Mi celular, que se encontraba en el mueble al lado de la cama comenzó a vibrar. Abrí los ojos con fastidio, eran las 10 de la mañana en un sábado. Pude ver a Jungkook, quien me abrazaba mientras dormía, se veía tan delicado, la manera en la que su cabello cubría toda su frente hasta sus cejas y sus ojos estaban cerrados, era hermoso.

Tomé el celular y lo acerqué hacia mi, la pantalla se iluminó y pude ver un mensaje en la bandeja de entrada.

Desconocido:

"Hola... Jungkookie. No sabía que ya tenías teléfono, pensé que la gente que no tenía dinero no podía comprar celulares."

¿Quien demonios era? ¿La gente que no tiene dinero?

Desconocido:

"Al parecer, utilizaste tu belleza como moneda para que aquel chico que dices "tu novio" te comprara un celular. Sin embargo, no me sorprende, ya veo porqué estás con ese imbecil."

¿De qué dominios hablaba? ¿Por qué demonios se refiere a la belleza de MI novio?

¿Imbécil?

Mi ceño se frunció, ¿quién demonios era esta persona?

Miré a Jungkook, seguía dormido.

Desconocido:

"¿Por qué no aspiras a algo mejor? Si elegiste ser un marica de mierda, ¿por qué no mejor eliges a alguien más? Habemos personas mejores, pero no lo entenderías.
Adiós, cariño".

¿Qué? Me enojé por el término que utilizó esta persona: "Marica de mierda" 

¿Qué se supone que le está ofreciendo? Me senté rápidamente en la cama cuando leí lo ultimo: "Adiós, cariño"

¿Por qué mierda le había dicho "cariño" a mi novio?

Mi rostro estaba caliente por el coraje. Rápidamente dejé el teléfono en el mueble de nuevo y tomé el mío.

Hobi ☼:

"Tae, recuerda que tienes que levantarte temprano, tenemos que ponernos de acuerdo en casa de Suga para lo que haremos en navidad."

Mierda. Se me olvidó por completo lo de navidad, lo cual era muy estúpido de mi parte, me asomé por la ventana y pude ver nieve cubriendo el suelo.

Faltaban tres días para navidad.

Me revolví el cabello con desesperación, ¿quien demonios era la persona que le mandó ese mensaje a mi Jungkookie?

Comencé a pensar en posibles personas... pero nada.

Estaba concentrado hasta que sentí que Jungkook se movió en la cama. Me volteé hacia él y lo miré, las sabanas blancas le cubrían la mitad de la cara, se había cubierto hasta la nariz, y es que hacía frío.

Me acerqué a él y le di un pequeño beso en su nariz. Jungkook abrió los ojos poco a poco.

—¡TaeTae! —exclamó cuando me vió y sacó sus brazos de abajo de las sábanas, me tomó del cuello y me abrazó. —Buenos días. —dijo mientras juntaba su helada nariz con mi cuello.

—Kookie...

Le iba a preguntar acerca de ese mensaje, después pensé que se enojaría conmigo por haber visto su teléfono sin permiso. Me interrumpí y cambié de tema.

—Tenemos que pararnos ya, Hoseok me dijo que tengo que ir a casa de Yoongi para ver qué haremos en navidad. —le dije.

—No te vayas. —dijo Jungkook. Se aferró a mi.

—¿Quieres venir? —pregunté.

—Solo quiero estar con TaeTae. Todo el tiempo.

Lo sentí algo extraño, incluso sentí como una lágrima abandonaba su ojo de Bambi.

—¿Qué ocurre amor? —me separé de él y lo miré.

—Tae... ésta es la primera navidad que pasamos juntos desde que... desde que vivíamos en el campo. Tengo miedo, Tae. —dijo.

—¿Por qué miedo?

—No quiero que vuelva a ser la última, quiero estar contigo toda mi vida. No quiero que nos separemos jamás.

Lo abracé, su cabeza reposó en mi pecho y yo comencé a acariciar su cabello.

—Mi amor, jamás nos vamos a separar, te lo prometo. —le dije. —Solo van a ser unas horas en lo que voy a casa de Yoongi. —lo miré a los ojos.

—Está bien, TaeTae. —me sonrió. —Te amo.

—Voy a lavarme los dientes. —le dije.

—¡Aguarda! —gritó. —Llévame. —sonrió, se veía tan tierno, era un tierno bebé.

Me acerqué a él y lo tomé en mis brazos, lo cargué y lo llevé al baño conmigo.

Jungkook se aferraba a mi como un koala, puso sus piernas a los dos lados de mi cintura y las apretó.

Cuando llegamos al baño, lo senté sobre la barra del lavabo, se veía tan chiquito sentado ahí...

Tomé mi cepillo de dientes y el suyo, se lo di y Jungkook se talló los ojos con la otra mano. Le serví pasta de dientes en el cepillo y lo metió a su boca para después dejarlo ahí. Tenía mucho sueño.

Yo comencé a lavarme los dientes, cuando ví que Jungkook seguía medio dormido con el cepillo de dientes en la boca comencé a reírme.

Pasaron algunos segundos y Jungkook abrió los ojos de golpe, yo tenía mi mano en su muslo, se impulsó hacia abajo de la barra y comenzó a lavar sus dientes con extrema rapidez, después escupió la pasta en el lavabo. Comenzó a jalar aire.

—¿Qué te pasó? —pregunté soltando algunas risas.

—¡Me picó la pasta de dientes! Casi muero, Taehyung. —abrió la llave del agua y con ayuda de su mano, comenzó a llevar agua a su boca. —¡Maldita sea!

Yo solo me reía de esa escena.

—¿Ya ves? Para que sigas dormido. —me seguí riendo.

—¡No es divertido! —me miró con un puchero.

—Claro que lo es.

Vi que Jungkook sonrió discretamente y se secó la boca.

Ay, mi bebé.

Holi :3