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𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 86

No tan lejos de ahí.

Jungkook estaba destrozado, su alma estaba por abandonar su cuerpo. Tenía el cuadro que Taehyung le había aventado entre sus manos. Eran ellos.

Jungkook y Taehyung, besándose.

Jungkook sentía que su vida ya no valía nada sin Taehyung.

Estaba sentando en el suelo, recargando su espalda contra la puerta del apartamento de Hoseok. Podía sentir que el amor de su vida estaba en esa misma posición del otro lado de la puerta.

Su corazón estaba completamente roto, le dolía. Le dolía todo lo que Taehyung le había dicho. Jungkook nunca quiso besar a Yugyeom, si no se apartó del beso fue porque el otro lo tenía aprisionado contra un árbol y tenía sus manos aprisionadas.

Durante el beso, Jungkook lloró; lloró porque durante muchos años había esperado con ansias un beso de Yugyeom, y ahora que por fin lo tenía, no podía sentir más odio por él.

Jungkook se sentía mal, después de tantos años de sufrir porque "su mejor amigo" tal vez jamás lo iba a querer y mucho menos lo iba a besar, ahora que lo hacía, Jungkook había encontrado al amor de su vida.

Estaba furioso con Yugyeom, estaba furioso con Taehyung y sobre todo con Jimin.

¿Por qué?

Jimin no había hecho nada para impedir que Yugyeom lo besara o que Taehyung le gritara todo eso. Jimin solo se había quedado ahí parado.

Jungkook se sentía traicionado. Se sentía mal. Tener ese hermoso cuadro sobre él lo hacía sentirse mil veces peor.

Se sentía peor que cuando se veía al espejo y se encontraba con todas las cicatrices de su pecho, esta vez sería, sin duda,  mucho más lastimado.

Todos esos momentos llegaron a su mente.
Cuando se encontraron. Cuando Jin los corrió de la casa y por consiguiente tuvieron que dormir juntos. Cuando Taehyung le confesó que lo amaba. Cuando Taehyung estuvo ahí incondicionalmente. ¿Así era como Jungkook le pagaba?

Se sentía la peor persona del mundo. Ya no iba a poder ver esa hermosa sonrisa cuadrada; ya no iba a escuchar las anécdotas de Van Gogh que contaba su novio. Ya no iban a jugar videojuegos juntos; ya no iban a salir a cenar. Ya no iba a escuchar esas dos palabras tan hermosas saliendo de los labios de Taehyung: Te amo.

Se escucharon pasos apresurados por las escaleras del edifico.

Un Jimin con los ojos llorosos se aproximó a Jungkook. Se arrodilló al ver al menor llorando con rabia.

—Jungkook-

Jungkook no contestó. Jimin lo tomó de la mano y comenzó a peinar su cabello.

—Jungkook, vámonos. —dijo Jimin.

—Jimin- mi TaeTae. —chilló Jungkook.

—Tranquilo.

No tan lejos de ahí.

Alguien subía las escaleras del edificio lo más rápido que sus piernas le permitían.

Caminó por el pasillo hasta que llegó a la puerta que estaba buscando.

—¡Jungkook! —gritó el chico.

Nadie abrió. Comenzó a tocar y a gritar el nombre de Jungkook con desesperación.

Presionó el timbre miles de veces. Se asomó por la abertura de la puerta, no vió nada.
Necesitaba hablar con Jungkook.

—¡Jeon Jungkook! Necesito hablar contigo.
Ábreme, bastardo. —gritó el chico, su cabello castaño caía sobre su frente.

Nadie abrió.

Yugyeom comenzó a desesperarse y golpeó la puerta con su puño. Necesitaba ver a Jungkook.

Esperó unos segundos más hasta que la puerta del apartamento se abrió.

Vió a quien había estado buscando. Era Jungkook, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, su rostro estaba de un color rojo y se limpiaba la nariz con su antebrazo.

—¿Qué mierda quieres? —habló Jungkook.

—Jungkook...

Yugyeom se abalanzó hacia el mayor tratando de unir sus labios; Jungkook fue más rápido y lo empujó.

—Eres un hijo de puta. —dijo Jungkook.
Yugyeom se quedó atónito. No podía creer que el otro lo hubiera empujado y hubiera usado ese lenguaje con él.

—Por tu culpa perdí lo más valioso que tenía. ¿Quién te crees que eres para aparecerte así aquí? Además, ¡trataste de besarme! No soy como tú crees Yugyeom, ya crecí. No me vas a manipular más.

—Jung-

—¡CÁLLATE! No tienes derecho. Te odio. Eres una persona mala.

—¿Soy malo por abrirte los ojos?

—¡Cierra el maldito hocico! —Jungkook soltó un golpe a la boca del menor, comenzó a salir sangre.

Yugyeom retrocedió por el impacto y llevó su mano a su boca, en donde esta se llenó de sangre.

—No te quiero volver a ver en mi vida. Olvídate de mi. Y piensa que por tu culpa, Taehyung me odia. Vete a la mierda, Yugyeom.

Jungkook cerró la puerta. Yugyeom se sintió... extraño. Jamás había sentido algo así por alguien. Su corazón se rompió, de repente se sintió vacío.

Volvió a tocar la puerta. No sabe porqué, pero lo hizo. No sabía qué era lo que él quería que Jungkook le dijera.

Esta vez, la puerta se abrió por segunda vez. Era Jin. Jin salió del apartamento y cerró la puerta.

—¿Jamás te cansas, verdad? Lo único que quieres es joder a los demás. —habló Jin mientras veía a Yugyeom.

—Yo-

—Entiéndelo. Tal vez le gustaste a Jungkook en algún momento, pero ese Jungkook ya no existe. Ya no le interesas.

—Jin-

—Rompió con Taehyung hace unas horas, y, ¿adivina qué? Ni así quiere estar contigo. ¡No quiere! ¿Entonces, por qué sigues aquí?

Jin se veía furioso, y, ¿cómo no? Habían lastimado a su Jungkookie, a su hermanito menor.

Yugyeom estaba a punto de llorar. Iba a romper en llanto frente a SeokJin.

—Eres una perra. —seguía diciendo Jin. Con ese comentario lo puso en su lugar.

Jin abrió la puerta y se metió al apartamento.

—Mierda.

No tan lejos de ahí.

Yugyeom abrió la puerta de su casa. Toda su ropa y cabello estaban mojados, no le importaba en los más mínimo.

Como siempre, su casa estaba vacía, no había nadie. Las luces estaban apagadas por toda la gran mansión.

El castaño se quitó sus zapatos aún estando en la entrada, alguien lo vió, miraba hacia el suelo mientras que su ropa estaba empapada y su playera blanca se transparentaba dejando ver su abdomen plano.

—Señor Yugyeom...

Yugyeom alzó la mirada y pudo ver a su niñera, quien jugaba con sus manos.

—¿Se encuentra bien?

Yugyeom negó con la cabeza mientras que las cristalinas lágrimas caían de sus ojos.

—¿Y mi mamá? —preguntó, ni siquiera sabía por qué se molestaba en preguntar.

—Se fue en un viaje de negocios hace unas horas.

Yugyeom subió a su habitación, se recostó en su cama de sábanas color blanco con negro. Aún traía su ropa empapada. No le importaba un resfriado, se había dado cuenta de que nada podría lastimarlo más que darse cuenta de que su oportunidad con Jungkook se había ido muchos meses antes.

Ya no había nada que hacer.

Lo que dijo Jimin era mentira. Fue entonces que Yugyeom se dió cuenta de que el pequeño chico de cabello ahora color rosa, lo había usado para algo mucho más grande y perverso.

—Zorra.

De repente la puerta de su habitación se abrió y un chico un poco más moreno que Yugyeom entró a la habitación.

Yugyeom alzó la vista y logró ver a su mejor amigo, un chico alto, usaba ropa llamativa como siempre, su cabello era negro.

—¿BamBam? —Yugyeom se limpió la nariz.

—Suéltalo. —BamBam se sentó junto a su mejor amigo, del cual estaba enamorado.

—Está bien.

Yugyeom comenzó a contarle a su mejor amigo todo lo que había hecho y lo que había arruinado. Que ya iba a olvidar a Jeon para siempre.

BamBam y Yugyeom habían sido amigos toda la vida; debido a que Yugyeom era homofobico, BamBam jamás le había podido confesar que estaba enamorado de él.

Después de esto, Yugyeom se daría cuenta de quién estuvo con él todo el tiempo y se va a dar cuenta de que ser gay no es del todo malo. BamBam va a quedarse con su amigo toda la vida, y, ¿quién sabe? Tal vez terminarían juntos.

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