𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 89
No tan lejos de ahí.
Jin y Namjoon estaban en la puerta del apartamento. Jin dedujo que para esas alturas, Jimin ya estaba con Jungkook adentro.
Una cosa llevó a la otra y Jin y su novio terminaron besándose apasionadamente contra la puerta cerrada del apartamento. Debido a la lluvia de unos momentos antes, la playera del mayor estaba completamente empapada, lo que provocó que se pegara al abdomen de Jin. Namjoon no soportó más, habían pasado casi dos semanas de que no tenían sexo, Jin estaba muy ocupado con Jungkook, y ¿cómo no? Hasta el mismísimo Namjoon también cuidaba de Jungkookie.
No había nada de qué preocuparse mientras Namjoon atacaba el delicado cuello de Jin con besos y mordidas, Jimin estaba adentro cuidando de Jungkook, ¿o no?
El momento tan erótico de los chicos se vió interrumpido por un chico bajito, de cabello color rosa (mojado) que subió las escaleras rápidamente.
Namjoon y Jin voltearon a verlo y, era claro que era Jimin.
—¿Jimin? —Jin separó a Namjoon.
—Hola, Jin. —saludó el menor sin una pizca de preocupación.
—¿Jungkook está solo? —preguntó Nam.
—¿No estaba con ustedes? —Jimin los miró confundido.
—Jimin, si te mudaste aquí fue para que cuidaras a Jungkook. —dijo Jin para después abrir la puerta del departamento lo más rápido que las llaves le permitieron.
Todos los chicos entraron corriendo al departamento y se dirigieron al cuarto de Jungkook.
Cuando abrieron la puerta vieron sangre, un gran charco de sangre y sobre de él, estaba Jungkook. Sin camisa, empapado en el líquido rojo que salía de sus heridas. Sus ojos estaban cerrados.
Namjoon corrió hacia él, y como pudo le tomó el pulso, agradeció eternamente cuando notó que Jungkook estaba vivo, a pesar de tener las muñecas abiertas y la carne de sus brazos viva.
Jimin sacó su teléfono rápidamente y llamó una ambulancia.
Jin comenzó a llorar, se acercó a Jungkook y trató de que las heridas dejaran de sacar sangre. Así que mantuvo presión.
—Jungkook... Jungkook, ¿puedes oírme? —habló Jin entre lágrimas.
—¡Jungkook! Quédate con nosotros. —Jin acarició el cabello de su hermano menor.
—Hy-ung... Tae-
No tan lejos de ahí.
Las puertas de la sala de urgencias en el hospital de Seúl fueron abiertas de un golpe, un golpe producido por una camilla.
Los enfermeros y doctores se apresuraron a bajar a Jungkook de la ambulancia en el momento en el que llegó al hospital.
A la elevada velocidad a la que iba a la camilla, fue sólo cuestión de segundos para llegar a la sala en donde le iban a cerrar las heridas.
Jungkook lloraba, todo le dolía hasta que lo sedaron. Le inyectaron un sedante por medio de una jeringa y lo conectaron a miles de aparatos.
—Señor Jeon, va a necesitar una donación de sangre. —habló el doctor que lo estaba revisando. —Ve a avisarles a sus familiares. Consígueme a alguien, es urgente. —ahora se dirigió a un enfermero.
El enfermero salió corriendo del cuarto.
A pesar de estar drogado, Jungkook sentía, y sentía todo su cuerpo. Sentía los puntos que le estaban dando en los brazos, sentía su piel entumecida por la sangre seca en ella y la que aún no terminaba de salir.
Sentía que si Taehyung no estaba ahí con él, valía la pena morirse. Jamás se podría imaginar una maldita vida sin él. La sonrisa de Taehyung regresaba a su mente a cada rato y no lo dejaba respirar.
Todas las veces en las que se besaron, en las que se abrazaron, en las que se tomaron y se entregaron el uno al otro... todas esas veces inundaban su mente.
Jungkook sentía que ya no podía, prefería morirse de una vez en lugar de pasar toda una vida sin Taehyung. Y todo por su maldito orgullo.
Jungkook no sabía en lo que había estado pensando cuando se cortó de esa forma. Si no hubiera sido por SeokJin y Namjoon, junto con Jimin, que entraron a la habitación a tiempo, Jungkook estaría muerto. No sería tan malo.
Los dientes de Jungkook fueron presionados con dolor, el doctor estaba cauterizando las heridas. Las lágrimas de Jungkook no cesaban.
Y es que, recordó que eso ya lo había vivido. Cuando era niño le ocurrió lo mismo. Lo llevaron al hospital. El doctor comenzó a sacar todos los vidrios rotos que tenía el pequeño Jungkook incrustados en su pecho.
Se odiaba por estar en la misma situación. Sabía que ahora, las cicatrices de sus muñecas jamás se irían, que las cicatrices a lo largo de sus brazos estarían ahí para siempre.
Él sólo quería estar con Taehyung, y si no era así, la vida no valía la pena.
La puerta fue abierta con brutalidad de nuevo. El doctor estaba terminando de vendar las heridas de Jungkook.
El enfermero entró con dos bolsas de medio litro de sangre. Las colocó en un aparato que colgaba y después conectó a Jungkook con una aguja a la sangre.
Jungkook recuerda haberse quedado dormido, simplemente ya no pudo mantenerse despierto más tiempo.
No tan lejos de ahí.
—Jimin... —llamó Jin al ver que Jimin por fin había regresado de la sala en donde le sacaron sangre para donársela a Jungkook.
Jimin se sentó en la silla de espera que estaba junto a Jin, quien estaba siendo abrazado por Namjoon.
—¿Cómo salió todo? —preguntó Namjoon.
—Supongo que bien. Doné un litro de sangre, pero me dieron un paquete de galletas gratis. —contestó Jimin.
Todos se quedaron en silencio. Jin estaba destrozado, no podía creer que Jungkook tratara de suicidarse de nuevo. Sí, era porque no podía vivir sin Taehyung, pero no era para tanto.
Namjoon había estando abrazando a Jin desde que llegaron al hospital, también se sentía muy mal, Jungkook era un gran amigo suyo también.
—¿Te dijeron algo de Jungkook? —Jin rompió el inmenso silencio.
—No. Pero creo que tendrán que mantenerlo aquí unos días como la vez pasada. —explicó Jimin, le dolía decir "la vez pasada" le dolía el simple hecho de que tuvieran que estar en el hospital de nuevo.
—Jimin, tú y yo tenemos que hablar. —Dijo el mayor de los tres. —Nam, amor, ¿puedes ir a traer unas mantas? Pasaremos la noche aquí. —esta vez le habló a su novio.
—Claro. —Namjoon le dió un beso a su novio en la frente y después se fue.
—Jimin...
—No. Jin, me acaban de sacar un litro de sangre, por favor, no quiero hablar ahora. —el de cabello rosa se negó a cualquier posible discusión.
—Jimin, esto es serio. Mira en donde acabamos por tu bromita. —Jin miró al menor acusadoramente.
—¿Cuál bromita? —Jimin pretendió que no entendía.
—Jimin, lo sé todo. Sé que Jungkook y Taehyung cortaron por tu culpa. —acusó Jin.
—Dices puros disparates. Fue culpa de Yugyeom. ¡Tú lo viste! —Jimin le gritó, claro que tenía una coartada sólida.
—Jimin, Yugyeom no se habría acercado a Jungkook si tú no lo hubieras ayudado, es un completo cobarde. Además, todo lo que haces es sospechoso. Y yo te lo dije, ¡te lo dije! Te dije que no te metieras en su relación. —Jin alzó la voz.
—Mira, yo no tengo la culpa de que Jungkook esté en cuidados intensivos, yo- jamás imaginé que-
—Pues pasó. —Unas lágrimas abandonaron los ojos de Jin.
—No fue mi intención. —Jimin pasó la manga de su suéter por sus ojos que estaba inundados con lágrimas. —Pero yo también te lo dije —Jimin miró hacia abajo—, te dije que Jungkook iba a derrumbarse cuando se separara de Taehyung. Pudo haber sido peor, tenía que hacerlo ya. —explicó el pelirosa.
—No. Jimin, no tenías que hacerlo. Pero, ahora que lo hiciste, tienes que arreglarlo. —Jin se cruzó de brazos.
—Está bien.
Me había quedado una hora más dentro del auto de Hoseok. Sólo escuchaba la música y las gotas de agua cayendo sobre el auto.
Todo iba relativamente tranquilo hasta que comencé a ver unas luces rojas, me quité los audífonos y escuché una sirena, era de una ambulancia.
Me volteé y vi que la ambulancia estaba estacionada frente al edificio de Jin. Acto seguido, la puerta del auto de Hoseok fue abierta.
Me asusté y traté de ver quien era. Me di cuenta de era Hoseok, se veía apresurado y se subió del lado del piloto.
Prendió el coche y comenzó a manejar.
—¡Hey! ¿Qué haces? —abracé a Yeontan.
—Cállate, Taehyung. —se oía muy preocupado.
—Espera, ¿a dónde mierda vamos? —lo tomé del hombro.
—Si necesitas saberlo, al hospital. —habló seriamente.
Tragué saliva, ¿por qué demonios íbamos al hospital?
Hoseok estaba muy mojado, había salido del edifico sin ningún tipo de protección, me refiero a que, no traía paraguas o algo. Su respiración era agitada, la mía pronto sería como la suya.
Estaba preocupado, no sabía porque debíamos ir al hospital.
Hoseok se mostró muy tenso durante todo el camino. Llegamos y se estacionó en urgencias.
Se desabrochó el cinturón y antes de bajar del auto me miró.
—Tae, bajemos. —dijo con dificultad.
Bajamos del auto, dejé a Yeontan dormido en el asiento del auto.
Comenzamos a caminar. Hoseok me tomó de la mano y me adentró en el hospital.
Me estaba muriendo del miedo, no sabía que era lo que estaba pasando. No sabía por qué Hoseok estaba tan tenso y preocupado.
La primera persona en la que pensé fue en Yoongi, pero debido a que él y Hoseok estaban peleados, lo descarté.
Paramos frente a una puerta y Hoseok me volteó hacia él, sus ojos estaba rojos, señal clara de que iba a llorar.
—¿Qué ocurre? —pregunté harto y frustrado.
—Tae, abre esa puerta. Te dejaré solo. —apenas pudo pronunciar y se fue.
Tenía miedo. En realidad no quería abrir la puerta. ¿Y si...?
Me armé de valor y respiré profundo. Tomé la manija de la puerta y la jalé lentamente hacia abajo. No quería. No quería ver quién estaba detrás de esa puerta.
Finalmente la puerta fue abierta y me quedé paralizado.
Era Jeon. Era Jeon Jungkook. Estaba recostado en esa cama con sábanas blancas, tenía una aguja conectada a su brazo, tenía un pequeño tubo por el cual corría sangre.
Sus ojos estaban cerrados, su torso estaba descubierto, tenía vendas por todos lados, en el pecho y en los brazos.
Mis ojos rompieron en llanto al verlo así. Mi pecho dolió. Sentía que la vida se me iba. Me cubrí la boca con mi brazo y cerré los ojos fuertemente.
Ahogué un amargo: "No".
Estaba a punto de correr hacia él cuando escuché una voz familiar conversando con otra que para nada conocía.
—¿Está seguro, doctor? —era la voz de Jimin.
—Por supuesto. El paciente Jeon se recuperará, todo fue muy exitoso, sólo tendrá que permanecer aquí unos días más, pero podrá volver a la normalidad. Las cortadas fueron profundas pero no tanto, así que tuvieron suerte.
—Eso es genial. —contestó Jimin, supongo que estaba hablando con un doctor.
—Sí. Ahora, sólo me preocupa el bienestar emocional del paciente. ¿Usted sabe algo?
—Soy psicólogo. Lo he estado estudiando desde que nos conocimos. Digamos que Jungkook tiene un trastorno dependiente, acaba de salir de una relación muy mala y estaba destruido. —explicó Jimin.
¿Relación muy mala? Me paré en seco. No podía creer lo que había escuchado.
—Tenía una obsesión con aquella persona, digamos que se estaba destruyendo a sí mismo. Pero ya no están juntos. —dijo Jimin, casi como si me clavaron un cuchillo en el corazón.
¿Tanto daño le hice?
—¿Ha pensando en suministrarle algún tipo de medicamento? Digo, usted debe de conocer psiquiatría. ¿Me equivoco?
—Ahora que lo pienso...
Deje de escuchar. No. No pude haberle hecho tanto daño. Soy un monstruo, jamás me di cuenta.
Miré a Jungkook una vez más, comencé a retroceder. No podía acercarme a Jungkook. Me despedí con un ultimo "Adiós"
Salí de la habitación y comencé a correr a la salida. Me encontré a Hoseok. Estaba platicando con Jin y Namjoon. No podía permitir que me vieran. Tomé a Hoseok del brazo y lo arrastré a la salida. Ignoré las quejas de Hoseok y los llamados de Jin.
Lo subí al auto y comencé a manejar hasta el departamento.
Jeon, lo siento.
¿Cómo andamos? Yo bien, :)
En realidad no hay mucho que decir esta vez así que... disfruten. Quiero hacer un maratón pero no lo sé XD
¿Qué dice el público?
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