𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 20
No muy lejos de ahí...
Jungkook estaba asustado, no por gustarle a Tae sino porque creía que Tae también le estaba empezando a gustar. No le gustaba de una manera normal sino que le gustaba de una manera sobrehumana.
Le gustaba como nadie más le había gustado antes. Ni siquiera Yugyeom le había gustado tanto como ahora Tae. Y es que sentía algo demasiado diferente por Tae, sentía algo que jamás había sentido. Dicen que le tenemos miedo a lo desconocido y justo eso es lo que le ocurría Jungkook.
No sabía que estaba pasando pero sabía que era totalmente nuevo para él.
Corrió lejos de Tae porque no sabía que hacer.
Se detuvo en un árbol, lo suficientemente lejos de Tae para poder tranquilizar su corazón y sus pensamientos. Se recargó en un árbol y trató de regular su respiración.
Entonces alguien salió de lo que parecía ser "la nada" y asustó a Jungkook.
—¡Bu! —gritó un chico saliendo desde atrás del árbol.
—¡Mierda! —gritó Jungkook mientras se alejaba del árbol y pudo reconocer al chico. —¿Yugyeom? ¿Qué haces aquí?
—¡Vaya! Jungkook, parece que olvidaste que vivo por aquí.
—Cierto, claro. —Jungkook miró hacia abajo algo avergonzado.
—¿Qué haces por mis rumbos? Dime, ¿Alguien pobre como tú puede andar por aquí? Creí que Jin no te dejaba salir.
—¡Basta, Yugyeom! Estoy aquí con un amigo.
—¡Oh! ¿Qué amigo? No veo a nadie aquí, o será que ya enloqueciste por que no tienes amigos y tienes que inventar algunos. —dijo Yugyeom burlándose mientras se recargaba contra el tronco del árbol con los brazos cruzados, una posición la cual Jungkook la encontraba casi perfecta.
—¡No! Yugyeom, deja de búrlate así. Y claro que tengo amigos.
—Acéptalo Jungkook, tus únicos amigos fuimos nosotros, porque nadie más te soporta. Excepto tus pulgas, ellas si te quieren.
Jungkook se había ofendido demasiado y justo por eso soltó un triste intento de golpe a la cara de Yugyeom, el cual paró el golpe sin problema alguno.
Yugyeom tomó el puño del chico que era mayor que él por unos meses y lo detuvo con fuerza. Miró a Jungkook a los ojos de una manera muy engreída.
—¿Quieres morir? —miró a Jungkook mientras forzaba la mandíbula tratando de parecer intimidante.
Jungkook sabía que jamás ganaría una pelea contra Yugyeom, al menos no ahora. El mayor trataba de hacer que Yugyeom soltara su puño jalándolo hacia él.
Jungkook jaló su puño con fuerza y era bien sabido que Yugyeom no iba a soltar el puño de Jungkook.
La fuerza con la que Jungkook jaló su puño hacia él hizo que no solo jalara a Yugyeom a su cuerpo sino que también cayeran al suelo uno sobre otro.
—Idiota. —regañó Yugyeom.
—¡Quítate de encima estupido! —Jungkook le gritó a Yugyeom mientras trataba de empujarlo a un lado.
—Aguarda, la vista no está tan mal.
Yugyeom quedó justo cara a cara con el mayor, quiso ponerlo nervioso debido a que sabía que a Jungkook le gustaban los hombres. Algo que Yugyeom encontraba repugnante, por el momento.
Hasta cierto punto Yugyeom consideraba guapo a Jungkook, sabía que eso no lo convertía en gay. Reconocer que una persona de tu mismo sexo es guapa no es ser automáticamente gay.
Yugyeom sintió algo, él ya había tratado con hombres y jugado brusco hasta el punto de acostarse sobre ellos, pero esta vez era diferente, no solo porque consideraba a Jungkook guapo sino que por un tiempo lo consideró también su mejor amigo.
Yugyeom acercó su cara más aún a la de Jungkook y se quedó mirando sus labios, Jungkook estaba esperando el beso del menor a lo que éste solo le dió un pequeño beso en la mejilla para después levantarse.
—Hoy no te voy a golpear, pero no vuelvas a pasar por aquí, idiota. —amenazó Yugyeom antes de irse caminando de la manera que siempre lo hacía mientras que su cabello se movía hacia atrás con el viento y hacía que se viera aún más guapo.
—Fuck. —maldijo Jungkook mientras veía cómo Yugyeom se alejaba y se encontraba con sus amigos, esos amigos que alguna vez también fueron de Jungkook.
Después sacó un cigarrillo y lo encendió, empezó a inhalar la dañina sustancia que éste liberaba mientras que unas lágrimas caían por sus mejillas.
No podía creer que todo hubiera cambiando de un día para otro por dos estupidas cositas.
Después de todo Jungkook sabía que él no era el único gay de ese grupito, incluso recuerda haber visto a dos de esos chicos besarse en los vestidores de su escuela.
Tampoco podía creer cómo era posible ser tan guapo como Yugyeom, es que Yugyeom era perfecto, nadie podría ser como él. ¿O si?
Tal vez si, tal vez Taehyung era mil veces mejor que Yugyeom, tal vez era Yugyeom el que jamás podría igualar a Taehyung.
Jungkook estaba cansado de llorar todo el tiempo, nadie jamás entendería su dolor.
Pasaron algunos minutos, horas tal vez, y yo seguía debajo de ese árbol meditando, yo sabía que Jungkook me quería, porque me lo dijo ese día.
Me levanté y empecé a caminar buscándolo.
Caminé aproximadamente cinco minutos hasta que lo ví sentando en el pasto mientras fumaba un cigarrillo y miraba hacia el cielo.
Se veía tan artístico que lo pude evitar sacar mi teléfono y capturar ese hermoso momento.
Tomé más de diez fotos de cada ángulo de su belleza hasta que...
—Tú nivel de acosador ha aumentado Taehyung. Antes era solo ver y seguirme, ¿ahora también vas a ser paparazzi?
Diablos, ¿Por qué demonios siempre se daba cuenta?
—Lo lamento, es solo que me pareces muy hermoso. —amaba decirle la verdad. —Dios, en serio, no me puedo controlar Jungkook. Me gustas, podría gritarlo ahora mismo.
—¡Entiendo! No lo hagas. —renegó Jungkook mientras apagaba el cigarro.
Estaba oscureciendo. Miré hacia el cielo y se me había ocurrido una gran idea.
—Kookie, ¿Quieres ir a un gran lugar?
—¿A esta hora? ¿Qué va a estar abierto? —preguntó confundido.
—Siempre está abierto para quienes quieren verlo.
Después de rogarle de nuevo por fin lo convencí de llevarnos la camioneta de Hoseok y empecé a manejar al destino.
—Tengo el presentimiento de que debería bajar de la camioneta antes de que me secuestres. —bromeó Kookie.
—Muy tarde, señor Jeon. —dije mientras me reía.
—Linda sonrisa, señor Kim.
Me sonrojé debido al cumplido de Kookie.
—Gracias.
Ya había oscurecido y por fin llegamos a donde tenía planeado.
Por fin habíamos llegado a la montaña más cercana de la cuidad. Salimos de la camioneta y Jungkook miró hacia arriba y vió las miles de estrellas.
—¡Woah! Son hermosas. —estaba maravillado.
—Kookie, bienvenido al paraíso.
—Es genial, Tae.
Puse una manta en el pasto y, Kookie y yo nos recostamos juntos mirando al cielo.
—Gracias, Tae.
—Gracias a ti Kookie.
—¿Por qué a mi? —me miró confundido.
—Por estar conmigo. Llegaste a mi vida en el mejor momento. Te quiero mi amor.
—¿Mi- Amor? —Kookie me miró sorprendido.
Me giré para verlo.
—Kookie, me gustas demasiado. Tanto es así que para mi la luz de estas estrellas jamás va a igualar la manera en la que tú brillas. Jamás.
—Tae-
—Eres genial. Te volviste indispensable para mi desde hace diez años y hoy agradezco poder estar contigo aquí.
—Tae... yo...
—¿Te gusto?
—¿Que?
—¿Te gusto?
—Taehyung...
—Responde.
—Si Tae, me gustas.
—Increíble.
Después volvimos a ver las estrellas, de un momento a otro pasó una luz rápidamente por el cielo.
—¡Una estrella fugaz! ¡Tae! ¡Pide un deseo!
Kookie se emocionó como si de un niño de siete años se tratase. Estaba muy feliz. Cerró los ojos y cruzó los dedos. Yo hice exactamente lo mismo que él.
Pedí mi deseo: Deseo estar con él para toda la vida.
—Y esa se llama pánfila.
—¡Taehyung!
—¿Que? —empecé a reírme.
—¡No te pedí que me contaras la historia de las estrellas para que te burles! —me dio un pequeño golpe en mi abdomen.
—Esta bien. —señalé a dos estrellas que estaban juntas. —Esas dos tienen una gran historia.
—¡Cuéntamela! —Kookie me miró con atención, diversión y curiosidad.
—Había una vez dos chicos, se conocieron cuando eran pequeños y por razones ajenas a ellos tuvieron que separase. Un día se encontraron y uno de ellos se enamoró del otro y hacía lo imposible para hacerle entender al otro que lo quería y que jamás lo iba a volver a perder. El chico enamorado creía qué tal vez no le gustaba al otro debido a que éste le había hecho esperar mucho para besarlo.
—¿Y cómo terminó? —preguntó Jungkook con inocencia.
—No pidió permiso y lo besó.
—Interesante histo-
Empecé a acercarme a sus labios mientras que recargaba mi peso sobre mis codos y acercaba mis labios a los suyos. Jungkook iba cerrando los ojos a medida que yo me acercaba más a su boca.
—Historía... —dijo Jungkook casi en un susurro y con algo de dificultad para hablar.
Me senté justo al lado de Jungkook y empecé a ver esos hermosos labios con deseo de probarlos de una jodida vez. Él también miraba mis labios, ya podía sentir su beso sobre mis labios.
Al final tomé el cuello de Jungkookie con mi mano y lo acerqué a mi.
Uní nuestros labios en un suave y cálido beso, las manos de Jungkook llegaron a posicionarse en mis hombros mientras que sus labios se dejaban llevar por los míos.
Llevábamos un ritmo de besos constante, decidí hacerlo más intenso. Empecé a pasar mis manos por su hermoso y tal vez un poco largo cabello mientras que él seguía acariciando mi pecho y mis hombros.
Poco a poco el beso fue haciéndose más apasionado y Jungkook abrió un poco su boca dándole paso a mi lengua para encontrase con la suya en un delicado movimiento.
Ninguno de los dos quería apresurase así que lo tomamos con calma, nuestras lenguas jugaban en medio de nosotros, algo lindo, suave y sutil.
Era increíble pensar que esta vez no estaba soñando despierto y que esto en verdad estaba pasando.
—Jungkook. —dije entre el beso.
—Dime, Tae... —siguió con el beso.
—No puedo evitar enamorarme de ti cada vez más.
—Te... —rompió el beso para después mirarme.
—Tranquilo, no es necesario que lo digas.
—Estoy seguro de que... te quiero.
Y seguimos con el beso. Jungkook pasó sus manos hacia mi nuca para profundizar más el beso.
—Me gustas.
—Tu a mi, Tae.
Bajé mis besos a su cuello y empecé a besar por todo éste, su cuello era tan hermoso, se le marcaban las venas cuando estaba estresado o nervioso, dejé un visible chupeton en su cuello sin escuchar el pequeño jadeo que dejó escapar Kookie debido a la mordida y después volví a atacar su boca.
—Kookie.
—Dime.
—¿Quieres ser mi novio? —pregunté después de atacar su boca ferozmente.
—Yo...
—Tranquilo Kookie, no tienes que contestar justo ahora, date tu tiempo.
—Gracias, TaeTae. —me miró y me volvió a besar.
Había descubierto una nueva adicción y esa adicción eran los dulces y deliciosos labios de mi pequeño Jungkook. Me gustaba más que cualquier otra cosa en esta jodida vida.
¡Aquí está el nuevo capítulo! Disfrútenlo mucho.
¡Ahora si! Este arroz se está cociendo. ¿Qué vendrá después?
Aprovecho para decirles que he estado trabajando también en otra historia, por el momento solo hay un avance, pero ¡¡ya pueden encontrar "The royalty" en mi perfil!!
Disfruten las dos historias.
¡Aguarden!
¿Les gusta el Yoonmin?
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