Agosto ya se había acabado. Faltaba un día para el cumpleaños de Jungkook.

Demonios, ya habían pasado demasiados años desde que éramos niños jugando en el campo, cuando saltaba la cerca de su casa para salir a jugar conmigo.

Recuerdo cuando el día de su cumpleaños le compramos un pastel y soplamos las velas juntos.

Era increíble el hecho de que me hubiera ausentado tanto tiempo. Pasaron tantos cumpleaños y no estuve presente.

La verdad, se me había olvidado la fecha del cumpleaños de Jungkook. Un día fuimos a la casa de Jin. Jungkook fue al baño y el chico alto de hombros anchos me dijo que el cumpleaños de Kookie se acercaba.

Me dijo que Jungkook amaba los detalles aunque no lo demostrara mucho.

Estaba matándome para pensar en qué regalarle.

Ese día, aprovechamos para intercambiar teléfonos, no teníamos forma de comunicarnos en caso de que le pasara algo a Kookie. Jungkook no tenía celular.

Y es por eso que se me ocurrió una gran idea. Resolver ese problema.

Estábamos en una tienda de celulares, Hoseok ya estaba cansado de recorrer todo el centro comercial en busca del mejor celular y tal vez otro detalle.

—¿Ya nos vamos? —preguntó Hoseok, estaba muy cansado.

—No. Te dije que este era el último día para conseguirle el mejor regalo a Jungkook.

—Claro, tenías que esperar hasta el último minuto para dignarte a buscarlo. —se quejó mientras se estiraba.

—No podía decirle a Jungkook que iba a buscar su regalo, así que, ahora que fue a comer con Jin, tenemos tiempo.

—¿Te digo algo?

—¿Qué? —seguí viendo celulares.

—Deberías regalarle una pintura de él. —dijo aguantando la risa.

—¿Por qué? —lo miré.

—Dios, Tae, "Quiero que me pintes desnudo Tae" ¿No se te hace conocido?

—¡Jamás lo he pintado desnudo! ¿Qué te ocurre? —lo golpeé levemente para después empezar a reír.

—Pero quieres. —levantó las cejas rápidamente.

—Estás mal. —seguía riendo.

Seguimos buscando celulares hasta que encontré el correcto. Había salido un nuevo celular con tres cámaras. No diré marcas porque no me están patrocinando la historia.

Dios, la cámara era excelente. Tenía un gran ángulo e iba a servirnos mucho para las fotografías.

Yo también tenía que tener el mío.

—Hola, disculpa, ¿puedes darme dos de estos celulares? —le pregunté a un empleado.

—Claro, ¿en qué colores?

Pensé que a Jungkook le agradaría uno negro, yo opté por el celular blanco con el borde dorado.

—Uno negro y uno blanco, por favor.

—Por supuesto, sígame. —me guió hasta el mostrador.

Estaba feliz de poderle comprar a Jungkook el mejor teléfono.

—Dios, lo que hace la gente con su dinero. —Hoseok se burló.

—Hobi, tú eres más rico que yo y gastas en estupideces, darle un teléfono a Jungkook no es una tontería. —dije mientras daba mi tarjeta de crédito.

—Está bien. Que lindo novio eres. Desearía tener uno como tú. —dijo Hoseok sin pensar. —¡Aguarda! ¡No! No quiero tener un novio, quiero tener una novia que me compre un celular. —corrigió antes de volver a reír.

—Ay, Hoseok.

Por fin teníamos los celulares. Hoseok decidió parar para comprar un café. Nos sentamos con nuestro café y comenzamos a platicar.

—Taehyung. —Hoseok llamó mi atención.

—Dime. —contesté.

—¿En serio amas tanto a Jungkook? —preguntó.

—Por supuesto. ¿Por qué la pregunta?

—Bueno, es que jamás he tenido una relación seria con alguien. Normalmente las cosas sólo son de una noche. Pensé que me funcionaba, pero las cosas han cambiado. —dijo mirando hacia abajo.

—Hobi...

—No, tranquilo. Estoy bien. Solo quería compartir eso contigo. Y es que... jamás había sentido amor por alguien.

—¿Sientes amor por alguien ahora? —pregunté.

—En realidad... —Hoseok dudó y se calló.

—Anda, dime. —le dije para después tomar un sorbo de mi café.

—Bueno, en realidad no. Pero quiero hacerlo. Siento que llevo tanto tiempo sin nadie de verdad que me estoy aburriendo.

—Hobi, es normal. Solo necesitas conocer al indicado. —dije.

—Indicada. —corrigió.

—Indicada. —repetí.

Estábamos caminando Hoseok y yo mientras platicábamos hasta que pasamos frente a una joyería.

—Aguarda. ¡Ya sé! —me paré frente a la joyería.

—¿Ahora qué sabes? —preguntó Hoseok.

—¿Recuerdas aquellos dijes que me dió Jungkook cuando éramos niños?

—Si. ¿Qué con eso? —preguntó.

—Ya están maltratados. Quiero conseguir otros. Acompáñame.

Tomé a Hoseok de la mano y lo obligué a entrar a la tienda. Una señorita se nos acercó y saludó.

—Buenas tardes caballeros, ¿Les puedo ofrecer algo? ¿Champaña quizá? —preguntó amable.

Al principio iba a rechazarla, pero Hoseok se me adelantó.

—Si, por favor. —dijo Hoseok.

La señorita asintió y fue por dos copas de champaña.

—Que buen servicio. —dijo Hoseok.

La señorita volvió con las copas y nos las dió.

—Muchas gracias. —dijimos los dos.

—Ahora, ¿qué estaban buscando? —preguntó la señorita.

—Bueno, mañana es cumpleaños de mi novio. Quería darle un anillo, pero quiero que sea de pareja.

—Genial. Por acá, tenemos de varios tipos, plata, oro rosa, oro. —me mostró los anillos.

—Quiero que los dos sean de oro. Además, quiero que tengan un mensaje en su interior.

—Por supuesto, ¿cuál sería el mensaje? —sacó una hoja de papel y una pluma.

—En uno, "TH & JK" y en el otro "por siempre" —dije seguro.

—Muy bien señor, ahora, elija su anillo.

Me enseñó todo tipo de anillos y entre Hoseok y yo los evaluábamos.

Había muchos, algunos con adornos, otros sin ningún adorno.

Al final, me decidí por un par que tenía un pequeño diamante en forma de corazón en el centro. Eran hermosos.

—Estos. —dije seguro.

—¡Genial! Esos vienen con cadenita por si quieren usarlo como un collar. —dijo la señorita.

—Cuanto amor. —Se burló Hoseok.

Compré los anillos y por fin salimos de ahí.

Llegamos al departamento y Hoseok se tiró sobre el sillón. Yo me dirigí a mi cuarto a esconder los regalos de mi Jungkookie.

Entonces, recibí una llamada de Jin.

Contesté. Jin dijo que Jungkook iba en camino hacia mi departamento y que aprovechaba para decirme que al día siguiente (cumpleaños de Jungkook) iba a haber una comida en su casa. Que estaba invitado.

Recalcó: "Más bien, estás obligado a venir."

Empecé a reírme y le dije que ahí estaría.

Colgamos y me quedé observando la pared de mi habitación.

En la pared, habían muchos cuadros y pinturas que Jungkookie y yo habíamos hecho, solo eran unos cuantos, pero algún día toda la pared estaría llena.

Jungkook, ámame por siempre.

Esta vez me tardé un poco más con la actualización, me quedé viendo películas, jaja.
Pero aquí está.
¿Regalo de cumpleaños? 7u7