segundo que los ojos azules se encontraron con los suyos.
— No deberías de estar durmiendo. Realmente tendrán que irse al amanecer.
— Lo sé, pero este lugar es tan hermoso que quiero guardarlo en mi memoria para siempre. Nunca podría olvidarlo.
Le regaló una sonrisa sincera al hada de cabellos dorados, pero este solo le contestó vos una mueca molesta.
— Los humanos siempre mienten — susurró el hada lo suficientemente audible para que él lo escuchara.
No tenía ni idea de porqué el hermoso ser lucía tan molesto, pero él se aseguraría de hacerle saber lo realmente encantado que estaba von ese bello lugar.
— Este lugar es hermoso, realmente no podría olvidarlo-
— Ya lo has hecho una vez — interrumpió Taehyung con su voz tan baja que erizó su piel y con su mirada tan fría que lo dejó sin habla.
— ¿El príncipe ya había estado aquí? — Winter apareció de algún lugar detrás de él, pero ni siquiera pudo apartar su mirada de el rubio —. ¿Por eso conocías que era el príncipe del reino Sur?
No hubo respuesta inmediata a las preguntas de la pequeña hada, el silencio se situó entre ellos tres por unos largos segundos hasta que Taehyung finalmente dejó de mirarlo para responderle a Winter, quien flotaba en silencio esperando ansiosa por sus respuestas.
— Lo encontré llorando en medio del bosque. Se había perdido porque comenzó a seguir a una de las hadas mas pequeñas, las que viven dentro de las flores, y se separó del carruaje de sus padres.
Una expresión de conocimiento cubrió los rasgos de la hada más pequeña, pero él seguía sin saber de qué estaban hablando.
— Lo recuerdo. Fue cuando el rey y la reina regresaban de visitar a la familia de la princesa Ji-min por su sexto cumpleaños — dijo Winter con entusiasmo —. Cuando lo encontramos el príncipe estaba feliz comiendo una manzana y dijo que lo había rescatado... el rey de las hadas... — La sorpresa lleno por completo los rasgos de la hada de cabellos rosas. — ¡Perdón por no haberlo reconocido! ¡Lo lamento rey!
¡Rey!
¿Realmemte estaba frente al rey de las hadas? Aquel al que todos temen por ser tan cruel y despiadado con los humanos, no podía ser el mismo que los había salvado, ¿cierto?
— Has convivido demasiado tiempo con los humanos Winter, tus habilidades de percibir se volvieron débiles, pero estas pueden volver si regresas a vivir al bosque con todos nosotros. Ningún humano puede obligarte a permanecer con ellos, yo no lo permitiría.
La luz dorada que emanaba de Taehyung se volvió más intensa y las facciones hermosas se tornaron duras y peligrosas, ahora realmente podía creer que ese ser tan bello podía ser cruel y despiadado.
— Me gusta vivir en el castillo del rey Park, he tomado mucho cariño por todos los que viven ahí. Me gustaría acompañar al príncipe Jimin hasta el reino Oeste y conseguir la ayuda para que su padre el rey se recupere de la maldición y me gustaría estar ahí cuando el príncipe Jimin sea coronado para tomar el trono. — La sonrisa sincera en el rostro de Winter calentó su corazón, él también deseaba que esa pequeña y simpática hada siguiera formando parte de su familia. — Lo siento rey Taehyung, pero volveré con el príncipe.
— Solo tienes que saber que este bosque siempre te dará la bienvenida Winter, tú eres libre de vivir donde deseas y de rodearte de aquellos seres que tu elijas. Ahora ve a dormir un poco, tu no eres un hada nocturna y eso te afectará.
La hada peligrosa hizo una reverencia y se retiró con una sonrisa en el rostro diminuto que le fue correspondida por parte de Taehyung. Eso lo hizo sentir celos.
Realmente no tenía porque albergar ese sentimiento, pero estaba celoso. Quería que Taehyung le regalara una sonrisa, desde que se conocieron solo le había mostrado muecas.
— ¿Qué maldición asecha a tu padre?
— ¿Eh?... ¡Oh! Emm... no lo sé. Mi padre fue a negociar la división del río que forma la frontera con el reino Este y al volver cayó enfermo como nunca antes. Sólo sabemos que es una maldición por la marca color negro que está en su nuca.
— ¿Cómo es esa marca?
— Es como una pequeña serpiente.
Los iris de color azul brillaron un poco cuando nuevamente se encontraron con los suyos, ahora eran de un azul mucho más oscuro que casi sintió atravesar su ser.
— Esa maldición esta envenenando la sangre del rey, el hada del Oeste puede hacerte un tónico para revertirla pero el viaje es largo y es posible que tú padre no aguante mucho tiempo más. Es mejor que yo te de la posima para que al amanecer vuelvas a tu hogar y tu padre no tenga que esperar mucho más.
— ¿Realmente harías eso?
— Ya dije que lo haría y yo no miento.
— No digo que mientas, yo solo... me parece increíble recibir ayuda del rey de las hadas... — Tenía que cerrar su boca y dejar de seguir diciendo tonterías que causarán el enojo de Taehyung, pero a veces juraba que sus labios tenían mente propia. — Todas las historias que he escuchado de ti dicen que no te agradan los humanos.
— No me agradan los humanos. Siempre tienen deseos de poseer más, nunca les es suficiente poder o riqueza. Yo me encargo de proteger la vida de todo este bosque, las hadas que viven aquí, los animales y las plantas que embellecen todo, yo cuido de todo eso y si tengo que ser alguien de temer para los humanos lo seré.
— ¿Por qué estás dispuesto a ayudarme a curar a mi padre?
El alto se acercó hacia él con pasos lentos y fluidos que le recordaron a un puma acechando, se veía peligroso pero como una presa el quedó bajo los encantos del depredador y no pudo moverse ni un poco.
Su corazón estaba latiendo con rapidez pero aún no sabía si era miedo o anticipación a lo que estaba por suceder. Realmente estaba loco por pensar que ese hermoso ser juraría los delgados labios con los suyos pero sus caras estaban tan cerca que podía sentir el aliento contrario y eso solo lo hizo desear ser besado.
— Porque hace doce años, después de pensar que fui creado para cuidar de la naturaleza y estar solo, toda mi existencia me pidió proteger al pequeño y bello niño de ocho años que lloraba desconsolado en medio del bosque. No podía dejar de escaparme al reino Sur para observar al pequeño humano que no quería dejar de cuidar — unos dedos largos y delgados tomaron su mentón con firmeza y fue acercado aún más a ese rostro hermoso, si se moviera tan solo unos milímetros... —, pero hace dos años ese niño finalmente se convirtió en un adulto y me di cuenta de que no solo quería protegerlo, había un sentimiento totalmente desconocido llenando mi pecho... Me aleje cuando me di cuenta de que yo me estaba enamorado como lo hacen los humanos, el problema es que después de dos años de no verte, ese sentimiento aún continua ahí.
No pudo contestar a esa confesión.
Su mente quedó en blanco y las palabras no salieron, aunque era difícil averiguar si eso pasaba por la reciente revelación o por el beso tan increíble que Taehyung le estaba dando.
Nunca antes había besado pero había soñado una vez con ello y estaba casi seguro de que la sensación de calidez en su pecho era la misma.
Se sentía completo. Como si finalmente la otra mitad de su alma se hubiera unido a su cuerpo, como si realmente necesitará de ese hermoso ser para poder continuar con su vida. Era demasiado extraña la manera en que su mente daba vueltas, era difícil de explicar el sentimiento que llenaba su corazón y era imposible pedirle a su alma que no se entregará de esa manera cuando al fin había encontrado a quien pertenecerle.
— Jimin, tú me tienes en tus manos desde que eras un pequeño de ocho años... permiteme tenerte a ti por lo menos hoy.
Todo ese mágico lugar cubierto de rosas era hermoso e incomparable, pero la sonrisa que le dio Taehyung opaco fácilmente todo alrededor al mismo tiempo que robaba su aliento.
Tan rápido como asintió tímidamente, unas gruesas ramas cubiertas de espinas formaron un muro que los cubrió a ambos de cualquier ojo curioso que pudiera aparecer de repente, solo que esa nueva barrera era un poco diferente a las que había visto ese día pues contenía hermosas rosas rojas que dejaban caer varios de sus aterciopelados y perfumados pétalos alrededor de ellos.
Estaba fascinado de la belleza de ese momento que era aún mejor cuando veía la sonrisa de Taehyung dirigida a él.
Todo se sentía como un fantasioso sueño, se aseguró de tocar las hebras suves de cabello rubio y la piel de color canela con temperatura cálida tanto como pudo para convencerse de que ese momento estaba sucediendo en verdad.
La suavidad de los pétalos contra su espalda desnuda, el peso del cuerpo contrario encima de él, la temperatura de ambas pieles combinándose y aumentando gradualmente, los besos insistentes que no abandonaban sus labios... todo se sentía demasiado correcto.
A pesar de que toda su vida lo habían educado para elegir a una princesa que después se convertiría en su reina, estar con Taehyung no causaba ningún conflicto en su mente.
Además, el hada realmente sabía tocar su cuerpo en los lugares correctos. Su mente estaba dando vueltas por el placer que sentía en su abdomen bajo con el movimiento de los largos dedos que se movían con destreza en su interior.
Si estaba un poco asustado cuando la mano ajena se alejó de su intimidad y el momentode seguir llegó, su inexperiencia lo tenía preocupado de hacer algo incorrecto pero tenía la guía de Taehyung en cada minuto con susurros en su oído que lo tenían completamente hipnotizado.
Cada movimiento de la cadera del rubio robaba su aliento y causaba que el cosquilleo en su abdomen bajo se hiciera más y más intenso, ya no podía decir nada que no fuera el nombre del hermoso hada.
La sensación de liberación y placer que quedó después que ambos alcanzaron el clímax solo lo hizo sentirse más unido a Taehyung en cuerpo y alma.
En realidad sentía que cada parte en su ser le pertenecían al rey de las hadas.
— Unirme a una criatura tan hermosa como tú mi bello Jimin, es lo mejor que me pudo haber pasado en mi existencia. Gracias por pertenecerme y dejarme pertenecerte mi humano.
— Taehyung... siento que ya no puedo alejarme de ti... No quiero alejarme de ti y de este lugar.
Varias lágrimas se juntaron en sus ojos al pensar que al amanecer tendría que marcharse, ahora que su alma al fin estaba completa, ¿cómo podía alejarse de quien le provocaba esa hermosa sensación?
— No tienes por qué marcharte, ahora puedes vivir aquí conmigo.
— Pero amo a mi padre y quiero que se mejore.
— Mandaré el tónico para curar su maldición con tus hombres y Winter, ella se asegurará de que tu padre lo tome adecuadamente.
— ¿Realmemte no tengo que marcharme?
— Eres libre de ir y venir como te plazca mi bello Jimin, ahora perteneces a mi mundo tanto como perteneces al tuyo.
Estaba feliz de escuchar esas palabras, no tenía que renunciar a su familia y tampoco tenía que renunciar a quien complementaba su alma.
Esa noche dejo que el sueño lo alcanzará mientras era envuelto en los brazos de su hermoso hada, con bellas rosas perfumadas rodeándolos a ambos y solo añadiendo belleza a ese momento tan mágico para él.
En algún momento su mente se despejo y comenzó a arrojar a la superficie recuerdos en lugar de sueños.
Finalmemte recordó aquella vez que persiguió a una hada del tañano de una mariposa hasta las profundidades del bosque y el momento en que su hermoso Taehyung lo cargo entre sus brazos para que olvidara su llanto, recordó cuando vislumbraba la silueta de ese hermoso ser, el rey de las hadas, escondido entre los árboles que limitaban el castillo... y también recordó los susurros de advertencia que recibía por las noches entre sueños, estos provenían de una voz tan baja que erizada su piel pero siempre los ignoraba porque le parecían una mentira.
Solo que Taehyung no miente, el mismo se lo había dicho.
— Pareces estar muy cómoda en el trono de mi padre. Espero que no te hayas hecho ilusiones de que yo no regresaría.
Ji-min dejó su sonrisa de satisfacción y se levantó del trono en cuanto escuchó su voz.
— ¡Primo! Volviste tan rápido... estoy tan feliz.
— ¿En verdad? En realidad pareces sorprendida, no se te nota feliz.
— ¿De que hablas? ¿Por qué no estaría feliz?
— Porque tu plan de la emboscada no funcionó.
Ahora realmente notaba la falsedad en las expresiones trabajadas de su prima o mejor dicho de quien creyó que era parte de su familia.
— ¿Por qué dices esas horribles palabras? ¡¿Cómo puedes pensar algo así de mi?!
— No lo pienso, lo sé. En un principio me pareció raro que solo una niña de ocho años haya sobrevivido a una emboscada de violentos hombres que la mayor parte de su vida solo habían vivido para hacer ese tipo de trabajo sucio. Es demasiado extraño que cometiran el error de dejar una sobreviviente. Pero ahora se la razón de ello. Tu no eres Yoo Ji-min. Mi prima pereció en aquel ataque junto a sus padres, mis tíos. — La expresión de la pelinegra flaqueo por una fracción de segundo, pero sus habilidades para actuar eran buenas después de tantos años. — He encontrado el lugar donde fue enterrada y hubo alguien que me contó todo, ya que fue testigo de como fue el ataque al carruaje y como uno de aquellos hombres le ordenaba a su hija ponerse las ropas de la princesa.
— ¡Te están mintiendo Jimin! ¡Mírame! ¡Yo soy tu prima!
Lágrimas se derramaba sin cesar de los ojos de quien por años vio como su prima adorada sin sospechar que ella planeaba quedarse con él trono.
— El rey de las hadas no tiene necesidad de mentir y no lo hace.
— Rey de las hadas...
Los ojos de la pelinegra se abrieron demasiado cuando Taehyung se posicionó a su lado con esa aura que infundía miedo y por la cual se habían creado tantas historias macabras de él.
— Ese trono le pertenece a mi padre, ahora que finalmente su maldición esta siendo revertida podrá ocupar su lugar. Y una vez que el decida retirarse y ceder el poder, ese trono pasará a manos de Taehyung quien gobernará su propio reino y este reino con diligencia.
— Eso es imposible.
— Es bastante posible, ya que yo soy el heredero de mi padre y hace un día me casé con Taehyung en el bosque, de esa manera uní ambos reinos. Pero me temo quetu no podrás verlo de cerca ya que estarás encerrada hasta el último de tus días. Guardias ya pueden llevársela.
Se aseguraría de que esa impostura no volviera a conocer la libertad, mientras el gobernaba al lado de su hermoso rey de las hadas.
No me odien por poner a Karina como la mala, adoro a esa chica y por supuesto al grupo, pero la imagen de ella quedaba demasiado bien cuando comencé con la historia 🤔 🥴
En fin, ya solo nos queda un One Shot más par finalizar con este libro, mientras lo esperan tengan bonitos días mis lindas y lindos Makis 🤗
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