11
Habían pasado tres meses desde que Roseanne confesó sus sentimientos a Jennie.
En esos tres meses habían pasado muchas cosas para la joven pareja, Jennie había comenzado a trabajar en su autoestima y a trabajar con su inseguridad respecto a su aroma. Sus inhibidores en spray estaban siendo cosa del pasado, Roseanne le ayudaba mucho con ese aspecto, cuando la omega comenzaba a incomodarse por no traer nada que tapara su esencia, la alfa la llenaba con sus feromonas para disimular el dulce aroma.
Las madres de la omega no podían estar más felices con ellas dos, su aprecio y cariño por Roseanne había crecido aún más, estaban complacidas con la pareja de su bebé. La alfa joven les transmitía mucha confianza y tranquilidad, incluso no podían esperar a que Roseanne y Jennie crearán por fin su lazo.
Fue una tarde en la que Roseanne recibió un mensaje de su novia, era algo confuso.
JenJen bebé💕
R0sie
Te nesit0
Necesito*
Veen, pro favor.
Ez urgente
El mensaje estaba mal escrito y eso había preocupado a la alfa, a una velocidad increíble Roseanne había salido de su casa y se había ido corriendo a la de su omega.
En cuanto llegó al pintoresco hogar notó que el carro de las madres de Jennie no estaba, eso la puso aún más nerviosa, su bebé estaba sola.
Mientras subía las escaleras los peores escenarios se creaban en su cabeza.
¿Y si se había lastimado con algo?
¿Y si estaba enferma?
¿O qué tal si alguien la había atacado?
Por la gran desesperación que sentía le fue imposible percibir el aroma intenso que estaba en toda la casa.
Abrió la puerta y sus pulmones se quedaron sin aire.
La imagen que estaba frente a ella era todo lo contrario a lo que había imaginado.
Su hermosa novia estaba en completo estado de desnudez, restregaba su intimidad contra el colchón mientras olía una de las muchas sudaderas que Roseanne le prestaba cuando tenía frío.
—J-Jen... Estas... —Roseanne ni siquiera podía hablar, el dolor de sus pantalones estaba incrementando y comenzaba a embriagarse con el aroma a celo de Jennie.
—R-Rosie... Tardaste mucho... T-te necesito... —dijo la omega antes de ponerse por completo en cuatro y le enseñaba su húmeda y palpitante entrada— V-vamos... Ayuda a tu bebé —murmuró con voz ronca.
—N-no amor... ¿Tus supresores dónde están? —preguntó la alfa tratando de controlarse.
—L-los escondí —dijo la castaña con una sonrisa coqueta— Sabía... Que hoy vendría mi celo, así que en la mañana los escondí... Quería que por fin me marcaras —alzó más su redondo trasero y abrió más las piernas enseñándole a su novia su entrada húmeda y palpitante— V-vamos Rosie.
La rubia ya no podía procesar nada, todo lo que ocupaba su mente era su Jennie y la entrada rosada que rogaba por su atención.
Sin poder aguantar más Roseanne se abalanzó contra Jennie tumbándola boca abajo y comenzó a besarla de manera obscena y húmeda, provocando pequeños chasquidos entre los labios y jadeos por parte de ambas.
Con una de sus manos Roseanne tocó la entrada goteante de la omega y la comenzó a acariciar haciendo que la castaña gimera aún más.
—R-Rosie... Por favor —la omega hacia su mejor esfuerzo por hablar.
—¿Por favor que bebé? —Roseanne contestó con voz ronca acariciando aún más rápido la entrada de la castaña— ¿Qué quieres que te haga cariño?
—C-comeme... Por favor hazlo —murmuró Jennie antes de tumbar a Roseanne sobre la cama y quedar encima de ella. Se acomodó de tal forma que quedaron en posición de 69, Jennie acariciaba el enorme bulto de su novia y Roseanne se deleitaba con la vista de la intimidad de Jennie— Anda... Hazlo —dijo acercándose al rostro de su chica.
Roseanne no esperó más y atacó con su lengua la dilatada entrada saboreando el lubricante de su amada.
Jennie soltó un suave gemido y sus caderas se comenzaron a mover involuntariamente en busca de más profundidad. No tardó mucho en desabrochar el pantalón de Roseanne y bajarlo con fuerza hasta sus pies junto con la ropa interior, se mordió el labio al ver la imponente erección de su novia, su miembro estaba tan erecto y rojizo de la punta, se excitó aún más que sin darse cuenta apretó sus paredes aprisionando la lengua de la alfa en su interior.
Jennie se lamió los labios antes de lamer la punta saboreando el pre semen que el miembro de la alfa expulsaba. Dio una gran lamida desde la punta hasta la base y tomó con una de sus manos la erección de Roseanne masajeándola mientras continuaba con sus húmedas lamidas.
Roseanne soltaba graves gruñidos y gemidos cada que Jennie lamía su erección, abrió aún más los pliegues de la castaña para tener mejor acceso al agujero y lamerlo con más profundidad.
La omega ya no pudo aguantar mucho y se corrió sobre la alfa manchando su playera.
—Ya estoy lista Rosie... Hazme el amor —murmuró quitándose de encima de Roseanne.
La alfa sintió algo en su pecho cuando Jennie dijo hacer el amor, y es que definitivamente le haría el amor a su chica hasta hacerla llorar de placer.
Se quitó la camisa manchada y sus pantalones junto con sus zapatos. Acomodó la omega en medio de la cama y le abrió las piernas poniéndose entre ellas.
—Bebé... ¿Quieres esto? —preguntó Roseanne con su última gota de racionalidad.
Jennie asintió frenéticamente y tomo entre sus grandes manos la palpitante erección de la alfa para acomodar la punta en su entrada.
—Hazlo... —murmuró.
Roseanne la besó con pasión antes de insertar poco a poco su extensión dentro de Jennie.
La omega gimió y enterró sus uñas en la espalda de su novia cuando sintió como Roseanne entraba toda en ella.
Roseanne se deleitó con la preciosa vista, su linda Jennie estaba sudada y con los ojos llorosos mirándola y mordiéndose el labio inferior.
La alfa comenzó a moverse después de un par de minutos.
Los gemidos salían solos de ambas chicas, la sensación era deliciosa, las paredes de la omega apretaban el duro miembro de Roseanne llenándolo con sus fluidos y estos aumentaban cada que Roseanne daba con el punto anhelado de Jennie.
La rubia tomó a Jennie de los muslos y la levantó haciendo que se sentara sobre ella.
—Vamos cariño... Monta a Rosie —murmuró Roseanne penetrando a Jennie de manera lenta.
La omega gimió en protesta por el lento ritmo y ella misma comenzó a dar saltos sobre el miembro de Roseanne.
Cuando la omega sintió espasmos en su cuerpo y apretó aún más su interior, Roseanne supo que estaba a punto de venirse a igual que ella. Con sus dedos acarició lentamente la espalda de Roseanne dándole confianza y también comenzó a repartir besos en su hombro y pecho.
—Llegó la hora Jen... Muérdeme también para que el lazo este hecho... Para que nadie nos pueda separar y podamos amarnos por completo —susurró Roseanne lamiendo con fervor el hombro de la omega ansiosa por morderlo.
Jennie instaló su boca en el mismo lugar que Roseanne y lamió lentamente.
Sacó sus colmillos de lobo y mordió la caliente piel de su amado. Se corrió cuando sintió el sabor de la sangre de Roseanne y también como los colmillos de la alfa también la perforaban.
La alfa se corrió también en grandes cantidades y sintió como el nudo estaba a punto de formarse.
—Jen... Lo voy a sacar —dijo Roseanne intentando sacarse a su novia de encima.
—No Rosie, me vas a anudar... Vamos a completar esto —contesto la castaña impidiendo que Roseanne se saliera.
La omega gritó cuando el nudo se expandió en su interior interfiriendo con la salida del semen de Roseanne. La sensación de estiramiento era dolorosa, demasiado, pero también placentera.
La castaña sonrió cuando el lazo estuvo completo en su totalidad.
Roseanne aún un poco preocupada por el dolor que su omega estaba sintiendo también sonrió, pues ya podía sentir como estaba conectada con Jennie de todas las maneras posibles.
—Rosie... Nunca me dijiste que eras una alfa pura —murmuró Jennie con una mueca por la incomodidad del nudo.
—Creí que ya lo sabías amor —contestó Roseanne— Lo lamento, te debe estar doliendo mucho.
—No te disculpes bebé... Es un poco incómodo, pero se siente muy bien —dijo la omega con una sonrisa.
—Te amo Jennie —Roseanne besó a su omega— Te amo demasiado, estoy tan feliz de que por fin eres mi omega y de yo soy tu alfa.
—Yo te amo aún más, no pude haber tenido una mejor alma gemela —Jennie le dio un pequeño beso en la nariz— Al fin somos una Rosie.
La pareja sonrió y continuaron besándose hasta que el nudo se deshizo y Roseanne pudo salir.
El semen comenzó a salir del interior de Jen y la alfa por fin analizó la situación. Su omega estaba en celo, se corrió dentro de ella y la anudó... La probabilidad de un embarazo era alta.
Jennie notó la expresión de Roseanne y sonrió.
—Voy a tomar una pastilla Rosie, no tendremos un bebé... Aún... No te preocupes por eso —Jennie le dio un pequeño beso en los labios y sacó una caja de pastillas debajo de la cama, tomó una le dio un sorbo al vaso de agua que había a lado.
Roseanne sonrió y abrazó a Jennie, la idea de formar una familia con la omega era algo magnífico. Se veía a sí misma en unos años a lado de su amada con unos pequeños lobitos y viviendo en un lugar alejado y cerca de la naturaleza.
—¿Y tus mamás? —pregunto la alfa por fin recordando a las progenitoras de su novia.
—Salieron y no volverán hasta mañana —contestó la omega bostezando y acurrucándose en su alfa.
—De acuerdo —dijo Roseanne más tranquila y abrazando a su castaña. Sería vergonzoso que sus suegras las encontraran en una situación tan intima.
Las dos chicas cayeron rendidas en unos minutos y durmieron aferrados la una de la otra.
A partir de ese día, ambas chicas sintieron que su corazón estaba por completo lleno.
Ya eran una pareja enlazada y ambas almas estaban unidas. Tan unidas que nada las separaría.
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