SUNG JAE

—¿Jae, qué piensas hacer?

—No lo sé Young, no lo sé.

Nos encontrábamos ahora en el "Bower", conversando con más tranquilidad y sin formalidades, como dos viejos amigos.

—Llámale —me indicó.

—¿Para qué?

—¿Cómo que para qué? Te pidió que lo llamases cuando llegaras a casa. Debe estar ahora comiéndose las uñas.

—Ah, es cierto —marcaba su número cuando Suzy apareció.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, poniendo cara del infalible Poirot cuando tenía un misterio delante por resolver, como en los libros de Agatha Christie.

—Suzy calla, sshhh —del otro lado me contestaron la llamada—. Hola (...) Llegué hace poco, estoy en mi cuarto ahora (...) Sí, tu amigo es un amor de persona, me trajo sana y salva y regresó a su casa (...) Gracias, que descanses también. —Colgué y Suzy estaba otra vez con la boca abierta—. Siéntate Suzy, te lo explicaré todo.

Mi amiga asintió con la cabeza y se sentó, le expliqué lo mejor que pude lo sucedido pero aún seguía con la boca abierta.

—¿Suzy?

—Alucino —reaccionó—, no sé ni qué decir. ¿Y ahora?

—No lo sabemos. ¿Tienes alguna idea? —le pregunté. Suzy siempre tiene buenas ideas, aunque creo que lo de "buenas": sobra.

—Jae, sé que tú te mueres por Seong Hwa y a él le gustas mucho, pero como una chica —se recostó al espaldar de la silla—. También creo que si le dices la verdad los dos van a salir lastimados y además —soltó un breve suspiro—, no es correcto que le mientas, por eso... tengo una idea, no sé si funcione pero es lo único que se me ocurre, tendrás que ser paciente.

—¿Cúal es tu loca idea? —pregunté esperanzado—. Dila ya, porque estoy siendo injusto con Seong Hwa y no quiero que esto termine mal, la verdad.

—Por qué no esperas unos días —me dijo.

—¿Esperar unos días? —repetí, confuso.

—Sí, se "Suzy" para Seong Hwa, pero también se "chico perla".

—¿Cómo, "chico perla"? —preguntó Woo Young.

—Sí, durante los tres días que estuvo aquí me llamaba "chico perla" —le respondí a Young y este comenzó a reírse.

—Pues, en "DR" te llama "chico misterio" —paró de reirse—, se muere por ver tu rostro y yo cometí la equivocación de decirle que eras sumamente hermoso. Lo siento Jae —bajó la cabeza a modo de disculpa y la alzó nuevamente—, es que siempre me preguntaba lo mismo, ya estaba harto. Y ahora que recuerdo... ja ja ja ja. Esta mañana dijo que Kim Sung Jae no se comparaba con "su Suzy". El pobre, no sabe que hablaba de la misma persona.

—¿Ves lo que te dije Suzy? —miré a mi amiga—. Estoy siendo injusto con él.

—Por eso te decía que esperaras un tiempo —reiteró Suzy su idea—, durante el cual tendrás que ser tanto "chico perla" como "Suzy". Jae —se inclinó hacia delante y tomó mi mano derecha—, a Seong Hwa le gusta esa chica linda que conoció en una fiesta, pero de alguna forma se siente atraído por ti, el chico del cual desconoce su rostro.

—¿Atraído por mí?

—Sí. ¿Acaso olvidaste lo que hablamos esta mañana? Tú le atraes de alguna forma, solo que aún no lo sabe, o más bien —soltó mi mano y volvió a recostarse al espaldar de la silla—, creo que se niega a admitirlo —finalizó, haciendo una mueca con la boca como gesto de desaprobación.

—Pienso que tu amiga tiene razón Jae —comentó Woo Young—, pues hoy antes de llevarte a "Treasure House" pasé por su oficina a informarle y al entrar lo escuché hablando sobre ti —lo miré curioso—, estaba molesto porque no quisiste mostrarle tu cara y me llamó la atención cierto comentario que hizo; dijo que te había visto desnudo dos veces y que le habías besado.

Suzy se echó a reír con cara de triunfo y luego se encargó de reafirmarle a Woo Young lo último que dijo, este se sorprendió un poco.

—Sí pero, ¿y? —comenté.

—Jae lo dijo muy natural —me dijo Woo Young—, fue como si le hubiese dado gusto verte así y, sentir tus "divinos labios" —mencionó casi entre suspiros.

—¿Young?

—Perdona, creo que me estaba yendo del tema. Regresando, eso no fue lo único que mencionó.

—¿Dijo más? —preguntamos a la vez Suzy y yo.

—Con todas las letras y sin pelos en la lengua dijo que tenías un cuerpo "jodidamente sexy".

—¡Oh my God! —chilló Suzy.

—Reconoció que eras un hombre increíble.

—¿Ves Jae? —dijo Suzy—. Vuelvo y te lo repito: tú le atraes, no es normal que un hombre que no le guste otro hombre diga esas cosas. Tienes una oportunidad, solo que esto va a ser una guerra.

—¿Una guerra, cómo? —pregunté—. No entiendo.

—Sé a lo que se refiere tu amiga Jae —dijo Woo Young, asintiendo varias veces con la cabeza—, será una guerra entre "Suzy" y "chico perla", va a ser interesante.

—Tienen toda la razón, estoy luchando conmigo mismo joder —me levanté, Woo Young y Suzy se levantaron después, esperando a que dijera algo más. «Será una locura»—. Muy bien, veamos quién gana, si "Suzy" o "chico perla". Esta será una guerra frente al espejo.

Mis palabras como magia de hada madrina se hicieron realidad, durante un tiempo tomé la estrategia de Cenicienta, durante el día era Kim Sunga Jae: lo llamaba desde el teléfono de Suzy y lo hacía venir a mi casa, eso lo molestaba pero, yo le decía a mi padre que era por temas relacionados con el lanzamiento del perfume y él permitía que Seong Hwa dejara lo que estaba haciendo en su oficina y corriera hasta mi casa, además no quería aparecerme en "DR" y exponerme ante la gente, no voy a negar que he ido, pero muy pocas veces, además solo por temas de trabajo y esto, pues eran temas pasionales: una guerra.

Mientras de día era "chico perla" y provocaba un caos en la vida y los pensamientos de Seong Hwa, durante la noche era "Suzy", esta chica tranquila, linda y amable a la que él le gustaba. Claramente me sentía fatal por mentirle pero la verdad es que me gustaba estar cerca de él; verlo, escucharlo, besarlo, reír con él, tener citas, hablar de perfumes y pasar un rato agradable. Me gustaba, mucho.

En ocasiones Seong Hwa se mostraba distante, tanto de "chico perla" como de "Suzy", y la última vez que quedamos en vernos en la noche, inventó una excusa, porque eso me dijo Woo Young. Pensé que el verdadero yo estaba ganado la guerra, así que al día siguiente, me atreví a ir a "DR" y enfrentarlo. Era momento de saber quién ganó.

SEONG HWA

Como todos los días llegaba temprano al trabajo, bajé de mi audi gris, hoy quise manejar yo y no que me trajera Woo Young, no quería que me atormentara con preguntas extrañas sobre mis citas con Suzy y mis idas a la casa de ese niño mimado que... mejor no sigo, últimante por su culpa mi cabeza está hecha un lío, además otro motivo por el cual manejé yo es que tengo asuntos que atender fuera de la oficina.

Entré por la puerta automática y algo me sorprendió: todo el mundo se quedó estático e hicieron una reverencia, nunca me habían saludado de esa forma, solo cuando les pasaba por el lado se detenían y me saludaban inclinándose un poco.

«¿Hoy qué les pasa?».

Justo preguntándome eso sentí unos pasos acercarse a mí y una mano posarse en mi hombro derecho.

«¿Quién es?».

Sentí un aroma familiar y luego esa persona retiró su mano y siguió de largo.

«¿Kim Sung Jae? Nunca se había aparecido en "DR", no en mi presencia, qué hace aquí. ¿Acaso, quiere ocupar su lugar? No, no puede ser, sería el colmo. ¿Y qué será lo que trae en esa bolsa negra?».

Lo seguí de lejos, tomó el elevador. Tuve que esperar al siguiente, pero me sorprendí cuando el elevador se detuvo en el piso donde queda mi oficina, «na na na, ¿no será lo que estoy pensando, no?». Cuando pude subir, corrí hasta mi oficina y, la puerta estaba abierta. «San te mataré si le abriste». Entré, efectivamente ahí estaban los dos.

—Buenos días CEO.

—Ahórratelos San, delante de él —apunté a niño mimado con la cabeza—, podemos hablar como queramos, no dirá nada. ¿No es así "chico perla"?

De pronto empezó a hacer señas con las manos a San.

«¿No me digas que...? Genial, este hombre es... No puedo acostumbrarme, cada día me sorprende más. ¿Sabe hablar el lenguaje de señas? Y yo que nunca quise aprender. El universo juega en mi contra, por qué eh».

—Sí, sí sé señorito Kim —dijo San y era de esperarse que supiera hablar ese lenguaje, por eso es el secretario de esta empresa—. Por supuesto. Seong Hwa, dice que buenos días para ti también.

—Eran buenos hasta que apareciste —le dije y me senté, ya estaba molesto, los últimos días que estuve yendo a su casa sucedieron cosas de las que creo no ser capaz de explicar, su presencia me molesta, porque...

«Calla tus pensamientos Seong Hwa, o te dolerá la cabeza».

—Dice que viene en son de paz, te trajo un presente y además tiene asuntos de trabajo que tratar contigo —dijo San.

Él sacó de la bolsa negra que traía dos cajas, una marrona larga y otra más pequeña cuadrada y colorida, ambas tenían un lazo. Me acercó la pequeña, «parece ser mi obsequio», la tomé para no hacerle un desaire y la abrí, solo por curiosidad, pero sí que me llevé una gran sorpresa.

—¿Son... Jae son uvas? Y son más de una. No sé qué decirte, estoy sorprendido, gracias.

La verdad es que ese gesto de su parte no me lo esperé. Él asintió y me señaló la otra caja para que la abriera, eso hice, saqué de ella un frasco color tornasol en forma de espiral.

—Es el perfume que creó —habló San, mientras observaba a Jae hablarle por el lenguaje de señas—, lo trajo como muestra, sobre todo porque quiere que se comercialice en frascos como ese. Ya ha decidido un nombre para él.

Mientras San hablaba yo sentía el aroma, era el mismo que respiré cuando él entró.

«¿Qué nombre habrá decidido ponerle?».

—¿Y, qué nombre le has puesto? —pregunté.

—Dice que... Wow, me gusta, es un excelente nombre señorito Kim.

—San, el nombre.

—Ah sí: "Enigma".

Sí, era un excelente nombre. «Entonces, ¿por qué siento que mi corazón se ha conmovido? Me siento anioso».

—San, déjanos solos —le dije a mi amigo y le extendí el frasco con el perfume—. Toma, llévale esto al equipo de creación para que comiencen a familiarizarse con él.

«¿Qué estoy haciendo, o, qué es lo que quiero hacer?».

San me miró con los ojos bien abiertos, prácticamente lo eché de la oficina, es que... bueno seré sincero, la verdad es que quiero comprobar algo.

San salió, cerré la puerta y me dirigí a "chico misterio".

—"Enigma", me gusta, aunque tú eres el verdadero enigma aquí Kim Sung Jae —me acerqué a él y volví a sentir el aroma de ese perfume, que se desprendía de su piel e inundaba mis fosas nasales—. Explícame algo: por qué te ocultas, del mundo y, de mí, por qué usas ese sombrerito de "play boy", esas gafas oscuras y esa bufanda que lo único que me deja verte es la nariz —le dije, describiendo la vestimenta que traía puesta—, porque no has podido encontrar algo con qué taparla, si no... —me acerqué otro poco, pero ahí me detuve, era peligroso estar muy cerca de él—. Mejor cómprate una máscara y listo —dije, intentando mantenerme sereno y continuar con lo que había empezado—. Además, ¿no te da calor tanta ropa?, hoy no hace tanto frío que digamos.

«Ooohhh, mi discurso ha funcionado».

Agarró su bufanda e iba a quitársela, solo que...

«¿Por qué me ha tapado los ojos y, por qué mi corazón se disparó de repente? ¿Qué va hacer... espera él acaba de...? Oh Dios, esto debe ser alguna clase de broma. ¿Acaso esas uvas están malditas? Cada vez que están cerca este chico me besa y yo me pierdo a mí mismo».

Se separó y ya estaba de camino a la puerta.

«No vas a huir, no esta vez».

Me apresuré, casi corrí hasta la puerta y la golpeé con la palma de mi mano, cerrándola. Luego lo giré, lo agarré por el saco y lo pegué a la pared para hablarle bien de cerca.

—¿Qué haces conmigo, es hechicería? Dime. ¡Habla! Respóndeme Kim Sung Jae. ¿Te tragaste la lengua? Quiero que te quede algo bien claro: a mí - no - me - gustan - los - hombres. —Lo solté...

«Debo estar volviéndome loco, por qué siento que se me oprime el pecho al decirle esto».

—Ahora fuera de aquí antes de que se me olvide que eres el hijo del presidente Kim —le di la espalda para no seguir mirándole, temo cometer una estupidez.

«¿Por qué me siento extraño cuando él está cerca? ¿Qué es lo que sucede conmigo?».

Me abrazó de repente por detrás y sentí que el corazón comenzó a latirme como un loco.

«¿Será que... que él... que me...? No, no puede ser».

—Me gustas —susurró en mi espalda y si no estuviera pegado a mí creo que no lo hubiera escuchado.

«¿Le gusto? Le gusto a Kim Sung Jae. Voy a volverme loco, o creo que ya lo estoy».

Las dos palabras que mencionó resonaron en mi cabeza como si se las hubiese dicho yo a él. No sé por qué me siento de esta manera, los últimos días que estuve a su lado, aunque fueron un martirio, me hicieron ver la clase de persona que es. Antes lo envidiaba, pero ahora, de alguna forma, lo admiro y, hay otro sentimiento que, la verdad, no quiero reconocer. No lo admito.

Safé su agarre y me volteé. Tragué en seco cuando vi sus rosados labios, pero debía mantenerme firme y no hacerle caso a mi atontado corazón.

—¿Acaso no escuchaste lo que dije? Después de hacerte el mudo ahora te haces el sordo. Ya está doliéndome la cabeza, tu presencia está molestándome —le abrí la puerta—. Por favor vete, por favor.

Finalmente, pasó por mi lado con la cabeza baja y salió. Le cerré la puerta prácticamente en la espalda.

—Vete antes de que olvide quién soy y quién realmente me gusta —me recosté de espaldas a la puerta—. Vete antes de que mi cabeza pierda el control y mi corazón sea quien gobierne mis actos —me dejé caer lentamente al suelo—. ¿Cómo demonios me pasó esto? Creo que Woo Young de alguna manera tenía razón, estar cerca de Sung Jae es un peligro, te atrae hacia él inexplicablemente y aunque no he visto su rostro hasta el sol de hoy, doy por cierto lo que dijo mi amigo: Jae es hermoso, tan hermoso que no solo una mujer podría enamorarse de él.

»Suzy, por qué cada vez que estás lejos de mí el destino juega feo conmigo —flexioné la rodilla izquierda y coloqué mi brazo izquierdo sobre ella—, es como si se empeñara en separarnos, es como si —aspiré profundamente—, quisiera que yo fuera por un camino distinto. Diablos —eché la cabeza hacia detrás—, estoy intentando volver a ser feliz con alguien, pero esta vez no es esa persona la que me abandona, sino la suerte. Tengo miedo —apreté mi puño izquierdo—, nuevamente tengo miedo y no quiero sufrir, porque si eso sucede de nuevo mi corazón se cerrará, para siempre.

JUN HO

—Señorita por favor, necesito hablar con Kim Sung Jae —le reiteré por segunda vez a la recepcionista, en la entrada de "DR Corporation".

—Joven, ya le dije que no puede hablar con él —me dijo—. El señorito Kim...

—¡Sung Jae! —ni le seguí prestando atención a la muchacha, en ese momento vi que Sung Jae se acercaba y fui hacia él pero, «por qué viene tan deprimido»—. Kim Sung Jae, hola. Soy Jun Ho, no sé si me recuerdas, soy...

—Hola —dijo con la voz quebrada.

«¿Qué habrá sucedido, ese chico se enteraría de la verdad?». Continuó su camino y le seguí afuera. «Oh no, su cuerpo va al suelo». Lo sostuve rápidamente.

—¿Estás bien? —le pregunté, con el objetivo de saber si lo que pensaba era cierto.

—Quiero desaparecer —me dijo.

—¿Desaparecer? —Cuestioné y vi una oportunidad para contratacar—. ¿Entonces, puedo llevarte conmigo?

Asintió con la cabeza y lo llevé a mi auto.

—¿Eso es lo que creo que es? Es hermoso —me dijo al ver mi auto.

—Así es, es un Chrysler, su modelo es del 59 —dije orgullosamente—, lo he conservado bien desde que me lo obsequiaron. Me gustan los autos a la antigua.

—A mí también —paseó sus dedos por la puerta delantera—, tengo una colección, ojalá y pudiera agregarlo a ella.

—Bueno, solo si me agregas junto con él —tomé su mano curiosa y luego le abrí la puerta—; pero a mí en tu vida, no en un museo de autos. Sube, quiero llevarte a un lugar especial, en él realmente: vas a perderte.

Nos fuimos, había venido con intenciones de poder raptarlo y llevármelo conmigo, pero ahora lo único que quiero es alejarlo de esta vida que odia. Hace más de tres años le conocí, nunca vi a un hombre igual el día en que derramé café irlandés sobre su camisa, era mi primer día de trabajo en "Coffee and Vanilla" y aunque el Café es mío quise trabajar como mesero, estaba muy nervioso y no sabía si lo haría bien. No me arrepiento de mi torpeza aquel día, gracias a eso conocí al hombre que robó mi corazón y captó mi atención completamente, gracias a su hermosura pude cumplir otro de mis sueños, el más grande y ahora lo llevaba hacia allí.

—No quiero preguntarte por qué estás así pero hace unos pocos días supe quién era ese chico con el que estabas esa noche en "Coffee and Vanilla, es el CEO de la empresa de tu padre. ¿De casualidad él, supo que le mentías?

—No, el que supe algo fui yo, descubrí que soy un idiota —mencionó acongojado.

—No digas eso, no es así, el idiota es él, aunque no estoy de acuerdo conque le mientas si... si te gusta.

No concuerdo con eso, sin embargo deseo que ese chico se entere pronto de la verdad, sé que Jae saldrá lastimado pero será menos el dolor que si continuara evitando lo inevitable. No podrá mentirle para siempre y, yo estaré ahí para consolarle cuando la mentira se quiebre, y su corazón también.

No quiero eso, no quiero verlo sufrir, por eso quisiera borrar la presencia de ese hombre de su mente y de todo su ser, aun sabiendo perfectamente lo que es: un amor no correspondido, aun sabiendo que yo también podría salir lastimado, incluso así lo intentaré, porque esto es una guerra.

«Esto es una guerra entre mi amor por ti Jae, y, tu amor por él».

—Hemos llegado, déjame que te abra la puerta —bajé del auto y le abrí la puerta, le ayudé a salir.

—¿Qué es este lugar? —preguntó, observando todo a su alrededor—. Es la primera vez que lo veo.

—Es donde desaparecerás, se llama "Maze of Flowers" y es todo para ti.

꧁N̥O̥T̥Ḁ꧂

٩◔‿◔۶ Holis, como siempre, dejo mis notitas de autor. ≖‿≖

Bueno, qué crees de este capítulo, o mejor: qué crees que le pasará a Jae. Acaban de raptarlo (en el buen sentido de la palabra). ⊙﹏⊙

Jeje.   ◕ ◡ ◕ Nos leemos pronto y que no se te olvide regalarme una linda estrellita ✪ y un breve comentario si lo estimas pertinente.﹏✍