Ventidue ❀ La hora del té
JONG HO
Terminaba de ajustar mi corbata frente al espejo de mi oficina cuando unos toques a la puerta me anunciaban que ya era hora de show.
—Adelante —dije y al momento entró a mi oficina mi secretario.
—Señor, el auto está listo, los documentos también, así como Hong Joong y su equipo.
—Perfecto Yeo Sang, ya yo estoy más que listo, en unos minutos comenzará la guerra, ¿estarán preparados los de la familia Kim?
—Y aunque no le estén señor, el presidente Kim es un fuerte oponente.
—Yeo Sang —me giré para verle—, no te pago para que me des tu opinión, sino para que cumplas mis órdenes, es la segunda vez que te lo advierto, a la tercera y ya sabes lo que tienes que hacer; pero después de todo tienes razón. Vámonos.
Luego de darle una última advertencia a mi secretario, cogí mis llaves de encima del buró y salimos, cerré la puerta, nos dirigimos al ascensor y bajamos hasta el lobby de mi empresa.
Mi compañía se especializa en la fabricación única y exclusivamente de perfumes, desde que mi padre "falleció" yo la heredé, he hecho hasta lo imposible para mantenerla en pie, pues sigo el ejemplo de mi padre: "pisotear a quien sea para obtener nuestras metas".
Hace años venimos luchando una guerra contra "DR Corporation", un Grupo Corporativo que ha sido la causa de nuestros males, solo se especializaba en la fabricación y venta de productos de belleza; pero cuando también inició con la producción de perfumes hace ocho años, fuimos desechados y puestos en un segundo plano.
Todo fue culpa de esa vieja: Kim Yung Seo, a la que todos llamaban "presidenta Kim", era una maldita víbora, astuta y muy habilidosa; pero si mi padre pudo encargarse de ella, yo también puedo encargarme de su hijo: Kim Sung Shik, o debería de llamarlo ahora: "el presidente Kim".
—Señor —habló Hong Joong, mi guardaespaldas, cuando llegué donde estaba estacionado mi auto. Hizo una reverencia junto a sus dos acompañantes y luego me abrió la puerta del auto, entré y me senté al lado del copiloto, el resto entró al vehículo después de mí.
—¿Hong Joong, tienes la información que te pedí?
—Sí señor —respondió encendiendo el auto. Iniciamos la marcha—. Tal como lo quería, el presidente Kim está solo en "DR Corporation", el CEO Park Seong Hwa no ha ido a trabajar hoy, supongo que está...
—Suficiente —le interrumpí, pues no veo la necesidad de escuchar lo que está haciendo Seong Hwa, o lo que hizo con el hijo protegido del presidente Kim.
«Ese niño...».
—Jefe —me sacó Hong Joong de mis pensamientos.
—¿Qué?
—También tengo otra información que darle, pues no me dejó terminar de hablar hace unos segundos.
—Habla entonces.
—El CEO Seong Hwa debe estar solo en casa, o en la cama de...
—Hong Joong —lo detuve nuevamente y se echó a reír.
—Lo siento señor, es que es muy divertido. En fin, "niño lindo" ha salido hoy, lo vieron desde muy temprano en compañía de otro hombre, quien al parecer está interesado en él.
—Interesante, el niño Kim tiene más pretendientes de lo que creí. ¿Quién es el hombre que lo acompañaba?
—Aún no lo sé señor; pero ya mandé a investigar.
—Excelente, sería bueno mantener a esos dos en "problemas de pareja", para poder moverme libremente, no quiero que Seong Hwa meta las narices en mis planes. Además, tengo varios haces bajo la manga.
Reí divertido, no veía la hora de que comenzara el espectáculo, los Kim hizaron la bandera de guerra cuando anunciaron el lanzamiento de un nuevo perfume, pues bien, si guerra es lo que quieren, la tendrán, me preparé mucho para este día.
«Papá, llegó la hora de vengar tu nombre, los que te hicieron daño lo pagarán caro, y quien te asesinó, también».
Un rato después llegamos a "DR Corporation", miré por el cristal del auto la enorme edificación cuando nos detuvimos, una sonrisa apareció en mis labios.
—Señor...
—Ya lo sé Hong Joong, hemos llegado justo a la hora del té.
—Usted siempre me divierte con sus bromas.
Me halagó divertido y luego todos bajamos del auto, no me detuve a observar mis alrededores, mi mente solo tenía un objetivo, hasta que alguien chocó conmigo.
—No podía ir peor —dijo esa persona de espaldas pegado a mí.
—Lo mismo digo —mencioné en tono irónico pero, «qué voz tan armónica tiene, para ser un hombre, aunque eso no es lo único, que ha llamado mucho mi atención».
Se separó de mí, se giró y me miró de pies a cabeza, así como también lo hizo con mi guardaespaldas, mi secretario y el resto. Yo también me detuve a observarlo: vestía un pantalón mezclilla de cintura alta, con roturas sobre las rodillas y en las piernas, además de un pulóver ancho, de color beige y cuello circular, que se introducía bajo el pantalón; poseía una pulsera en su mano izquierda, una gorra a tono con su pantalón y unos tenis finos de color marrón.
«Demasiado casual pero me gusta su estilo, se nota que sabe vestir, combinarse, luce tal como un niño rico que es esconde de la sociedad».
—¿Niño, acaso no muestras respeto? —Le preguntó Hong Joong y el chico se inquietó un poco—. ¿Acaso no sabes frente a quién estás? —le replicó y el joven nuevamente me observó de pies a cabeza.
—No, no lo sé, lo siento—se disculpó e hizo el intento por reverenciarme, porque una persona lo haló por el brazo y se colocó frente a él.
—¿Qué haces aquí?
«Ah pero si es mi querido amigo Seong Hwa. Jajaja, adoro mi propia ironía. Pero para enfrentarme así sin siquiera saludar, y además veo que está protegiendo al joven... Oh wow, frente a mis ojos y no me di cuenta, ironía del destino supongo».
—¿Oh, CEO Park Seong Hwa, acaso tus padres no te dieron educación, así es como saludas a tu viejo amigo Jong Ho? —mencioné burlón y dirigí mi mirada hacia el hijo protegido de la familia Kim—. Niño, soy el CEO de "Fragancy Company", no lo olvides.
—¿CEO Jung Jong Ho, a qué se debe su presencia en "DR"? —preguntó Seong Hwa curioso pero con la marcada de intención de desviar mi atención del niño Kim.
«Esto se pondrá divertido».
—No vine a tratar asuntos contigo, sino con Kim Sung Shik, así que quédate al margen, será mejor para ti. Y por cierto, dónde está tu novia. Oh no, perdón, jajaja, me confundí, es "novio". Jugaste bien tus cartas: Seong Hwa.
«¡Bingo! Se puso colorado con solo mencionarle al chico que tiene detrás».
—¿A qué te refieres con eso?
«Jaja, y encima se enoja. ¿Será porque dije "novia"?».
—¿Qué sucede aquí? —preguntó alguien y dirigí mi vista hacia esa persona.
«Jum, llegan más para divertirme, qué excelente día».
Se acercó a nosotros el guardaespaldas de Seong Hwa, su secretario si mal no lo recuerdo y una chica rubia, creo que le amiguita del niño Kim.
—Oh, Woo Young, ya viniste al rescate —refirió Hong Joong burlándose del guardaespaldas de Seong Hwa.
—Hong Joong, tan despreciable como siempre —le contestó el contrincante.
«Wow, un chico rudo; pero no más que mi protector».
—Y tú tan apuesto y correcto como siempre.
«Bueno no esperaba esa respuesta de Hong Joong; pero no negaré que fue divertida, se ha burlado con cortesía, divino».
—San, hola —sentí la voz de Yeo Sang detrás de mí pronunciar el nombre del secretario de Seong Hwa.
Acaba de arruinarme lo divertido de la fiesta. No sé por qué aún lo tengo trabajando para mí, no hace más que entorpecer mis planes, es muy eficiente en su trabajo y cumple mis órdenes; pero su buen corazón arruina sus habilidades.
—Yeo Sang, por qué no dejas ese trabajo, acaso no has recibido suficiente maltrato, mírate, estás demacrado —comentó ese secretario y comencé a sentirme molesto.
—Lo siento —dijo Yeo Sang y toda cordialidad que hasta ahora intenté mantener: la dejé en el olvido.
—¿Y bien, ya terminaron los saludos? Mi tiempo es oro —miré mi reloj—. ¿Nos permiten pasar? Hoy estoy siendo demasiado educado y mi paciencia tiene un límite.
Estaba perdiendo la compostura, será mejor que me calme. Miré mi reloj una vez más y ya anunciaba ser las 10:30 de la mañana. Se estaba pasando mi hora de té con el presidente Kim. Alcé la vista y Seong Hwa se apartó junto al resto que lo acompañaba.
«Perfecto, aunque no seguiré mi camino sin antes estar totalmente seguro de algo».
—Gracias CEO... —le dije acercándomele, para luego posar mis ojos en el hijo protegido de los Kim—. No creas que no me he dado cuenta.
Chasqueé mis dedos y no hacía falta que diera la orden, mis hombres saben qué hacer cuando tengo un objetivo en la mira. Rápidamente los dos guardaespaldas que trajo Hong Joong consigo lo sujetaron y pusieron ante mí, le quité la gorra y al ver su rostro realmente quedé impactado, no era lo mismo ver la cara de este chico en los medios y en fotos que tenerlo frente a frente.
«En verdad a cualquiera podría olvidársele que es un hombre. Creo que comienzo a entender a Seong Hwa». Reí ante mis propios pensamientos y decidí concentrarme, aunque no sé si pueda, el aroma que trae este niño, es una trampa que intenta aprisionarme.
—Tan cerca estabas: Kim Sung Jae. Wow, realmente eres hermoso, también podría enamorarme —dije con mi rostro muy cerca del suyo, pero me alejé rápidamente.
Por un instante, cuando me sentí tan próximo a él, casi caigo en esa trampa que lo envolvía; su fragancia: sensual y atractiva. Pero sentí algo pesado martillarme el rostro y mi cuerpo cayó al suelo.
—¡Ni se te ocurra volver a tocarlo en tu vida! —me apuntó como el dedo quien había sido la causa de que ahora acaricie mi rostro.
Había recibido un fuerte puñetazo de Seong Hwa y ni siquiera lo vi venir, debo admitir que estoy sorprendido; pero esta me las pagará, aunque no hoy, ya tengo muchos ojos puestos en mí. Me levanté.
—No te reviento la cara porque ya tenemos público y me lo merecía. Tranquilo, no voy a robarte a tu nena, no soy un asqueroso.
—¿Cómo dices? —su cara se puso como una naranja agria.
—Escucha Jong... —abrió la boca niño Kim, mirándome con desprecio, pero Seong Hwa lo detuvo.
No perdí más tiempo con ellos y le hice señas a mi séquito para que me siguiera, dejamos atrás el bullicio y entramos a "DR Corporation". Me dirigí a la recepción sin intercambiar miradas con nadie.
—Señorita, llame a la oficina de su presidente y dígale que Jong Ho está en camino.
La chica se quedó estática viéndome, la ignoré y seguí mi camino al elevador, dejé que mis acompañantes entraran primero y luego lo hice yo.
Cuando llegamos al piso indicado nos dirigimos hasta la oficina del directivo de la empresa. La puerta estaba abierta y entré sin anunciarme.
—Buenos días CEO Jung.
—Buenos días presidente Kim. ¿Todavía es la hora del té?
—¿Le apetece? —me brindó asiento y procedí a ponerme cómodo.
—Le agradezco la hospitalidad.
—Me avisó que estaba de camino apenas unos segundos, es lo mínimo que puedo hacer por usted —mencionó y recostó su espalda en el gran sofá donde se encontraba sentado.
Chasqueé mis dedos y le señalé a mi secretario el escritorio, indicándole que dejara sobre él los documentos que cargaba.
—Creo que puede hacer más por mí de lo que piensa presidente Kim.
—Solo puedo brindarle té —expresó tranquilamente.
«Es fascinante conversar con este hombre».
—Presidente Kim —sentí la voz de una chica.
—Adelante —indicó y una joven entró a la oficina con una bandeja.
La joven era la misma recepcionista. Luego de entrar colocó dos platillos en la gran mesa de cristal que se encontraba entre el presidente Kim y yo, una frente a él y la otra frente a mí; sobre éstos colocó una taza, dentro fueron puestas unas bolsitas, echó agua caliente que traía en una tetera a cada taza y encima de los platillos donde las colocó, dejó unas cucharaditas pequeñas y varios paqueticos con azúcar, sellados.
—Gracias, cuando salgas cierra la puerta.
—Sí señor —la chica cumplió la orden y nuevamente quedamos seis dentro de la oficina.
El presidente y yo preparamos nuestro té en silencio, luego le dimos un sorbo y volvimos a colocar las tazas sobre sus platillos. Relamí mis labios y alcé la vista hacia el frente.
—¿Qué demonios es lo que quieres? Escúpelo ya.
Sonreí de medio lado porque finalmente había iniciado la verdadera fiesta del té.
—Lo que quiero es muy sencillo "presidente": confesarás ante las autoridades que el nuevo lanzamiento de vuestro perfume es una farsa, que en realidad tenías un espía en mi empresa y mediante él robaste nuestro proyecto. Obviamente luego de que lo hagas ese perfume pasará a mis manos. Pero tú no te preocupes, todo está preparado, ya tengo incluso a la persona que declarará que era tu espía, le pagué un dineral a él y a su familia para que realizara tal hazaña.
—¿Me estás dando una orden? —me preguntó con incomodidad, arrugando el entrecejo.
—Noo —respondí tranquilo—, solo te estaba dando las indicaciones de lo que debes hacer sin equivocarte, porque si no lo haces distinguido presidente Kim —me incliné hacia delante y lo miré de manera desafiante—, me veré obligado a contarle a tu querido hijo el cual tuve la oportunidad de conocer hace unos minutos...
—¿Cómo dices?
—Lo que oyes, así como también tendré que revelarle a tu estimado CEO: el secreto que le has ocultado durante cinco años a ambos, cuestión que no me cabe la menor duda que la han olvidado y "tú", así lo dejaste. Y esto señor presidente, es un advertencia.
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!(•̀ᴗ•́)و ̑̑ Comenzó a narrar otro personaje, digamos —como dicen muchos—: el malo de la película, o de la novela en este caso.
└(=^‥^=)┐Espero hallan disfrutado del capítulo. Gracias por leer y nos vemos en la próxima aventura de SDOAP.
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