Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo- 50

La luz del sol se cuela por mi habitación iluminando todo a su paso, como despejando todo lo que era denso y aligerando lo que es pesado.

Por primera vez en mucho tiempo no me molesta, al contrario, provoca en mí aquella sensación de que hoy es y será un día increíble, el cual disfrutaré. Siendo sincera en otra ocasión me hubiese enojado con el sol, si con el sol, por estar ahí como idiota echándome luz sin que se lo pidiera, o la tomaría con la cortina por ser una inútil que no consigue tapar bien el sol, en resumen, me desquitaría mi mal humor con la primera cosa o persona que a mi parecer tenga un error.

En realidad, la vida hay que disfrutarla y vivirla al máximo, durante mucho tiempo he estado sumergida en mi propia burbuja sin siquiera mirar por los huecos, pero de nada ha servido, porque lo que nos enferma es el hecho de creer que nosotros somos los únicos en tener la razón y nos negamos a aceptar nuestros errores.

Hay que aprender a aceptar que no somos perfectos y que no todo lo que hacemos tiene que salir como queramos, pero somos seres humanos capaces de volvernos a levantar e ir tras lo que queremos, el hecho de que seamos imperfectos no nos hace defectuosos, si no que nuestras imperfecciones son nuestra virtud, lo que nos caracteriza como personas y esas imperfecciones muchas son por las cuales los demás nos aprecian.

Somos perfectamente imperfectos tal cual somos y eso no es malo.

Es un hermoso día y procuraré que todos los días sean de esa manera. Mi insomnio ha empezado a desaparecer por completo, tengo personas increíbles a mi lado, he dejado de aferrarme al pasado que sólo me destruye y estoy aquí, viva y respirando sin tener que usar un respirador y comprar oxígeno para sobrevivir mi día a día, muchas personas sufren por eso.

Soy una persona afortunada por tener una familia, que, aunque no sea perfecta están ahí. Soy afortunada por tener comida en mi mesa todos los días. Afortunada por poseer salud y personas que están ahí para mí cuando más los necesito, soy afortunada porque tengo aquello que muchos desean tener y es una gran lástima que por un momento lo estuve despreciando y echándolo a un lado, todo por mi complejidad y cobardía.

Me negaba a enfrentar a los demás y mostrar lo que verdaderamente siento por mierdo.

Hay que disfrutar de lo que tenemos con constancia, porque no sabemos el momento, el lugar, ni la hora en que eso llegará a acabarse, para siempre sin mirar atrás, tan sólo dejando recuerdos de lo que alguna vez fue, y muy probablemente el final está más cerca de lo que creamos.

Termino de peinar mi cabello y dejo el peine en su lugar en la mesa.

Había despertado temprano, no tanto como cuando voy a clases, pero igual es temprano para mí. Un jeans largo, una blusa azul claro de mangas largas con rayas y unos converse negros es mi vestimenta del día. Decido dejar mi cabello suelto, ya tenía tiempo que no lo hacía y es que no importaba no hacerlo, pero me di cuenta que el no peinarse por días es tal vez un acto de locos, no es cierto igual lo seguiré haciendo sólo que hoy no.

¿Oh! Mi sentido de humor ha vuelto

Al bajar entro a la cocina para buscar algo de desayunar. Mi estomago esta pidiendo a gritos que lo alimente y mi cerebro me recrimina por no haberlo hecho.

—Oh, buenos días Mikaela, he preparado el desayuno. Huevos revueltos con una tostada y jugo de naranja, solía ser tu desayuno favorito, espero y no haya cambiado eso—papá parece nervioso al hablar mientras sonríe y hala una silla de la mesa haciendo señas para que me acerque—ven, ven toma asiento y desayuna conmigo.

Bien, esto es extraño.

Primero, papá me está hablando más de lo que me habla en toda una semana.

Segundo, me invitó a desayunar con él, solos y en la misma mesa.

Tercero, me mira directamente a los ojos y se está riendo.

Cuarto, esto es extraño.

—Aaah... sí, buenos días papá—su sonrisa se agranda más cuando respondo. Me acerco y, tal como me indica, tomo asiento, él da la vuelta y se sienta a mi lado.

En la mesa están dos platos frente a cada uno con huevos revueltos, una tostada al lado de los mismos y por último el vaso de jugo de naranja a mano derecha. Las servilletas están colocadas al lado de cada plato con los utensilios para comer sobre ellas.

No puedo evitar sentirme rara bajo la fija mirada de papá, no se mueve, no habla, sólo respira mientras me observa y eso es algo incluso terrorífico. Empiezo a comer mirando de vez en cuando por el rabillo del ojo a papá, el cual ni siquiera empieza a comer y permanece con su misma acción. Lo mejor es acabar con esto, algo no encaja

Bajo mi cuchara de un golpe en la mesa, produciendo un sonido fuerte y lo enfrento.

—Bien papá, me dices que rayos te pasa o te juro que llamo a un exorcista en este momento, porque en serio me estás poniendo los nervios de punta. Es que pareciera que estás poseído por alguna cosa rara ¡por Dios!

De pronto la cocina es inundada por su risa y yo arrugo el entrecejo sin entender nada.

—Wao, en serio tu humor ha regresado.

Me llevo un bocado de la tostada a la boca y me encojo de hombros.

Es que vamos, realmente tenía hambre.

—No estoy bromeando—contesto a medias teniendo la boca llena.

Él, luego de notar que enserio no estoy bromeando, me mira alarmado. Acto que logra sacarme una genuina sonrisa.

—No, no tengo nada Mikaela. Un exorcista, ¿acaso me vez cara de endemoniado? —me encojo de hombros sin más—no debí preguntar.

—Sabes que el caso no es tan grave, sólo trato de decir que estás extraño. No es común que estés sonriéndole hasta a el viento, prepares un desayuno tan delicioso, y sobre todo hoy me has hablado y mirado más de lo que lo haces en una semana completa.

Su rostro pasa de ser uno sonriente y divertido a estar en completa seriedad, el destello de sus ojos parece apagarse de repente y su mirada cambia a una de pesar.

De manera automática sé que lo siguiente que dirá será importante.

—Precisamente de eso quiero hablarte—asiento en respuesta para que sepa que le estoy prestando atención—sé que estos últimos años no he sido el mejor padre, no, en realidad ni siquiera he ejercido mi labor como padre contigo. Te has vuelto tan independiente, tan fuerte en tan poco tiempo, has cambiado tanto que es indescriptible. Tus gustos, pasatiempos, comidas, todo ha cambiado y yo no estuve ahí para verlo, al igual que no te apoyé como debí hacerlo desde la muerte de tu mamá. Nos hemos distanciado como padre e hija y reconozco que no ha sido tu culpa, tan sólo eras una pequeña de dieciséis años cuando tu mamá se fue para siempre y de una manera que resulta tan dolorosa. Dejaste de ser aquella niña sonriente y divertida que conocía a alguien cerrada, distante y fría.

Las palabras de papá resuenan de una manera que resulta nostálgica y reconfortante en a la vez, al igual que cuando pruebas algo que no sabes si te resulta dulce o salado, si no una mezcla entre ambos.

Durante todo este tiempo en el que hemos estado distanciados siempre he querido que algo como esto suceda, sentir su presencia, su cercanía como padre y no sólo miradas frías y palabras vacías.

Hablar sobre mama y liberar todo el peso que he arrastrado en mis hombros, sentir la calidez de la persona que me trajo al mundo junto a mi madre.

—En tan sólo tres años que han pasado desde la muerte de Carla, has dejado de ser aquella jovencita sonriente que se divertía por todo y con todos, y te has convertido en una persona reservada que sólo habla cuando lo cree sumamente necesario, y no te juzgo, eres mi hija y siempre te amaré de la manera en que seas, porque, de cualquier manera, aunque antes no lo estuve, me gustaría que nuestra confianza se restablezca y así poder estar contigo en los momentos que más me necesites. Compartir tus logros, emociones, e incluso de tus errores y así poder aprender de ellos.

Papá hace una pausa, mientras lo observo aún sin poder creerlo del todo.

¿Esto no es un sueño verdad?

Los años que hemos estado distanciados, a pesar de que me negaba a aceptarlo, lo extrañaba. Su compañía, nuestras risas, sus abrazos, calidez y sobre todo su cercanía, porque sigue siendo mi papá y es mi familia. Todos los recuerdos que tengo de él, no todo lo bueno se olvida de una noche a la mañana, en este caso ni siquiera en años.

La felicidad me recorre, sin embargo, mi expresión es neutra, esperando a que termine y, aunque no lo muestro, estoy ansiosa por su conclusión de todo esto.

—Porque después de todo, eres mi hija—dice con una sonrisa. Yo permanezco en silencio en mi lugar sin ejercer ningún tipo de movimiento, tan sólo respirando. Pasados varios segundos, tal vez minutos, el nerviosismo de papá sale a flote al frotar sus manos y con un hilo de voz añade—no te quedes callada Mikaela, di algo. ¿Cuál es tu respuesta? Si te sientes presionada, no lo hagas... sólo... sólo siéntete libre de expresarte.

Dejo salir lentamente el aire que, inconscientemente estaba reteniendo.

—¿Sabes?, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros. A pesar de mamá, el dolor, la inseguridad y el notable hecho de que me evadías todo el tiempo, aunque todo eso haya sucedido y marcado mi vida muy en el fondo de mí, aún seguía teniendo esperanzas en ti, porque al final sigues siendo mi papá—sin poder evitarlo lagrimas empiezan a surgir de mis ojos y rodar por mis mejillas. Sorbo mi nariz—yo la extraño tanto papa, realmente lo hago. Cada día sentía que me ahogaba más, era una constante agonía.

Me había roto ante el, pero inesperadamente el de igual forma también se rompió ante mí.

Dicen que los hombres no lloran, que son mas fuertes, pero eso es solo un tabú una ideología de la sociedad. Las lagrima son la representación más genuina de nuestros sentimientos y eso es algo que por mucho que tratemos, no podemos ocultar.

Sus brazos me envuelven en un cálido abrazo y por primera vez en mucho tiempo me permito descansar en su hombro.

—Yo también la extraño muchísimo, en un inicio no sabía que hacer, pero tenía que permanecer fuerte por ustedes, por mi y por la familia, pero esa fuerza no sirvió de nada. Ahora estoy tratando de enmendar y error, confiemos el uno en el otro y superemos todo juntos, como familia que somos—Sus lágrimas empiezan a mojar mi ropa —¿Entonces... me perdonas? —pregunta sin ocultar la emoción y expectativa en su voz.

—Sí, te perdono—afirmo y muevo mi cabeza repetidas veces aferrándome más fuerte a el—pero eso no quiere decir que de repente todo sea igual que antes papá, no. La confianza entre nosotros se rompió y para que sea semejante hay que trabajar en ello ambos, porque una vez que algo es destruido jamás es igual, hay que trabajar en ella de a poco, paso a paso ir desarrollando todo aquello que se perdió y reconstruirlo mucho más fuerte que antes.

Él mueve con fervor su cabeza de arriba hacia abajo, en una muestra de estar de acuerdo y en un lento movimiento me separa un poco de él y envuelve mis manos con las suyas, aferrándose.

—Trataré de que todo se arregle, porque lo que importa ahora es aprovechar lo perdido en el pasado durante el tiempo presente. Sé que la confianza tarda en volver a hacer acto de presencia, pero seré paciente—con su mano acaricia mi cabeza con delicadeza y ternura. Con aquel pequeño gesto de su parte, sentí como si, al igual que yo, él estuviese sosteniendo un peso enorme sobre sus hombros y ahora los está dejando liberar poco a poco, haciendo de la carga más ligera—eres alguien muy importante para mí Mikaela, y a pesar de las dificultades siempre te querré, porque ayer, hoy y siempre seguiré siendo tu padre, y el poder serlo es una de las cosas más maravillosas que me han podido pasar.

Al concluir papá se acerca de manera lenta para abrazarme nuevamente. Me permití sentir la calidez de sus brazos a mi alrededor y su extraña manera de acariciar mi cabello.

Los padres son muy importantes en la vida, muchos se quejan. Pero hay padres respetuosos que permanecen a nuestro lado, al igual que otros que no deberían de estarlo.

—Al fin lo han hecho, se han reconciliado—la voz de la abuela nos sorprende, haciendo que nos separemos—ya era hora, no iba a soportar otro día viendo cómo se evitan uno al otro. Pero estoy feliz de poder ver que han decidido acercarse como padre e hija que son, estoy tan orgullosa de ustedes.

—Es lindo poder verlos unidos de nuevo—añade el abuelo cruzado de brazos.

Los dos, tanto el abuelo, como la abuela se acercan a mí y al mismo tiempo depositan palmaditas en mis hombros de manera alentadora, en sus ojos se refleja la alegría y satisfacción y con sus sonrisas puedo deducir que se alegran por mí, como cuando das tus primeros pasos de bebé, que, aunque no es recordable, igual es algo realmente increíble.

—Ustedes siempre están espiando, en esta casa no se puede tener privacidad—suelto con burla mientras niego con la cabeza, devolviéndoles la sonrisa.

Poco a poco todo va mejorando, de a poco todo empieza a despejarse dejándome ver pequeños trazos del cielo azul que por mucho tiempo se ha mantenido gris. He descubierto que el secreto está en el tiempo y la firmeza, aunque mis días eran una tortura y el hecho de siquiera existir me pesaba, nunca perdí en lo más profundo de mi ser, en un huequito siempre mantuve un poco de esperanza. Las cosas jamás serán iguales, porque al igual que cuando rompemos algo es imposible devolverlo a su estado inicial, lo mismo pasa con la vida.

Una vez que algo sucede te deja nuevos conocimientos, sentimientos y enseñanzas, que de alguna manera se inculcan en tu ser haciéndote ver todo de una manera completamente distinta.

Porque no importa si estás mal, no importa si te has equivocado.

Equivocarse está bien, todos lo han hecho en algún momento de la vida.

Está bien quebrarse frente a un espejo, llorar, respirar, liberarse. Hazlo porque para volver a sonreír se necesita vaciar todo lo malo que nos consume interiormente, pero sólo hazlo por un momento y luego trata de volver a sonreír, ríe con todas tus fuerzas y si no te sale, vuelve a intentarlo, porque el hecho de que sólo lo hayas intentado a pesar de lo que estés sintiendo significa que lo lograste, que eres fuerte y que sobre todo saldrás adelante.

Disfruta a pesar de lo que digan, que las personas no sean el núcleo de tus decisiones, ni el centro de tus inseguridades, porque recuerda que los planetas giran alrededor del sol y no al contrario, porque el sol es la estrella más brillante que ha sido descubierta y todos somos nuestro propio sol en la historia de nuestras vidas.

¡Hola hermosos imperfectos!

Ha sido un tiempo ¿No? Espero que todos se encuentren bien.

Por donde empezar, este capitulo es uno de los que más me ha costado, sencillamente porque siento que es un capitulo en el cual hay mucho sentimiento entre Mikaela y su padre, trate todo lo posible de transmitir todo por medio de las letras.

¿Qué les pareció?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro