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𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 30

Toda la cena fue así, Jimin trataba de ponerme incómodo preguntando cosas sin sentido y fuera de lugar. Jungkook estaba un tanto molesto debido a la forma en la que Jimin me hacía preguntas tan estúpidas.

Después de comer, pasamos a platicar en la sala.

—Jin, en serio, la cena estuvo genial. Gracias. —adulé a Jin.

—Oh, no es nada. Que bueno que te haya gustado, con eso quiero pedirte que por favor me perdones.

—Por supuesto, considérame tu amigo. —dije mientras estrechábamos manos.

Jungkook estaba tan feliz que me abrazó y me dió un beso en la mejilla.

—Te amo. —dijo el pequeño.

—Yo más, Kookie. —lo besé.

—Aguarda, —interrumpió Jimin. —Apenas conoces a Jungkook. ¿Como puedes amarlo? ¿Sabes si quiera algo de él? No sabes nada de él. ¡No puedes amarlo! —Jimin explotó.

¡Por fin! Maldita sea. Llevaba toda la cena aguantándoselo.

—¡Jimin! ¡Hyung! ¿Qué te ocurre? —Jungkook gritó. —Taehyung es mi novio, y sabe mucho de mi. Además, ¿A ti qué te importa?

—Lo lamento Tae, Jimin suele ser muy especial cuando se trata de su mejor amigo. —Jin se levantó y jaló a Jimin del brazo.

—Jin, ya es tarde, creo que Taehyung y yo ya tenemos que irnos. —dijo Jungkook algo molesto.

—No se preocupen. Diviértanse chicos, la noche es joven. —Jin nos guiñó el ojo.

Nos despedimos de él y Jin se llevó a Jimin a otra habitación. Jin parecía la mamá, si así eran las cosas, no quería saber cómo lo iba a regañar.

La verdad creo que Jungkook se molestó más que yo en ese sentido. Yo no era un persona que se molestara fácilmente, tal vez si me podía enojar pero no le di importancia.

Salimos del departamento y Jungkook estaba enojado. Empezó a caminar muy rápido, era de hecho la segunda vez que salía enojado de aquel departamento.

Su ceño estaba fruncido y caminaba rápido mientras tomaba mi mano.

Salimos del edificio y se paró en seco.

—Amor, ¿Estás bien?

—Tae, ¿Por qué Jimin se portó así? Es mi mejor amigo, me lastimó. —una lágrima abandonó sus ojos.

—Amor, no. No llores por eso. —lo acerqué a mi cuerpo y lo refugié en mis brazos. Escondió su cabeza en mi cuello y podía sentir la humedad de la lagrimas que salían de sus preciosos ojos. —Mi bebé hermoso, no te preocupes. Aquí estoy yo para ti. Jimin necesita tiempo para aceptarlo. Tranquilo.

Jungkook no me soltaba, tampoco quería que lo hiciera. Lo amaba tanto. Lo separé de mi unos centímetros.

—Kookie, deja de llorar. —lo miré a los ojos. —Dios. ¿Sabes lo mucho que te amo?

Jungkook negó con la cabeza.

—¿No lo sabes?

—No, Taehyung, no puedes amarme, no lo merezco.

Solo bastó lo último para que yo mirara directamente a sus hermosos labios. No quería que siguiera pensando eso.

Incliné mi cabeza levemente hacia la derecha, lamí fugazmente mi labio superior mientras que posicionaba mi mano izquierda en su cintura. Dios, encajaba perfectamente. Esa cintura había sido hecha para mi mano.

Con la mano izquierda acaricié suavemente su trasero. Pero, ustedes dirán, "Por dios Tae, están en la calle, ¿No tienes miedo de que los vean?"

La verdad no, la calle está oscura y además no hay nadie. Perfecto escenario para disfrutar de mi hermoso novio.

Jungkook puso sus dos manos sobre mi pecho, se acercó más a mi esperando a que lo besara.

Dios, amaba tener esa cercanía con él, era tan hermoso y aún más de cerca. Su rostro parecía hecho por los mismos dioses. No había persona más perfecta que él.

Dejé escapar una pequeña risa cuando Jungkook cerró sus ojos y estiró sus labios para besarme.

Se me ocurrió algo en ese momento. Quería hacerlo aún más romántico y un poco cliché. Algo nuevo y lindo.

Tomé a Jungkook de la nuca y puse mi mano restante en su cintura, lo giré de modo que su cuerpo estaba paralelo al piso y solo era detenido por mi, lo incliné. Jungkook se sorprendió y abrió los ojos. Me acerqué lentamente y ya no quise esperar más. Esos labios tenían que ser míos.

—Tae-

—Calla, amor.

Me seguí acercando y por fin alcancé sus labios. Lo besé bajo la noche y las estrellas.

Jungkook tenía una belleza inimaginable, jamás podría sobrevivir ni un día sin besar sus preciosos labios.

Yo sabía que Jungkook también me amaba, lo decían sus ojos, la manera en la que me miraba era única, me miraba con esos ojos oscuros como la noche.

Me sentía bien de haber convertido aquella profunda oscuridad de sus ojos combinada con inmensa tristeza y odio, en unos ojos que se iluminaban como la noche estrellada misma.

Esos hermosos e inocentes ojos, que, a pesar de pasar por todo lo que había pasado, seguían siendo castos, inocentes y que cada que los veo me hacen sonreír.

Me separé de él sin abrir los ojos, quería seguir en el momento, los abrí y Kookie aún los tenía cerrados, los abrió lentamente y sonrió como un conejo, amaba ver esa sonrisa.

Lo levanté y lo puse de pie.

—Kookie, te amo. —dije muy cerca de sus labios.

—Taehyung, nunca te vayas de mi lado.

—Jamás.

—No, en serio, JAMÁS. —lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.

—Hey, ¿qué pasa? —me preocupé de que estuviera llorando.

—Taehyung, tantas cosas malas me han pasado. Justo ahora dudo que esto sea verdad. —sus lágrimas no cesaban.

—No, mi amor, te juro que esto es real. Yo te amo más que a nada en el mundo. —limpie sus lágrimas con las yemas de mis dedos. —Eres tan hermoso, podría decírtelo todo el maldito día.

—Taehyung, ¿Cómo puedes amarme? —miro hacia abajo. —Soy una horrible persona, todo me ha pasado, no soy digno de cualquier sentimiento relacionado con el amor.

Me empecé a preocupar por todo lo que me estaba diciendo.

—Jungkook, basta. Eres una persona increíble, tú no tienes la culpa de lo que te han hecho. Amor, no te culpes por los errores de los demás. Y claro que te amo. Gracias a ti, puedo ser una mejor persona, gracias a ti soy feliz, maldita sea. —lo tomé de los hombros.— Te amo.

—Taehyung, quédate conmigo por siempre.

—Por supuesto que si, me encantaría pasar el resto de mi vida contigo.

Lo abracé y no lo quería soltar, Jungkook era una persona muy vulnerable, yo solo quería protegerlo, estar con él. No me gustaba verlo llorar, mucho menos por imaginarse que yo alguna vez lo iba a dejar.

De nuevo esa sensación, alguien nos estaba viendo. Disimuladamente vi hacia la calle, giré la cabeza en todas direcciones y no vi nada.

Sentí que alguien estaba viéndonos fijamente, me sentí un poco incómodo.

—Amor, ¿Quieres ir a un lugar especial?

—¿A donde? —se separó de mi.

—Tú sígueme. —lo tomé de la mano y empecé a caminar.

—Aguarda, quiero fresas. —me detuvo frente a una tienda.

—¿Mi bebé quiere fresas? —pregunté mientras le hacía cosquillas.

—Si. —dijo mientras reía y se retorcía.

—Vamos.

Entramos a la tienda agarrados de las manos. Buscamos las fresas y fuimos a pagarlas.

Había un chico que estaba cobrando, el chico era apuesto, puse las fresas sobre la mesa y Jungkook venía detrás de mi, se detuvo para ver algo que estaba en un estante. Se agachó.

El chico que estaba cobrándome giró a ver a Jungkook, lo noté y giré a verlo también.

El chico estaba viendo el trasero de mi novio.

¡Que idiota!

Obviamente me enojé, si pudiera mis orejas empezarían a sacar humo. Me molesté de sobre manera. Tenía que hacer algo, no permitiría que le faltaran el respeto a mi hermoso novio.

—¡Hey! ¿Qué estás viendo? ¿Por qué tardas tanto?

El chico peli negro me miró asustado y rápidamente siguió cobrando.

—Lo lamento, señor, me distraje.

—Si, mirando a mi novio. —dije abriendo mis ojos y levantando las cejas para intimidarlo.

—Lo lamento, no sabía que fuera su novio. —por fin tecleó algunos códigos en su computadora y le arrojó el precio. —Serían dos dólares. —dijo finalmente el chico sin mirarme a los ojos.

Jungkook se acercó a mi y me abrazó por la espalda, recargó su barbilla sobre mi hombro y me miró.

Saqué el dinero mientras veía que el chico veía a Jungkook con una sonrisa. Me molesté mucho. Exploté.

—¿Qué? ¿Quieres su número? Lamento decirte que él es mi novio, deja de babear. —puse el dinero sobre el mostrador el cual protegía a ese estúpido de que yo lo golpeara.

Agarré las fresas y tomé a Jungkook de la mano, salí rápido de la tienda con Jungkook siguiéndome.

Una vez afuera lo miré.

—¿Qué ocurrió Taehyung? ¿Porque le dijiste eso? —Jungkook estaba confundido.

—¿No viste la manera en la que te miraba? —dije algo exaltado.

—Tae, ¿Estás celoso? —preguntó el menor mientras levantaba una ceja.

—¡No! Por supuesto que no. —dije mientras cruzaba los brazos.

—¡Genial! Entonces supongo que iré a hablarle a aquel chico, la verdad era apuesto.

Empezó a caminar de nuevo hacia la tienda, no iba a permitir eso.

—¡Aguarda! —Jungkook paró y me miró —Si, si estoy celoso. —tuve que admitir.

—Awww, ¡¡Taehyung!! ¡Que tierno! —corrió hacia mi y despeinó mi cabeza.

—¡No soy tierno! —hice un puchero.

—Lo eres. —Jungkook levantó una ceja y acarició mi mandíbula.

—En fin, ¡vamos al lugar especial!

—¡Si!

Los celos están intensos en este capítulo, jaja.
Espero lo disfruten y... pues ya.
No olviden votar, comentar y recomendar la historia.
Nos leemos XD

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