
𝑯𝒂𝒍𝒍𝒐𝒘𝒆𝒆𝒏 🎃 | 𝑯𝒐𝒑𝒆𝑴𝒊𝒏
════════════
🎃
HALLOWEEN
════════════
"Las personas son como los libros, unas te engañan por la portada y otras te sorprenden por el contenido".
¿Alguna vez leíste esta frase? Yo la conozco desde hace algunos años, la encontré por casualidad en Internet en una de esas veces que comienzas a buscar una cosa específica y terminas visitando sitios con contenido totalmente diferente de lo que querías en un principio.
No tengo ni idea de quien es la primer persona que la dijo o que la hizo famosa, pero si se que en ese entonces la guardé por que no pude encontrar más que verdad en esas palabras. Incluso se ha convertido en una de mis frases favoritas y por ello es que constantemente está en mis pensamientos.
Es fácil para mí recordarla cuando siempre me ha tocado conocer a esa gente que me ha logrado engañar por completo. Te pueden mostrar una sonrisa la primera vez que conversan y cuando menos lo esperas su actitud, sus palabras y sus acciones te hieren.
He leído sobre personas que son muy buenas leyendo a otras... ¡Yo quiero aprender como se hace eso!
Considero que tener esa habilidad debe de ser genial, tu entrarías a una relación laboral, de amistad o cualquier otra sabiendo un poco del contenido de ese nuevo libro desconocido.
Tal y como dice la frase del principio, las portadas son muy engañosas, no te dejes engañar por la belleza de algunas de ellas porque puede que entre sus hojas te encuentres con algo muy distinto a lo que esperabas. Aunque realmente no tengo ningún otro consejo para dar más que ese, pues creo que ya dejé claro que mis habilidades para leer a la gente son nulas.
Sonará muy "cliché", pero lo que de verdad importa es el interior de cada uno, y estoy hablando de sentimientos, pensamientos y eso, lo aclaro porque se que hay algunos lectores que pueden malpensar eso del interior de cada uno, ya puedo imaginarme las sonrisas que aparecieron en sus caras y yo aquí tratando de ser seria jeje.
En fin, ya solo les vuelvo a advertir; tengan cuidado de las portadas bonitas, sobre todo de aquellas que tienen dibujada una hermosa sonrisa.
— ¿Sigues molesto?
— ¡Claro que sigo molesto! ¡Me prometiste que no trabajaría el día de Halloween, Yoongi-hyung!
— No es mi culpa Jimin — dijo con calma el rubio que lo miraba desde la entrada a la habitación de los casilleros —. Nos falta una persona para patrullar esta noche y tu eres el único que dijo que no tenía planes.
— ¡Si los tenia! ¡Iba a pedir dulces!
— Exacto, eso no es algo de suma importancia. Además ya tienes veintidós años, esa actividad es para los niños y adolescentes.
Pero me encantan los dulces.
Sus padres siempre le dijeron que no tenía nada de malo que siguiera pidiendo dulces, en ocasiones ellos le ayudaban a elegir lo que vestiría en esa noche, ¿por qué las personas seguían diciéndole que ya estaba grande para pedir dulces?
— Los demás también estaban hablando de hacer una fiesta de disfraces, no entiendo por qué yo fui al que mandaron llamar - reclamó con su voz más aguda para demostrar su enfado, aunque a Yoongi nunca parecía importarle.
— Eso es porque eres el más inocente y el único que no pudo decirme una excusa importante para no venir. Ahora deja de hacer pucheros y vamos a la patrulla, la gente ya va a comenzar a salir de sus casas para pedir dulces y tenemos que cuidar que no haya ningún altercado o accidente.
— Si, como que alguien le de una sobredosis de felicidad por tener tantos dulces...
— Jimin...
— Ya voy, hyung.
Le regalo una enorme sonrisa al rubio para evitar que se enojara más de lo que ya parecía estar. Camino obedientemente tras el mayor cuando su uniforme ya estaba correctamente colocado y se subió a la patrulla evitando que un suspiro saliera de sus labios.
Realmente le hubiera gustado estar en las calles con su bonito disfraz de tiburón mientras llenaba su bolsa que él mismo había decorado para esa noche en especial. En su lugar estaría sentado en la patrulla durante un turno de ocho horas viendo las sonrisas de aquellos que sí habían podido salir a disfrutar de esa noche.
Eso era tan injusto.
Si hubiera inventado algo para liberarse de ir a trabajar, no estaría en ahí aburrido.
Pero no sabes decir mentiras.
Cierto. Era pésimo para inventar excusas rápidamente y aún si las planeara y se las aprendiera de memoria siempre terminaba delatandose él mismo.
Decir mentiras no iba de la mano con su nombre.
Su única relación amorosa había terminado después de decir la verdad a la que era su novia en ese entonces, pero él no había querido hacerla sentir mal, simplemente no sintió mucho cuando tuvieron su primera vez juntos, se sintió raro y pasó muy rápido en su opinión.
Recuerda que su mejor amigo estuvo riéndose por lo que parecieron horas después de que le contó lo sucedido. Aún se siente mal por haber hecho llorar a Nayeon, pero una vez que abría la boca no podía evitar decir lo que realmente pensaba.
Suspiro contra la ventanilla del auto, mientras veía todos esos disfraces, algunos eran lindos y tiernos, mientras que otros le dieron miedo suficiente como para cerrar los ojos y desviar la mirada. Eso era lo único que nunca había disfrutado de la noche de brujas, había algunos que hacían disfraces muy realistas y muy aterradores, cuando era pequeño cada vez que se topaba con uno corría de vuelta con sus padres, cuando cumplió "edad suficiente" para ir solo, no le quedó de otra más que hacerse el valiente y recordarse a sí mismo que la sangre, las máscaras y los monstruos que pasaban a su lado no eran reales.
Aun era un misterio para muchos de sus compañeros como se había convertido en oficial de policía, el secreto estaba en que el solo iba enfocado en ayudar a la gente nunca se imagino que en ese trabajo le tocaría tratar con esa gente que daba miedo, tampoco pensó que en su trabajo tendría que ver tanta sangre como la última vez que tuvo que ir a asistir un accidente entre tres autos.
Ese día había soportado por puro milagro no vomitar ahí mismo en la escena, pero apenas piso la estación de policía salió corriendo al baño más cercano.
Desde entonces había sido "castigado" por el superior a asistir en puros casos menores y hacer rutas de vigilancia. Se había sentido aliviado cuando le dieron esas buenas noticias.
Excepto ese día en el que necesitaban a alguno de los oficiales que patrullaban.
— Jimin, nos turnaremos para nuestra hora de comida así que decide que hora quieres.
Una hora de comida... ¡La podía usar para pedir dulces!
Obviamente no juntaría ni una cuarta parte de lo que hubiera juntado si hubiera tenido todo el día para ir de casa en casa, pero al menos podría conseguir algunos.
El uniforme de policía no era ni lindo ni tierno, pero al menos le serviría, ahora solo tenía que pensar en la hora en que tenía más posibilidades de conseguir muchos dulces.
No podía ser muy temprano porque algunas personas estarían haciendo las compras de último minuto y no podía ser muy tarde porque muchos terminarían temprano de repartir caramelos para ir a alguna fiesta de disfraces o simplemente para salir a conseguir los suyos propios. Esas eran las peores horas porque te podías encontrar con muchas casas vacías y seria una perdida de tiempo el estar tocando el timbre.
Consulto la hora en su celular e hizo rápidamente algunos cálculos que fueron fáciles para alguien que llevaba años celebrando Halloween.
— ¡Ya se! En dos horas Yoongi-hyung, quiero mi hora de comida dentro de dos horas.
El rubio a su lado solamente asintió sin tomarle importancia a su repentina felicidad, el mayor estaba más ocupado en conducir correctamente a través de todas las personas que cruzaban las calles descuidadamente por la emoción de obtener dulces. Emoción que el estaría experimentando en un par de horas.
Ese día iba a terminar bien después de todo.
— ¡Yoongi-hyung! ¡Tuviste que haber llegado hace diez minutos!
— El camino es difícil cuando hay tantos niños atravesandose en tu camino.
— No importa, ahora yo tengo diez minutos más para mi comida. ¡Adiós hyung!
Salió corriendo antes de que el rubio le dijera que no o cualquier otra cosa.
Espero hasta alejarse un poco de la patrulla y de inmediato comenzó su búsqueda de dulces. El sol ya estaba ocultándose, probablemente ya solo quedaría alrededor de media hora antes de que dependiera totalmente del alumbrado público que había en toda la ciudad pero eso no lo desánimo ni lo asustó. No podía acovardarse cuando tenía el tiempo contado para conseguir dulces.
Toco en el primer timbre donde una amable señora mayor alago su disfraz y le obsequio una pequeña bolsita en forma de fantasmita cuando se dio cuenta de que no tenía nada para juntar las golosinas que iria consiguiendo.
Desde esa primera casa, en las demás le fue igual de bien, tenia muchos dulces que se veían increíblemente deliciosos y no podía esperar para saber como le iría la media hora que aún le restaba.
La siguiente casa en su mira, era grande y bonita, pero no había ninguna decoración en ella y eso podía significar que la casa estaba vacía o que los que ahí habitaban no celebraban la noche de brujas.
Estuvo a punto de seguir avanzando cuando notó la mirada de un joven sobre él. Su vestimenta era totalmente de color negro a excepción de las decoraciones metálicas en su chaqueta, su cabello era del mismo color y también la tinta de los tatuajes que sobresalían en su cuello, pecho y manos.
En la estación se había encontrado con muchos que entraban en esa descripción, pero habia algo atrapante en la mirada de quien tenía enfrente.
— Tu disfraz de policía es muy realista, y te queda muy bien.
Wow, su sonrisa tiene forma de corazón.
Esa sonrisa era la más linda que había visto.
— Gra-Gracias.
— ¿Aún estas pidiendo dulces lindo pelirrojo?
— S-Sí.
Sin duda ese joven era diferente a cualquiera que hubiera conocido, la mirada, la voz y la sonrisa eran tan únicas e hipnotizantes.
— Pues deberías de volver con tus padres o amigos, por que el ya está muy oscuro para que andes solo.
— Ya soy m-mayor para andar a-acompañado.
— ¿Entonces nadie anda contigo?
— No.
— ¿Y le avisate a alguien que andarían por esta zona?
— Pues... no. Y-Ya soy grande para avisar.
— Ya veo. — Otra de esas bonitas y amables sonrisas se extendió por el rostro del pelinegro. — En ese caso déjame acompañarte, no dudo que ya seas grande y sepas cuidarte, pero aún así no deberías de andar solo. Solo dejaré estos dulces en mi casa y te acompaño.
— U-Usted es muy amable.
— Hoseok o hyung, no es necesario que me hables de manera formal pequeño.
— Está bien... hy-hyung.
Camino detrás del mayor cuando vio que se dirigía a la casa que parecía estar vacía.
— Usted... ¿Hyung esta dando dulces?
— Si, me encanta la noche de brujas, claro que tengo que dar dulces.
— Pero su casa no tiene decoraciones.
— Ni me lo recuerdes pequeño, mi hermano y yo acabamos de llegar de un viaje y ya no nos dio tiempo de decorar, espero que por lo menos algunos cuantos vengan por dulces o de lo contrario nosotros nos tendremos que comer los que acabo de traer.
Eso era triste, el pelinegro llamado Hoseok era una buena persona y lamentablemente no podría repartir dulces porque no había tenido tiempo de decorar y gente como él que se iban por dulces seguros no llegarían a esa bonita casa.
— ¡Namie, ya estoy en casa! Pequeño, espérame un minuto.
Asintió un par de veces y espero pacientemente afuera de la casa, con la iluminación que salía a través de la puerta como su única compañía.
No tuvo que quedarse solo por mucho tiempo, pues tal y como lo prometió Hoseok estuvo de nuevo delante de él en un instante, solo que ahora lucía un puchero en su rostro.
— ¿Sucede algo hy-hyung?
— Pues mi hermano Namjoon esta a punto de salir, así que no habrá nadie que reparta los dulces hoy.
— Entiendo... pero puedes quedarte hyung, realmente puedo ir solo.
— Claro que no, me gusta cumplir mi palabra así que te acompañaré, de cualquier manera dudo que alguien venga a tocar la puerta.
La tristeza en el rostro de ese amable hyung hizo doler su corazón, así que decidió ayudarlo de cualquier manera el ya tenía muchos dulces.
— Pero yo tengo que regresar pronto hyung, si quieres te puedo hacer compañía mientras tanto.
— No quiero que te quedes aquí aburriendote pequeño, además no quiero que dejes de conseguir dulces por mi culpa.
Le daban ganas de abrazar al mayor para que esa cara tiste ya no estuviera en su rostro, pero sería raro que lo hiciera ya que eran desconocidos.
— Pero ya tengo muchos y me gustaría hacerle compañía a hyung aunque sea unos minutos.
— Gracias pequeño.
Sintió sus mejillas sonrojarse cuando esa sonrisa volvió a mostrarse en el rostro contrario, también por el apodo con el que le llamaba.
¡Tonto, no le haz dicho tu nombre!
— Jimin... a-así me llamo.
— Que bonito nombre, tan bonito como tu.
Los dedos del pelinegro despeinaron su cabello y con solo ese gesto toda la piel de su cara se calentó en un segundo.
— ¿No pudiste esperar hasta que me fuera hyung?
Detrás del amable pelinegro, apareció un castaño alto e igual de atractivo que Hoseok, tatuajes se asomaban en la piel descubierta y el cabello estaba peinado hacia atrás dejando que todas las facciones masculinas se mostraran.
— Es lindo. — Una sonrisa con hoyuelos fue el único gesto que le fue dirigido por el hermano de Hoseok antes de que siguiera su camino hacia la calle. - Diviértanse está noche.
Una risa divertida acompaño los pasos largos del alto castaño mientras desaparecía por la calle.
No había entendido las palabras del llamado Namjoon, tampoco había entendido por qué la risa. La verdad es que estaba confundido, pero aún así se adentro en la espaciosa ccasa.
Lo poco que vio en el camino a lo que parecía ser la sala de estar estaba bellamente decorado, no en un sentido ostentoso, de hecho los cuadros, los muebles y las alfombras eran del tipo minimalista pero estaban en un perfecto orden.
— Siéntete cómodo pequeño Jimin, iré a dejar mi chaqueta.
Asintió y vio como el mayor desaparecía a por las escaleras hacia el segundo piso. El estaba a punto de sentarse en el amplio sofá, ¡en serio!, pero una fotografía del pelinegro lo detuvo.
Estaba posando en medio de un enorme parque con una de esas sonrisas en forma de corazón, su pantalón era de color negro y en la parte superior solo tenia una playera blanca con las mangas cortas y enrolladas para que sus brazos se mostraran por completo. Ambos estaban cubiertos por diferentes diseños de tinta negra y no pudo evitar pensar que en él se veían muy bien.
No era de los que se preguntaban si otro hombre era guapo o no, pero sin duda Hoseok le parecía alguien sumamente atractivo. El cuerpo tonificado y con músculos ligeramente marcados, las facciones masculinas que parecían haber sido canceladas a mano y esa mmiradaprofunda y amable, todo le parecía muy atractivo.
— Parece que te gusta esa foto.
Un escalofrío recorrió su espalda cuando la voz del mayor susurró contra su oido. Si estaba avergonzado de haber sido sorprendido mientras esos pensamientos aparecían en su mente, pero también había sentido un cosquilleo agradable cuando sintió la calidez del cuerpo del mayor contra su espalda.
Se dio media vuelta lentamente y procurando no tocar a Hoseok, aunque esa fue una tarea imposible cuando el pelinegro no se movió ni un centímetro y frente a él la estantería tampoco cedería el espacio suficiente.
— ¿Te gusta el fondo o me estabas mirando a mi?
Su respiración estaba acelerandose por la cercanía de ese aroma a cuero y perfume, también sus latidos aumentaron su ritmo cuando su vista captó esos labios delgados tan cerca.
Todas la sensación que lo estaban recorriendo en ese momento eran muy intensas y nunca antes las había experimentado.
— ¿Te gustan mis labios pequeño Jimin? — No respondió porque en realidad no sabía si ese era el caso. — Dime pequeño, ¿alguna vez te ha gustado un hombre? — Negó con un pequeño movimiento, temeroso de moverse demasiado y besar por accidente esos labios delgados. — ¿Te puedo besar Jimin?
Ni siquiera tuvo que responder a eso, el mayor no le dio tiempo. Tomó su labio inferior y comenzó a besarlo con fuerza, profundamente, tanto que se mareo.
Tuvo que ser sostenido por los brazos fuertes del pelinegro cuando sus rodillas perdieron fuerza y se doblaron. El beso demandante apenas y le concedía el tiempo de respirar lo necesario antes de volverle a robar el aliento.
Su mente quedó dando vueltas aún cuando los segundos pasaron y el pelinegro ya no estaba succionado ninguno de sus labios.
— ¿Te gusto pequeño?
Asintió de inmediato, no tenía necesidad de pensarlo mucho y de cualquier manera no podía formar ningún pensamiento con su mente dando vueltas.
— Quítate la ropa pequeño.
La mirada y sonrisa que antes le parecieron amables ahora eran dominantes y le provocaron un cosquilleo en su abdomen bajo.
— ¿Q-Qué?... N-No-No...
— Si lo haces te haré sentir muy bien - susurró en su oído.
— Mmgh~
¿Ese gemido era suyo?
No podía creer que eso se sintiera tan bien. Sus manos se movieron por sí solas cuando desabrocharon el cinturón donde cargaba con todo su equipo y sus piernas se movieron por sí solas para ir a seguir al mayor que ya estaba sentado en el sofá.
La playera negra había desaparecido y dejado al descubierto un abdomen levemente marcado y un pecho con unos cuantos tatuajes más.
Nunca le había gustado un hombre, pero el que estaba frente a él lo estaba enloqueciendo de una manera inesperada.
Se deshizo en las manos expertas que lo desnudaron y recortaron boca abajo en el amplio sofá marrón. Se sentía bien entregarse y no tener que pensar en sí lo estaba haciendo correctamente o no.
Con su ex novia había tenido miedo todo el tiempo, no quería lastimarla de alguna manera y no quería equivocarse por eso su mente no había podido relajarse ningún segundo. Con Hoseok cada movimiento de su parte era puramente instintivo, guiados por ese pelinegro que lo estaba enloqueciendo.
Estaba enloqueciendo con cada nueva caricia que era dejada en su cuerpo, sobre todo con aquellos dos dedos que se habían hecho camino en su interior y que acariciaban algo dentro de él que le provocaba la deliciosa sensación que le indicaba su orgasmo.
Estaba tan cerca de su liberación.
— Lo siento pequeño, pero te correrás con mi pene dentro de ti.
¡No!
Casi llora cuando esos dedos salieron de su interior. Quería correrse, quería volver a sentir esa magnífica sensación de ser llenado y dominado. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho para ello.
Su nuca fue presionada con fuerza, empujando a su vez su mejilla contra la tela suave del sofá y dejando su trasero elevado y pegado a la pelvis del mayor y por supuesto contra la dura erección.
Volvió a gemir de la misma manera aguda que lo había hecho desde que comenzó aquel beso que le robo el aliento y la razón.
— Hy-Hyung, por favor~
Una fuerte palmada fue dejada en la mejilla derecha de su trasero, la sensación de ardor duró algunos segundos, no hubo dolor porque el golpe no fue muy fuerte, pero de alguna manera solo lo exitó más.
— No hables pequeño, no te di permiso. No estas en posición de exigir, solo tienes que recibir lo que yo decida darte... ¿entendiste?
— Mmmgh~, s-si hyung...
— Eres tan obediente pequeño y tan bonito.
En un movimiento fluido y constante su entrada comenzó a ser invadida. Los músculos se quejaron por tener que adaptarse al grosor del pene del pelinegro, dolió por unos segundos hasta que fue gratamente distraído con el suave ardor de las nalgadas que comenzaron a ser dejadas en su trasero.
Estas no dejaron de aparecer aún cuando las embestidas comenzaron. Todo lo que Hoseok estaba haciendo con su cuerpo era lo más placentero que había sentido nunca, sentía que estaba a punto de enloquecer de placer.
Las penetraciones intensas y profundas se sentían muy bien contra ese conjunto de nervios en su interior que lo hacían ver las estrellas. No tuvo ni siquiera la fuerza o el tiempo para advertir de su liberación, simplemente dejó que su esencia saliera disparada contra la tela marrón del sofá.
Su mente se nubló y sus párpados se sintieron muy pesados, lo último que recuerda es que el mayor dejó su descarga de semen caliente en su interior.
— Pequeño, despierta. Necesito que me respondas algo.
No quería abrir los ojos, se sentía tan cómodo. Pero la mano acariciando su cabello y la voz susurrando en su oído también se sentían muy bien y él quería saber a quien pertenecían.
La luz artificial que iluminaba la habitación lo desoriento por algunos minutos, pero pronto encontró la cabellera negra que lo hizo recordar donde estaba, con quien y lo que había sucedido.
Se sentó rápidamente y de inmediato se arrepintió por el brusco movimiento, pues su espalda baja dolía y la piel de su trasero estaba muy sensible.
— Jimin, pequeño, ¿estás lo suficientemente despierto para responderme algo?
Asintió tratando de tapapar su desnudez con uno de esos grandes cojines que había en el sofá.
— Bien. Es solo que estaba a punto de vestirte, pero el arma en tu cinturón pesa demasiado y luce demasiado real. — Cierto. El nunca había aclarado que su uniforme no era ningún disfraz. — Por un momento creí que eras un criminal — río tímidamente cuando el pelinegro le regaló una de esas amables sonrisas de corazón —, solo que tu radio sonó. Al parecer tu compañero policía te está buscando.
— Perdón por no aclarar antes que era policía.
— No hay ningún problema pequeño. En realidad solo me preguntaba si te habías encontrado conmigo por casualidad o si tenías órdenes de hacerlo.
— ¿Eh?
No estaba entendiendo nada.
— Dime la verdad pequeño, no me molestare.
— En serio no se a que te refieres, ¿por qué alguien me ordenaría encontrarme contigo.
— Te creo, parece que realmente no me conoces. Y para responder a tu pregunta... Verás mi hermano y yo hacemos la clase de cosas por las que mandan a policías tras nosotros. — La mirada seria y divertida en el contrario le dio miedo. — No somos personas buenas Jimin... y realmente no nos arrepentimos por no serlo.
— Finalmente esta noche les damos la nueva información que tenemos acerca del caso del desaparecido oficial de la policía, Park Jimin. Este joven oficial desapareció mientras patrullaba la noche del treinta y uno de Octubre, su compañero reporto su ausencia después de que no volvió al término de su hora de comida. Hoy su estación finalmente supo lo que pasó y lo compartió con los medios. El joven Park fue encontrado muerto a bastantes calles lejos de la zona que en ese momento se encontraba patrullando, tenía una herida de bala en la cabeza que fue hecha con su propia arma, según balística determinó. Todo estaba en su sitio, desde el uniforme hasta el arma, sin embargo no se pudo encontrar ninguna huella, solo la típica nota de los buscados hermanos "Hope y RM". Parece ser que estos asesinos fueron quienes tomaron la vida de este joven oficial, aún no se sabe el motivo que pudieron tener para hacer algo así, nunca antes se habían metido directamente con un oficial de policía y mucho menos con uno que solo llevaba algunos meses ejerciendo su deber. Estaremos informando cualquier otra actualización sobre este lamentable caso y le pedimos a la comunidad su apoyo con cualquier información que puedan proporcionar. La foto del joven Park está en sus pantallas en este momento así que si alguien recuerda haberlo visto sería de gran ayuda, pues hasta ahora desconocemos cualquier descripción de estos hermanos que han cometido tantos asesinatos.
— Agradece que te ayude a limpiar todo hyung, este error tuyo nos puso en aprietos.
— Ya te pedí perdón Namie.
— Si, lo hiciste. Pero aún así procura que no vuelva a cegarte otro pelirrojo.
— No prometo nada, ese color de cabello me exita mucho...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro