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Capítulo 14

—Mamá, todo está en el bolso de Somi, el que tiene figuras de perritos y gatitos. Uh, no puede dormir sin sentirnos cerca de ella, es por eso que debes pasarle el gatito de peluche, el cual tiene nuestros aromas mezclados —Taeyeon observaba a su hija que caminaba de un lado a otro, revisando que no faltara nada en el bolso— ¡Ah! No debes darle la leche muy caliente, de estar tibia, y tam-

—Hija —le interrumpió. Jennie la miró— Sé cómo cuidar un bebé. ¿Te olvidas de que soy tu madre?

—Es solo que... Uhg, da igual —tomó la chaqueta que iba de conjunto con su vestido junto con las llaves de la casa y caminó donde Roseanne, quien la esperaba en la puerta— Si pasa algo nos llamas ¿Okey? —Taeyeon asintió, enternecida. Somi miraba todo expectante desde su silla, abrazando su peluche de gatito— Bueno, debemos irnos.

— ¡Esperen! —tomo entre sus manos su cámara— ¡Sonrían!

La pareja rodó los ojos, pero de cualquier forma posaron para la cámara. Pero antes de tomar la foto, la mujer tomó a su nieta, pasándosela a la rubia para que la tomara entre sus brazos, quien miraba a la cámara mordiendo la oreja del gatito. Jennie pasó uno de sus brazos por la espalda de Roseanne y el otro abrazando a su hija.

Una vez listas, Taeyeon tomó la foto encantada.

—Bueno, ahora si pueden irse. ¡Disfruten! —Somi regresó a sus brazos.

Ellas se despidieron, cada una dándole un besito en la mejilla a la bebé.

—¡Adiós! —hablaron al unísono.

Era la noche de la fiesta de reencuentro. Ambas estaban con los vestidos que no usaban desde la graduación.

No podían creer que ya habían pasado trece años y se sorprendían al darse cuenta de que habían pasado demasiadas cosas en esos años.

Cuando llegaron al lugar donde se llevaría a cabo la graduación, la pareja se bajó del auto y se tomaron de las manos, entrelazando estas.

El lugar tenía la música alta, muy decorado y con muchos bocadillos en las mesas. Pudieron reconocer a sus compañeros rápidamente, viendo que algunos estaban más cambiados que otros.

—¡Hey, Park 's! ¡Por acá! —gritó Lisa, alzando su mano. La pareja recién llegada caminó hacía sus amigas sonrientes.

Estaban todas paradas alrededor de la mesa, con sus copas con bebidas en manos, excepto Jisoo y Mina, quienes solo tenían agua.

—Mina, ¿No vas a tomar un poco de champagne? —luego de saludar a todas sus amigas, Rosé tomó la botella de champagne que estaba en medio de la mesa.

—Uh, no puedo tomar —la más alta la miró extrañada. Ella miró a Nayeon, quien asintió— Es que estoy en cinta —dijo rápidamente. Las presentes en aquella mesa le miraron sorprendidas, y luego de un silencio empezaron a felicitar a la pareja.

Las horas pasaron volando. Estuvieron bailando, conversando y haciendo bromas. Después de todo no fue tan malo ir a esa fiesta, aunque no hayan hablado con ninguno de sus antiguos compañeros.

—Iré por más bocadillos —avisó Jennie.

Caminó hacia la gran mesa, donde estaban los deliciosos aperitivos. Con su plato en manos, empezó a sacar de cada sección un poco de comida.

—¿Jennie Kim? —una voz grave habló a su espalda. La omega volteó y se encontró con un alfa alto— ¿Te acuerdas de mí? —Jennie miró bien al hombre y ¿Como olvidarlo? Era Kim Jongin, ese alfa que intentó en más de una ocasión salir con la omega.

—Jongin, cuanto tiempo —dijo tranquila, sin mucho interés.

—Estás preciosa —Jennie soltó un "gracias" bajito— ¿Cómo has estado? ¿Qué ha sido de ti en estos años? Ha pasado mucho desde la última vez que te vi, Kim —sonrió, mirándola coqueto. Ella frunció el ceño, sabía a donde quería llegar aquel alfa.

—Park, no Kim —alzó su mano izquierda, mostrando su anillo de matrimonio— Me casé y adopté el apellido de mi esposa. Trabajo como cirujana y soy madre. Y he estado muy bien, gracias por preguntar —intentó hacerse a un lado para irse de ahí, ya tenía sus bocadillos, no había nada más que hacer. Pero Jongin se movió, impidiendo el paso.

—Con que Park Jennie ¿Eh? ¿Y se puede saber con quién te casaste? —miró su marca en el cuello, junto con un collar con una flor de loto. Por el otro aroma que tenía impregnado la chica, podía darse una idea de quien era su esposa.

— ¿No es obvio? —soltó una risita burlesca— ¿Te puedes hacer a un lado? Mi esposa me espera —Jongin sacó del bolsillo de su pantalón una tarjetita, donde estaba la dirección de una oficina de abogado.

—Si algún día decides engañar a tu querida esposa, ya sabes donde buscarme —Jennie tomó entre sus dedos el pequeño papel.

—Uh, gracias... —se acercó a la fuente de ponche y lo tiró— Pero no la necesito, ni la quiero. ¡Hasta nunca! —caminó con el plato de bocadillos en manos. Cuando dejó los alimentos en el centro de la mesa, fue abrazada por Roseanne, quien pasó su nariz por los cabellos de la omega.

—¿Todo bien? Hueles a mmh, Jongin —Jennie sonrió divertida.

—¿Celosa?

—N-No —ocultó su cara en el cuello contrario, rozando su nariz.

—Sí... Haré como que te creo.

Al llegar a la casa, Jennie fue la primera en ir a la habitación, empezando a sacarse su chaqueta y sus zapatos frente al espejo. Desde el reflejo, pudo ver como Roseanne la miraba sonriente.

—¿Qué miras, alfa?

—¿Lo recuerdas? —con pasos lentos y silenciosos se fue acercando a su esposa, rodeando con sus brazos por atrás la cintura de la omega. Al ver la cara confundida de Jennie, decidió volver a hablar— Tú, yo, ambas en tu habitación, tan cerca que podríamos habernos besado.

—¿El día de la graduación? —se volteó, quedando frente a la rubia, rozando sus narices.

Roseanne asintió.

—Y tu mamá interrumpiéndonos antes de acercarnos un poco más —la apegó, si es que era posible, más a ella. La castaña pasó sus manos por el torso de la alfa, con leves pero tentadores movimientos— Es como esa noche.

—Sí... Solo que ya no está mi mamá como para interrumpirnos. Oh, y tampoco está Somi —susurró.

Cortaron la distancia, empezando un beso lento pero necesitad. Roseanne la cargó, haciendo que enredara sus piernas en la cadera de la alfa.

Poco a poco la ropa fue siendo quitada del cuerpo de ambas, quedando tirada por algún lugar de la habitación.

Bueno, la noche era joven ¿No?

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