Capítulo -51
Un extraño sonido llamó mi atención.
Sordo y casi imperceptible para una persona, sin embargo, conviviendo con la abuela mis sentidos se han agudizado de una manera increíble, mayormente el auditivo, ya que cualquier mínima cosa cerca de mi alrededor consigo escucharlo.
Me muevo de manera lenta en la cama hasta girarme y ver hasta la ventana para encontrarme con nada. Todo parece estar de manera completa en orden.
Me pareció ver que las cortinas que adornan la ventana fueron movidas. Me incorporo en la cama atrayendo mis pies hasta mi estómago, las sábanas cubriendo mi cuerpo, paso mi mano por mi cabello y dejo escapar un suspiro.
—No es nada—susurran a mi oído con un tono ronco y bajo.
Unos carnosos labios tocando la piel descubierta de mí oído y siento su respiración chochar contra mí cuello. Por un momento me congele por lo repentina de la acción. Hasta que mi cuerpo reacciona automático en defensa. Mis manos sujetan las contrarias del sujeto en mi habitación y empleando una maniobra consigo girarlo tirando de su brazo contra su espalda, dejándolo contra el suelo me posiciono sobre el individuo colocando mis rodillas a cada lado de sus piernas y sentándome encina de su ancha y delgada espalda.
Un quejido sale de su boca al sentarme encima, esto debido al peso que ejerzo sin intensión.
Los reflejos de la luna se filtran hasta la habitación y noto una abundante y sedosa cabellera negra, que sin duda reconocería. Sin pretenderlo mis cejas se ven fruncidas por la actual situación. Es entonces cuando una pequeña risa sale de sus labios que lo confirmo.
—Siempre estás preparada para el peor de los casos Gorila.
Saca su cabeza del suelo y gira quedando hacia arriba.
—Tengo que estarlo, de lo contrario cualquier cosa podría pasar y yo no tendría el cómo prepararme—tenía razón, Adrien me enseñó de la mejor manera posible que podría aparecer lo inesperado en cualquier momento y la vida se encargó de probarlo de la peor manera.
Asher se incorpora conmigo aún encima de el por lo que con su movimiento intento levantarme, pero él impide que lo haga cuando me toma del brazo y me deja en la posición inicial. No me resisto y dejo que mis pies se posicionen a ambos lados de sus caderas quedando sobre él.
—Eso no lo pongo en duda, después de todo eres mi tierno gorila. Lo has dejado claro con cada uno de tus movimientos, has aprendido bien. Creo que fácilmente podrías convertirte en un digno oponente—Asher sonrió de manera juguetona mientras colocaba un mechón de mi cabello que se había colado, hasta atrás de mi oreja con delicadeza.
Es increíble lo mucho que hemos avanzado sin siquiera darnos cuenta. Cuando una persona te hace sentir cómoda y te brinda ese apoyo que tanto anhelas no puedes evitar sentir gratitud. Sin embargo, esto que siento hacia él es más que un simple sentimiento de agradecimiento, eso lo sé sin duda.
Asher se ha convertido en mi paraguas bajo la lluvia, aquel que me protege de los vientos y tormentas.
Relajo mi cuerpo y me permito estar cómoda.
—¿Qué estás haciendo aquí? —formulo.
No era una pregunta fuera de lugar, eran pasadas las veintiuno de la noche y la habitación permanece a oscuras debido a que ya me había metido a la cama con la intención de dormir.
—¿Qué no es obvio? vine a verte—respondió sin titubear—vine a ver cómo estabas—sabía que lo estaba disfrutando, el hacerme sentir vergüenza.
A pesar de que trato de disimular lo más que puedo el hecho de que soy una persona sin experiencia en este tipo de cosas, manteniendo la calma como una persona sería. Asher está al tanto de que lo que muestro no es lo que realmente siento, sus grandes orbes me observan más allá de lo que yo misma conozco. Pero al menos ya no siento miedo de eso, dejaré que rebusque dentro de mí, que vea lo que realmente soy, una chica llena de imperfecciones. Que muchas veces soy egoísta, que no soy la chica fuerte que todo el mundo cree que soy, que me he quebrado muchas y sobre todo que siento miedo por muchas cosas.
—Lo sé—me sorprendo cuando habla, como si estuviese escuchando mis pensamientos todo este tiempo—así que he pensado en traer chocolates y pasar un buen rato platicando.
Su respuesta me aturde aún más.
—A qué te refieres, ¿Qué es lo que sabes Asher?
—Sobre tu insomnio. Es notable por las bolsas que se marcan debajo de tus ojos—sus manos se atreven a sostener mis piernas a ambos lados de sus caderas y se levanta repentinamente del piso, obligándome a rodearlo con mis piernas para evitar caerme. Mis manos se envuelven en su cuello, sosteniéndome de él—tienes buenos reflejos.
—Adrien me ha enseñado bastante para conseguirlo—Aún conmigo a costas, Asher camina hasta la cama y dejarme sobre ella.
Me separo medianamente dejando nuestro rostro frente a frente y deposito un fugaz beso sobre sus labios mientras sostengo sus rostro entre mis manos.
Asher se acomoda a mi lado sobre la cama, mirando hacia el techo.
—La señora Lea y el señor Criss han de estar preocupados, ¿Por qué no estés en casa?
—No tienes que preocuparte, ellos sabrán exactamente dónde estoy sin necesidad de decirles nada.
Un silencio se estableció de repente entre nosotros. Nuestros ojos se miraban intensamente, ninguno apartaba la mirada del otro. Pero de igual manera nadie se atrevía a romper el silencio.
—¿Puedo... preguntar algo? —pasados varios minutos en silencio, Asher se atrevió a deshacerse del silencio que nos rodeaba. Su voz se escucha suave pero ronca. Moví mi cabeza, asintiendo en respuesta. Su mano derecha alcanzó mi mejilla y empezó a dibujar pequeños círculos con su dedo en ella, causando una sensación de hormigueo en la parte de su tacto—si algún día llegase a desaparecer, ¿podrías ser fuerte y vivir por los dos?—su pregúntame toma por sorpresa y me aturde por un momento.
Asher me mira con una cara seria, concentrado a espera de mi respuesta. Aunque realmente no había pensado mucho en una respuesta, respondí.
—Sí, podría hacerlo—respondo, él sonríe y pasando su mano por mi cintura hasta pegarme a su pecho, sonríe satisfecho—pero no irás a ningún lado por lo que no habrá necesidad de hacerlo. Tú vivirás por ti y yo viviré por mí, cada quien forjara su propio camino.
Sus labios dejaron un diminuto beso en mi frente.
—Tienes razón.
Asher me atrajo más hasta él, envolviendo su mano alrededor de mí, mientras la otra acariciaba mis cabellos de una manera tan relajante que es indescriptible.
Así permanecimos por mucho tiempo hasta quedarnos dormidos.
[]
—Estoy lista, sólo hazlo con delicadeza, por favor—susurré y giré mi rostro. Mi corazón late a mil por minuto.
—¿Segura? —preguntó Asher por quinta vez en la habitación.
Nuestras respiraciones eran una y sudor cae de nuestras frentes.
—Sí, Asher—afirmé nuevamente—solo hazlo.
—¿Estás nerviosa? Porque yo sí, no porque no quiera hacerlo, sólo tengo miedo de hacerte daño. No quiero lastimarte.
Noto como sus manos tiemblan levemente.
—Hazlo ya maldición, sólo asegúrate de colocarlo bien.
Asher explotó en una aguda carcajada.
—¿Me vas a dejar colocar la última de las cartas o no?
—Estúpido, ¿lastimarme? Es sólo una carta—corrijo y él procede a subirse en la escalera.
Últimamente hemos estado bromeando mucho.
—¿Sólo una carta gorila? Hemos estado colocando alrededor de tres mil cartas por tres días consecutivos, siendo esta la última. ¿Te imaginas que después de haber tardado tanto en esto todo se desplome? Esto es algo que sin duda alguna merece total cuidado.
Asher había hecho un hábito desde aquella vez. Frecuentando mi habitación a cada rato. Hablamos, escuchamos música juntos, e incluso nos divertimos poniendo uno que otro juego siendo este uno de ellos.
—Ten cuidado, puede que no sea una gran altura. Pero podrías hacerte daño si caes desde ahí.
Sus pies permanecen en la escalera, mientras él se inclina para poder alcanzar el lugar dónde han de ir, debido a que su lugar de posicionamiento es en el centro de todas las demás cartas por lo que se le hace un poco más complicado.
Asher parece no hacerme caso.
Permanece intentado igual de descuidado.
—No va a pasarme na
La escalera empezó a tambalearse por el peso sin balance que estaba siendo Asher sobre ella. Le advertí que tenga cuidado. Lo siguiente en suceder, pasó tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de procesarlo.
La escalera calló hacia delante derribando todo el monumento de cartas que habíamos construido. Corrí hacia Asher e intenté atraparlo, sin embargo, los resultados no fueron tan buenos. Él terminó cayendo sobre mí y por suerte el impacto no fue lo suficientemente fuerte como para causarme daño.
Un diminuto gemido de dolor se escapó de mi boca de manera involuntaria cuando Asher se movió. Su cara permanece a centímetro de la mía, tanta es la cercanía que su aliento choca con mi cara cuando el gruñe.
Es entonces cuando sus manos se colocan una a cada lado de mi cabeza y sus ojos me escanean, como si de un examen se tratase.
Noto su respiración entre cortada y su pecho sube y baja de manera constante. Debido al impacto parte de la piel de mi estómago había quedado descubierta, debido a que mi blusa pareció elevarse mientras caímos. Sintiendo así, la tela de su camiseta rozar mi piel sin cubrir.
Era un toque para nada fuera de lo normal, pero me hace sentir cosas tan indescriptibles.
—¿Te encuentras bien? —pregunta, su voz había salido más gruesa de lo normal—¿N-no te has hecho daño? —Asher tocó mi cara, pero de manera inmediata la apartó. Como si hubiese descubierto algo.
Su mirada se dirigió hacia abajo de forma rápida, mi mirada lo siguió.
—Mierda... —gruñó.
Su cuerpo estaba caliente y una sensación extraña de su parte lo afirmó. Automáticamente sentí mis mejillas sonrojarse y calentarse en cuestión de segundos.
—Asher—le llamé, el me miró—puedes tomar una ducha fría.
—De acuerdo—suspiró desviando la mirada. Parecía estar avergonzado.
—Pero... —una repentina curiosidad me invadió—¿Por qué tan de repente tu...?
Asher pareció captar lo que estaba tratando de preguntar.
—Me temo que si respondo tus mejillas no soportarían tanto color—mencionó con una sonrisa esculpida.
—Este.... ¿Podrías moverte? —articulé.
Él sin duda lo hizo quedando de espaldas a mí.
—Asher.... —tomé de su brazo, él giró.
Tomé su rostro con ambas manos, se sentía tan grande entre ellas.
Me acerqué a él, concentré toda mi energía para obtener valor y cerrando mis ojos me permito besarlo.
Al principio parece sorprendido, sus músculos se tensan y parece congelarse. Pero luego reacciona y sus labios empiezan a moverse al compás de los míos. La textura suave de ellos invade los míos y ya no soy quien tiene el control.
Un ritmo lento y delicado se mantiene.
Sus manos alcanzan mi cintura y de un arrebato me atrae a su pecho, colocando mis piernas a ambos lados de su cintura quedando sentada sobre él. Envuelvo mis brazos en su cuello, enredando mis dedos en la suave textura de su cabello, el tacto es tan sueve y delicado. Su lengua pide permiso para acceder a mi boca, pero me niego a ceder.
Entonces sus manos empiezan a subir por debajo de mi blusa, acariciando mi espalda.
Las frías yemas de sus dedos empiezan a subir y bajar, trazando un camino en mi espalda haciendo contraste con lo caliente que está mi piel. La sensación es tan increíblemente satisfactoria que sin poder evitarlo un gemido abandona mis labios, viéndome obligada a entreabrir mi boca.
Asher aprovecha dicha abertura e introduce su lengua en mi cavidad bucal.
Una batalla entre nuestras lenguas es llevada a cabo, la cual al final terminé perdiendo. Nos separamos por aire unos segundos y nuestras bocas se vuelven a encontrar. Asher sube su mano hasta mi nuca, profundizando el beso, la intensidad empieza a subir, y me empieza a costar seguirle el ritmo.
En consecuencia, arqueo mi espalda, moviéndome un poco. Y no pude evitar sentir su masculinidad. Se estaba conteniendo, lo sabía. El bulto en sus pantalones, luchando por salir lo aseguraba. ¿le era doloroso? No podría saberlo.
—Ummm.... —un gruñido ronco salió de su boca, me estremeció.
Maldición, esto se sentía demasiado bien. Si seguimos así no podremos parar. Estaba empezando a perder mis sentidos, su tan característico olor a Shampoo se impregnó en mis fosas nasales y me estaba volviendo loca. El placer estaba apoderándose de mi cuerpo.
Sus manos.
Sus labios.
Su cuerpo.
Sus caricias.
Era demasiado.
—Aah... —otro gemido escapó de mí. Era la última advertencia para detenernos.
Es cuando coloco mis manos en sus hombros y me separo. Sus labios están rojos al igual que su cara, nuestra respiración se calma disfrutando el volverse una. Asher me mira con intensidad, hasta que su mirada pasa a ser una dulce, acompañada de una sonrisa. Se acerca hasta pegar nuestras frentes y con su pulgar acaricia mi mejilla, tiernamente.
—Yo... no puedo... —mis palabras eran casi inentendibles—continuar lo siento... aún no estoy lista.
Él no dijo nada y sólo depósito un tierno beso en mi frente.
—Te amo, eso es lo único que importa. Nunca lo olvides.
Mi corazón se saltó varios latidos al escucharlo. Nadie me había hecho sentir de esta manera.
Segura.
Protegida.
Querida.
Amada.
Todas esas cosas que sólo una persona puede causar en mí, Asher.
—Creo... que también te amo.
Sentí como sonrió y no pude evitar también hacerlo.
¡Hola perfectos imperfectos! ¿Cómo se encuentran?
Aquí les dejo un nuevo capitulo que espero sea de su agrado y puedan disfrutar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro