𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 62
—¡No! Hyung, ¿Cómo creen? —Jungkook negó rotundamente cuando Hoseok y Yoongi se ofrecieron a prestarle dinero para que Jungkook le comprara un regalo a Tae por su cumpleaños.
—¡Vamos! Jungkookie, queremos hacerlo. —dijo Suga.
—¡No! Jamás aceptaría algo así. —Jungkook volvió a negar, esta vez acomodándose la chamarra de oso que Taehyung le había prestado.
—Jungkook, has hecho tan feliz a Taehyung... antes de conocerte era muy serio, cuando nos mudamos a la cuidad parecía que solo se quería concentrar en su arte y eso, era un completo aburrido. Llegaste tú y le devolviste su chispa, es lo menos que podemos hacer para agradecerte. —explicó Hoseok.
—¿Y qué le vas a comprar? —preguntó Yoongi, asumió que el menor de los tres iba a terminar accediendo.
—Pues... no lo sé. Taehyung es fan de lo retro y vintage, le encanta tomar fotos, de mi. —se sonrojó y comenzó a jugar con los pelitos de la chamarra. —Le gusta- um, tomar fotos de casi todo. Quiero regalarle una cámara. —dijo con la vista hacia sus manos que no dejaban el peluche de la chamarra en paz.
—¡Increíble! Lo conoces más que nosotros. —dijo Hoseok.
—Tal vez... —Jungkook se sonrojó.
—Bueno, mañana es su cumpleaños y después es Año Nuevo, estábamos planeando ir a cenar a un restaurante. —dijo Yoongi con una sonrisa en su rostro.
—Eso sería genial. —dijo Jungkook. —Tengo una pregunta, ¿puedo invitar a unos amigos? —preguntó Jungkook con suma inocencia.
Los dos mayores se vieron entre sí con una sonrisa y después volvieron sus miradas hacia Jungkook.
—¡Por supuesto! —dijeron los dos mayores al mismo tiempo.
Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook.
Ese mismo día, los dos mayores le dieron dinero al menor y éste fue corriendo a buscar la mejor cámara que existiera.
—¿A quien vas a invitar? —preguntó Hoseok a Suga.
—No lo sé. ¿Jimin tendrá planes? —preguntó el nuevo rubio cenizo con una sonrisa en el rostro.
—Pregúntale. —contestó Hoseok, el fastidio era notorio en su habla.
—Le preguntaré. Gracias, J-Hope, eres el mejor. —dijo Yoongi antes de salir del departamento de Hoseok.
Hoseok había estado pensando mucho en el asunto de Suga. Había llegado a la conclusión de que debía de rendirse, el asunto con Jimin iba cada vez mejor, Yoongi solo lo veía como un amigo y eso no tenía nada de malo.
Hoseok sabía que todo era una confusión, había estado durmiendo con chicas y se dió cuenta de que en verdad le gustaban. Por otro lado, jamás se imaginó con un hombre hasta que aquellos sentimientos erróneos y estupidos sobre Yoongi comenzaron a inundar su mente.
Pensó que lo correcto era dejar a Yoongi y por una vez en su vida, encontrar a alguien que le gustara de verdad. No solo por una noche.
—Supongo que iré solo a la cena de Año Nuevo.
No tan lejos de ahí.
El tono de espera de la llamada comenzó a sonar en la oreja de Yoongi. Finalmente alguien contestó.
—¿Jiminnie? —Yoongi habló.
—¡Chico azúcar! ¿A qué debo tú preciada llamada? —preguntó con un tono seductor.
—Jiminnie, primero que nada... ¿Cómo estás?
—Bien, estaba escuchando música. De hecho, estoy mucho mejor desde que llamaste. —Yoongi no lo podía ver, pero sabía que del otro lado de la línea, un chico con cabello color rubio estaba sonriendo.
—Que bueno. Segundo, ¿tienes planes para Año Nuevo? —preguntó Yoongi. De repente, escuchó un fuerte golpe del otro lado de la línea, lo que no sabía era que Jimin se había caído de la cama.
—¿Planes? —preguntó, estaba nervioso, se quejó por el golpe que se dió contra el suelo de su habitación.
—Así es, quería invitarte a cenar. Mira, mis amigos y yo hemos organizado una cena para Año Nuevo, y podemos llevar una cita, ¿irías conmigo?
El chico del otro lado de la línea no contestó, se quedó paralizado, jamás lo habían invitado a cenar, mucho menos en Año Nuevo. Siempre cenaba junto a su hermano en la casa, claro, siempre y cuando su hermano no se fuera con sus amigos.
—¿Jimin? —Yoongi se extrañó debido a la falta de respuesta.
Jimin reaccionó.
—Ah, ¡si! Claro, me encantaría. —una sonrisa boba se formó en su rostro.
—¡Genial! Jiminnie, es mañana, ¿te recojo en tu casa? —preguntó Yoongi.
—Oh, ¡si! Te mando la dirección por mensaje. ¿A qué hora? —preguntó Jimin.
—Pasaré a las nueve de la noche por ti.
—Hasta entonces, chico azúcar. —dijo Jimin, sus mejillas estaban ardiendo, tenía suerte de que Yoongi no pudiera verlo.
Y finalmente colgaron.
No tan lejos de ahí.
Jungkook estaba en la tienda donde compraría la cámara de Taehyung. Decidió llamar a Jin para invitarlo a la fiesta.
Esperó a que Jin contestara mientras le echaba un ojo a las cámaras.
Se escuchó a alguien del otro lado de la línea.
—¿Kook? —preguntó Jin.
—Hola, Jin Hyung. —saludó Jungkook.
—¿Qué hace el pequeño conejo? —preguntó Jin.
—Estoy buscando una cámara para regalarle a Tae por su cumpleaños, creo que le haremos un mini festejo.
—Eso es genial. —Jin sonrió del otro lado de la línea.
—Hyung, ¿qué vas a hacer en Año Nuevo?
—Nada, Nam y yo teníamos planeado asistir a una fiesta de su mejor amigo, pero no quiero ir. De verdad no quiero. —se quejó Jin.
—Bueno, Taehyung y sus amigos están organizando una cena en un restaurante, me dijeron que podía invitar amigos, ¿quieres ir? —preguntó Jungkook.
—¡Gracias! ¡Dios te bendiga! —exclamó Jin. —¿Puedo llevar a Nam? —Jin seguía con una sonrisa gigante.
—Sip. Te mando la dirección y hora por mensaje. Mientras tanto, deséame suerte, tengo que encontrar la mejor cámara.
—Suerte, Kookencio. —deseó Jin.
Jungkook colgó.
Después, su vista fue atraída por la cámara perfecta. La tomó entre sus manos y supo que era la indicada.
—Tú te vienes conmigo.
¡Hola, hola!
¿Cómo están?
El capítulo fue algo corto, pero el próximo se viene lacrimógeno... muy lacrimógeno. ¡Espérenlo!
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