𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 47
—¿Qué tan difícil es abrir la puerta? —preguntó Jungkook.
—¡Déjame! Intenta hacerlo mientras te tambaleas. —Empecé a reír.
Entonces por fin abrí la puerta. Nos metimos y pude ver que en la sala, Hoseok y Suga estaban agitados, Hoseok estaba sentado justo al lado de Suga.
—¡Hola! ¡Chicos! ¿Cómo están? —saludé a Suga y a Hobi.
—Hola, chicos. —saludó Jungkook.
Ninguno de los chicos habló, Suga se veía incómodo y Hoseok nervioso.
—¿Qué? ¿Les cortaron la lengua? —pregunté. Comencé a reírme.
Jungkook me tomó de la mano y observó a los dos chicos que difícilmente dirían una palabra.
—Está bien, no digan nada. Jungkook y yo iremos a dormir. —dije. Después jalé a Jungkook de la mano y nos metimos a nuestra recamara.
—Tae...
—¿Qué? —me quité la ropa.
—¿No te pareció raro? Digo, habían muchas botellas vacías de Soju en la mesa. Hoseok y Suga tenían los labios rojos igual que sus rostros. Obviamente estaban sonrojados. —dedujo Jungkook.
—¿Y? —pregunté.
—Y, puede ser que Hoseok y Suga se hubieran estado besando todo este tiempo. —dijo Jungkook con una sonrisa.
—Pero Hobi no es gay. —le dije mientras me metía a la cama.
—A eso me refiero. Técnicamente no hay nada de malo, ¿no? pero como que algo no cuadra, ¿no? —dijo Jungkook. Comencé a reír.
—No importa, de todos modos ellos pueden hacer lo que se les dé la gana. Ahora, ven aquí. —señalé el lugar a mi lado dentro de la cama.
Jungkook se quitó toda la ropa y se metió a la cama conmigo. Nos dormimos.
No tan lejos de ahí.
En realidad afuera del cuarto de Tae...
Hoseok y Suga estaban sentados en el sillón. Todo se volvió tan incomodo. Hasta que Suga habló.
—Hobi, olvidémoslo, ¿si? Mira, lo que digo es que, todo fue un error, estábamos borrachos. Esto no tiene porque arruinar nuestra amistad o algo así.
—Tienes razón. Solo fue un beso. —dijo Hoseok.
—Así es. Olvidémoslo, ¿si?
—Olvidémoslo. —dijo Hoseok.
Los dos chicos no se miraban. Estaban avergonzados.
Hoseok, por un lado, estaba confundido, ¿le gustaba Suga? Y si no, ¿por qué lo besó?
Suga, por el otro, se sentía mal, él sabía que Hoseok no era gay, y sin embargo lo besó. Ese beso solo bastó para que Suga se diera cuenta de que en realidad quería estar con Jimin. No con nadie más, con Jimin.
Suga sacó su teléfono y miró la hora.
—Ya es tarde. Creo que tengo que irme a mi casa. —dijo Suga.
—Si. Creo que es lo mejor. —dijo Hoseok.
—No te preocupes. Mañana nos vemos en la universidad. —dijo Suga.
El mayor se levantó del sillón, tomó su chaqueta y se despidió con la mano de Hoseok antes de salir por la puerta.
—Joder.
Decidí no tocar el tema con Hoseok. Ustedes saben cual, el hecho de que Jungkook se hubiera dado cuenta de que él y Suga se habían estado besando.
Después, dije, bueno, estaban borrachos. Se entiende. En realidad no quería poner incómodo a Hoseok.
Estábamos en la universidad. Como siempre, Suga y Hoseok estaban juntos. Me alegraba saber que lo qué pasó ese día no había afectado en nada.
Ya era hora de mi clase de arte. Después tendría que ir a la de música, ahí hablaría con Suga acerca de lo qué pasó. O tal vez no...
No tan lejos de ahí.
Jungkook y Jin estaban juntos en su departamento.
—Kookencio, ¡dime! —ordenó Jin.
—¿Qué? —preguntó Jungkook.
—¿En donde se consiguen? ¡Dímelo! —rogó Jin.
—¿Qué? —volvió a preguntar Jungkook, aún lo entendía que se refería el mayor.
—Los chicos ricos, bien parecidos, dulces, humildes... ¿En donde? ¿Hiciste algún pacto con el diablo? —preguntó Jin.
Jungkook comenzó a reír.
—Pues no lo sé. Simplemente lo encontré y ya. Lo amo.
—Se nota que él también te ama. —dijo Jin. —¿No tiene otro amigo rico? —preguntó.
—Si. Pero no es tu tipo. Además, creo que no es gay. —Dijo Jungkook refiriéndose a Hoseok.
—Mierda. ¿Por qué a mi jamás me toca nada? —se quejó Jin.
—Amigo, tenías muchos novios en la escuela, pero tal vez sea porque ya no sales. —dijo Jungkook.
—¿Y tú si? —preguntó Jin.
—Bueno, no. Pero Tae y yo nos conocemos desde que teníamos siete años. —dijo Jungkook.
—Está bien. Ya entendí lo que estás diciendo. ¡Jamás tendré un novio rico! Y me voy a quedar solo toda la vida. ¡Perfecto! ¡Gracias! Era lo único que tenías que decir. —Jin tomó su bolso-mochila y las llaves del departamento.
—¿A dónde vas? —preguntó Jungkook.
—Ah, claro. Como nunca estas... se me olvidó decirte que tengo un nuevo trabajo, es en una tienda de ropa. Me tengo que ir. —dijo Jin.
—Está bien, Hyung. —dijo Jungkook.
—¿Sabes qué? Deberías hablar con Jimin. Es tu mejor amigo. —dijo Jin.
—Lo intentaré. Ahora, vete, se te hace tarde. —dijo Jungkook.
—¡Promételo Jungkook! —gritó Jin antes de salir por la puerta del departamento.
—Si.
Jin estaba en la tienda. Había días en los que no había mucho trabajo. La tienda en la que Jin trabajaba era muy grande.
Había ropa para todos, para chicas, para chicos y para niños.
Era cansado, pero a Jin le gustaba. Siempre fue un amante de la belleza y la moda. Le gustaba estar actualizado en las tendencias de ropa y esas cosas.
Tenía amigos en su trabajo, a Jin le gustaba mucho que todos trabajaban en equipo.
Lo único que no le gustaba mucho de su trabajo era que tenían que usar un traje algo formal para presentarse a trabajar.
Todos los días eran tranquilos, la gente entraba, Jin les ofrecía ayuda, les cobraba y después se iban.
Era un gran trabajo, y no podía quejarse de la paga. Después de todo, no es como si hiciera gran cosa.
El día iba como cualquier otro, Jin estaba platicando con un amigo.
—Ya me quiero ir. —dijo su amigo.
—Acabamos de abrir. —Jin comenzó a reír.
—Tienes razón, de todos modos yo-
—Disculpe. —Un chico interrumpió.
Jin volteó y vió a dos chicos, los dos eran de tez un poco morena, uno era de la misma estatura de Jin y el otro era mas bajito.
—¿En qué puedo ayudarle señor? —preguntó Jin muy amable.
Jin no había notado lo increíblemente guapo que era el chico más alto. Cuando lo vió bien, sus ojos se abrieron de par en par. Tenía cabello café, ojos hermosos. Un cuerpo para morirse y una sonrisa tan hermosa.
—Quería ver si tenías esta camisa en una talla más grande. —dijo el chico guapo.
Jin se había perdido en sus ojos, en sus hoyuelos, los cuales se marcaban a cada lado de su cara.
Dios, como quería tener a ese hombre en su cama.
—Si... la tengo muy grande. —dijo Jin estúpidamente mientras veía las musculosas piernas que se le marcaban al chico debido a sus pantalones ajustados. —Digo, si, ¡hay una talla más grande! —gritó Jin al darse cuenta de lo que había dicho.
El chico solo sonrió, le había parecido muy divertido que el chico alto, de hombros anchos se hubiera puesto nervioso.
—Ahora, sígame, está por aquí. —indicó Jin.
El chico moreno lo siguió, dejó a su amigo y fue tras Jin.
Jin lo guió a una sección específica de la tienda y buscó una talla más grande de la camisa. Estaba muy nervioso, tiró algunas camisas al piso en lo que buscaba.
¿Qué le estaba pasando?
Finalmente encontró la bendita camisa y se la dió.
—Tome. Los probadores están justo en frente. Hágame saber si necesita algo. —dijo Jin, estaba muy nervioso y avergonzado.
—Muchas gracias.
El chico se metió a los probadores, después de unos minutos el chico salió. Jin estaba tratando de calmarse. No sabía lo que le estaba pasando.
—Listo. —el chico de los grandes hoyuelos se acercó a Jin. —Llevaré esta camisa.
—Por supuesto que si. Sígame, por favor. —Jin lo guió hasta un mostrador para cobrarle.
Al llegar, Jin se pasó hacia un lado del mostrador y el otro chico estaba del otro lado.
—¿Pago en efectivo o con tarjeta? —Jin preguntó, ya estaba acostumbrado.
—Con tarjeta. —dijo el otro chico.
—Excelente. Son 15 dólares. —dijo Jin.
El otro chico le pasó la tarjeta con las dos manos, Jin la recibió e hizo el pago.
—Me permite... ¿Cuál es su nombre? —preguntó Jin.
—Mi nombre es Namjoon, Kim Namjoon.
La máquina por fin hizo el cobro y salió la nota donde decía que el cobro se hizo, cuando y ese tipo de cosas.
—De hecho, —el chico sonrió —¿Cómo te llamas tú? —le preguntó a Jin.
—Mi nombre es Kim SeokJin. Pero, dime Jin. —Jin le guiñó el ojo a Namjoon.
—Está bien, Jin. Si me permites preguntar, ¿Cuándo tienes tu descanso? —preguntó Namjoon.
Jin se sonrojó ante lo anterior y prefirió seguirle el juego.
—No lo sé. Tal vez ya lo tuve, tal vez no. —dijo Jin mientras le entregaba su compra a Namjoon.
—Está bien, Jin. —Namjoon se quedó viendo lo perfecta que era la cara de Jin.
—¡Hey! ¡Te estaba buscando! Vámonos Nam. —el otro chico con el que había llegado Nam a la tienda encontró a Namjoon.
—Lo siento, Jackson. —Namjoon se disculpó. —¿Te volveré a ver? —le preguntó a Jin.
—No lo sé. ¿Quieres volver a verme? —Jin alzó una ceja, le quería coquetear.
—Pasaré por aquí todos los días. —contestó Namjoon.
—Hasta entonces. —finalizó Jin.
Por la forma en la que Namjoon le habló a Jin, era más que obvio que aquel chico Jackson no era su novio.
Quizás Jin y Namjoon podrían llegar a ser algo más.
Solo quizá.
Namjoon y Jackson salieron de la tienda y Jin suspiró.
—Oh. My. Fucking. God.
¡Por fin Namjin! ¡Disfruten el capítulo!
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