𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 15
—Está bien, déjame ver si entendí. Aquel chico del que me hablaste algún día se llamaba "Kookie" o al menos eso te dijo. Y lo encontraste hoy después de diez años de no volverlo a ver. ¿Estoy equivocado? —resumió Hoseok después de que traté de explicarle la situación como tres horas.
—No, y ahora no sé que voy a hacer. En serio era guapo. —mordí mi labio. —Sus piernas, su cabello... su carita de conejito hacía que yo-
—Ok, ya entendí, más te vale parar antes de que tengas un accidente —bromeó Hoseok mientras me daba palmaditas en la espalda.
—Hoseok, tengo que volver a verlo. —aseguré emocionado y decidido.
—Tae, no sabes ni siquiera en donde vive. Además, si él te siguiera queriendo no habría salido corriendo de esa manera. ¿Cómo sabes si aún te quiere? ¿Si quería te recuerda...?
—Oh, eres un aguafiestas, Hobi. —dije mientras me cruzaba de brazos.
Esa noche no pude dormir, en serio estaba tratando de recordar todo lo que había pasado con Kookie, Jungkook ahora.
Un flashback llegó a mi mente. Jungkook estaba sentado en el suelo mientras lloraba, yo le llevé un dibujo y lo rompió en pedazos junto con mi corazón.
Al parecer no todos esos recuerdos eran gratos o divertidos. Sin embargo, sabía que mi primer beso había sido con él. Necesitaba volver a verlo.
Pasaron dos días, dos días en los cuales le pedí a Hobi que intercambiáramos turnos para trabajar en la tienda. A pesar de no estar de acuerdo del todo Hoseok por fin aceptó.
Esos dos días no volví a ver a Jungkook. Todo tipo de gente entraba a la tienda pero ninguno era Jungkook.
Empecé a creer que lo que había visto esa vez solo había sido producto de mi imaginación, pensé que ya estaba enloquecido.
En algún momento de la tarde vi por la ventana e iba pasando un chico. Era Jungkook.
Por suerte Suga siempre estaba ahí y le volví a pedir que me cubriera. Amenazó con quedarse con mi paga si me iba pero no me importó.
—Quédatelo. —salió francamente de mis labios.
Entonces salí corriendo de la tienda y seguí a Jungkook de nuevo. No era acosar, se llamaba curiosidad.
Lo seguí por tres cuadras mientras apreciaba lo bien hecho que estaba Jungkook. Esta vez traía puestos unos pantalones negros, de cuero negro. Se le veían tan justos y se veía tan sexy. En realidad me sorprendía lo bien que había crecido.
Traía una sudadera negra que le quedaba grande, se veía adorable. ¿Cómo era posible ser sexy y adorable al mismo tiempo? Repito, no lo estaba acosando.
Siguió caminando mientras fumaba uno de sus acostumbrados cigarrillos.
Se detuvo en frente de un edificio y entró, entré después de él. Subió a un ascensor y dejé que fuera primero él y después llamar otro yo, no quería asustarlo. Al subir había un salón con piso de madera, las paredes tenían posters de karate. Había mobiliario de karate también.
Jungkook entró a un vestidor y se tardó lo que me pareció una eternidad. Después salió vestido con un uniforme de Karate con una cinta negra atada en su cintura.
Llegó un señor que estaba un poco robusto y saludó a Jungkook. Yo veía todo desde un rincón.
—Jungkook, viniste, es un milagro.
—Hola Shindong. —saludó Jungkook mientras ordenaba unos sacos para golpear.
—Jungkook, no puedes seguir faltando, ¿Qué les vamos a decir a los alumnos? "Lo siento, su profesor no les enseñará hoy, de nuevo"
—Shindong, fue solo un día. —dijo Jungkook renegado.
—Si, un día que perdieron clase. Yo tuve que enseñarles. Me temo que tendré que descontar el día de ayer de tu paga. —dijo Shindong mientras cruzaba los brazos.
—¡Oh, vamos! Hyung, fue solo un día. Sabes que necesito el dinero.
—Esos niños necesitan su clase, no es justo que los dejes sin eso. —dijo Shindong irritantemente.
—En serio, no puedes descontarme, de por sí es muy poquito lo que me pagas. —se quejó Jungkook.
—Bueno, puedo dejar de pagarte... —advirtió Shindong mientras veía sus uñas con indiferencia.
—No, ¡Hyung!
—Ya Jungkook, deja de quejarte. Ya va a empezar la clase.
Los niños empezaron a llegar, eran niños entre 8 y 10 años, Jungkook se veía tan tierno mientras les enseñaba. Yo me quedé observando la clase junto con algunos papás.
Después de una hora de estar ahí Jungkook se despidió de los niños y estos se fueron.
Decidí esperar a que todos se fueran para hablar con Jungkook.
Me levanté y me acerqué, Jungkook estaba volteado hacia el otro lado. Iba a hablar pero él fue más rápido.
—En serio jamás te cansarás de seguirme. —dijo Jungkook volteándose hacia mi.
—¿Me estás evitando? —pregunté tratando de ocultar los nervios.
—Dios, es que eso es lo que todos piensan. ¿Quién eres tú para siquiera hablarme? Sin mencionar que me estás acosando.
—Jungkook, ¿Por qué saliste corriendo? —pregunté mirándolo a sus oscuros y tristes ojos.
—Mierda. ¿Eso a ti que te importa? —Jungkook estaba enojándose.
—Jungkook, me importas. No actuemos como si no supiéramos quién es el otro. Se me hace muy raro que preguntes quien demonios soy, si lo sabes a la perfección.
Empecé a enojarme por su insolencia. Me estaba tratando mal y hasta donde yo sé soy mayor que él.
Jungkook estaba rojo, me podía dar cuenta de que estaba muy enojado.
Él iba a contestar pero alguien nos interrumpió.
—Jungkook, es tarde. Deberías irte a otro lugar a gritarle a tu novio. —dijo Shindong.
—¡No es mi novio!
¡Aquí está el nuevo capítulo! ¡Disfrútenlo!
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