Capítulo-7
—¡Mikaela!
Por eso no tenía pensado venir aún a la escuela,pero no Mikaela tenías que hacerle caso a tu tonto corazón y venir para ver a Tony. Después de la visita que me hizo anoche desistí y vine a la preparatoria, tenía pensado faltar unas dos semanas por lo menos, además de que aprovecharía el tiempo para adelantar las tareas porque ¿quién hace tarea cuando se puede divertir?, pero por estar tan enamorada decidí venir a pesar de saber que las chicas me hiban a bombardear con sus preguntas y no me dejarían en paz hasta que se las contestara todas.
Tal vez debería introducirme en aquel bote de basura y perdelas.
Tal vez debías hacerlo y salir con un genial disfraz de desechos e incluso podrías aportarles una clase a los niños de primaria.
¿De qué estás hablando? esas cosas no vienen al caso al menos yo estoy ideando un plan para librarme de ellas.
Pues tu plan no es muy inteligente que digamos.
¡Se supone que debes ayudarme, somos una mismas persona!
Me pregunto ¿realmente lo somos?
Entonces ¿cómo rayos logro escucharte?
No respondió, mi propia conciencia me abandonó ¡genial!
Hago como que no las oigo y sigo mi camino hacia el aula de matemáticas, incluso he decidido levantarme temprano para no tener que lidiar con ellas tan temprano, éstas chicas son zombies de veras.
Puedo sentir que me siguen por sus escandalosos pasos por el pasillo debido a que usan tacones muy altos, no entiendo como logran mantenerce de pie todo el día con unos zapatos como de trece sentimetros y no bromeo enserio esas cosas miden aproximadamente trece sentimetros, con sólo mirarlos ya siento como mi cara es estampada con el piso.
—¡Mikaela detenten en éste momento!—me detengo en medio de el pasillo lo mejor es acabar con ésto de una buena vez, es mejor enfrentar las cosas de frente que evitarlas y luego se conviertan en algo mucho peor, giro sobre mis talones para visualizar tres chicas enojadas acercándose a pasos enormes,sus pies haciendo más ruido que antes al ser golpeados con ímpetu y detenerse enfrente de mí.
—¿Dónde te habías metido?—Amber se acerca a mí furiosa, llevando su cara frente a la mía, detengo mi respiración de manera inconsciente, sintiendo su respiración en mi rostro tan cerca que me veo obligada a retroceder,si se acercaba un tanto más me besa y no quiero besar a una chica mucho menos a Amber,esa chica come demasiada goma de mascar tiene que tener un montón de caries en los dientes.
—Hola chicas—levantando mi mano derecha hasta la par de mi cabeza y agachando esta un poco.
—no hagas eso que pareces cachorro asustado.
—lo siento Ángela—ahora incluso me disculpo, lo que éstas chicas hacen que haga, me van a enloquecer.
Las tres me sujetan del brazo y jalan de mi sin siquiera preguntarme y estuve a punto de comerme el suelo con mi cara.
Después de un gran recorrerido nos detenemos en un lugar detrás de la secundaria, está todo desolado,la verdad me da algo de escalofrío.
—Mikaela ¿ha sucedido algo?—Rubí me mira de una manera fija, la evito centrando mi visión en mis pies.
—no ¿por qué piensas que ha sucedido algo?
—Mikaela, sabes que puedes confiar en nosotras ¿cierto?—interviene Amber.
—Además, tus manos están temblando y se te nota nerviosa— Ángela es demasiado precavida, no hay nada que se le escape.
Llevo mis manos atrás de mi espalda baja entrelazandolas.
—En serio,no es nada.
—Mikaela sabemos que algo pasa, siempre te apoyaremos sea lo que sea, estaremos para ti cuando nos necesites ¿cierto chicas?
—sí—contestan al unisono Amber y Ángela.
¿debo contarles? Tenemos una amistad de cuatro años y ellas siempre han estado conmigo.
—está bien—cedo ante ellas.
—te escuchamos.
—lo que pasa es que...mi familia está en crisis financiera y no hay posibilidad de reestablecernos—suelto el aire que estaba contenido en mis pulmones, alzando la mirada para ver sus expresiones.
no puedo decifrar lo que está pasando por sus mentes, sus expresiones son neutras, siendo imposible tener alguna señal de su parte que me pudiese ayudar a saberlo.
ellas se miran entre sí para seguido mirarme a mí.
—No te preocupes por eso, estamos para cuando nos necesites y ésta es una de ellas.
—gracias Rubí, me alienta saber eso.
—ahora vamos a clases que estamos retrasadas por culpa de alguien—Ángela me mira sin discreción alguna haciendo una especie de comillas es ésto último.
—chicas son las mejores amigas que alguien podría tener.
—yo también te quiero mucho Mikaela—Amber quien está a punto de llorar o eso parece se abalanza sobre mí ¿había mencionado que era muy llorona y sentimental? sí que lo es.
—sí, sí ahora vamonos—Ángela se acerca a Amber quien se encuentra de espaldas a ella y la sujeta por el brazo para seguido jalarla.
Amber comienza a moverse en vano, nunca podrá con la capitana.
—Mierda, Ángela suéltame—Ángela literalmente está arrastrando a Amber, esta última chillando como niña.
Las veo desaparecer hacia la parte delantera de la secundaria.
—vamos Mikaela.
—vamos—sigo a Rubí en silencio hasta llegar al aula de matemáticas. La profesora nos da una mirada de completa desaprovación, sólo me limito a bajar la cabeza en forma de disculpa por llegar tarde e interrumpir la clase, mientras Rubí hace como si fuese algo normal.
—profesora ¿su esposo no se lo hizo bien anoche?—todos los de la clase comienzan a reírse y hecer uno que otros ruidos con la boca.
La profesora es la única que no se ríe.
Hay muchas cosas que realmente logra molestarme de Rubí, no respetar a los demás sin importar su edad profesión, sin importarle nada, me resulta desagradable de su parte.
Las personas se ganan su respeto, como los adultos, los ancianos, profesores e incluso los niños y si ellos no hacen nada para perderse ese respeto no hay porque ser irrespetuosos.
Si quieres que te respeten, empieza por respetarte a ti mismo, luego a los demás y veras como el respeto será algo productivo en tu vida.
—Señorita Rubí, respétece y respéteme para...
—Sí, eso confirma que no se lo hizo bien—de nuevo se escucha el murmullo de la clase. Rubí puede llegar ser un molesto grano en el trasero cuando se lo propone y la víctima de hoy es la profesora.
—¡Silencio todos!—la clase ovedece, la profesora nunca había estado tan furiosa, es comprensible porque su molestia, incluso yo habría estado molesta con esa falta de respeto. Puede ser que se trate de mi mejor mi amiga, pero no es quien para estar metiéndose en la vida íntima de los demás—¡Rubí a la dirección ahora y Mikaela a su asiento muevance!—rápidamente y sin siquiera pensarlo voy hacia mi asiento y Rubí hace lo que le dicen.
-×××-
—Las clases hoy han sido muy aburridas y la profesora, encerio parece que su esposo no se lo hizo bien o no se lo hizo porque su humor estaba de malas.
—Rubí no saques ese tema, de verdad que no estuvo bien lo que hiciste—la odservo seria.
—no empieces con tu actitud de niña buena Mikaela—detiene su paso por lo que yo también lo hago, tiene una expresión tensa y no logro decifrar por que su acción.
—¿por qué te detienes?.
—¿eh?—su mirada viaja de mí hasta detrás de mí—Mikaela he recordado que tengo que hacer algo, espera a Ángela y Amber ve con ellas.
—Pero...—noto que sigue mirando detrás de mí y hace un rápido movimiento con su mano, giro mi cabeza hacía detrás, pero lo único que alcanzo a ver es la borrosa silueta de alguien, no distingo si es chico o chica, aunque conociendo a Rubí ha de ser chico.
—Nos vemos mañana Mikaela—retoma su caminta en dirección a donde ha desaparecido aquella silueta que no alcancé visualizar.
—Pero pensaba invitarte a mi casa—susurro para mí misma. No hago caso a sus palabras de esperar a las chicas y emprendo mi camino en dirección a mi casa.
Ahora que lo pienso sólo he visto a Tony en el aula, cuando Rubí fue enviada a la dirección él pidió un permiso a la enfermería, le dejé un mensaje y no he recibido respuesta alguna.
Decido llamarlo.
Me detengo para quitarme la mochila y buscar mi teléfono, cuando lo visualizo lo tomo y vuelvo a colocarme la mochila en mi espalda. Ingreso el patrón, el cual es muy simple tanto que Rubí ya se lo sabe y por perezosa no lo he cambiado, el teléfono hace un sonido indicando que ha sido desbloqueado, toco la pantalla con mis dedos dos veces y aparece rápidamente "El amor de mi vida" en el,una sonrisa se dibuja en mi rostro sin poder evitarlo y le marco...una,dos,tres...seis veces y no he recibido respuesta, ya estoy empezando a preocuparme por él,dejo escapar un fuerte suspiro a la vez que cierro mis ojos. Desisto al ver que no responde ninguna de mis llamadas y decido dejarle otro mensaje.
Para el amor de mi vida.
Hora:17:10
Cuando leas esto llámame.
Por favor.
Retomo el andar de mis pies, los cuales se encontraban aún detenidos.
—¡Mamá,papá ya estoy en casa!—aviso mi llegada, pero no recibo respuesta—¡Adrien! ¿¡estás en casa!?—de nuevo mis palabras quedan dispersas en la nada.
Cierro la puerta detrás de mí y lanzando mis pertenencias a un lado, el chirrido de la puerta me despierta del pequeño trance en el que me encontraba.
Envuelta en una situación totalmente extraña, salto en mi lugar al escuchar un sonido de algo romperse,proveniente de la habitación principal que es de mis padres, mis pies se mueven en dirección al sonido que he escuchado, la puerta está entreabierta y puedo odservar a mi mama sentada en el borde de la cama con sus codos apoyados en sus rodillas, apoyando su cabeza en sus manos en una notoria señal de frustración, al abrir un poco más odservo como un florero de cristal está tirado en el piso, roto en pequeños pedazos y pétalos de flores destrozados, en la pared hay una marca de un fuerte impacto contra ésta, supongo que de ahí a provenido el sonido que he escuchado antes.
Mi atención es dirijida a mi madre, quien desde el momento que he entrado ha estado repitiendo lo mismo.
—¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer?—repite a la vez que valancea su cuerpo de alante hacia atrás y viceversa de una manera que resulta perturbante.
—¿Mamá?—no recibo respuesta de su parte así que me acerco y la toco ,ella reacciona impulsivamente y se lanza hacia atrás respirando de manera pesada—tranquila mamá—trato de calmarla sostenido sus manos en las mías y entrelazarlas—¿estás bien?
—sí,estoy bien—contesta—es sólo que... necesito dormir un poco— aún estoy preocupada por su extraño comportamiento, pero decido darle su espacio.
—está bien mamá,si me necesitas estaré en mi habitación.
—Si,gracias nena.
camino hasta la puerta, pero antes de salir giro sobre mis talones.
—¿Dónde están los demás?
—Tu papá salió a hacer algo urgente y Adrien fue de compañía— es algo extraño mi hermano rara vez acompaña a papá en sus asuntos, aún así asiento con la cabeza y voy a mi habitación.
La casa se encuentra a oscuras, todas las luces apagadas, Adrien no está en casa para molestarlo y viceversa, las únicas que estamos en casa somos mamá y yo, lo que me hace preguntarme:
¿Qué rayos haré en mi habitación a oscuras y sin Adrien estar aquí?
¿Tarea? Ni de broma, aunque tengo un montón por hacer la haré después. ¿habré ordenado mi habitación? Mamá me había enviado hacerlo, pero mi pereza era más grande y siempre treminaba dormida desde que tomaba un paño para limpiar el polvo o comenzaba a levantar la ropa dispersa en el piso.
Me detuve frente a la puerta de mi habitación y giré volviendo a la de mis padres.
—Mami.
Me acerqué a su cama.
—¿Sí?
—¿puedo quedarme contigo?
—claro cariño, ven—palmeo su regazo, indicando que recostara mi cabeza en ella.
Mis labios formaron una amplia sonrisa, podría ser que se pareciese a la de el wason y asustara a los demás, pero mi mamá nunca lo haría al contrario siempre me recuerda que tengo una linda sonrisa. Por eso la amo tando tengo una increíble mamá que a pesar de todo siempre ha estado ahí para mí, aunque mayormente sean sólo las noches.
Subí a la cama y sin dudarlo recosté mi cabeza en su regazo, se siente tan cálido.
Sus dedos hacían un movimiento suave acariciando mi cabello y de vez en cuando los enredaba en ellos.
—¿Cómo va tu relación?
—¿Qué relación mami?
—Mikaela—advirtió.
—Bien, bien—cedí, siempre me ha gustado llevarle un poco la contraria aunque al final termino contándole todo, si soy algo masoquista—todo está de lo mejor, es un chico super lindo y cariñoso.
—Más le vale, nadie lastima a mi algodón de azúcar.
—¡Mamá!—exclamo—quedamos que ya no me llamarías así.
—siempre serás mi algodón de azúcar.
—sí, pero es vergonzoso que me llames así cuando tengo dieciséis años.
—ooh ya eres muy grande ¿no?—asentí con la cabeza en respuesta—lo dice quien aún se escabulle en mis sábanas cuando no encuentra que hacer.
—eso no tiene nada que ver, sólo busco diversión cuando Adrien no está.
—¿Es decir que soy tu segunda opción?
Dejó de acariciar mi cabello y dio un pequeño golpe en mi frente con sus dedos.
—Ambas sabemos que no es así, pero Adrien...—dejé la palabra en el aire en busca de una respuesta, olvidaba que aún no existe una palabra exacta que describa a Adrien, él es como una explosión de colores dentro de una caja de arena para gatos, así de extraño es—es Adrien.
—Es cierto, no puedo argumentar nada contra eso.
retomó sus caricias hacia mi cabello.
—nadie puede argumentar nada cuando se trata de Adrien y su alocada forma de ser.
Las caricias de mamá se sienten tan bien, producen que mis párpados se sientan pesados y los cierre poco a poco.
—Te quiero Mikaela nunca lo pongas en duda, mi algodón de azúcar—logro escuchar, sus voz se escuchaba lejana debido al sueño.
Yo también te quiero mami.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro