Era frío. Era aún más frío que hace unos momentos.

Era tortura. Era sufrimiento, amargo sufrimiento. Mis lágrimas no dejaban de caer sobre mi almohada.

Saqué miles de cobijas del closet y nada me calentaba, nada era tan cálido como Jungkook.

Mi corazón dolía, se rompía, estaba apretado; Jungkook jaló del hilo del que tenía mi corazón amarrado y lo estrujó.

¿Era en serio? ¿Era todo? ¿Estaba con alguien más? ¿Estaba fumando de nuevo? ¿Me amaba?

Mi cuerpo jamás había experimentado esta sensación, esta sensación de frío incontrolable. Mi celular estaba en mano, había llamado a Jungkook miles de veces y ninguna de las llamadas fue respondida.

Dolía, dolía más que caerse de una maldita plataforma hasta el fondo del océano. Sin ningún tipo de protección, caer y caer sin saber nadar o respirar en el agua.

Sentí que me estaba ahogando sin Jungkook. Me faltaba algo.

Sin duda fue la noche más fría de mi vida.

¿Me amaba?

No tan lejos de ahí.

La puerta fue abierta con rabia. Jungkook entró al departamento de Jin furioso.

Aventó su chaqueta al sillón, dentro de la chaqueta estaba su celular, no le importó, sabía que Taehyung no lo iba a llamar. Si así lo hiciera, Jungkook contestaría en ese momento.

Porque amaba a Taehyung con toda su maldita vida.

Jungkook se hundía en agonía. No podía creer que el amor de su vida desconfiara de él de esa manera.

Jungkook jamás le sería infiel, si tenía un moretón en su cuello, fue porque Yugyeom lo atacó unos momentos antes.

Y por supuesto que Jungkook no había vuelto a fumar, le había costado demasiado dejar la adicción a la nicotina como para que Taehyung le dijera todo eso.

Jungkook se enojó demasiado, en otras circunstancias, jamás se atrevería a gritarle a Taehyung. Mucho menos a gritarle todo lo que le gritó. Simplemente era imposible.

Jungkook se odiaba. Se odiaba demasiado.

—¿Jungkook? —Jin salió de su habitación con una bata de pijama y miró a Jungkook, quien estaba llorando de rabia. Se acercó a él.

—Oh, Jungkookie. —se sentó junto a él en el sillón y lo cobijó con sus brazos. —¿Qué ocurrió? —Jin comenzó a acariciar el cabello del menor, quien lloraba demasiado.

—¿En dónde está Jimin? —logró preguntar Jungkook entre sollozos.

—En tu cuarto, lo dejé que se quedara a dormir. —contestó Jin de inmediato.

De repente, alguien salió del cuarto de Jungkook, era Jimin, quien se había despertado por los llantos de Jungkook.

—¡Kookie! ¿Qué ocurrió? —Jimin corrió hacia su mejor amigo y lo abrazó.

—Taehyung y yo... peleamos. —Jungkook lloró más.

Jimin y Jin se voltearon a ver. Jin miraba al rubio con un semblante acusador. Sabia que él tenía algo que ver de una manera u otra. Jimin solo lo miró con supuesta "confusión".

—Calma, Jungkookie. —Jimin abrazó al menor y comenzó a acariciarle la espalda para consolarlo.

—Nos gritamos —dijo Jungkook apenas recuperando su aliento. —Le dije cosas horribles. —se talló los ojos con sus manitas.

—No, pequeño. Mañana van a arreglarse, tú sabes cómo son las parejas. Pelean y se reconcilian. Si no, no son pareja. Míranos a Namjoon y a mi, a cada rato rompe cosas y nos peleamos y a los cinco minutos nos amamos. No te preocupes, mañana Tae y tú hablarán. Y va a ser como siempre. —aseguró Jin mientras le servía un té a Jungkook para calmarlo.

—¿Tú crees? —preguntó Jungkook, sentía que no podía respirar por los mocos que se habían aflojado dentro de su nariz.

—Por dios, Kookie. Soy tu Hyung y sé más que tú. Es obvio. —contestó Jin con mucha seguridad mientras le entregaba a Jungkook el té.

—¿Puedo quedarme aquí esta noche? Va a ser un poco difícil volver hoy... —dijo Jungkook para después tomar de su té.

—Por supuesto. Dormirás con-

—¡Conmigo! —Jimin interrumpió a Jin.

—Con Jiminssi. —Jungkook sonrió.

Jungkook había caído rendido, se había dormido al instante que tocó su cama. Decir que no le extrañaba sería una pequeña mentira.

Tal vez la extrañaba pero amaba dormir con su novio, en su cómoda cama, reposando su cabeza en el pecho del mayor. Pero no importaba, porque al siguiente día, todo iba a ser como antes. Volverían a dormir juntos como Jin dijo. ¿Verdad?

Jimin se levantó de la cama en la que estaba con Jungkook, Jungkook le daba la espalda. Se veía bastante tranquilo mientras dormía.
Jimin caminó hasta la sala del departamento en donde hizo una llamada.

—¿Zorra? —contestó el otro chico. —Joder, ¿qué horas son estas de llamar? —se oía adormilado.

—Mira, si te llamo es porque te conviene. —mintió Jimin.

—¿Ah si? ¿Por qué, zorra? —preguntó Yugyeom después de bostezar.

—Porque Jungkook y Taehyung se pelearon hoy, tendremos que hacer el plan mañana mismo. —explicó Jimin, todo lo susurraba.

—Woah... entonces funcionó. —Si Jimin pudiera ver a Yugyeom, sabría que éste sonreía de victoria.

—¿Qué? —preguntó Jimin algo confundido.

—Nada. Hoy le hice un chupetón al pequeño y parece que lo confundí. —Jimin no sabía que Yugyeom le había hecho un chupetón al SU Jungkookie.

Jimin apretó los puños con enojo, su cabeza comenzó a doler. Sabía que después de todo, Yugyeom no era de fiar, lo cual no le molestaba, de todos modos el ganador de esta pelea iba a ser él.

—Bueno, mañana nos vemos ya sabes donde. Adiós.

—Adiós, zorrita.

Yugyeom se despidió, Jimin trató de respirar. Volvió al cuarto y notó que Jungkook estaba moviéndose y llorando. Se veía extraño así que decidió moverlo un poco.

—¡Ah! ¡Sangre! ¡Cuchillos! Me atraviesan. —chilló Jungkook mientras sentía su cuerpo. No había ninguna cortada ni sangre.

—¿Estás bien? —preguntó Jimin al ver que Jungkook siguió llorando.

—No. Quiero a Tae.

A Jimin le dolió el corazón, pues sabía lo que era querer estar con una persona. Primero lo sintió con Jungkook y después (sorprendentemente para él) con Yoongi.

Sin embargo tenía que seguir, por el bien de Jungkook.

—Descansa. —Jimin besó la cabeza del menor.

—Descansa.