08
San siempre estuvo acostumbrado a la soledad.
Cuando vivía en Namhae tampoco habían tantos niños con los que jugar, un pueblo pequeño y con granjas usualmente no era lugar para parejas jóvenes con niños pequeños y un gran futuro que la mayoría se iban aprobar mejor suerte a las ciudades más grandes, por lo tanto, en su colegio apenas eran una docena de alumnos por curso en pequeñas salas. San siempre se acostumbró a estar solo gracias a la poca cantidad de niños que habitaban en Namhae y como la mayoría era de zonas un poco más rurales y no tan cercanas al centro del pueblo, jugaba él solo a la pelota frente a una pared, se quedaba haciendo tortas de barro y hojas en su pequeño mundo y creando pistas de autitos de juguete por todas partes, se divertía él solo en el parque frente a los adultos que iban a pasear y usualmente su cumpleaños la pasaba él solo con su familia en un lindo almuerzo familiar junto a sus abuelos.
Cuando se mudaron a Seúl para su secundaria y por la universidad de su hermana, San tampoco hizo tantos intentos para tener amistades, tan acostumbrado a estar solo que le causaba pánico acercarse a las demás personas, porque aparte, tampoco no sabía hacerlo.
Sin embargo, San nunca se sintió realmente solo, siempre tuvo a alguien a su lado en quien apoyarse, un amigo en su primaria que el cual ya no recordaba, sus compañeros que le ayudaban a estudiar en secundaria, y Wooyoung en la preparatoria, Seonghwa añadiéndose en la universidad.
Pero ahora San se sentía solo, demasiado solo.
Ver su lista de contactos en su teléfono le hizo darse cuenta de eso, eran menos de 30, sus familiares cercanos, compañeros de trabajo con quienes no tenía mucho contacto, Wooyoung y Seonghwa.
¿Cómo es que nunca se había sentido solo, si siempre lo había estado?
Su ruptura con Seonghwa le había hecho darse cuenta de varias cosas, San nunca había sido cercano a la gente, cuando lograba acoplarse a un grupo lo suficiente, luego se daba cuenta que lo apartaban al pasar el tiempo, saliendo sin él o subiendo conversaciones a las redes sociales que él no recordaba haber visto, porque creaban grupos de chat sin él... San nunca le había tomado tanta importancia a eso, pero ahora que lo pensaba, nadie nunca le había tratado como un gran amigo -definitivamente, Wooyoung y Seonghwa no contaban en eso-.
San no era un ermitaño, a él le gustaba salir en realidad, pero hace mucho no lo hacía... Porque no tenía con quién.
Se secó las lágrimas con aspereza en la manga de su ropa, Wooyoung había salido a comprar y gracias a eso San pudo llorar un poco sin ser cuestionado, desde que se fue a blanco hace dos días y Wooyoung tuvo que ayudarlo, apenas encontrara la oportunidad de llorar a solas lo hacía, en el baño, en la cocina, mientras Wooyoung dormía a su lado, San lloraba como un niño pequeño y se desahogaba en silencio con tal de no preocupar a Wooyoung de nuevo, a San no le gustaba ser una carga para los demás con sus problemas y demonios personales, porque pensaba que nunca eran lo suficientemente malos para quejarse en voz alta de ellos.
Respiró profundamente, dejando de llorar para calmar un poco su rostro y que no se viera rastro de llanto en sus ojos antes de que Wooyoung llegara, jugó con sus dedo encima de sus rodillas en silencio, últimamente San odiaba el silencio, le hacía sentirse el doble de mal, pero tampoco tenía la energía suficiente para colocar la televisión o algo, estaba agotado, muy agotado de su mente.
Cuando la puerta sonó, y la voz de Wooyoung se escuchó en el departamento, fue como que todo se volvió de un color más intenso, la repentina soledad de su corazón apaciguándose un poquito mientras se levantaba hacia Wooyoung.
"Traje ramen instantáneo y un par de dulces", dijo Wooyoung mostrando las bolsas, San suspiró al ver los mochis de matcha que tanto le gustaban al fondo de la bolsa y su estomago rugió en hambre, no había almorzado lo suficiente.
"Gracias", murmuró mientras sacaba las cosas y Wooyoung hervía agua.
Wooyoung y él no se estaban alimentando de la mejor manera ese último tiempo, usualmente es el menor quien cocinaba para ambos, pero estaba tan perdido en sus pensamientos que no entraba a la cocina y San lo entendía, no iba a exigirle comida casera a Wooyoung cuando ni él mismo se sentía bien.
Mientras abría el plástico del ramen instantáneo y se acercaba al basurero lleno de envoltorios de comida chatarra, pudo notar como las manos de Wooyoung temblaban mientras se movían para limpiar la mesa. San se mordió el labio, sintiendo culpa instalándose en su pecho al darse cuenta los movimientos temblorosos de Wooyoung que no eran cubiertos aunque el menor ocupara ropa ancha. Wooyoung era el que le consolaba cuando se notaba demasiado mal, Wooyoung es quien últimamente le estaba haciendo tocar tierra e instándole a que no se descuidara de su propia persona, pero nadie estaba consolando a Wooyoung cuando estaba pasando por lo mismo que San, Seonghwa también había sido novio de Wooyoung, también había roto con él y también le fue infiel, pero San nunca se había detenido a socorrer a Wooyoung como Wooyoung lo hacía con él cuando comenzaba a llorar o a pensar demasiado.
Wooyoung nunca le diría algo a San por eso, porque San sabía que era un inútil cuando se trataba de consolar a alguien y escuchar,es desahogarse, San apenas soportaba su propia miseria y no recordaba ninguna vez en la que él haya sido un apoyo para Wooyoung en todos esos años de haberse conocido, y eso sólo le hizo sentirse como un egoísta y narcisista, siempre era él el que la pasaba peor, siempre era él al que debían consolar, siempre era él al que debían calmar.
San abrazó a Wooyoung por la espalda, pudo sentir los músculos de la espalda contraria contraerse ante su tacto mientras enredaba sus brazos por encima del estómago de Wooyoung, y reposó su cabeza en el hombro del contrario esperando a que esa tensión se pasara y lograra brindarle algo de consuelo. San sorbió su nariz con pena, refregando su mejilla en la ropa de Wooyoung.
"Lo siento", murmuro San, sintiendo la respiración de Wooyoung más fuerte de lo normal, "Lo siento por ser incapaz de retribuir todo el apoyo que me das".
El silencio volvió a la cocina, solo siendo el hervidor calentando el agua el que cortaba la situación, San no sabía exactamente lo que estaba sintiendo Wooyoung ni lo que le llenaba la mente durante el día, pero quería que supiera que, aunque fuese algo tonto y se dejase llevar demasiado por sus emociones, él estaba ahí para él también. Nunca había tenido la oportunidad de demostrárselo antes, no realmente, pero San tenía ganas de hacer las cosas bien.
Miró hacia el techo aguantándose las lágrimas cuando sintió espasmos de Wooyoung contra él, seguido de pequeños sollozos que le rompieron el corazón, pero San se aguantó todo, Wooyoung merecía desahogarse sin que sus propias emociones afectaran en eso, él estaba bien, él podía ser fuerte si con eso lograba hacerle un bien a Wooyoung.
El de mechas grises se apartó de él lo suficiente como para darse vuelta y enfrentarlo, San quiso acunar ese rostro con lágrimas y mocos entre sus manos y limpiarlo, pero Wooyoung solo se abrazó a él con fuerza y enterró su rostro en la curvatura de su cuello, comenzando a llorar con más fuerza y sujetando la ropa de San entre sus puños. San se mordió el labio de nuevo, arropando a Wooyoung entre sus brazos y dejando su mentón encima del cabello gris. No importaba si su ropa se mojara, tampoco importaba si sus estómagos rugían por él hambre, Wooyoung necesitaba de San en ese momento, y él estaría dispuesto a Wooyoung en cualquier circunstancia.
"No estás solo", murmuró de nuevo, no muy seguro si Wooyoung podría escucharle entremedio de su llanto, "Yo estoy contigo".
San tampoco estaba del todo solo, porque al menos, en su vida seguía teniendo a Wooyoung.
Necesitaba un hobby.
Quedarse sentado en el sofá de su departamento le estaba sacando de quicio, aparte de trabajar, San no tenía nada que hacer durante su demás tiempo libre. Lo único que hacía era quedarse sentado en el sofá mientras veía la televisión una y otra vez, pero en realidad su cabeza se desconectaba de la pantalla y abría la caja de pandora dentro de él, así que ya le estaba exasperando el no hacer nada.
El tema era, San no sabía qué hacer.
Había llegado a la conclusión de que si, necesitaba un hobby para mantenerse relajado y distraído de su ruptura con Seonghwa y la extraña relación con Wooyoung. Pero San no sabía exactamente qué hacer dentro de las mil posibilidades.
Ya habían pasado 5 días desde el incidente del hospital clínico, no tenía noticias de Seonghwa ni por asomo, sus amigos ya no respondían absolutamente nada, no sabía nada y le tiritaban las manos cada vez que veía alguna pertenencia de Seonghwa rondando por la casa. Realmente necesitaba un respiro urgente.
El sonido de su teléfono interrumpió sus pensamientos, miró hacia el costado, su teléfono tirado en el sofá con el nombre de su madre en la pantalla mientras vibraba y sonaba, era una tonta canción pop que San ya estaba comenzando a odiar, así que no lo pensó mucho antes de descolgar solo para dejar de escucharla y llevarse el audífono del aparato a la oreja para escuchar la cantarina voz de su mamá.
"¡Hola Sani!¿Cómo estás hijo?", Al escuchar, San sintió un nudo en la garganta, no veía a sus padres hace meses desde la última vez que había ido a Namhae, y no hablaba por teléfono con ellos desde hace un mes, demasiado ocupado con su propia mierda para ponerse firme y marcarles, "Hace mucho no sabemos de tí"
Los hombros de San cayeron, su madre no lo había dicho con mala intención, pero el pensamiento de que estaba siendo un mal hijo que no se preocupaba por sus padres fue algo que no pudo controlar.
"Hola ma", saludó, tragándose el nudo de culpabilidad en su garganta para no derrumbarse ahí mismo, "Estoy bien... Es solo que he tenido tanto trabajo y la mente ocupada, lo siento mucho por no llamar", se sintió peor al mentirle de esa forma a su mamá, no estaba bien, tenía la misma cantidad de trabajo, y su mente se estaba destruyendo.
"Ah~ por supuesto, si mi hijo es tan trabajador y preocupado", halagó con dulce voz, San sonrió apretando los labios, "¿Cómo están Wooyoung y Seonghwa?"
Esta vez su estómago cayó como un yunque, la sonrisa borrandose de su rostro y las palabras desapareciendo de su lengua, sin saber que carajo decirle a su madre.
Las cosas están mal.
Seonghwa terminó conmigo.
No le he dicho un "te amo" a Wooyoung hace meses.
Lloro todos los días sin saber qué hacer para recuperar mi relación.
Me siento terrible.
Seonghwa me fue infiel.
He atacado a Wooyoung dos veces ya.
"Están perfectamente bien", sonrió de nuevo, como si su madre pudiese verlo a través de la llamada, "Ya sabes como es Seonghwa, trabaja mucho pero es asombroso en lo que hace, y Wooyoung cada día cocina más rico".
Bajó la voz, Wooyoung estaba en la habitación, y la verdad no quería que escuchase como le mentía a su mamá por teléfono, suficientemente mal se sentía consigo mismo ya por hacerlo en ese instante.
"Me alegra mucho que estés comiendo bien, San-ah..."
San de alguna forma logró cambiar el rumbo de la conversación, si no lo hacía, terminaría llorando en la linea y escupiendole a su madre todo lo que estaba sucediendo, y su progenitora ya tenía suficiente trabajo cuidando a sus abuelos en Namhae como para encargarse de su hijo inútil y llorón, habló por una larga hora junto con ella, quien le contaba todo lo que le había sucedido en el tiempo donde no se comunicaron, San la escuchó con la cabeza tranquila, no recordaba lo terapéutico que era hablar con su mamá y escucharle reir por como se quejaba de que ya se había acostumbrado a Seúl para luego haber vuelto a un pueblo pequeño.
Cuando la llamada terminó, la sonrisa de San cayó de nuevo, le había mentido a su propia madre sobre su vida, un sentimiento tan pesado que el labio le tembló y se sintió sofocado ahí mismo.
Se levantó con prisa del sofá, queriendo deshacerse de la masa de negatividad que ya se estaba instalando en su cabeza, se fue a la habitación a por una sudadera para salir a dar una vuelta y despejar su cabeza, buscar algo que hacer, intentar encontrar un maldito hobby que pudiese distraerlo.
Wooyoung estaba durmiendo encima de la cama, así que con cuidado de no despertarlo, abrió el armario lleno de ropa desordenada. Se notaba la ausencia de Seonghwa, el peligris siempre mantenía un orden en el armario, no soportaba las prendas mal guardadas o dobladas y San lo agradecía porque era mucho más limpio y fácil, pero ahora era un desastre, un descuido que creó otra grieta en su corazón, podía ser una estupidez para cualquier otra persona, pero para él era importante.
Visualizo su sudadera negra entre el revuelto de ropa, pero reconoció la sudadera de al lado como una de Seonghwa, era una bonita de color café claro una talla más grande que la que usaba Seonghwa, y su mano instintivamente la agarró para colocarsela por sobre la cabeza y aspirar ese perfume que estaba impregnado en la ropa.
Seonghwa no iba a saber, y San mentiría si dijera que no le reconfortó la prenda.
Tomando las llaves y la billetera, observó a Wooyoung dormir en la cama antes de salir de casa, respirando el aire fresco fuera del edificio, San se sintió tan pequeño y perdido en el mundo entero que solo dejó que sus pies avanzaran y su mente se refrescara.
hwalight | 230511
3:23 am, si pillan un error en verdad no lo hicieron.
A veces me da miedo este San.
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