Ventisette ❀ Querido diario
JONG HO
Si hay algo que odio en esta vida es verme en una comisaría y ahora salía de una: totalmente humillado; pero había obtenido al menos una parte de lo que quería. He acorralado a Kim Sung Shik y le he dado a Seong Hwa algo en qué pensar.
Entré al auto y el resto lo hizo luego, nadie pronunció palabra alguna hasta que llegamos a la compañía.
-Hong Joong y Yeo Sang, ustedes vendrán conmigo, el resto puede irse. -Me dirigí hasta mi oficina con los nombrados y al entrar pegué a Yeo Sang a la pared, agarrándolo por el cuello, apretándolo-. ¿Por qué carajo abriste la puerta? ¿Acaso no te dije que te quedaras donde estabas? ¡Habla imbécil!
-Señor lo está ahorcando -escuché la voz de Hong Jong y mi instinto fue ir hacia él y cogerlo por el cuello de su camisa.
-¡Y tú, nunca habías incumplido una orden mía! ¿Qué demonios pasó contigo?
-Lo siento señor, todo fue muy rápido y ellos entraron tan de repente que, actué por instinto -dijo apresurado-, no volverá a suceder.
-Por tu bien eso espero. -Lo solté y me dirigí hacia el otro idiota que ahora estaba tirado en el suelo, le di una patada-. ¿Oye, no piensas responderme?
-Yo... yo no -se quejó por el dolor de mi patada en el abdomen-, abrí la puerta señor.
-¿Ah no, y quién demonios lo hizo?
-La puerta... -volvió a quejarse, colocando una mano en donde le di el golpe- estaba abierta.
-¿Cómo dices?
«¿La puerta abierta?». Lo cogí por la camisa, levantándolo del suelo.
-Levántate, vamos, ¿cómo que la puerta estaba abierta?
-Cuando... cuando fui a abrirla ya lo estaba y en ese momento entró la policía, empujaron para disimular y yo caí al suelo; pero no abrí la puerta señor.
Lo solté y ahí caí en la cuenta de que yo también había sido presa fácil para sus planes.
-Jajaja. Muy astuto presidente Kim, en verdad te subestimaba, pero tú no te preocupes, ese error jamás volverá a repetirse. -Sonreí-. Has jugado bien tus cartas, te felicito. Ahora, prepárate cuando yo saque uno de mis haces bajo la manga, me has hecho enojar y pagarás las consecuencias.
Es momento de ser estratégico, porque si por las buenas no funcionan las cosas, pues a las malas será.
-Ustedes dos, fuera de mi oficina, quiero estar solo y si lo prefieren, pueden irse para sus casas, no los necesitaré más por hoy.
Como lo ordené ambos salieron, finalmente solo me dejé caer en uno de los muebles de la oficina, mirando un punto imaginario en la pared, donde se proyectaba una sola imagen, mi nueva meta.
-Realmente me hiciste enojar Kim Sung Shik y ahora yo te haré sufrir: voy a quitarte la cosa que más quieres en esta vida y te prometo, que cuando eso pase, conocerás los detalles, porque te los haré saber uno, por uno.
WOO YOUNG
"Mi abuela una vez me dijo que cuando conociera a mi otra mitad lo sentiría en el fondo de mi corazón, que solo con verla yo sabría que es la persona indicada.
Querido diario, hoy creo que he conocido a esa persona. Todavía no puedo revelarte quién es porque me siento inseguro, porque esa persona es tan igual a mí como lo es de diferente.
Si me preguntara qué es lo que siento diría que no lo sé, no sé si me gusta o no me gusta; pero entonces, por qué sentí que esa persona era mi otra mitad, la parte que me falta, mi complemento. No lo entiendo querido diario.
¿Por qué es esa persona mi alma gemela? No lo comprendo. Y lo peor es: que me cree diferente a su ser en carne y huesos. No sé qué hacer y no tengo nada definido en mi mente.
Hoy hemos conversado sobre algunas cosas querido diario, conocí un poco sobre su persona: su amabilidad, su ingenio, su sencillez, incluso su cariño. La conversación fue breve, pero me mostró muchas cosas. ¿Debería dejar que el tiempo pase para ver qué sucede?
Haré eso, quiero estar totalmente seguro de que es la persona correcta. Y antes de despedirme te revelaré algo más: tiene la misma edad que yo y es una persona muy guapa. Además querido diario, ambos somos un par de adolescentes que apenas estamos descubriendo el mundo, aún somos un poco inmaduros; pero tenemos sueños y metas, deseos, gustos y preferencias.
Somos seres humanos y tal vez sea cierto: que estamos predestinados, quién sabe..."
SAN
Observaba los platos sucios sobre la mesa, la vagancia por un instante se había apoderado de mí; pero la verdad es que pensaba en mi vida, en que he estado solo por mucho tiempo y en que quizás Suzy tenga razón en lo que dice, si no lo intento no lo sabré nunca, debería darle una oportunidad al amor y, a lo nuestro.
Pensaba en eso realmente, hasta que sentí a alguien tocar mi puerta con tanta fuerza que al parecer pretendía derribarla. La última vez fue Seong Hwa, hoy quién será. Fu a abrir la perta y al hacerlo me llevé una gran sorpresa.
-¿Yeosan?
-Si hubiera sabido que al visitarte volverías a llamarme así hubiese venido cuanto antes -expresó con la voz cansada y se dejó caer en mis brazos-. San, ya no lo soporto más.
-¿Yeosan qué te ha pasado? -le pregunté, sujetándolo por las caderas, pero se quejó por mi agarre.
-Ah ah, cuidado, esa zona me duele.
-¿Ese hijo de puta volvió a golpearte?
-San, primero ayúdame a sentarme.
Lo llevé hasta el mueble largo de mi sala y lo ayudé a sentarse en él, luego de cerrar la puerta me senté a su lado, lo observé detenidamente y vi una contusión en su cuello como si una mano hubiese estado ahí apretándolo, le levanté al camisa y vi un feo moretón en un costado de su abdomen. Me levanté furioso, Yeosan tiene la piel muy blanca y un simple rasguño le deja una horrible marca.
-¡Maldita sea Yeosan!
-Cálmate San.
-¿Qué me calme? Mira cómo estás... ¿Dime por qué eres así, por qué eres tan sumiso ante ese malnacido? -Volví a sentarme a su lado y lo tomé por el rostro-. Yeosan eres un hermano para mí y lo sabes, si algo...
-¡Cállate! -me gritó de repente, quejándose un poco de dolor, apartó mis manos.
-Yeosan...
-No sé quién es más cruel, si Jong Ho, o tú -me miró con tristeza-. Y tampoco sé a quién odio más; si a él, si a ti o si a mí mismo por ser tan masoquista. Tanto tú como él me maltratan y yo les sigo siendo fiel a ambos; pero eso se acabó San, ya basta, me cansé de sufrir, de que mi vida sea miserable, no lo soporto más. He terminado, por lo menos con Jong Ho, he terminado.
Me quedé en silencio, sabía muy bien por qué Yeosan me odiaba, pero no puedo hacer nada al respecto. Y aun sabiéndolo, le sigo queriendo como a un hermano, porque los seres humanos somos así de egoístas y crueles.
-Hoy vi cómo la amiga de Sung Jae sostuvo tu mano. ¿Te arrepentiste de estar solo?
-Yeosan por favor...
-No creo que se mala persona, también es bonita, exitosa...
No lo dejé terminar, tomé su rostro entre mis manos nuevamente, obligándolo a mirarme.
-No hagas esto por favor. Yeosan, no te hagas daño a ti mismo.
-¿Acaso te importa? -preguntó dejando caer un par de lágrimas, le solté.
-Claro que me importa Yeosan, tú me importas. Te conozco desde que éramos niños, nuestras madres fueron grandes amigas, estudiamos juntos Yeosan y ambos escogimos la misma profesión -hice una pausa-, pero por desgracia por caminos diferentes. Te quiero Yeosan, pero solo como un hermano...
-¡Por Dios ya deja de repetir eso! -me gritó-. Lo dijiste hace poco y estoy harto de escucharte decirlo.
-Debo repetirlo cuantas veces sean necesarias Yeosan, porque parece que lo olvidas. Dime, ¿has venido a discutir conmigo o a pedir mi ayuda?
-No lo sé San, había venido a pedir tu ayuda y terminé discutiendo contigo. Lo siento por ser tan idiota, sé que nunca me vas a querer como yo te quiero a ti.
Suspiré hondamente, porque ya íbamos otra vez con lo mismo. Delante de nuestros jefes actuamos con naturalidad, pero cuando nos encontramos a solas siempre terminamos discutiendo sobre el mismo tema y ya no sé qué más hacer.
-¿Por qué no puedo ser yo San, por qué?
Lo peor de esto es que nuestras peleas terminan conmigo lastimándolo, aunque creo que él tiene razón y es un masoquista.
-La respuesta es simple Yeosan.
-Sí, ya me la sé de memoria: porque soy como un hermano para ti.
-No, porque eres un hombre. Entiéndelo por el amor de Dios, yo no soy así Yeosan, no soy como tú -me miró con asombro, sé que es hiriente lo que digo, aun así debo hacer que entienda-. No soy como Sung Jae y no soy Seong Hwa, que aún me pregunto cómo de un día para otro viene y me dice que le gusta otro hombre. De verdad que es inexplicable, pero no sucederá conmigo, ¿comprendes? -Evadió mi mirada, su rostro mostraba una tristeza profunda y verlo así también me dolía-. No puedo corresponder tus sentimientos, ya no sé de qué otra manera explicártelo para que me entiendas, yo no soy gay.
-No te preocupes -su voz sonó temblorosa-, creo que me ha quedado totalmente claro -dejó caer su espalda sobre mi regazo.
-Como siempre, esa es tu manera de salir de nuestras discusiones; me das la razón y otro día volvemos a discutir sobre lo mismo.
-Hablas de mí cuando frente a tus amigos actúas como si nada de esto estuviera sucediendo -ese fue un golpe bajo-. Bueno, en fin, ya que hablo de ellos... San, el novio de tu mejor amigo corre un grave peligro.
-¿Sung Jae? Espera... -lo levanté y nos giramos para quedar frente a frente- ¿Yeosan sabes algo?
-Muchas cosas San. ¿No te has preguntado cómo supe que hoy estarías en casa y no en el trabajo? -Negué con la cabeza y la verdad es que eso no me había llamado la atención-. Seguramente tampoco sabes lo que ha sucedido hoy, pídele luego a tu amigo Seong Hwa que te lo cuente. -Suspiró y me miró seriamente-. San, Jung Jong Ho quiere destruir la familia Kim y créeme, no va a detenerse hasta conseguirlo. Ha construido su odio basado en una mentira que su padre le contó antes de que lo mataran, y lo peor es que nadie puede decirle la verdad.
-¿Por qué. Qué mentira es esa?
Lo que Yeosan me dijo me dejó totalmente asombrado, nunca esperé algo así. Los Kim corren un grave peligro.
-Eso no puedo contártelo, pero -me respondió-, arréglame un encuentro con Sung Jae, necesito conversar con él y nadie puede enterarse de esto San, ni siquiera Seong Hwa, o tu novia. La conversación que quiero tener con Sung Jae quiero que quede entre los tres, ¿vale?
-Vale, cuenta conmigo.
-Perfecto, me acabo de convertir en un traidor San y Jong Ho odia a los traidores. Aguantaré todo lo que pueda y les daré información sobre sus planes, dile eso a tus amigos y espero, por el bien de todos, que sean lo más discretos posible. Se avecina una tormenta y debemos estar preparados, serán tiempos difíciles, de eso, no tengas dudas.
WOO YOUNG
"Querido diario, ya han pasado seis meses desde que le conocí y ya sabes tanto como yo sobre esa persona. Sí, sé que me he tardado medio año para descubrir que era mi media naranja pero, ha valido la pena. Le quiero, de alguna forma me ha cautivado, incluso hoy me ha dado una estupenda idea que me ha gustado muchísimo.
Querido diario, gracias a esa persona he nombrado a mi creación, de la que te he hablado muchas veces; sin embargo, llevo días mintiéndote sobre algo. La verdad es que, a esa persona no le he contado quién soy realmente. Recuerdo que una vez te dije que ese ser maravilloso me veía diferente a lo que verdaderamente soy, y también te conté que esa persona era distinta a mí y al mismo tiempo mi reflejo, aunque solo en el plano material. No sé si esas fueron las mismas palabras que usé en aquella ocasión y tampoco hojearé tus páginas para comprobarlo, hablo con el corazón, al igual que aquella vez; la razón por la que digo eso es porque me siento mal por mentirle, por ocultarle la verdad y es que temo porque cuando le revele este secreto me odie.
Nuestros padres no tienen idea de lo que está sucediendo entre nosotros, solo ven lo que le mostramos, que andamos juntos y nos queremos como amigos, incluso como hermanos. Qué cruel puede ser la verdad querido diario, qué horrible es la mentira, pero más siniestro son los secretos. ¿Qué debo hacer querido amigo? Si al dejarle de mentir tengo que revelarle mi secreto, la verdad que saldría a flote nos consumiría a ambos y no creo tener escapatoria, así que empezaré por ti, voy a revelarte el nombre de la persona de la que te he estado hablando todo este tiempo, su nombre es..."
Justo en ese momento el sonido que emitía mi celular, anunciándome que alguien estaba llamándome me sacó de mi lectura. He leído este diario muchas veces, antes era una fuente de información pero ahora es un castigo, uno que me hace recordar mi lugar dentro de esa historia que ahí se cuenta y dentro de esta, en la cual vivo.
El desino es como un niño al que le gusta jugar con las personas, a quienes trata como sus títeres; pero eso solo dura hasta el día de la rebelión. Sí, hay quienes han enfrentado su destino y han salido victoriosos, pronto será mi turno, yo también voy a desafiar mi destino.
Me bajé del borde de la ventana de mi cuarto, donde me encontraba leyendo, fui hasta la cama, cogí mi teléfono que allí se encontraba y atendí la llamada.
-Dime (...) Sí estoy en casa (...) ¿Le ha pasado algo a Jae? (...) Vale, iré de inmediato para allá...
Rápidamente guardé el diario debajo de la almohada de mi cama, cogí mis llaves, mi cartera, metí el celular en el bolsillo del pantalón que traía puesto y salí de casa en mi auto. Había recibido una llamada de San, estaba en casa de Jae y necesitaba que yo fuese, no me contó detalles pero algo debe de estar sucediendo, algo serio.
El tráfico en Seúl hoy realmente estaba de coña pero incluso así llegué a la casa de los Kim, pasé el portón principal y toqué el oropel de la puerta cuando estuve frente a ella. A los pocos segundos me abrieron y vi aparecer a la ahjuma.
-Buenas tardes ahjuma.
-Buenas tardes hijo, bienvenido, adelante -me hizo un ademán e ingresé a la casa-. Sígueme, los chicos te esperan.
Cerró la puerta y luego le seguí como indicó por todo el pasillo hasta lo que era una enorme escalera blanca en forma de espiral, donde nos detuvimos.
-Cuando llegues a arriba sigue el pasillo y no te preocupes, no vas a perderte, síguelo con confianza hasta que choques con un pequeño salón, parecido al principal pero no tan grande, allí están tus amigos esperándote.
-Gracias ahjuma.
-De nada mi niño, diles que cuando terminen bajen para que coman algo, les prepararé una merienda.
-Se los diré, descuide -me propuse subir las escaleras cuando la ahjuma se detuvo.
-Hijo.
-¿Sí, ahjuma?
-Una última cosa, pero esta no se la digas a nadie, guárdatela para ti mismo.
-Usted me dirá.
-Un libro puede revelarte muchas cosas, tu corazón puede contrariarse y confundirse con ese cúmulo de información; pero lo que fue escrito hijo mío con pluma invisible y una tinta llamada destino, eso no lo puedes cambiar. Por muy poderosa que sea la información que poseas y por mucho que tengas el control sobre ella, no puedes hacer nada al respecto, fracasarás en cada intento. Eres un chico un poco obstinado, pero sabes aprender muy bien de tus errores. La vida volverá a darte una lección hijo, aprende de ella.
Me quedé ahí, estupefacto por sus palabras, mientras la veía alejarse. Por un segundo creí que ella sabía que yo tenía ese diario escondido; pero recordé que la ahjuma es como un ángel guardián que guía nuestros pasos. Y tal vez tenga razón en lo que dice, o la tiene, no lo voy a negar; pero yo ya estoy decidido a desafiar mi destino, o no me llamaré Lee Woo Young. Aunque si la vida me da una lección, prometo aprender de ella y cuando eso pase, devolveré el diario al lugar donde pertenece.
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