Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Venti ❀ Drops of a Passion ✿ Parte I

SEONG HWA

—Hermano, has estado todo el día encerrado aquí en mi cuarto, viendo anime yaoi. ¿No te aburres?  —me preguntó mi hermana.

—No, creo que estoy aprendiendo cosas —mencioné, sin apartar la vista de su laptop.

—¿Y para qué, si dices que tú y Jae rompieron?

—Nani, en realidad, yo no sé lo que pasó hoy entre nosotros.

Sigo todavía escondido en el cuarto de mi hermana, no quiero enfrentar a mi madre y tampoco quiero ver a Jenny, mi ex-prometida.

—Oppa, en serio, el hambre está matándome, tengo que abrir esa puerta.

Suspiré pesadamente y apagué su laptop.

—Vale, abre la puerta, además también tengo hambre.

Nani se dirigió a la puerta, quitó el seguro y abrió.

—Oppa, hay una estatua frente a mi cuarto, la dejo a tu merced, o creo que es al contrario. Suerte —dijo y se marchó, la referida estatua: era Jenny.

—Jenny —fui hacia su encuentro.

—Hola guapetón —me saludó a su estilo mexicano. 

Sí, Jenny es mexicana, su verdadero nombre es Jénnifer Sueiro Montell, la conocí hace dos años en una fiesta, era una mujer muy carismática; pero algo de ella no me gustaba: demasiado posesiva, incluso así llegamos a comprometernos, hasta que un día desapareció dejándome una carta de despedida y hasta el día de hoy no la había vuelto a ver.

—Jenny si quieres hablar conmigo, habla en coreano, no en español. ¿Qué haces aquí?, que yo sepa México no queda al lado de Corea.

—Hermoso, nunca me fui.

—¿Cómo dices?

—Tuve que hacer algunos encargos de mi padre —entró al cuarto y fue directo a sentarse en la cama de mi hermana—, ya sabes que dirige una empresa allá en México, y no quería involucrarte.

—¿Bromeas conmigo Jenny —me posicioné frente a ella—, por eso me abandonaste?

—No. Seong  Hwa, no querías hacer nuestro compromiso oficial, no querías que nadie lo supiera hasta estar totalmente seguro —dijo con un ligero enojo—. ¿Seguro de qué Seong Hwa, de que te quería, de que estaba loca por ti, de eso querías estar seguro?

—No Jenny, lo siento. El problema no eras tú, era yo —era mejor aclararle lo que pasó esa vez entre nosotros—. Quería estar seguro de si en verdad deseaba unirme a ti por el resto de mi vida, quería saber si en verdad te amaba. Lo siento —me disculpé; pero que no crea que puede llegar de la nada después de haberme abandonado y reclamarme.

—Já, eres increíble Park Seong Hwa —se levantó de la cama, colocándose las manos en la cintura—. Y después te quejas porque las mujeres te abandonan. Bueno, ya no deberías preocuparte más por eso, sino por cómo follar con un chico.

—¡Jénnifer!

—¡¿Qué, es mentira, cómo me vas a decir que de la noche a la mañana te volviste homosexual Seong Hwa?! ¿Dime, en qué universo es eso posible?

Si me pusiera pensar yo también me haría las mismas preguntas.

—Sucedió Jenny, me enamoré de un hombre, y si no te gusta la idea —le apunté la puerta—, pues regresa por donde viniste.

—Tu madre no se lo merece Seong  Hwa, por eso viene. Quiero reconquistarte.

—¿Qué acabas de decir?

—Me escuchaste bien; pero rectifico, no sólo quiero, voy a reconquistarte: Park Seong  Hwa.

—¡¡Fueraaaa!! —el grito de mi madre nos sacó a ambos de la molesta discusión, corrí inmediatamente al gran salón.

—¿Jae?

Ahí estaba él, parado en medio del salón junto a mi hermana, sosteniendo un bolsito negro muy adornado como si fuera un regalo, y mi madre como a una distancia de diez pasos, con las glándulas hinchadas, el rostro del color de la furia y con un periódico en las manos.

—¡He dicho que salgas. Fuera de esta casa, fuera! Mi hijo no es gay, no lo es, no lo es —mi madre comenzó a llorar y se dejó caer al suelo, fui hacia ella.

—Mamá.

—No me toques —dijo con la voz ronca y se esquivó, evitando que la tocara—. ¿Me lo merezco Seong Hwa, es un castigo por ser una mala madre?

—No digas eso mamá.

—Sé que me odias, después de la muerte de tu padre me quebré por completo y comenzaste a detestarme, lo sé.

—Mamá yo no te odio, sólo...

—Fuera —apartó la mirada.

—¿Qué?

—Lo dijiste una vez —la vi apretar sus puños—. ¿Ya lo olvidaste?

—¿Qué cosa?

—Que el día que Kim Sung Jae pusiera un pie dentro de esta casa, te largarías —sentí que  el corazón se me comprimió dentro del pecho—. ¿Ya lo recuerdas? Espero que cumplas con tu palabra.

—¿Mamá cómo puedes decir eso, estás echando a mi hermano? —Nani se nos acercó molesta. Mi madre se levantó, evitando verme a la cara.

—Y tú, creí que estabas de mi lado —le recriminó a Nani—; pero estás del lado de ese... —apuntó con la cabeza a Jae, despectiva.

—Mamá, si mi hermano se va, yo...

—No Nani —detuve a mi hermana antes de concluyera la idea, no quería ver a mi madre más destrozada—, no lo digas, recogeré mis cosas.

—Pero Oppa...

—Déjalo —me dirigí a Jae.

—Perdona —me dijo apenas me le acerqué—, no tenía idea de algo así pasaría. Si mi presencia los molesta es mejor que...

—¿A qué viniste?

—¿Eh? —mi pregunta lo sorprendió.

—¿A qué viniste, a fastidiarme más el día? —le dije, descargando mi ira sobre él—. Pues felicidades, lo conseguiste —le di la espalda para alejarme...

—Seoni —... pero una palabra dicha de sus labios me congeló en el tiempo.

«¿Por qué me llamó así frente a todos? Eso era algo íntimo».

Me abrazó por detrás.

—¿Te ayudo a empacar?

—¿Jae?

—Te han echado de casa, así que te llevaré para la mía —besó mi espalda y me soltó.

—No quiero que me ayudes, espera afuera —tan solo fue una palabra y ya  me había rendido a sus pies—. Tu presencia incomoda a mi madre.

—Está bien —respondió y escuché sus pasos al alejarse.

—¿Nani, me ayudas?

—Ay Oppa, no tenía idea de que el amor fuera algo tan complicado.

SUNG JAE

—¿A dónde vas? —me preguntó mi amiga mientras yo me alistaba para salir.

—Suzy, iré a su casa —le respondí.

—¿Qué?

—Ya hablé con papá, y me ha apoyado.

—¿En serio? —inquirió, asombrada.

—Sí, puedes llamar y preguntarle.

—¿Y ese bolsito? —apuntó a un bolsito negro que había preparado con un regalo para Seong Hwa.

—Ahí le llevo un obsequio, quiero arreglar las cosas. Sé que en su casa debe haber un caos; pero quiero apoyarlo y, también quiero enfrentar a su madre.

—Vas a la guerra soldado, pues suerte.

—Gracias Suzy.

Terminé de prepararme y salí. Decidí ir a hablar con él, pedirle perdón por todo, no quería perderlo y menos por mi mala actitud de hoy. Fui un idiota y si no acepta mis disculpas, lo comprenderé y afrontaré la situación como mi padre siempre me decidía, esta vez no lloraría como una magdalena, o al menos no las brazos de mi Sara.

Toqué la puerta de su casa y quien me abrió fue una joven muchacha, su hermana.

—Hola, Nani —saludé, llamándola por su apodo y ella me mostró una amplia sonrisa.

Recuerdos de Sung Jae

—La... había traído para ti.

Después de esas palabras, después de dejar una flor ensangrentada en mi mano y después de desaparecer, me perdí; perdí la noción del tiempo, de la vida, de las personas, de todo. Mis ojos estaban abiertos pero no veía nada, mis oídos escuchaban voces pero no entendía las palabras, el aire se sentía pesado y mi cuerpo estaba al borde del colapso.

—¿Estás loco verdad? —sentí a alguien muy cerca de mí, tanto que al menos sí podía entender lo que me decía—. Te hiciste pasar por una chica para estar con mi hermano, fue muy bajo de tu parte, que sepas que él no te perdonará nunca, y yo —sus labios se dirigieron a mis oídos—: haré lo que pueda para que sí te perdone. Tú me agradas más que todas esas chicas que han sido novias de mi hermano, así que para la próxima vez que nos veamos, llámame Nani.

Después esas palabras, todo se puso oscuro.

Fin de los recuerdos

—Hola, Nani.

—JaeJae —se abalanzó sobre mí y me abrazó.

«¿En verdad pareceré un muñeco? Suzy hace lo mismo cuando deja de verme por unos cuantos días o simplemente porque me extrañó».

—Nani, por favor.

—Lo siento —me soltó—. En serio Jae, qué perfume usas.

—Eso es un secreto —le guiñé un ojo.

—¿Y no se lo dirás a tu cuñada?

—Es que...

—¿Quién es Hee Nam? —escuché la voz de la señora Park acercándose a nosotros.

—¡Nadie mamá, un amigo!

—Nani no le mientas, además quiero saludarla.

—Vale, sólo te advierto que hará toda una escena. Espero que hayas venido preparado.

—Eso hice.

Nani se apartó y su madre al verme casi bota los ojos.

—¿Tú, qué demonios haces en mi casa?

—Buenos días señora Park —saludé cordialmente.

—Cínico, ¿te atreves a saludarme? Já —hizo un gesto despectivo con la cabeza—. Ya tengo suficiente con estas noticias —sacudió un periódico que traía en las manos—. Esos periodistas estuvieron todo el puto día aquí, tuve que decirles que mi hijo no estaba. 

»¿Cómo puedes —me señaló con el periódico tres veces repetidas—, dime, cómo osas venir a mi casa después de todo lo que ha pasado? —apuntó a la puerta de salida de su casa—. No te quiero aquí, lárgate por donde viniste y no vuelvas, ya tengo suficiente con la humillación que tuve que soportar en tu casa, para luego tener que aguantar los comentarios que salen en la prensa sobre mi hijo, y soportar además —resopló—, una horda de periodistas atacando mi casa con fotos, preguntas, hasta me grabaron cuando salí a decirles que mi hijo no estaba... 

»Já —se colocó la otra mano en la cintura—, cuando dije eso se fueron corriendo de aquí, debieron imaginar donde estaría Seong Hwa, ni creas que soy tan estúpida para haberme creído el cuento de que pasó la noche en el departamento de San, ambos son buenos amigos y ese chico siempre crea la excusa perfecta para que mi hijo haga lo que quiera, ¿creen que yo nací ayer?

—Madame Young Da —hablé, calmado—, le pido disculpas por eso, sé los molestos que son esos buitres de la prensa; pero no vine con intenciones de molestarla, quisiera si me lo permite hablar con usted.

Pareciera que hubiese dicho un conjuro maldiciendo su vida, porque la madre de Seong Hwa me miró con desprecio y un odio tal que sería difícil describirlo; pero, al mismo tiempo, vi algo más en su mirada: agonía y, miedo.

—Señora Park...

—Fuera, vete de mi casa, sal, mi hijo no es como tú.

—Pero yo...

—¡¡Fueraaaa!! —gritó y su grito fue tan fuerte que Nani y yo nos sobresaltamos, vi furia para ese momento en su mirada y al instante Seong Hwa apareció en el salón.

—¿Jae? —se sorprendió al verme, luego miró a su madre, quien ya se encontraba alterada.

—¡He dicho que salgas. Fuera de esta casa, fuera! Mi hijo no es gay, no lo es, no lo es.

La señora Park comenzó a llorar y se dejó caer en el suelo, Seong Hwa corrió hacia ella y mientras discutían vi a una chica aparecer también en el salón, tenía el pelo castaño y ondeado, vestía un vaquero azul y una blusa blanca holgada, nuestras miradas se encontraron y en ese momento media sonrisa apareció en sus labios.

«¿Quién es ella? No me gusta ni un poco como me mira».

—Fuera.

—¿Qué?

Desvíe mis ojos de la chica y me concentré en Seong Hwa y su madre que aún continuaba en el piso.

—Lo dijiste una vez —dijo la señora Park—. ¿Ya lo olvidaste?

—¿Qué cosa? —preguntó Seong Hwa.

—Que el día que Kim Sung Jae pusiera un pie dentro de esta casa, te largarías. ¿Ya lo recuerdas? Espero que cumplas con tu palabra.

«¿Qué ha dicho? ¿Cuándo... en qué momento Seong Hwa dijo eso... él...?».

—¿Mamá, cómo puedes decir eso, estás echando a mi hermano? —preguntó Nani acercándose un poco más a su madre y a su hermano.

La señora Park le reprochó al ver que su hija apoyaba lo nuestro... y al final, Seong Hwa decidió marcharse, recogió sus cosas y se fue conmigo, aunque durante el camino evitó hablarme y dirigirme la mirada.

Cuando llegamos a casa fue directo a su habitación, le seguí todo el tiempo.

—Ábrela —demandó observando la puerta.

—Seong Hwa...

Tan sólo su nombre salió de mis labios soltó sus cosas, me agarró por los hombros y me pegó a la pared; al ver sus ojos sentí una fuerte punzada en el pecho, en ese momento quería decirle muchas cosas pero creí mejor quedarme callado.

—¿Por qué fuiste a mi casa, a qué fuiste? Dime —apreté los labios y tragué saliva—, respóndeme Kim Sung Jae, no te quedes callado como aquella vez que te eché de "DR", cuando estabas en oficina. ¡Habla!

Mi corazón se oprimió todavía más cuando vi una lágrima correr por su mejilla.

—Yo... yo fui entregarte esto —alcé el bolsito negro—, y, a pedirte perdón.

—¿Perdón, fuiste a pedirme perdón? —me soltó—. Kim Sung Jae de verdad eres increíble. ¿Y entregarme qué, qué quieres darme a cambio de obtener mi perdón?

—No estoy comprando tu perdón Seong  Hwa, sólo quería darte a "Drops of a Passion", como así nombré el perfume que creé y, que quiero sea tuyo.

ೋ❀❀ೋ═══ • - • ═══ೋ❀❀ೋ

└(=^‥^=)┐ Uwu, Jae finalmente reveló el nombre del perfume que su padre le prohibió mostrarle al mundo. La pregunta ahora sería: ¿por qué se lo regaló a Seong Hwa? Mnnn, quédate y averígualo.
♤ Otra cosita, ¿recuerdan ese capítulo cuando Seong Hwa descubre que su "Suzy" es un chico, o peor, que ese chico es Jae, y que cuando la familia se reúne la hermana de Seong le dice unas palabras al oído a Jae que nadie pudo escuchar? Pues aquí ya se descubrió qué palabras fueron esas. ¿Sorprendidos verdad? ¿Y qué les pareció el tema de esos videitos yaoi que los hermanos se tenían bien guardado? Seguro no se lo esperaban.
♤ Bueno, hasta aquí mis notitas de autor, nos vemos en el próximo episodio de SDOAP, para saber a qué nuevos desafíos se enfrentará nuestro "chico perla". (′︿‵。)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro