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Dodici ❀ Por favor no te mueras

SEONG HWA

—Seong Hwa —me dijo el presidente Kim—, ya sé que lo que hizo mi hijo estuvo mal, aun así, espero que conversen y lo arreglen. Los dejaremos solos.

—Presidente Kim, discúlpeme. Yo... —apreté los labios—, necesito irme, tomar aire fresco... necesito estar solo —saqué la rosa de mi mano herida y fui hacia... él, tomé una de sus manos y coloqué la rosa en ella—. La... había traído para ti —expresé con el corazón roto y luego me conduje como pude hasta el auto.

—Seong Hwa, espera —sentí a Woo Young tras de mí.

—¿Qué quieres Young? —pregunté, sin girarme para verlo.

—¿Te vas a ir así?

—¿Así cómo —giré mi cabeza hacia la izquierda, para mirarlo por el rabillo del ojo—: humillado, traicionado, lastimado? —regresé mi cabeza al frente—. Debió ser divertido ver cómo era engañado por una chica y un hombre que al final: eran la misma persona, lo estúpido que fui.

—Seong Hwa...

—Quiero estar solo y —hice una breve pausa, porque sentí que la voz se me quebraría en cualquier momento—, no te molestes en llamarme, si necesito de un amigo, no es a ti a quién buscaré. Me voy —abrí la puerta del auto por donde queda el volante y entré al vehículo. 

—Maneja con cuidado —me dijo.

Encendí el motor y quise desaparecer lo más pronto posible, marqué el número de San, necesito un tiempo a solas pero primero necesito desahogarme.

¿San estás en tu depa? (...) Perfecto, quédate ahí (...) No te preocupes por eso, hoy podemos prescindir de él, necesito hablar contigo, es importante (...) Vale.

SAN

Demonios, hoy llegaré tarde al trabajo. ¿Cómo pude quedarme dormido? ¡Yo! ¡Yo! —salí vistiéndome de mi departamento cuando mi teléfono sonó—. Dime. (...) Estoy saliendo de él, por qué (...) ¿Que me quede aquí. Y el trabajo qué? (...) Está bien, si usted lo dice señor CEO, aquí te espero (...). —Colgué la llamada—. Se escuchaba mal, qué habrá pasado.

Regresé a mi departamento y me senté a esperar... Unos minutos después sentí el timbre de mi puerta explotarme los oídos.

—¡¿Pero hombre quién se murió?! ¡Ya voy! —le abrí la puerta a mi amigo y este entró como un ciclón, cerré y le seguí a la cocina—. ¿Seong Hwa?

Buscó mi botella con whisky y se empinó de ella.

«¡Este se volvió loco!».

—¡Seong Hwa! Deja eso, déjalo —logré quitarle la botella y la coloqué en la mesa, mi amigo se dejó caer en el suelo y comenzó a llorar. Me senté a su lado—. ¿Qué pasó? Dijiste que querías hablar conmigo, que era importante, veo que lo es. Cuéntamelo, desahógate conmigo y no con el whisky.

—Tengo el corazón roto San —dio golpes en su pecho—. Duele. ¿El amor siempre es así? No lo quiero, no lo deseo.

«¿El amor... está así por Suzy?».

—¿Es por Suzy, qué sucedió con ella?

—¿Suzy, qué Suzy? —se encogió de hombros—. Nunca existió una Suzy.

—¿Por qué lo dices, ese no es su nombre, es falso? —pregunté porque no estaba entendiendo nada.

—¿Su nombre? —soltó una risita, de esas que sueltas cuando no tienes ganas de reír y estás cansado del mundo—. Ojalá y hubiese sido solo eso; pero todo de ella era falso: su pelo, sus ojos, su sonrisa, su mirada, sus labios, sus manos, su hermosura... su aroma dulce y embriagador... su corazón.

—¿Cómo, todo eso? No entiendo amigo, podrías ser más claro.

—San, descubrí... que me gustaba Sung Jae y no Suzy en realidad.

—¿Qué dices, "chico misterio"? Wow, no esperé que dijeras eso jamás.

—Ni yo —me miró, encogió los hombros levemente y regresó la mirada al frente—; pero sucedió, no lo quería admitir al principio y Young me abrió los ojos, logré aceptarlo. Lo acepté cuando supe que había desaparecido por mi culpa.

—¿Desapareció, cuándo?

Seong Hwa continuó contándome lo sucedido, yo no podía creerlo. Kim Sung Jae se le había declarado... Kim Sung Jae desea morir, odia su vida... Kim Sung Jae es quien realmente le gusta y no quería admitirlo porque no podía creerlo, «ni yo si soy sincero; ¿pero, Kim Sung Jae es...?».

—¿Y entonces...? Le dijiste al presidente Kim que su hijo también te gustaba. Flipo. Al final pudiste verle el rostro.

—Sí San, vi el verdadero rostro de Suzy.

—¿Cómo dices? —ya me perdí otra vez.

—Que el rostro del chico que me gustaba, era el rostro de la chica que estaba dispuesto a olvidar, eran... la misma persona.

—¿La misma...?

«Eso sí que me dejó sorprendido; "chico misterio" se hizo pasar por una mujer para estar con uno de mis mejores amigos, mientras que a mi otro amigo también le gustaba, esto parece una trágica historia de amor».

De pronto mis pensamientos fueron abordados por una llamada.

«Mn, hablando de mi otro mejor amigo».

—Seong Hwa —le mostré la pantalla de mi celular—, Young está llamándome.

—Yo no estoy aquí —se giró, para darme la espalda—, no quiero hablar con él.

Atendí la llamada.

Dime, y que sepas que te respondo aunque ahora mismo esté enojado contigo (...) Qué pasó, te noto alterado (...) No, no lo está (...)¿Cómo dices, en el hospital, qué sucedió? (...) ¿Es muy grave? (...) Está bien, vamos para allá. —Colgué y agarré a Seong Hwa por el brazo, dándome cuenta que tenía una mano lastimada; pero creo que eso ya no es lo importante en estos momentos—. Seong Hwa, no quisiste escuchar por qué Young ha llamado; pero te lo diré de todas formas.

—No quiero saber —se cubrió los oídos con las manos.

—Ahora estás comportándote como un niño —le quité las manos de los oídos—. Kim Sung Jae está en el hospital.

—¿Qué dices? —rápidamente se giró hacia mí.

—Ha sido internado y parece que es grave.

"Grave", mientras pronunciaba esa palabra mi mejor amigo ya había desaparecido, «y luego dice que el amor es dolor, pues yo creo que ahora mismo es locura, el amor es muchas cosas».

—¡Seong Hwa, espérame!

Salí detrás de él, cerré rápido la puerta de mi departamento y cogí el elevador, al parecer este loco había bajado por las escaleras como si viajara a la velocidad de la luz. Cuando llegué al primer piso y salí, divisé a mi amigo un poco cansado pero todavía con suficiente energía como para seguir corriendo, me apresuré en llegar a él.

—¡Eh, Seong Hwa! —lo tomé por el brazo y lo halé hacia mí.

—¿A dónde me llevas? —preguntó mientras lo halaba hasta mi auto.

—¿Cómo que a dónde? —me detuve para mirarle—. Al hospital hombre, ni que yo estuviera tan loco como para dejarte conducir en el estado en que estás —seguí caminando y tirando de él—. ¿Acaso quieres visitar a Kim Sung Jae en una camilla de ambulancia?, como estás podrías tener un accidente, por eso es mejor que te lleve yo.

—Tienes razón, mi mente no estaba razonando, debo calmarme, aunque mi corazón se esté quemando en la lumbre de la desesperación y el miedo.

SEONG HWA

«Por favor no te mueras... Jae, no duermas en la eternidad sin fin que tanto deseas y que ahora soy consciente de ello. No te perdonaré que me dejes con el corazón quebrantado, es tu deber sanarlo, vendar las heridas que tú mismo causaste. Arréglame, repárame, une las piezas que se esparcieron como las grandes ondas nacidas de una pequeña gota de un amargo café dulce: que se derramó en mi pecho; cúrame de tu amarga dulzura, líbrame de este fuego frío que me envuelve cada vez que pienso en ti... Lo necesito, lo necesitas; pero mi libertad tiene un precio: que sigas siendo el eje alrededor del cual gira mi mundo».

WOO YOUNG

A veces las malas cosas son una prueba, la vida siempre nos evalúa antes de sentenciarnos a la felicidad o a la desgracia. Alegría, tristeza; amor, odio; lo amargo, lo dulce, a veces vienen solos o en pares; pero llegan, son las virtudes y los defectos los que nos conducen a uno u otro, o a todos.

Tal vez las decisiones, los actos que realizamos, son los que nos definen; pero soy de los que creen que el interior de una persona es el centro de todo: corazón, cerebro, alma y espíritu, son las palabras claves que marcan tu vida.

El interior te marca, las decisiones te definen; pero hoy comprendí que: el exterior influye...

—Seong Hwa, espera —salí detrás de él, acabó de tomar una decisión y creo que en parte es mi culpa, ayer lo presioné mucho.

—¿Qué quieres Young? —me preguntó, sin darse la vuelta para mirarme a los ojos.

—¿Te vas a ir así?

«Sé cómo debes sentirte, aunque estoy consciente de que esto pasaría tarde o temprano».

—¿Así cómo —giró su cabeza hacia mi dirección—: humillado, traicionado, lastimado? —la regresó al frente—. Debió ser divertido ver cómo era engañado por una chica y un hombre que al final: eran la misma persona, lo estúpido que fui.

—Seong Hwa...

—Quiero estar solo y, no te molestes en llamarme, si necesito de un amigo, no es a ti a quién buscaré. Me voy —abrió la puerta del piloto de su auto y entró.

—Maneja con cuidado —no pude decirle nada más.

Mi amigo se fue molesto, también triste y lo entiendo. «Es mejor que regrese adentro, creo que allí debe haber un caos».

—Presidente Kim, yo le respeto mucho, muchísimo —decía la madre de Seong Hwa, alterada—; pero creo que usted a mí me ha ofendido. Cómo puede decirme tan crudamente que a su hijo le gusta el mío. Seong Hwa no es gay.

—Madame Young Da —dijo el presidente, muy calmado—, le pido disculpas por mi forma de decirlo, es que así soy y no concuerdo con usted de que su hijo...

—¡Basta! —gritó la señora—. No pienso pasar ni un minuto más en esta casa. Hee Nam, vámonos ya.

«Sí, ya decía yo, había un caos».

Hee Nam se dirigió a Jae que parecía ido del universo, sostenía una rosa ensangrentada en la mano y miraba a la nada.

—¿Estás loco verdad? —habló la hermana de Seong Hwa, ya cerca de Jae—. Te hiciste pasar por una chica para estar con mi hermano, fue muy bajo de tu parte, que sepas que él no te lo perdonará nunca, y yo... —aproximó sus labios al oído de Jae y le dijo algo que nadie pudo escuchar, luego fue hacia su madre, la tomó de la mano y ambas salieron muy enojadas.

Al salir madre e hija, la ahjuma gritó. 

Jae estaba tendido en el suelo, corrimos hacia él, su padre lo sostuvo en sus brazos y por más que lo sacudía Jae no despertaba. Nos asustamos mucho y rápidamente los llevé al hospital en mi auto; pero para más problemas a mitad de camino un auto de la policía nos siguió y por más que nos mandó a detener, el presidente Kim me ordenó que no lo hiciera.
Al llegar, nos apeamos y yo tomé a Jae en brazos mientras el presidente Kim hablaba con el oficial, por suerte parecían conocerse... Entramos luego de eso e inmediatamente fuimos atendidos, muchos médicos conocían a la familia.

—Doctor, lo dejo en sus manos —dijo el presidente al doctor que atendería a Jae.

—No se preocupe presidente Kim, está en buenas manos —el doctor se retiró, yo ayudé a sentar a la señora Kim, estaba agobiada.

—Ha sido mi culpa, yo le conduje a esto —dijo el presidente—, le obligué a que viera a ese muchacho y mira lo que ha pasado. Si algo le sucede a mi hijo yo moriré.

—No diga eso presidente Kim —le dije—, no ha sido culpa de usted, en algún momento esto tenía que suceder. Venga, siéntese —le indiqué el puesto vacío en el asiento junto a su esposa—, es mejor esperar así y nada malo va a pasarle al señorito Jae, estoy seguro —el presidente se sentó junto a su esposa y nos dedicamos a esperar: buenas noticias—. Jae, por favor no te mueras, por favor...

MIN GI

—¿Jefe, hoy saldrá a patrullar?

—Sí y tú vienes conmigo.

—Jeefeee...

—Venga, vamos —me puse mi chaqueta, mi placa y salí con uno de los más jóvenes de la estación de policía en la cual soy el jefe—. No te desanimes, verás como hoy atrapamos a un pez gordo.

—Jefe —se cruzó de brazos—, cada vez que salimos con usted no encontramos a nadie ni mal estacionado, es como si el mundo supiera comportarse el día que usted decide patrullar.

—Es que yo infundo orden en la sociedad —dije, acomodando mi uniforme con aires de grandeza.

—Sí sí, solo que cuando da la espalda le clavan un puñal a cualquiera.

—No digas boberías, sube —abrí la puerta del auto.

—¿Manejará usted?

—Así es, soy muy rápido al volante y ya te dije que atraparemos a un pez gordo.

Y sí, minutos después de haber salido de la estación un auto negro marca "Hyundai Grandeur" nos adelantó a toda velocidad, inmediatamente encendí la sirena pero el muy hijo de... no quiso detenerse, puse el altavoz y casi pierdo la garganta ordenándole que se detuviera, aun así, no lo hizo.

—¿Multa? No, este va a la cárcel.

—Jefe tenía razón, atraparemos a uno grande.

—Sí; pero por la vía en que va parece dirigirse al hospital central —sonreí de medio lado—, ese es un hospital excelente, este tío es millonario. Jo jo.

—¿Y esa risa?

—Ahora creo que voy a decepcionarme, este pez se me va a escurrir de las manos.

«Veamos pez, veamos».

Llegamos al hospital y las puertas de aquel auto se abrieron de un soplo, una señora y un joven salieron, luego este último sacó a otra persona de la parte de atrás del vehículo y lo sostuvo en sus brazos. Salí y me acerqué junto a mi compañero, cuando la cuarta persona salía también.

«Adiós pez».

—¿Presidente Kim?

—¡¿Oh, jefe Min, era usted quien nos perseguía?! —mencionó, parecía agitado—. Disculpa mi velocidad, sabes que no me gusta violar las normas, es que mi hijo...

—No sé preocupe presidente Kim —agité mi mano derecha, negando—, le conozco desde niño, sé que respeta las reglas, así que no los detendré más, espero que no sea nada grave.

—Gracias jefe Min, no sabe cuánto le agradezco. ¡Woo Young, rápido, entremos!

Miré con curiosidad al joven en brazos del tal Woo Young, quedé tan impresionado que reí incrédulo.

—¿Jefe, qué le ha causado gracia?

—Lo que mis ojos acabaron de ver y no lo creen, yo no lo creo —dije, con la mirada perdida en la carretera—. El hijo del presidente Kim es... mejor olvídalo y vamos a esperar noticias suyas.

—¿Cómo dice?

—Que esperaremos a que salgan.

—Jefe usted no sabe si van a salir.

—Chico —coloqué una mano en su hombro izquierdo y lo sacudí un poco—, como mismo te dije que atraparíamos a un pez gordo, te digo igual que ellos van a salir —miré hacia la entrada del hospital—. Hoy será un gran día, uno muy inolvidable. 

—Usted y sus intuiciones otra vez, sé muy bien que no falla, así que me quedo y no le discuto más, veamos lo inolvidable.

Pasaron varias horas, incluso la prensa estaba ya inundando el hospital, cómo pueden enterarse de las cosas, son unos buitres.

—Jefe, he traído el almuerzo —mi compañero había ido a comprar el almuerzo, ya era mediodía y todavía no sabíamos nada.

—¿Es ramen? —pregunté observando la cajita gruesa que llevaba en la mano, preparada para soportar el calor y no botar el líquido.

—Por supuesto —me sonrió, con la boca abultada, ya se me había adelantado comiendo—. ¿Jefe, hasta cuándo seguiremos esperando?

—Chico —cogí mi cajita—, no se habla con la boca llena, te podrías ahogar.

—Jeefee...

—¿Qué? —le miré y estaba con la boca abierta llena de ramen, mientras que con un mano se estrujaba los ojos, «me ha quitado el deseo de seguir comiendo»—. Perdí el apetito. Dime, qué sucede.

—¿Ese —apuntó hacia la entrada del hospital—, es el hijo del pez gordo?

—¿Cómo? —miré hacia la puerta de entrada del hospital, incluso los buitres de la prensa habían quedado congelados por primera vez. Dejé mi caja con ramen a mi compañero y me acerqué a la familia Kim.

—Mira —comenzó a hablar, mirando a los periodistas—, los buitres por primera vez no nos están atacando.

«Wow, esta persona tiene el mismo pensamiento que yo».

—¿Qué les pasa, no dicen nada?

—Es que... siempre quisimos descubrir su rostro, creímos que lo cubría por fealdad o por alguna deformación; pero, es usted un hombre muy hermoso: señorito Kim Sung Jae —dijo una joven periodista, totalmente ruborizada.

Siendo honesto me incluyo en su comentario y me pregunto: «¿por qué ocultaba su bello rostro?», si tuviera una novia creo que me dejaría por él, menos mal que no tengo. Y menos mal que no soy gay, porque mirando a mi alrededor, no he sido el único hombre que se ha quedado: deslumbrado con su belleza.

🇳 🇴 🇹 🇦 🇸 

(• ε •) Saben, mientras tecleaba la parte de Seong Hwa que empieza: "«No te mueras...»", escuchaba la canción 𝑻𝒆𝒍𝒍 𝒎𝒆 𝒈𝒐𝒐𝒅𝒃𝒚𝒆  de 𝑩𝑰𝑮𝑩𝑨𝑵𝑮  y me dio cositas. ♥╭╮♥

(+_+) Otra cosita, desde el inicio de la obra han venido sucediendo cosas extrañas, no sé si se han percatado, en este y los capítulos venideros esas cosas extrañas se volverán más raras aún e inexplicables (hasta esos momentos); pero ojo con lo que voy a decir: TODO EN MI OBRA TIENE UN PROPÓSITO Y UNA EXPLICACIÓN QUE SERÁ DADA EN SU MOMENTO OPORTUNO.

¯\_(ツ)_/¯ Jeje, ya aparecieron narrando la obra otros dos personajes, veamos qué novedades nos traen. ʕ•ᴥ•ʔ

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