Tredici ❀ Cinco sentimientos cálidos
WOO YOUNG
—¿Presidente Kim, cree que debería llamar a Seong Hwa? —pregunté, sacando mi móvil del pantalón.
—Has lo que creas hijo —dijo, con la voz cansina—, mi mente no puede pensar ahora mismo.
Decidí mejor llamar a San, imagino que Seong Hwa está en su depa ahora.
—Hola (...) ¡San no me importa si estás molesto conmigo, no llamé para discutir! (...) Seong Hwa está ahí, ¿verdad? (...) San si estás enojado conmigo es porque él está contigo y ya te lo ha contado todo, así que no me mientas (...) Dile que Jae está en el hospital (...) No sabemos bien y hasta ahora seguimos esperando noticias, pero nada (...) Creo que es grave y rezo porque esté equivocado, vengan por favor, estamos en el hospital "Kangbuk Samsung" (...).
La situación era incómoda, nos angustiaba no saber nada, yo estaba al punto de colarme en la sala y ver qué sucedía...
—¡Woo Young, señor Kim! —escuché la voz de Suzy, me giré para ver y esta venía a toda carreras con la ahjuma.
—¿Suzy —se levantó el presidente del asiento—, no te pedimos que te quedaras cuidando a Sara?
—No la regañe señor Kim —dijo la ahjuma—, la obligué a traerme, no puedo quedarme en la casa a esperar, sentía que el pecho se me comprimía.
—Oh nuestra Sara, está bien, siéntate con nosotros —dijo el presidente y ella se sentó a su lado, Suzy se me acercó.
—¿Le avisaste a... ya sabes quién? —preguntó, refiriéndose a Seong Hwa.
—Sí, justo acabo de hacerlo, antes de que llegaran vosotras.
—¿Crees que vendrá?
—Lo hará, él no es tan inhumano Suzy.
—Disculpa, no fue lo que quise decir, es sólo que las cosas terminaron muy mal para los dos y para todos también.
—Es cierto —guardé mi móvil y dejé mi mano en el bolsillo del pantalón—. Y ahora realmente no sabemos qué pasará entre ellos. ¿Por qué las cosas tuvieron que suceder de esta manera?
—Es verdad, quisiera poder hacer algo para arreglarlo todo; pero incluso creo que mis ideas podrían fastidiar más las cosas. Esto que está sucediendo también es mi culpa.
—Suzy, ahora no es momento de culparnos, sino de rezar porque Jae esté bien y cuando salga por esa puerta sea un hombre nuevo.
—¿Un hombre nuevo Young —me miró ceñuda—, cómo?
—Me refiero a que se encuentre mejor, renovado.
—Hola a todos nuevamente —dijo el doctor, al salir por la puerta por donde entraron con Jae.
—¡Doctor! —exclamó la señora Kim.
«Finalmente, obtendremos nociticas».
—Díganos doctor —habló el presidente, como si tuviera el corazón en la mano—, cómo está nuestro hijo.
—Su hijo se encuentra muy bien presidente Kim —dijo el doctor—, solo fue un desmayo, incluso no era necesario haberlo traído.
—Pero, él no reaccionaba, le sacudí y nada, me asusté —explicó el presidente.
—Bueno, tal vez en ese momento no —aclaró el doctor—; pero debió haber despertado en el camino, porque cuando llegó aquí ya estaba bien despierto.
—¿Me está diciendo que mi hijo estuvo mintiendo todo el camino hasta aquí? —preguntó el presidente, ligeramente incómodo.
—Me pidió que no les dijera nada pero ya es hora de que regrese a casa —reveló el doctor—, así que le dije que hablaría con ustedes y al final expresó que podía decirles, además de que si hay alguien llamado Suzy, esta persona es la única autorizada a visitarlo.
—¿Yo? —preguntó Suzy, emocionada—. Señor Kim, no se preocupe, hablaré con este chico —dijo ya entrando en la sala, se moría por ver a Jae.
—¿Pidió ver solo a Suzy? —cuestionó la señora Kim—. Él no debe estar bien, doctor, somos sus padres, cómo puede pedir que lo visite solo su amiga.
—Señora Kim —habló el doctor, muy educadamente—, su hijo solo sufrió un desmayo y los desmayos siempre son breves —explicó, con elocuencia—, claramente tienen sus causas. Vuestro hijo me ha explicado lo sucedido muy abiertamente, por lo que la causa de que perdiera el conocimiento fue porque sufrió una emoción muy fuerte relacionada al miedo, dolor intenso y sufrimiento emocional —tras la explicación me representé las escena vivida unas horas antes—; todas esas sensaciones que vinieron aparejadas a una x situación provocó el desmayo, digamos que lo que sucedió hoy fue lo que terminó de agravar la situación que ya lo venía haciendo sentir mal.
—Entendemos doctor, gracias por explicarlo —dijo el presidente, complacido con la explicación del doctor.
—Es mi deber presidente Kim. Aun así —hizo una breve pausa y sentí que venían las malas noticias—, le hice todos los exámenes para estar más seguros, ustedes y yo, con el consentimiento de su hijo claro. El examen físico dio bien, su frecuencia cardíaca es normal y la respiración arterial y tensión están bien. Le hice además un estudio neurológico y cardiovascular y no se descubrió un diagnóstico verdadero de su cuadro clínico, esto quiere decir, como ya les decía anteriormente, que solo fue un desmayo por emociones fuertes —hizo otra pausa, esta vez más larga, era como si nos hubiese dicho las buenas noticias primero para luego decirnos la mala—. Pero...
—¿Pero...? —preguntamos todos a la vez.
—Le realizamos un escáner en todo su cuerpo y encontramos una anomalía, por lo que le aplicamos la TAC (Tomografía Axial Computadorizada), y mediante este estudio obtuvimos que su hijo presenta una ectopia renal.
—¿Ectopia renal? Oh por Dios —expresó la señora Kim mientras se dejaba caer en los brazos del presidente, se encontraba muy mal—. Mi cabeza va a estallar. ¿Una ectopia renal, mi hijo?
—Calma amor, calma —le dijo el presidente, mientras la conducía al asiento nuevamente—. Ven, siéntate —ambos se sentaron, el presidente Kim quería mantenerse fuerte por los dos.
«Jae, no creo que estés enfermo en verdad».
—¿Doctor, podría explicarnos mejor? —preguntó la ahjuma preocupada, y mucho.
—¡Woo Young! —sentí una voz familiar, me giré.
—Seong Hwa, San, vinieron —dije al verlos.
—¿Dónde está, cómo está, se encuentra bien? ¿Es usted el doctor? Dígame algo por favor —Seong Hwa estaba alterado y parecía que había llorado.
—Seong Hwa, cálmate, deja que el doctor hable. Presidente Kim, madame, discúlpenos, no quisimos interrumpir, solo estamos preocupados por el señorito Jae —dijo San un poco apenado por la actitud de nuestro amigo.
—¿Usted también es familiar del paciente? —preguntó el doctor.
—Yo... yo soy... soy... —Seong Hwa no encontraba la respuesta, y no lo culpo.
—No se preocupe doctor —habló el presidente—, todos somos familia, puede hablar, no le volveremos a interrumpir.
—Bien presidente Kim, como les había dicho, el señorito Sung Jae presenta una ectopia renal; pero es simple —aclaró—, esto significa una pequeña anomalía del ascenso del riñón, que no llega a su localización normal en la fosa renal. Se presenta en una de cada novecientas personas sin preferencia de sexo; predomina ligeramente en el lado izquierdo y, por ende, la bilateralidad es poco común. En el caso de Sung Jae caso la ectopia es pélvica, es decir, que se encuentra en la región de la pelvis —culminó la explicación.
—Pero doctor, Jae jamás presentó problemas —dijo el presidente Kim.
—Bueno, como expresé anteriormente, esta enfermedad aparece en una de cada novecientas personas, esto quiere decir que es muy poco común y además la mayoría de los pacientes son asintomáticos —dijo, mirándonos—. Nosotros lo hemos descubierto gracias al escáner, sino, no lo hubiéramos sabido. El tratamiento que debe de llevar va en dependencia de las complicaciones que tenga, que pueden ser la infección urinaria, la litiasis renoureteral y la hidronefrosis. Al parecer hasta ahora su hijo no ha presentado nada de eso y su salud ha estado estable —aclaró y sentí como a todos les vino el alma al cuerpo—; pero le haré una historia clínica y en ella explicaré con detalles qué debe hacer si se presenta alguna complicación que le mencioné o alguna otra anomalía , cuando lo tenga listo, se lo haré llegar.
—Comprendemos doctor, muchísimas gracias por todo —dicho esto por el presidente, Jae salió con Suzy...
SUNG JAE
«He decidido cambiar, he decidido ser diferente: voy a enfrentarme al mundo, voy a renunciar a mi "yo" anterior. Ya no quiero renunciar a mi vida, he decidido darle guerra».
—Hola a todos —saludé, al salir de la sala donde me encontraba—. Mamá, papá, ahjuma, ya estoy mejor. Doctor, gracias por todo. Ya estoy en condiciones de irme. ¿Suzy? —le ofrecí mi brazo izquierdo.
—Vamos —mi amiga se aferró a mi brazo y juntos caminamos por el largo pasillo hasta la salida.
—Supongo que los buitres ya están ahí esperando ver mi cadáver —comenté, algo divertido.
—¿Ay Jae, ahora haces bromas? —preguntó y nos detuvimos en la entrada principal del hospital—. Y tienes razón, están ahí —dijo al ver a la muchedumbre de periodistas parados afuera—. ¿Estás seguro de esto, les revelarás tu rostro?
—Ya te lo dije Suzy: el Kim Sung Jae que conocías, en el momento que sus sentidos se suspendieron y cayó al suelo, desaparceció; el que despertó después es un Jae diferente, renovado —di un suspiro y miré hacia el cielo—. Soy un hombre nuevo Suzy.
—Wow, me es imposible de creer que las palabras de Woo Young se hicieran realidad.
—¿El predijo esto? —dirigí la mirada hacia ella, curioso.
—Pues —asintió con la cabeza—, en cierto sentido: sí.
—Mm, es mi nuevo ángel de la guarda.
—¿Tu nuevo ángel?, la ahjuma también...
—Mi perla de mar —interrumpió mi Sara lo que Suzy trataba de decir.
—Ahjuma...
—Suzy —se dirigió a mi amiga, ignorando que yo le había hablado—, permítenos un momento a solas por favor.
—Claro ahjuma —Suzy se alejó y mi Sara me llevó a un sitio aparte.
—Ahjuma yo...
—No me digas nada Jae... —ignoró nuevamente mis palabras, pero «es la primera vez que me llama por mi nombre, mi Sara está molesta conmigo, creo que muy molesta»—. Hijo, acepto que quieras ser un hombre diferente, que retes a la vida, que enfrentes al mundo, eso me enorgullece.
—Gracias ahjuma.
—Solo una cosa no acepto Jae —tomó mis manos—: y es que te conviertas en un hombre frío, incapaz de amar, incapaz de perdonar.
—¿A quién debería perdonar?
—A ti mismo hijo —acarició los nudillos de mis delgados dedos—, perdónate a ti mismo y podrás perdonar a otros. Ese chico merece que te disculpes con él, porque él está dispuesto a darte el perdón que tú ni siquiera has pensado pedirle —sentí como mi corazón aceleraba su palpitar—. Lo has ignorado, finges que no existe, lo estás volviendo a lastimar y lastimarlo a él —colocó una de sus manos en mi pecho—: es hacerte daño a ti mismo. ¿Lo sabes verdad? Cura sus heridas Jae, o no habrá cicatriz que sane, se perderá, lo perderás y lamentarás eso.
—Ahjuma yo no puedo —bajé la cabeza—. Seong Hwa estará mejor lejos de mí, no hago más que hacerle daño, transformé su vida en una pesadilla, le confundí, le cambié y no lo merecía.
—Jae estás huyendo de la responsabilidad y de la culpa, eso no es correcto —levantó mi mentón—. Además, ese joven... No, mejor no decirlo.
—¿Él qué ahjuma? —indagué, ansioso—. Dime por favor.
—Descúbrelo tú solo y rezaré para que no sea demasiado tarde cuando te des cuenta.
—No entiendo ahjuma.
—No quieres entender Jae —soltó la mano que aun me sujetaba—, más clara no he podido ser, si no sabes de lo que hablo, es porque tu corazón se congeló.
—Ahju...
—Tus padres ya vienen y esos chicos también, ya es hora de volver a casa.
—¿Estás enojada conmigo?
—No mi niño —me miró con cariño, pero al mismo tiempo vi tristeza en su mirada, y vi furia—, estoy enojada con la vida, estoy enojada con el destino que no quiere verte feliz —se alejó de mí para unirse a mis padres y al resto, seguí sus pasos.
—¿No volverás a llamarme "mi perla de mar"?
—"Mi perla de mar" —se detuvo—: se ha quedado congelada en el océano.
—¿Qué hago para descongelarla? —pregunté, para que me dijera cómo debía solucionar esto que está pasando, porque mi Sara, como ya he dicho otras veces, tiene un don.
—Cinco puntas de un todo, intentarán llegar al fondo del mar. Cinco sentimientos cálidos, la intentarán descongelar. Si estás dispuesto a derretir el hielo, mi perla volverá a brillar.
Mi corazón se estremeció y una sensación extraña se apoderó de mí ante semejantes palabras.
—Hijo, ya está todo listo —me dijo mi padre, que se había acercado junto al resto—. Suzy me ha dicho que quieres salir y revelarte al mundo.
—Así es papá —afirmé—. Y tengo más ideas como estas. Lo hablaremos cuando llegamos a casa.
—¿Hijo, me pregunto si el doctor te hizo un lavado de cerebro y no me lo informó? —cuestionó.
—Wow papá, parece que a ti también, no eres el tipo de persona que hace bromas.
Reímos, esta conversación con mi padre era inusual; pero sé lo que me espera cuando lleguemos a casa, sí que lo sé.
Finalmente, salimos todos del hospital, las aves de plumas negras revoletearon hacia nosotros; pero, se recogieron, se quedaron quietas, pareciera que hubieran perdido el apetito.
—Mira, los buitres por primera vez no nos están atacando —dije, altanero y para que me escucharan—. ¿Qué les pasa, no dicen nada?
—Es que... —una muchacha dio su paso al frente— siempre quisimos descubrir su rostro, creímos que lo cubría por fealdad o por alguna deformación; pero, es usted un hombre muy hermoso: señorito Kim Sung Jae.
«Increíble, es la primera vez que una mujer me mira a la cara, escucha mi voz y aun así dice que soy hermoso, ruborizada».
—¿Señorito Kim, por qué siempre ocultaba su rostro? —preguntó otra de las chicas de la prensa—. Es un hombre muy apuesto, cualquier chica se enamoraría de usted. ¿Es lindo no lo creen chicas? —las demás chicas que allí se encontraban respondieron positivamente a su pregunta.
«¿Yo de qué me perdí? ¿En qué momento las personas dejaron de odiarme? ¿Desde cuándo le gusto a las chicas? No estoy entendiendo nada. ¿El mundo cambió y yo no me enteré? Yo hice mío el odio de los demás, ¿y ahora resulta que ese odio se ha desvanecido? Esta vida me está poniendo a prueba, el destino juega conmigo. ¿Por qué? ¿Acaso alguna vez podré encontrar la respuesta a esa pregunta?».
—¿Jae, estás bien? —me preguntó Suzy, quien se encontraba a mi lado.
—Estoy bien, solo que un poco confundido ahora mismo.
—Joven Kim, siempre lo vemos junto a esta hermosa mujer, ¿es su novia?
Preguntó un buitre masculino, Suzy se alejó de mí y en ese momento sentí que alguien tomó mi mano ligeramente, mis ojos fueron directamente hacia el encuentro de mi mano y la suya, la punta de sus dedos me rozaban como si pidiesen permiso para aferrarse más fuerte: «cinco puntas de un todo». Alcé la vista para encontrarme con el dueño de esos tibios dedos... me reflejé en sus oceánicos ojos; «cinco sentimientos cálidos: alegría, tristeza, atracción, deseo, pasión; cinco sentimientos de un cálido corazón. Él es yo, yo soy él, somos uno. Estoy dispuesto a derretir el hielo, ahjuma».
—No tengo novia —me acerqué al chico que me gusta y entrelacé nuestras manos—. Las chicas, no me interesan —me giré para quedar frente a él—. En mi corazón, existe una sola persona, y eres tú: Seong Hwa.
SEONG HWA
Ahora quien había perdido las fuerzas en las piernas: era yo, quien se volvió merengue derretido: era yo, quien estaba perdiendo el conocimiento: era yo.
Mis sentimientos comenzaban a suspenderse, mi cuerpo se volvía gelatina caliente.
«¿Jae, puedes ser mi colchón por un día?».
—¿No dices nada? —preguntó.
—Jae; creo que es mejor que nos vayamos —le dije—. Alejémonos de aquí o sino volveremos a entrar a ese hospital, porque si esta situación continúa voy a demayarme.
—Descuida, esta vez yo seré tu colchón.
—Jae por favor —musité en sus labios con la poca fuerza que me quedaba y le indiqué el auto de San: un Hyundai Veracruz, a veces me gusta más que el mío, San y Suzy nos siguieron y los cuatro entramos al auto. La prensa no nos importaba: los comentarios, las preguntas, las fotografías, la gente alrededor, nada, solo nosotros.
SUZY
Finalmente, mi mejor amigo al cual quiero mucho había encontrado un motivo para seguir viviendo, para no detestar más la vida que tanto odiaba y repudiaba. Estoy feliz.
—Jae, Seong Hwa, me alegro por los dos —me giré para verlos, me encontraba en el asiento delantero derecho del auto de uno de los amigos de Seong Hwa—, aunque jamás imaginé que se reconciliarían en una situación así, estoy sorprendida.
—Gracias Suzy —me dijo Jae—, yo tampoco imaginé que sería así, incluso ni creí que pasaría; pero mi Sara me hizo entrar en razón, siempre lo hace cuando me encuentro perdido, por eso la quiero mucho.
Le sonreí y me acomodé en el asiento, me coloqué el cinturón de seguridad y miré al conductor, sonreía aunque parecía negar para sí los acontecimientos.
Se giró, me miró un tanto sorprendido, aún sonriente. Sentí mis mejillas arder.
«¡Qué hoyuelos, qué sonrisa más encantadora tiene». Reí embobada... «¡Oh no!», rápidamente miré hacia el frente, el auto de Young ya salía.
—Grn, grn —carraspeé mi garganta y señalé el auto de Young—. Sigue el... el auto de Young y, larguémonos de aquí.
🇳 🇴 🇹 🇦 🇸
TAC [Tomografía Axial Computadorizada]: es un estudio donde se obtienen secuencias de imágenes axiales y coronales de una determinada zona del cuerpo humano. Para realizarla, se utiliza un tubo de rayos X con una serie de detectores que reciben la información y, conjuntamente con la computadora, se logra procesar dicha información y obtener las imágenes en diversos planos.
Infección urinaria: colonización y multiplicación de cualquier microorganismo, habitualmente bacterias, en el aparato urinario, que abarca de la uretra a los riñones, incluida la próstata.
Litiasis renoureteral: la litiasis renal, también denominada urolitiasis o nefrolitiasis, es una enfermedad causada por la presencia de cálculos o piedras en el interior de los riñones o de las vías urinarias (uréteres o vejiga).
Hidronefrosis: enfermedad que se caracteriza por un exceso de líquido en un riñón debido a la acumulación de orina.
La hidronefrosis se produce por una obstrucción en el conducto que conecta el riñón con la vejiga (uréter). Puede deberse a cálculos renales, infecciones, agrandamiento de la próstata, coágulos de sangre o tumores.
yಠ‿↼ Y nuestra mente ingeniosa Suzy ha comenzado también a narrarles la historia. Espero se diviertan con ella y las cosas que nos contará. yಠ‿↼
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