Capítulo- 46
Algunas cosas suceden porque el tiempo así lo dicta.
Nacer, crecer, morir, son las cosas más seguras y cercanas que tenemos en la vida, y que aunque no sea palpable siempre está haciéndonos compañía, acercándoce cada vez más y más hasta llegar.
Es de sabios aceptar que todos alguna vez, un día definitivamente moriremos, y lo acepto, pero el hecho de que ese tiempo le llegue primero a una persona que atesoras es doloroso, brutal y agotador.
—¿Segura que estás bien? No quieres... no sé ¿quedarte en la habitación?—pregunta mientras caminamos.
Había conseguido calmarme hace un momento por lo que, como acordamos, salimos.
—Estoy bien, no tienes que preocuparte. Sólo fue un extraño momento—contesto—además esta vendría siendo nuestra primera cita, ¿no?
Asher sonríe feliz y con un movimiento lento y suave toma mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.
—Tienes razón, hay que disfrutar nuestro tiempo juntos. Sin el molestoso de August y de paso estás de buen humor gorila.
—Sí sigues así de molesto, no te soportare eso es seguro.
Él deja salir una cálida carcajada.
—Ya, ya no te molesto, los gorilas se enojan muy feo—dijo burlón y con su mano libre revolvió mi cabello.
—Idiota—solté sonriendo.
#####
La tarde pasó rápido, y como es de esperarse pronto empezó a oscurecer hasta llegar la noche.
Sin duda este ha sido un día que nunca olvidaré. La confusión al amanecer, al igual que los gestos de cariño, el miedo sentido, la calma volviendo con sólo un abrazo y la diversión, todo en un único día y con un único chico.
—Y... ¿Qué tal la pasaron?—Nina pregunta con entusiasmo y duda a la vez.
Nos encontramos en la habitación que le pertenece, ya que desde el momento en que me vio, terminó arrastrandome hasta aquí, encerrandonos a ambas. Sus grandes orbes me odservan sin despegarse un minúsculo momento.
Nina se ha convertido en poco tiempo, alguien que se ha ganado mi confianza. Su personalidad abierta y a la vez sería cuando la situación lo amedita, es una persona agradable y de gran carácter. August ha encontrado una gran persona, increíble como compañera.
—Sólo nos divertimos Nina, nada más.
—Sólo nos divertimos Nina—imita haciendo gestos extraños con su cara—ya se que se divirtieron, estando Asher a tu lado y conociendo su personalidad, la diversión está garantizada. A lo que me refiero es que me cuentes todo lo que hicieron, desde lo más mínimo hasta lo más importante, quiero que me relates todo tu día gorila.
A veces las cosas más pequeñas logran hacerte sentir de la mejor manera y Nina ha logrado eso. La manera en la que se expresa, sus gestos, me hacen sentir que le importo aún sin hacer mención de eso.
Las personas que te quieren te transmiten su cariño y calidez de una u otra manera, sin necesidad de palabras o contacto físico. Su preocupación, sus ganas de saber todo sobre ti, el estar ahí cuando los necesites y cuando no, esos detalles son los que te hacen saber quiénes realmente son tus verdaderos amigos.
—¿Gorila?
Ella se alarma.
—¡oh! Lo siendo, es que convivir con Augus y Asher me he acostumbrado a ello y ahora termino llamándoste así—su mano alcanza su frente tímidamente, dándome una mirada penosa.
—No tienes que alarmarte de esa manera Nina—sonrio—Además aunque trate de negarlo, me he acostumbrado a que me llamen de esa manera.
Y tenía razón. El hecho de escuchar ese apodo dirigido a mí se ha vuelto tan habitual que de manera inconsciente termino respondiendo a él. Ya se ha vuelto parte de mi día a día.
Hubo un punto en mi vida dónde cosas como estas me molestarían hasta el punto de explotar con cualquiera que fuese la persona e insultarla hasta quedarme sin aliento . Momentos en los que todo me daba igual, no me importa el hecho de vivir o morir. Todas las personas eran seres despreciable ante mi vista, odiaba todo aquello que no comprendía y no me esforzaba por comprenderlo.
Odié la vida con toda mi existencia e incluso llegue a odiarme a mí misma, creía que no debía de estar en este mundo y lo mejor era desparecer de él para siempre, así no tener que sentir dolor, ira o decepciones.
Más ahora al ver las cosas con calma y con cabeza fría, he llegado a la conclusión de que el desaparecer, aislarse y odiar todo lo incomprendido, de manera definitiva no es una solución. Existen personas que te extenderán su mano y estarán a tu lado, y si no lo están tú mismo eres tu mayor Ayuda.
La solución es tomar esa mano y levantarte, aún si esa mano es la tuya propia.
Porque no existe dolor que dure para siempre, ni felicidad que algún día se desvanezca.
Todo tiene su tiempo, su lugar. Su principio y su fin.
—Bueno, pero ya ¡cuéntame todo!—exclamó feliz sacudiéndome por los hombros como una niña—se que no todo fue diversión, dime ¿se besaron?
Nina puso cara de pervertida, sonriendo y subiendo sus cejas de manera continúa. Por su tono de voz y la forma en que lo menciona, noto que su pregunta va más allá de simples besos.
—¡No!—derrepente me encontraba gritando poniéndome de pié. Aclaro mi garganta y paso un poco de saliva al sentirla reseca de manera repentina—claro que no Nina, sé lo que estás tratando de insinuar y no, nada de eso pasó. Sólo paseamos, conversamos y subimos a varias atracciones—en realidad terminamos subiendo a todas, Asher estaba corriendo como niño de un lado a otro conmigo de la mano y la verdad me divertí como nunca—fue divertido.
Ella acerca su rosto a mí dejando sólo centímetros de distancia entre nosotras, llegando a escuchar su respiración. Su mirada se engancha directo a mis ojos de manera que resulta amenazante.
—¿Segura? ¿ni siquiera un beso?
Su mano se eleva hasta la altura de mi cara y con sus dedos delinea mis labios. La sensación es extraña y de un movimiento la aparto.
—B-bueno, ¿tal vez?
Por alguna razón me sentía nerviosa al decirlo.
—Lo sabía, tengo que recordar darle mis felicitaciones a Asher. Y August me debe esos cincuenta dólares—murmuró a lo bajo, pero por mi buena audición conseguí escucharla.
—¿Qué, apostaron?
—No es nada, sólo apostamos a si llegaban a besarse o no, ¡y yo gané!—eleva sus manos festejando en victoria.
Con lentitud masajeo el puente de mi nariz y cierro mis ojos por un momento, estos chicos son simplemente increíble.
—Bueno, ya no importa. ¿ustedes que hicieron? Yo ya conté todo, es tu turno.
—No fue mucho, pasamos todo el día en la piscina y en la tarde fuimos a comprar cosas. Nosotros ya dimos el siguiente paso en nuestra relación—confesó a la ligera, como si no fuese algo de importancia.
Aunque no puedo verme al espejo, estoy segura de que mi boca está abierta y mi expresión es una locura.
—¿Ustedes ya... eso...?—no podía expresarme bien.
—Sí.
—¿¡Pero cuando!?—exclamo.
—¡Hoy, mira! ¿no es hermoso?
Entonces alza su mano mostrándome un aro rodeando su dedo, un anillo y lo señala con emoción.
—¿Y eso que es?
—Conseguimos anillos de pareja, y son hermosos.
Me quedé helada y solté un suspiro.
—¿A eso te referías con siguiente paso?
—Sí, ¿pesabas otra cosa?
—No, nada—me apresuré a decir girando mi cabeza a otra parte.
Ella se queda en silencio por un momento.
No puedo creer que mi mente haya pensado eso, ¿en qué estaba pensando? Ellos sólo tienen semanas saliendo, no podrían ir tan lejos.
—¿No me digas que... ?—parece comprenderlo y suelta su estruendosa risa. Entonces ella se abalanza sobre mí, colgándose de mi cuello, abrazándose a medias y pega su mejilla con la mía—nuestra gorila resultó ser una pervertida, no pensé que fueses así—dice aún riendo.
La sangre empieza a subir a mis mejilla y lo más probable es que esté sonroja a en este momento. La vergüenza me cubre por completo.
—¡Cállate!—exclamo, ella me mira y luego ambas nos hechamos a reír.
Asher.
La oscuridad abruma mi vista e impide que pueda ver algo, mi cuerpo es cubierto por completo de sudor que, a pesar de no poder verlo, siento. Siento el dolor, la tristeza, y el como todo empezó.
El silencio abunda todo el lugar como si estuviera en una especie de esfera antisonido, sólo y abandonado. Sin risas alrededor, y sin nadie a mi lado.
Mis extremidades duelen y se me dificulta moverlas.
"Está sucediendo de nuevo"—pienso.
Y como las otras veces, la oscuridad se aclara siendo sustituida por una inmensa y brillante onda de luz, tan brillante que es dolorosa para mis ojos. Con mis brazos cubro mis rostro por un momento, cuando los abro éstos empiezan a adaptarse a la luz.
Puedo distinguir por completo el lugar, mi antiguo colegio. Una versión mas joven de mis padres están al frente cruzados de brazos, hablando con el director de manera sería, la complejidad de la situación se refleja en sus rostros. El director por un momento posa su vista sobre un pequeño con sus mejillas coloradas de un color carmesí debido al frío, odservandolo con pena y sorpresa al mismo tiempo, luego asiente con su cabeza cerrando los ojos y procediendo a entrar a su oficina luego de decirles unas últimas palabras a mis padres que no alcanzo a escuchar.
Ellos se acercan a mí y se agachan hasta el pequeño, papá coloca su mano en su hombro ejerciendo una suave presión, sin llegar a ser doloroso, mamá permanece de pié manteniéndose de espaldas, noto como de vez en cuando parece hipar y llego a la conclusión de que está llorando.
—Tienes que se fuerte Asher—papá rompe el silencio y con esas simples palabras mamá se hecha a llorar de manera desconsolada. Ella se gira dejando ver su pálido rostro lleno de lágrimas y ojeras desastrosas, últimamente es notable que no está durmiendo bien por las noches.
Mi corazón se encoje de preocupación y dolor al verla de esa manera, no me gusta ver a los demás sufrir y menos si la causa de ese dolor soy yo. Es cuando se acerca y alejando a papá abraza al pequeño Asher, sus lágrimas mojando la camiseta del uniforme colegial.
—No importa lo que suceda, estarás bien cariño. Tienes que estarlo, mamá y papá siempre estaremos para ti, todos nosotros lo estaremos, apoyándote por eso tienes que permanente fuerte.
El pequeño la odserva y asíente sin mucho entendimiento de la situación.
—Asher, ¿qué sucede?—pregunta una voz femenina.
—No lo sé, mis padres están tristes.
Me separo de mi madre y voy con la chica. Su sonrisa es tan deslumbrante que no puedo evitar odservarla. Pero de pronto ella se detiene y me señala con asco.
—¡Asher, tú nariz está sangrando!—grita con horror.
Obro mis ojos con fuerza despertando de aquel horrible sueño, descubro mi frente empapada en sudor y paso mis manos para limpiarlo. A mi lado August duerme plácidamente arrojando una de sus largas piernas encima de mí y con su brazo me abraza de la cintura. Su boca está abierta y de ella se cuela el líquido, llenando mi camiseta de su repugnante secreción salival.
De un brusco movimiento lo aparto lanzándolos lejos, quedando del otro lado de la cama, la sábana que nos cubría a ambos es arrastrada por él y termina enredandoce en su cuerpo. Ante mi rudo y para nada delicado movimiento, él gruñe arrugando su entrecejo.
—Estúpida larva—suelto molesto.
La cama se mueve cuando él se mueve, acomodándose en una almohada quedando acostado hacia abajo con las piernas extendidas a ambos extremos de la cama. Cuando una de sus piernas se acerca a mí, vuelvo a empujarlo ésta vez con más fuerza.
—Tan frío e intimidante como siempre, debes aprender a ser más gentil con las personas, y no sólo con Mikaela—murmura aún con los ojos cerrados.
Le doy una mirada seria y el se encoje en su lugar.
—Cállate.
—¿Volviste a tener la misma pesadilla?
—Sí.
—Tranquilo Asher, todo estará bien. Has estado bajo control y ahora tienes a Mikaela y a todos nosotros, no estás sólo.
—Lo sé, por eso sigo aquí.
—Y seguirás estando.
Me levanto de la cama, camino hasta mi ropa, tomo una sudadera y me la coloco. No vendría mal tomar algo de aire fresco.
—¿A dónde vas?
—Saldré en busca de poco de aire fresco—digo tomando unos tenis y colocarmelos.
Él incorpora en la cama odservandome.
—Vuelve a dormir, aún es de madrugada. No me sigas.
—De acuerdo, no tardes.
Salgo cerrando la puerta con cuidado. Un pasillo me recibe, las luces encendidas dejan un sendero que seguir y las instrucciones con flechas hacen imposible el que me pierda.
Mis pensamientos son llenados por el hecho que desde un principio decidí salir, el sueño.
Desde los diecisiete años la gran cantidad de las noches termino despertando por la misma pesadilla, repitiéndose una y otra ves sin cesar. Recapitulando el principio de mi verdadera miseria, tan sólo siendo un niño la noticia más grande y que cambió por completo mi vida, me fue dada, y desde entonces muchas cosas cambiaron.
No siempre las cosas son como esperamos, vivimos dando giros constantes en nuestra vida sin un rumbo fijo, sin saber que nos espera el mañana, o si realmente habrá uno. Nos esforzamos hasta los huesos, muchas veces hasta perder la cordura y el sentido de nosotros mismos. Tratamos tan arduamente de encajar en el mundo.
La vida te golpea, lastima y se empeña en hacerte creer que nada vale la pena. Golpeándote hasta el cansancio, una y otra vez. Y lo peor es que no le importa si eres niño, joven o adulto. Pegando como saco de boxeo a cada individuo. Dejándote en el suelo y sin ganas.
Y es que no se trata de siempre ganar, si no de tener ganas de luchar. De salir adelante con esfuerzo. No dejarnos alarmar por el miedo, si no, usarlo como impulso para conseguir lo que buscamos. Darlo todo por aquello que queremos como si el después no existiese y fuese el último instante. Porque después de todo, no sabemos cuando pero,
Todos vamos a morir...
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro