Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ventisei ❀ El corazón de Jae es como un frasco de cristal

SUZY

—¿A dónde vas? —le pregunté a mi amigo mientras lo veía vestirse nuevamente después de un baño, había tenido una mañana bastante agitada.

—Suzy, iré a su casa.

—¿Qué?

«Este niño no aprende de sus errores y nunca escucha mis consejos».

En la mañana, después de lo que sucedió tuvimos una larga conversación y aún sigo sin entender por qué Jae se comportó de esa manera, me gustó su cambio pero nunca esperé que fuera tan radical, aunque sí creo saber de quién es la culpa.

—Ya hablé con papá, y me ha apoyado.

—¿En serio?

«Wow, eso sí fue inesperado: el presidente Kim tan comprensivo».

—Sí, puedes llamar y preguntarle —dijo con seguridad en sus palabras, contento, no lo culpo por eso.

Terminó de vestirse y se paró frente al espejo para peinarse, cuando me llamó la atención un bolsito de color negro que había al pie del espejo.

—¿Y ese bolsito? —le pregunté señalando el objeto y él lo cogió.

—Ahí le llevo un obsequio, quiero arreglar las cosas. Sé que en su casa debe haber un caos pero quiero apoyarlo y, también quiero enfrentar a su madre.

—Vas a la guerra soldado —di unas palmaditas en sus hombros—. Pues suerte. —Traté de animarle, pues no creo que la madre de Seong Hwa sea tan comprensiva como el presidente Kim.

—Gracias Suzy —dijo dándose una última ojeada en el espejo, le dio unos retoques a su cabello con los dedos y salió del cuarto, yo le seguí.

—¿Jae, qué obsequio es ese que llevas ahí? —pregunté, aún tenía curiosidad.

—Mi perfume, ya sabes cuál.

Cuando escuché eso apresuré mis pasos y me coloqué frente a él, deteniéndolo.

—¿Jae estás seguro de lo que vas a hacer? Tu papá te prohibió mostrarle "Dropsi" al mundo.

—Suzy, ya te dije que mi papá me ha apoyado, eso quiere decir que también me ha dado el permiso para obsequiarle "Dropsi", como así llamas a mi perfume, a Seong Hwa.

—Confieso que estoy sorprendida —me hice a un lado.

—Ya somos dos —me acarició una mejilla—. Me voy, nos vemos luego.

—Vale, cuídate.

Jae se fue y yo me quedé ahí parada por unos segundos, pensando, hasta que tuve una loca idea y si una cosa tiene Susana Steven Richard, es que cuando quiere algo, no para hasta conseguirlo.

Me dirigí a mi cuarto y en una de las gavetas de mi closet cogí mi licencia de conducción, las llaves de mi vehículo, mi cartera y luego fui hasta el garaje de la casa.

—Hola preciosa, sé que llevo tiempo sin llevarte a dar una vuelta, pero ahora mismo te sacaré a pasear —le dije a mi moto mientras le quitaba la manta que la cubría.

Hace unos años que había dejado de usarla, pero las cosas han cambiado y lo que haré hoy, será por Jae. 

La saqué del garaje a la calle, regresé a cerrar la compuerta y luego volví a por mi moto, la encendí, me monté y, con la mirada hacia el frente, me dirigí hacia mi destino. El aire durante el camino se sentía potente, una lástima que no podía disfrutar que me despeinara por el casco que llevaba puesto, pues adoro cuando eso pasa. 

Cuando ya estaba llegando al sitio al cual me dirigía, divisé un auto al estilo antiguo, eso me daba la seguridad de que su dueño se encontraba justo allí.

Llegué, estacioné mi moto, me quité el casco, la apagué, me desmonté y luego entré al local frente a mí: "Coffee and Vanilla".

—Buenos días señorita, las mesas están llenas, tiene que esperar —me dijo un chico, un mesero.

—Buenos días, no se preocupe, no estoy aquí como cliente. Necesito hablar con el dueño de aquel auto —le señalé el vehículo.

—Ah, está buscando a nuestro patrón Jun Ho.

—¿Cómo, él es el propietario de este Café? —acababa de llevarme una gran sorpresa.

—Así es —me reafirmó.

—Interesante. ¿Le puedes decir que la amiga de Sung Jae le está buscando? Con eso él sabrá quién soy.

—Sí claro, espere un momento.

El chico se retiró y me quedé observando el sitio, la última vez que estuve aquí fue ante de Jae irse para Italia. «Dios cómo extrañé a ese chico cuando se fue».

—Buenos días, ¿es usted quién me busca?

Miré a mi derecha y ahí estaba el hombre de cabellos azules que ha influenciado a mi Jae Jae.

—Buenos días, sin formalidades por favor, se me hace un poco raro que me traten así. Llámame Suzy, es más cómodo. ¿Podemos hablar?

—Claro, sígueme.

Tal como lo dijo caminé detrás de él; me llevó a lo que parecía una pequeña oficina, bien acogedora y ambientada.

—Linda oficina —dije, pues ameritaba un elogio.

—Gracias. Siéntate por favor —indicó y me senté en una silla con cojines.

Él se quedó de pie, recostado a la mesa que había en el sitio.

—Gracias —agradecí la hospitalidad—. Debes imaginarte por qué estoy aquí.

—La verdad es que no, aunque sospecho que se trata de Jae.

—En efecto, se trata de él. ¿Jung Ho cierto?

—Puedes decirme Juno.

—Bien. —Me acomodé—. Escucha Juno...

—¿Quieres que me aleje de Jae, es eso por lo que has venido? —me cortó las palabras, pero en eso se equivocó conmigo.

—Te equivocas, no vine a eso y es lo que estaba por decir antes de que me interrumpieras. No vine a pedirte que te alejes de Jae, si él ha cambiado es porque algo tuviste que ver y por eso te estoy agradecida; sin embargo, ese cambio lo hizo una persona un tanto irreconocible, no es mi Jae Jae de antes y no me refiero al tema de enfrentar a la sociedad y dejar de odiarse a sí mismo —se cruzó de piernas—, me refiero a que está tomando decisiones un tanto radicales, las que sinceramente no entiendo y eso está afectando...

—¿Su relación con Seong Hwa? —Cortó nuevamente mis palabras, aunque esta vez, había acertado con la pregunta—. Ya entiendo de qué va esto —mencionó dándole la vuelta a la mesa y una vez detrás, apoyó las manos sobre esta—. Quieres que renuncie a él, a lo que siento por él. Y seguro me vas a dar la típica excusa de que si lo quiero debo dejarlo ir.

—Bueno siempre funciona, es una buena táctica —dije entre burla, pena y verdad.

Se sentó en una silla a su espalda, colocó los codos sobre la mesa, entrelazó sus manos y dejó caer su mentón encima de los nudillos de sus dedos.

—¿Sabes lo que cuesta eso?

—Créeme que lo sé. Juno, Seong Hwa fue para Jae la razón de vivir, de amar la vida.

—Puede que estés en lo cierto; pero también fue el motivo d las lágrimas que derramó y de que deseara desaparecer en tan solo un soplo de viento.

Eso no se lo negaré. Pero Jae sigue queriendo a Seong Hwa, qué razón hay para luchar una batalla perdida.

—Juno, sé que no debería decirte esto: Jae debe estar ahora mismo, mientras hablamos, en la casa de Seong Hwa, fue a arreglar las cosas con el hombre que quiere. Sé que olvidarte de lo que sientes por Jae será difícil, aunque la verdad, si te soy sincera tampoco te pido que dejes de quererlo. Solo te pido que lo hagas como a un amigo, no aspires a algo más que eso, porque es triste ver que te pases la vida luchando por algo que sabes que no puedes obtener, y menos a la fuerza.

»El corazón de Jae es como un frasco de cristal Juno, puede romperse fácilmente si no tienes cuidado. Te lo digo como su amiga, porque lo conozco incluso mejor que a mí misma. —Me levanté y dirigí hacia la mesa—. Además, si lo querías, por qué tardaste tanto para decírselo; seguramente pensabas que ambos eran de mundos diferentes. Es cierto, lo son. Pero una de las cosas que menos le importan a Jae es el dinero y la diferencia de clases, para él todos somos iguales y tenemos los mismos derechos.

»—Apoyé una mano sobre la mesa, le señalé con la otra y proseguí—: Fue tu error pensar que no tendrías oportunidad con él y ahora que viste que lo perdías por otro chico decidiste actuar. ¿No crees que estás siendo egoísta? Lo eres, con él y contigo mismo. Busca otro camino Juno, estoy segura que lo encontrarás; eres un chico lindo y no creo que seas mala persona, ahí fuera debe de haber alguien para ti, no lo dudes; pero Jae no es esa persona.

»Puede que yo esté sonando como la mala de la película y también puede, que esté equivocada sobre lo que te he dicho, aunque las circunstancias indican que estoy haciendo lo correcto. En fin —me alejé de la mesa, mientras el chico permanecía impasible—, creo que ya he hablado mucho y también robado una buena parte de tu tiempo, seguro tienes cosas que hacer y me temo que ahora, cosas en las que pensar. Que tengas un buen día, adiós.

Me dirigí a la puerta de salida del pequeño despacho, la abrí y me fui de allí sin escuchar ni un gemido de su parte. Cuando llegué a la mansión y fui a guardar mi moto, vi el auto de Jae. Al entrar a la casa corrí a su cuarto pero no estaba.

—Si no está aquí es porque vino con un invitado —sonreí tontamente—. Lo consiguió.

Me dirigí rápido hasta el pasillo que conduce a las habitaciones de huéspedes. A medida que avanzaba se hacía más clara la imagen de que al final del pasillo se encontraban Seong Hwa y Jae, al parecer conversando muy unidos, hasta que los vi entrar a la habitación donde ha dormido Seong Hwa las veces que se ha quedado en esta casa. Creí mejor no interrumpirlos, di media vuelta y me fui a mi cuarto, al abrilo y entrar coloqué en su lugar las cosas que había cogido antes y después encaminé mis pasos hasta la cocina pata tomar agua, al llegar encontré a la ahjuma sentada en una de las sillas de la mesa de formica y lucía preocupada. 

—¿Ahjuma, se encuentra bien?

—Suzy, hija, faltan unos minutos para el almuerzo y no hay nadie en esta casa. El señor y la señora no ha llegado, Jae tampoco está y veo que tú ahora es que llegas. Estoy muy preocupada, siento que algo malo va a suceder.

—Ay por Dios, eso no ahjuma. —Me serví un vaso de agua y me lo bebí casi sin respirar—. Más desgracias no. Ah, por cierto y para cambiar de tema, pon un plato más en la mesa, Jae ha vuelto con un invitado y por las maletas que vi, va a quedarse con nosotros una larga temporada y quién sabe, si para siempre. 

Salí de la cocina y regresé a mi cuarto para darme una ducha antes de almorzar, cuando entré escuché a mi celular sonando, lo cogí y vi que era el señor Kim.

—Dígame (...) Hola señor Kim (...) ¿Cómo ha dicho, está en la comisaría? ¿Está usted preso? (...) Se lo contaré inmediatamente a Jae (...) Está aquí con Seong Hwa, así que se lo informaré a ambos (...) Usted no se preocupe, iremos para allá ahora mismo.

Colgué la llamada y fui corriendo hasta la última habitación. «¿Será esto el mal presentimiento que tuvo la ahjuma?».

—¡¿Diablos, que acaso nunca habrá un minuto de paz en esta familia?! —Entré al cuarto como loca—. ¡Jae, Jae! —Vi la puerta que conduce al balcón abierta, fui hacia allí, encontrándome a ambos tórtolos abrazados y sé que esta noticia les arruinará el momento. —¡Jae, Seong Hwa, ha ocurrido una desgracia!

Al escucharme los chicos se levantaron rápidamente del columpio donde se hallaban sentados, muy alarmados y no era para menos.

—¿Qué pasó Suzy? Habla o vas a provocar que me de otro desmayo.

—Pues prepárate Jae, porque tu padre: está en la cárcel.

—¿Qué? —preguntaron ambos a la vez y les indiqué que me siguieran. 

—¿Suzy quién te ha dicho eso? —preguntó Seong Hwa.

—El presidente Kim me acaba de llamar, se encuentra en la estación Yongsan, le dije que iríamos para allá ahora mismo. 

—¿Suzy qué fue lo que pasó, por qué mi padre está preso?

—No lo sé Jae, no me dio más detalles. Apresurémonos.

Jae sacó su auto de la cochera, Seong Hwa y yo nos sentamos en la parte de atrás, Jae en el asiento del conductor y los tres, inmersos en preguntas y preocupaciones nos fuimos para la comisaría. Al llegar entramos como ráfaga de viento, vimos allí al presidente Kim y otras muchas personas, la mayoría oficiales.

—¿Señor Kim se encuentra bien? —le pregunté mientras los tres caminábamos hacia él. 

—¿Papá estás bien, qué pasó? Suzy me dijo que estaba preso —preguntó Jae inspeccionando a su padre y todo a su alrededor. 

—No estoy preso hijo, Suzy no me dejó explicarle nada y me colgó el teléfono. Yo estoy bien, no te preocupes —dijo el presidente para calmarlo.

Y ahora que lo pienso tiene razón, verdaderamente no lo había dejado casi hablar y colgué la llamada. Bajé la cabeza antes de disculparme.

—Lo siento señor, es que me puse muy nerviosa cuando escuché que estaba aquí, creí que algo malo le había pasado —expresé apenada.

—¿CEO Jong Ho, este es el asunto que quería tratar con el presidente, traerlo a la comisaría, hacerle pasar un mal rato? ¿Dígame, qué pretendía?

Alcé la cabeza cuando escuché a Seong Hwa dirigirse en tono de "pocos amigos" hacia el tal CEO jong Ho, el hombre con que habíamos tenido un encuentro en la mañana. Dirigí mis vista hacia ellos y estaban uno frente al otro.

—Escucha, Seong Hwa, hoy ya he tenido bastante para tener que soportar ahora tus berrinches, no soy tu nana, ni tu padre...

—¿Qué carajo fue lo que dijiste? —En un instante, Seong Hwa había agarrado a ese hombre por el cuelo de su saco negro y lo levantó, dejándolo de puntillas sobre el suelo—. ¿Qué sabes tú sobre mi padre? —le preguntó en la cara y evidentemente enojado.

—Nada —alzó las manos en señal de rendición—, yo no sé nada acerca de tu padre, así que le preguntas a la personaequivocada —respondió con cinismo y chantaje—. Mira a tu alrededor Seong Hwa y deja de hacer el ridículo frente a tu novio. Además te aconsejo que lo cuides, porque seguramente, te lo querrán robar, si es que no lo han intentado ya. Así que ten mucho cuidado, el mañana es incierto.

Sus palabras aparte de sonarme a burla, me parecieron tres cosas: una es que ese hombre sabe más de lo que cuenta, otra es que conoce que Jae y Seong Hwa han tenido problemas por causa de Juno y por último, está planeando algo.

—Seong Hwa, suéltalo, no te busques problemas, suéltalo —intervino el presidente Kim.

 Seong Hwa cedió. El CEO Jong Ho arregló su traje y junto a las personas que lo acompañaban salieron de la comisaría.

—Gracias señor Kim, por un momento perdí los estribos. Es que no soporto a ese hombre, alguien debería darle una lección.

—Concuerdo contigo —mencionó el presidente—; pero ese alguien no eres tú muchacho, las cosas no se resuelven así, no tomes la justicia con tus propias manos, ¿quedó claro?

—Sí señor Kim, le prometo que no volverá a pasar. Pero, qué sabe Jong Ho acerca de mi padre, por qué dijo que le preguntaba a la persona equivocada cuando él fue quien lo mencionó. No entiendo, ¿qué es lo que sabe Jung Jong Ho acerca de Park Si Hon: mi padre?

✩。:•.───── ❁ - ❁ ─────.•:。✩ 

Holis, sé que he estado lenta con las actualizaciones de esta novela, pero es que tuve que corregir los capítulos que ya tenía publicados (del 1 al 25). 

Ahora sí, empiezo con las actualizaciones normales los fines de semana. Ahora, vamos con los datos importantes que a veces dejo al final de cada emisión.

!(•̀ᴗ•́)و ̑̑ ¿Ya se dieron cuenta de quién es Park Si Hon? ¿La persona de la que hablaron el presidente Kim con Min Gi, la persona persona que el presidente Kim le prohibió mencionarle al CEO Jong Ho y se alteró por eso cuando tuvieron el encuentro?

(。◑ヮ◑。)Pos sí, es el padre de Seong Hwa. Entonces, ¿qué es lo que realmente pasó hace cinco años, antes de que Seong Hwa y Jae se conocieran? 

¿Qué es lo que olvidaron y no deben recordar?

(๑>ᴗ๑) Pues quédate para averiguarlo. 

Gracias por leer y acompañarme en esta aventura.  

Próximo episodio: Querido diario.

Te recomiendo que retomes nuevamente la lectura del capítulo 8 para qué sepas de qué diario se hablará en el capítulo 27. Nos leemos pronto. XOXO. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro