𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 27
Habían pasado algunas horas de aquel incidente en el baño. Hoseok había huido de nuevo y se había ido con Suga. Me quedé solo en el departamento con Jungkook y solo pensaba en hacer una cosa...
—¡Genial! De nuevo perdiste Tae. —Jungkook dijo burlándose después de haberme ganado en el videojuego por séptima vez.
—¡Está bien! Ya no juego... —empecé a jugar un poco con Jungkook, crucé los brazos sobre mi estómago y me volteé.
—¡Tae! No te enojes, la próxima te dejo ganar ¿Ok? —trató de agarrarme de los hombros y verme a los ojos pero yo seguía "indignado" así que hice un puchero con mis labios.
—¡Taehyung! Es en serio, no te enojes conmigo porque soy mejor...
—¿Entonces? —pregunté seco, me gustaba basilar con él.
—Lo puedo arreglar... —dijo el pequeño.
—¿Cómo? —pregunté interesado.
—Pues...
Yo volví a hacer mi puchero.
La mano de Jungkook tomó la mía, con la otra mano acarició mi hombro, la fue bajando por mi pecho mientras se acercaba lentamente a mi. Jungkook era muy tímido cuando se trataba de eso. Me pareció tierno y al mismo tiempo divertido ver su intento de besarme.
Cerró los ojos y esperó a que yo me acercara a besarlo.
—¿Es lo único que se te ocurre? —pregunté jugando con él.
Se hizo para atrás con una expresión de molestia, y me miró con los ojos entrecerrados. Se levantó del sillón y agarró su chaqueta.
—Está bien, Taehyung. Yo creo que mejor me voy.
Tal vez me pasé un poco. Me levanté en seguida y lo abracé por la espalda.
—No vas a ningún lado. —dije para después pegarlo más a mi cuerpo.
La gran espalda de Jungkook estaba contra mi pecho, bajé mis brazos y cubrí sus brazos, los cuales estaban cruzados sobre su estómago.
Después puse mi barbilla sobre su hombro.
—¿No puedo ir a ningún lado? —preguntó Kookie.
—No, considérate secuestrado. —dije jugando.
Tomé su chaqueta pesada y la arrojé al sillón de nuevo.
Jungkook olía tan bien, olía a qué era mío, solo mío. Su cuello olía a colonia y ya hacía muchos días que no olía cigarro en él. ¿Habría dejado de fumar? No lo sabía. Jungkook no decía nada de él, solo hablábamos de nosotros como pareja. Ahora que lo pienso, no sabía mucho de él.
Sin embargo, una cosa si sabía, lo amaba y a pesar de todo lo iba a amar. Mil veces y sin pensarlo.
Besé su cuello.
—Ya, amor. Solo estaba jugando contigo.
Tomé sus manos con las mías, entrelacé nuestros dedos y lo abracé más fuerte.
—Te amo, Kookie.
Jungkook no había dicho ni una palabra, solo podía oír su respiración.
De un movimiento hice que Jungkook quedara viendo hacia mi, miraba hacia abajo.
—Jungkookie, mírame. —le ordené, no lo hizo así que tomé su barbilla con mi mano y la alcé.
—¿Me amas? —pregunté mientras levantaba ligeramente mi cabeza hacia arriba.
—Yo... —Jungkook dudó en responder. —Por supuesto que si Tae...
Pasé mi mano a su cuello, y después lo rodeé con esta para llegar a su nuca. Incliné un poco mi cara hacia la izquierda y empecé a acercarme a sus hermosos labios.
Me atrevía a decir que sus besos me gustaban ñincluso más que las fresas. Jungkook posicionó sus brazos sobre mis hombros y me abrazó, lo besé.
Sentí un fuego en mi interior, ardía. Me encantaba besarlo, me encantaba tenerlo junto a mi. Demonios, quemaba. Sus labios estaban peleando con los míos, mis manos se posicionaron en su cintura, quería hacerlo mío.
A pesar del encuentro de hace unas horas, no era suficiente, Jungkook siempre me dejaba deseando por más. Y ¡cómo no! Todo él era una obra de arte. Empecé a bajar mis manos hacia su trasero, quería disfrutar más.
Jungkook solo soltó un jadeo cuando puse mis manos sobre su trasero y lo apreté hacia mi.
—Tae, siento que si no paramos esto ahora... te dejaré con un problema, creo que aún no estoy listo....
Maldita sea.
—No te preocupes, bebé. Yo te amo y te voy a esperar. —dije para después abrazarlo.
¿Por qué hacía eso? Le encantaba dejarme deseando por más. Le encantaba calentarme, después me decía que no estaba listo y parábamos el asunto. No lo entendía. Hace unas horas acabábamos de tener sexo, prácticamente. Nada entró en nada, pero aún así, fue sexo.
Me alejé de él y me volteé.
—Tienes razón, no es el momento... —dije mientras miraba hacia abajo y me dirigía a la cocina.
Quería distraer el asunto con algo de comida, encontré Ramen, suspiré pesado.
—¿Quieres Ramen? —pregunté cabizbajo.
—Si, por favor...
No muy lejos de ahí.
Hoseok caminaba despreocupado por la calle, se dirigía hacia la tienda en donde se volvería a encontrar a su mejor amigo Suga.
Abrió la puerta de la tienda y entró, no había nadie en la caja. Siguió caminado, imaginó que Suga estaría en la sala de descanso.
De repente se oyó un golpe contra la pared, Hoseok pensó que era un ladrón, agarró un bat de béisbol y lo tomó como arma.
—¿Quien anda ahí? ¿Eres tú ladrón? ¡Te informo que no saldrás vivo de esta! —Hoseok se acercaba con cautela a la puerta de la sala.
Entonces la puerta se abrió y una chica salió de ahí. Detrás de ella venía Suga, quien se estaba ajustando el cinturón y subía la bragueta de su pantalón.
—¿Que demonios? —Hoseok preguntó para el mismo.
Suga se despidió de esa chica y se peinó su cabello color menta. Hoseok lo miró confundido.
—¿Qué me ves? —preguntó Suga un poco seco.
—¿Qué demonios acaba de pasar? —preguntó Hoseok aún más confundido.
—Quería probarme a mi mismo que no me gustan los hombres... —contestó Suga mas relajado.
—¿Y? —Hoseok quería saber cual era la respuesta.
—Me gustan los hombres... —Dijo Suga para después esconder su cara en sus manos y recargarse en el mostrador.
—¡Demonios, amigo! ¿Te gusta aquel chico?
—¿Cuál?
—El que viste la otra vez, ¡no te hagas!
—¿Qué si me gusta? —preguntó algo molesto.
—Nada, pero es emocionante para mi tener dos amigos gays.
—¡No soy gay! Soy bisexual, es diferente.
—Si, claro, como digas...
¡Listo! Capítulo de hoy algo corto, pero mañana hay nueva actualización.
Debido a que quiero que todos los capítulos tengan entre 1000 y 1500 palabras, está quedando un poco larga la historia, jaja, no les miento, sigo escribiéndola y fácil ya tiene más de 100.
Espero les gusten las historias largas.
Pero bueno, ahí nos leemos. <3
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