
𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 96
Podía sentir su respiración sobre mí, nuestros labios uniéndose con delicadeza, mis manos sobre su cintura. Y mi mente... mi mente estaba en todos lados menos en ese beso.
Es que Baekhyun me convertía en una persona completamente diferente; me convertía en una persona que miente y finge todas su sonrisas, que besa y folla sin ningún tipo de amor de por medio.
Mi novio sonrió entre el beso y acarició mi cabello gris.
—Te amo.
Me sentía tan mal de no corresponder ese sentimiento. Tal vez no un "te amo" pero sí sentía algo por él, tal vez un "te quiero" o "te aprecio mucho", ¿pero un "te amo"?
Aún no era tiempo. ¿Cómo podría serlo? Él y yo no teníamos química; claro, el sexo era bueno, pero justo ahora, comienzo a pensar que el sexo es bueno con quien sea cuando no amas a alguien.
Simplemente no creo estar seguro de que quiera estar con BaekHyun todo el tiempo. Sé que es una buena persona, es alegre y también atractivo pero, hasta cierto punto, me molesta que me recuerde a mí.
No a mí en estos momentos, sino al antiguo yo. Al que siempre sonreía y trataba de que los demás se sintieran felices. Me molesta verlo y pensar en lo mucho que he cambiado. Algunos pueden llamarlo madurez, Hobi lo llama "volverse amargado".
No soy amargado en lo absoluto, considero que he perdido el interés en todo. Lo único que pido ahorita, es poder graduarme y dejar de asistir a la universidad. Misma en la que tengo que ver a NaYeon todos los días, sonriéndome y tratando de hablar conmigo; es obvio que Baek siempre está ahí, esa es una de las razones por las que NaYeon ya no se acerca.
YoonGi me sigue diciendo que deje de mentir, pero no estoy diciendo mentiras. Tal vez mienta en mis acciones; en abrazar a Baek, en besarlo y en follarlo diciendo que le estoy haciendo el amor. ¡Vaya!
Nunca pensé que la expresión "hacer el amor" pasaría a sonar tan falsa. Hoy en día, ya nadie lo hace por amor, sino por necesidad. Tal vez HoSeok y HyungWon se amen, pero todas esas noches en las que se escuchan golpes contra la pared, me pongo los audífonos, pensando en que ambos se desquitan por algo.
Es más necesidad de follar que otra cosa.
La única vez que le "hice el amor" a alguien, fue hace años —no llevo la cuenta pero ha pasado más de un año—. Recuerdo que, esa noche, amé el cuerpo de mi novio y lo disfruté como nunca. Lo hice sentir bien consigo mismo, a la vez que yo me sentí pleno.
Sólo una vez hice el amor, y fue con JungKook.
Todas las demás personas a las que me he follado en la vida, ha sido por necesidad, por experimentar o por accidente.
¡Es que ahora el sexo ya no significa nada! Mucho menos si es con Baek, que parece encontrar un elixir interminable y adictivo en mis labios cada vez que me besa, lo que lo hace no querer dejar de hacerlo nunca.
Estábamos sentados sobre el pasto, el pasto verde que rodeaba la pacífica fuente de la universidad. Me sorprende que no nos hayan llamado ya la atención por la cantidad de saliva que hemos intercambiado en los últimos treinta minutos. Pero después pienso: ¿Qué mierda?
HoSeok y YoonGi pasan mucho tiempo juntos últimamente, pareciera que su amistad es más fuerte que nunca, ahora que mi tiempo es demandado por un chico que me ve con ojos de sexo. ¿Acaso tengo escrito un letrero que diga: «Sexo 24/7» en la frente?
No me malinterpreten, tener sexo es una delicia que no se le niega a nadie, pero vaya... hacerlo sin sentir nada es como no hacerlo en lo absoluto.
—¿Iremos a cenar esta noche? —Preguntó Byun, ¡oh, joder! Cenar con Baek era entretenido, sobre todo porque me sacaba sonrisas involuntarias que escondía ipso facto. No es que no me gustara salir a cenar con él, pero a veces podía llegar a ser demasiado cursi conmigo. Y, hasta cierto punto, era incómodo.
—Claro. —Fue lo único que pude decir. Sus ojos brillaron y su sonrisa calentó mi corazón; no era la más hermosa que había visto, pero sin duda tenía algo. Algo que me tranquilizaba al mismo tiempo que me alertaba.
El castaño me abrazó y yo acaricié su espalda, percatándome de que un viejo amigo nos veía desde lo lejos.
NamJoon tenía puestos unos lentes negros, los cuales lo hacían lucir entre inteligente y sexy. Sostenía una mochila y su celular en la otra mano, sus ojos posados en mí. Hace muchísimo tiempo que no lo veía, lo cual, era una tremenda pena porque éramos muy buenos amigos.
Después de conectar miradas por unos segundos, llevó su teléfono a su oreja y siguió caminando de largo. Por supuesto que me dio curiosidad, pero bueno, era NamJoon.
Baek y yo, tomados de las manos, caminamos hacia los pasillos de la universidad. Separándonos para ir cada quien a sus clases; saliendo de ese lugar después de dos horas y yo, decepcionándome una vez más por no ver a ese chico de chaqueta de cuero negra recargado contra la pared.
No muy lejos de ahí...
Un chico castaño caminaba por la vereda, mirando el precioso atardecer cayendo sobre la atareada cuidad de Seúl. En realidad adoraba estar ahí.
Había trabajado muy duro para poder ganar una beca escolar y transferirse a la universidad de Seúl. Había dejado de salir con sus amigos por quedarse estudiando en su casa, preparándose para los exámenes y con la esperanza de sacar buenas notas.
El sueño de BaekHyun siempre había sido mudarse a la cuidad y estudiar una carrera en esa prestigiosa universidad. De adolescente nunca fue un buen estudiante, sino hasta que se enamoró de la preciosa Seúl.
Byun no tenía una familia que nadara en dinero como TaeHyung. Sus papás tenían buenos trabajos, sí, pero desde niño le habían enseñado a ganarse sus propias cosas. Es por eso que empeñó horas de estudio y esfuerzo para poderse ganar una beca.
Cuando llegó a la cuidad, conoció al que sería su mejor amigo desde entonces; Park ChanYeol. Era un chico moreno de cabellos negros y ojos espectaculares, en serio, eran otra cosa, algo extraordinario.
Baek y ChanYeol se convirtieron en mejores amigos una tarde lluviosa, en la que el castaño se arrepentía de haber viajado solo a Seúl. Sentía que no encajaba en su propio sueño, y ese pensamiento logró que unas lágrimas abandonaran sus ojos.
Todo era tan pero tan diferente, las personas no eran como en el campo y sus clases lo dejaban demasiado cansado. Simplemente no estaba acostumbrado a esa realidad, y pensaba que jamás iba a poder hacerlo.
Estaba sentado en una banca, en el parque que estaba frente a las instalaciones de la universidad. Ahí fue donde un despistado ChanYeol, que buscaba un puesto de helados —cosa ilógica porque estaba lloviendo a cántaros—, lo vio.
Sin percatarse de los sollozos del castaño, Park lo miró con confusión y le preguntó si sabía algo de un puesto de helados abierto. Byun soltó una pequeña risa debido a la estúpida pregunta. Le contestó que era obvio que nada iba a estar abierto, mucho menos en el parque, si estaba lloviendo.
Ahí fue cuando Park se percató de los ojos rojos del otro, y le preguntó acerca de su bienestar. Ambos chicos se sentaron a platicar toda la tarde, y a partir de ese día, ChanYeol supo que no volvería a dejar que Baek se sintiera ajeno a su sueño.
Byun ignoraba el gran amor que le tenía ChanYeol. Lo consideraba su mejor amigo, pero nada más.
En cambio, estaba vuelto loco por Kim TaeHyung. Desconocía su pasado —después de su vida en el campo—, su novio no era una persona que hablara mucho. Tampoco sonreía, pero Byun tenía la certeza de que no lo hacía porque se avergonzaba fácilmente.
Para él, TaeHyung era una persona con un gran corazón, una mente brillante y una creatividad mucho más allá de la realidad. En realidad era una gran persona. El único problema, era su gran necesidad de ocultar sus verdaderos sentimientos.
A veces Baek se sentía excluido por grupo de amigos de Kim y por él mismo. Llegaba a sentir que, cuando HoSeok y YoonGi estaban cerca de él y TaeHyung, terminaba desplazado.
Las últimas semanas casi no veía a los amigos de su novio, y eso lo alarmó, puesto que comenzó a pensar que él tenía la culpa de la poca interacción que veía entre Kim y sus mejores amigos.
El pensamiento de que, tal vez, él tenía que ver con eso, abrumaba su mente en ese momento. Mientras caminaba a hacia una pequeña tienda de flores, en busca de un ramo de flores moradas para su lindo novio.
Creyó que eso le iba a gustar mucho, planeaba dárselo en la cena de esa noche. En realidad quería hacer algo lindo para él, lo había notado raro últimamente.
Entró a la tienda, la cual estaba decorada con flores en las ventanas y tenía unos preciosos arreglos exhibidos. Tenían todo tipo de flores y una gran sonrisa se pintó en el rostro de BaekHyun.
Al entrar, pudo observar a un chico de cabellos largos, de un intenso color azabache, quien usaba un delantal color negro y miraba hacia una computadora.
—Buenas tardes, quisiera un ramo de flores moradas, por favor —habló el castaño, llamando la atención del trabajador, quien lo miró y le sonrió. Notó que en su delantal tenía una placa por su nombre—, JungKook.
El chico de ojos grandes y cabellos azabaches asintió y se levantó de su silla—. Por supuesto que sí. —Baek pudo observar unos tatuajes en su brazo, en realidad eran geniales, así como su piercing en la ceja y sus múltiples aretes en las orejas. Ese chico tenia estilo. Una de las cosas que más resaltaban, además de sus tatuajes y perforaciones, era su gran cuerpo.
Tenía una espalda ancha y se notaba que tenía un pecho grande; mientras JungKook armaba el ramo de flores, BaekHyun sonreía, pensando en la gran envidia que le tenía a su apariencia. Tal vez algún día iba a intentar verse así de espectacular.
Después de unos minutos, JungKook envolvió el ramo en papel café y le colocó un moño al rededor de los tallos.
—¿Podría incluir una tarjeta, por favor? —Pidió el castañito, recibiendo un asentimiento por parte del guapo trabajador y una gran sonrisa.
—Por supuesto, ¿qué nombre y qué mensaje quisieras incluir? —Preguntó con amabilidad JungKook.
—Quisiera que dijera: "Para el amor de mi vida, Kim TaeHyung".
La sonrisa en el rostro del chico desapareció gradualmente. Byun se confundió debido a la expresión que se había apoderado del chico azabache. Se veía molesto, confundido, extraño.
JungKook sintió su corazón trozarse en miles de pedazos. Entonces, TaeHyung sí lo había superado...
Apretó el plumón en su mano con fuerza; tenía una gran pelea de sentimientos negativos y pensamientos pesimistas en su mente. Comenzó a dolerle la cabeza y se puso nervioso. ¿TaeHyung salía con ese chico? ¿Desde hace cuánto?
Miró las flores y sintió una rabia indescriptible. Se visualizó tomando el ramo en sus manos y azotándolo contra el escritorio una y otra vez, hasta que los pétalos cayeran por completo y aquellas flores perdieran su preciosura, así como el amor que, alguna vez, Kim sintió por él.
Pero claro que no pudo hacerlo. Se limitó a tener que escribir la tarjeta dos veces debido a que su mano temblaba del enojo y los nervios. TaeHyung había salido adelante.
Terminó de escribir y le cobró a BaekHyun, quien, con una sonrisa, se despidió de él y se llevó el ramo.
Jeon salió hacia el patio trasero del local, encendió su segundo cigarrillo del día —los cuales fumaba en menor cantidad y a escondidas de SeokJin— y comenzó a fumarlo. Mientras caminaba de un lado a otro, sintiendo sus ojos picar y una gran inestabilidad mental.
Por su parte, BaekHyun le entregó el ramo de flores en la cena a TaeHyung. Este último le sonrió grande y le agradeció por el precioso detalle. Platicaron y cenaron entre risas toda la tarde, hasta que la velada terminó en la cama, como era de esperarse.
Jeon JungKook se enteró de que TaeHyung había salido adelante, y era hora de que él también lo hiciera.
¡Sí cumplí con la promesa! Aquí tienen nuevo capítulo, iré dedicando capítulos conforme los vaya subiendo.
Espero que este les haya gustado mucho, y si es así, no olviden votar y comentar :3 ❤️
Dedicado a: Natwis_128
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