Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo- 38

Con mi cabeza reposando sobre mis manos, las cuales se encuentran sobre la mesa, relamo mis labios y odservo de manera fija a Asher. Sus manos se mueven con rapidez de un lado a otro, al igual que todo su cuerpo, mientras prepara lo que a mi parecer es una batida. Descarto el hecho al no reconocer ninguno de los tantos ingredientes que usa, lanzándolos uno detrás del otro a la licuadora sin mucho esfuerzo. Se mueve con tanta libertad y confianza, de ser yo hace tiempo que estuviera en el suelo sin idea de qué hacer. Sus ojos oscuros se centran en su tarea, haciendole ver su concentración.

Viste un pantalón de cuero negro que se aferra de manera perfecta a su cuerpo, haciendo notar su voluptuoso trasero. Y joder, juro que tiene más trasero que cualquier mujer. Con sus movimientos lo hace más notorio. El sonido de la licuadora encendida me devuelve a la realidad y me encuentro con la mirada de Asher.

—¿con que mirando mi trasero?—suelta a modo de reproche. Sus manos cruzadas sobre su pecho, como una mamá enojada y sus cejas alzadas de forma que resulta amenazante. Un delantal color verde magenta cubre su pecho, lo que lo hace más semejante a una mamá peliona. De pronto su gesto de reproche pasa a ser un gesto de picardía y sé con anticipación que lo siguiente que dirá será algo desvergonzado—si quieres puedes tocarlo, no tengo ningún problema con ello.

Siento la temperatura subir ligeramente por sus palabras.

—¿Encerio puedo?—suelto sin pensar. Recojo mis manos y las dejo en mi regazo, debajo de el desayunador. La silla cruje ante mi leve movimiento y yo sólo me encojo de hombros de manera que resulte poco notoria, como la inconsciente acción de un niño cuando está a punto de ser descubierto.

—Sí—afirma de manera automatica—Sólo que si tocas el mío, por ley también tengo que tocar el tuyo. Ya sabes tiene que ser mutuo, de lo contrario sería injusto, ¿no lo crees?—dice de la manera más desinteresada que conosco. Una sonrisa ladina recorre su rostro.

Alcanzo un trapo de cocina con mis manos y se lo lanzo con fuerza. Sabía que algo bueno no se podría traer entre manos, después de todo es de Asher Miller de quien hablamos y él es todo menos una persona normal.

Parece que lo viera todo en cámara lenta, ya que al justo momento de que el trapo casi se estampara con su cara,  inclina su cabeza hacia un lado esquivando sin ningún esfuerzo el golpe.

Gruño entre mis dientes al no tener éxito en ello.

—¿Porqué eres tan sinvergüenza?—vuelvo a dejar mis manos en mi regazo. La tela de mi pantalón se siente rugosa ante el contacto con la piel de mis manos, pero la sensación me parece tranquilizante.

Él se queda unos minutos odservandome, como si pensara su respuesta. Ahora un guante para horno en sus manos. La verdad es que su destrezas en la cocina me han sorprendido bastante, y es que yo apenas y se calentar agua. Sin embargo el sabe incluso hornear pastel o eso me había comentado. Y empiezo a creerlo con lo sobresaliente que se ve en la cocina.

—No soy un sinvergüenza gorila—introduce en su boca un dulce—soy un desvergonzado—menciona con la boca llena como si fuese lo mas odvio. Se agacha hasta el horno y deposita dentro de él lo que sea que reposa entre sus manos.

—¡es lo mismo!—exclamo sin paciencia.

—No, no lo es—tararea como si se tratara de una canción energético—pero aún si hubieses tocado mi trasero, no habría tocado el tuyo. A menos que me lo permitieras, porque de lo contrario me envías a un hospital de volada con tus manos de titanio—eleva su puño haciéndolo más dramático.

—Si lo haría.

Asher se acerca hasta quedar frente a mí, su cabello moviéndose de forma brusca al compás de su avance, coloca una mano en su cintura reposando, mientras que la otra la extiende hasta mí con lo que parece ser chocolate en forma de bola, instando a que habra mi boca y la coma. Sin dudarlo me inclino sobre el desayunador que nos separa alcanzando su mano y con una leve abertura de mi boca tomo el chocolate. El sabor exquisito empieza a inundar mi sentido gustativo y disfruto su sabor de manera lenta. Entonces lentamente, procurando no mormerme la lengua en el intento, con lo desafortunada que soy, mastico. Siento como algo líquido se empieza a dispersar dentro de mi boca con sabor a lo que parece ser ¿melocotón?, no lo sé, pero definitivamente era delicioso.

—Haces muchas caras  raras mientras comes, las cuales te hacen lucir tierna—arrugo mi entrecejo con desaprobación—Eres como una niña a la cual le entregan a probar su primer dulce—comentó riendo—en pocas palabras, te ves linda mientras comes. No me cansaría de odservarte nunca.

—Y tú te ves jodidamente sexi cocinando la comida que me como—él abre a con sorpresa de repente Me aturdo un poco por su reciente reacción, es como si hubiese visto algo no esperado. Luego de odservarlo de manera fija esa sonrisa pícara que forman sus labios, caigo en cuenta de algo—¿he dicho eso en voz alta?

Él asiente fervientemente sin ocultar su felicidad ante ello. Quisiera poder cavar cien metros bajo tierra y enterarme ahí dentro. ¿cómo he podido decir eso en voz alta? Es algo fuera de lugar sin duda, se supone que no he de decir ese tipo de cosas si no quiero terminar de caer por él. Pero es como si todas sus desventajas se conviertan en algo espléndido ante kis ojos, es como si lo que

—Con que te paresco sexi ¿eh?—apoya su codo sobre el desayunador y reposa su cabeza sobre la palma de su mano. La expresión de "ya valiste" esculpida detalladamente, punto por punto en su caraEntonces, cocinaré siempre para ti. Así podrás comer la comida que este sexi cocinero cocinará sólo para ti gorila. No creas que he olvidado el hecho de que me debes una comida preparada por ti—estampa un pequeño golpe con sus dedos contra mi frente, sin provocarme dolor, si no una ligera molestia.

He estado frecuentando constantemente la casa de los Miller, debido a que la señora Lea me invita cada vez que tiene la oportunidad e incluso el señor Criss lo hace. Siempre que me ven me tratan al igual que a un hijo, Lea corre a abrazarme y depositar besos por toda mi cara, he notado que es muy cariñosa con todos. Por otro lado el señor Criss no es de muchas palabras, pero me da una tierna sonrisa cada vez que nos encontramos. Todos aquí son amables, cariñosos y cada uno posee su propia locura. Me he adaptado a todos. De igual manera Asher pasa mucho tiempo en la casa de los abuelos, y ahora rara vez estamos separados.

Más cercana me he vuelto a él.

—Martes—flexiono mis piernas y bajo del anaranjado taburete.

—¿Martes?—repite él desconcerdo.

Aprovecho y arreglo mi desordenada vestimenta. Sacudo el jeans negro que ahora posee una tonalidad blanquecina, luego arreglo la camisa magas largas azul con rayas blancas que poseo, primero las mangas, después el cuello y por último la aliso con mis manos.

—Cocinaré para ti—alcanzo donde está atreviéndome a tirar un extremo de su camiseta y enredar mis dedos en ella. Él pareció sorprenderse por mi cercanía, mas sólo me regala una sonrisa—¿Puedo ayudarte con algo? Me siento incómoda al no hacer nada y dejarte todo el trabajo—dije con sinceridad. Aunque preferí omitir la parte de que queria estar mas cerca de el.

—Entonces esperaré con ansias a que llegue el martes—desliza sus dedos por el puente de mi nariz, haciéndome sentir una sensación extraña en esa parte—¿puedes ayudarme sirviendo el jugo?—asentí y traté de alejarme para hacer lo que dice. Su mano me detuvo y la entrelazo con la mía, provocando que mi corazon se salte varios latidos—mejor permanezcamos así.

Su mano como es común irradia frío por todos lados, pero eso no impide el hecho de que la sensación agradable.

—Pero el jugo no se servirá sólo Asher.

—Ya lo haremos luego, el jugo puede esperar. Esto—alzó nuestras manos unidas frente a nuestras caras—no.

Ha sido una semana desde que eso sucedió, nuestro beso. Desde entonces detalles como estos se han hecho común entre nosotros. Los cuales dejaron de parecerme desagradables.

Pasadas varias horas, tal vez cuatro o más, terminamos, mas bien Asher terminó yo sólo estaba como oso de peluche siendo una compañía para él. Con Asher por un lado sin querer soltarme en ningún momento y luego estaba yo queriendo comerme todo lo que preparaba con tan sólo verlo u olerlo. Lo admito él es un perfecto cocinero.

—Todo está listo familia, así que no se limiten a comer—anunció Asher poniendo el último plato sobre la mesa. Todos sentados alrededor de la mesa.

El señor Criss odservo todo como si estuviera teniendo una crisis existencial, sus ojos abiertos hasta más no poder, su boca se entreabrió y su rostro se endureció, más de lo que es normal en él. August tomó un pañuelo de la mesa y con cara de terror suspiró y se la lanzó encima bloqueando todo su rostro. Me encojo de hombros libremente.

—¿Quién preparó esto?—el señor Criss se levantó de la mesa con brusquedad.

—Lo he hecho yo padre—respondió Asher sin dudar.

Todo mi ser grita que algo no esta bien, y el idiota de Asher no parece notarlo.

—Hermano, se te ha colado una cebolla—Aila se añade a la conversación. Su voz sale débil, casi en un susurro como si temiera por lo que dice o fuese una palabra prohibida. Los ojos de. señor Criss odtienen un brillo ténue y su mirada se endurece, sus puños se precionan contra la mesa suavemente.

—¿Cebolla? Imposible—Asher mueve su visión en busca de dicho odjetido por toda la mesa, hasta encontrarlo—si la hay...

—¡Te he dicho que cebollas no Asher!

Criss vuelve a explotar contra Asher. Esta familia es realmente extraña.

—¿Qué sucede con la cebolla señor Criss?—me atrevo a preguntar.

—Es que las cebollas son seres malignos que me hacen llorar—confiesa el señor Criss con temor.

Me apresuro a tomar la cebolla entre mis mano y retirarla de la mesa. Si su temor es hacía las cebolla, no creo que haya ningún problema luego de retirarla. Al hacerlo todos me odservan fijamente.

—¿Qué?—pregunto con extrañes.

—Mikaela, ven—el señor Criss abre sus brazos.

—¿Qué? ¿para que?—me alarmo confundida por su repentina acción y la seriedad que recorre su rostro, haciéndome pensar que he hecho algo mal.

—Dame un abrazo.

Mi mente deja de funcionar por un momento, procesando lo que está pasando. Entonces tras varios segundos me acerco y hago lo que dice. Esto no podría ser más extraño, estoy abrazando a alguien que parece un mafioso. Luego de separarnos todos nos sentamos. Aila trató de pelear con Asher por sentarse a mi lado, sin embargo él segundo no le dio la más mínima oportunidad.

—¿Qué tal tu familia Mikaela?—me sorprendo por el tema de conversación tan repentino del señor Criss.

—Todos ellos están bien.

—Su familia es genial padre. La abuela es una profecional en disfraces de terror, el abuelo es increíblemente bueno con los chistes y Matias también es una gran persona. Cuando fui por primera vez a su casa su abuela estaba vestida de slenderman, parecía tan real.

—Y te desmayaste. Tuve que despertarte con un balde de agua e incluso mojaste mi cama Asher. Enserio eres un caso perdiodo—muevo mi cabeza en negación y hago una mueca de desagrado. El recordar cómo luego tuve que arreglar prácticamente toda mi habitación y desinfectarla me causa  extrañes. Me tomó más de cuatro horas hacerlo, y es que he despertado un tipo de síndrome de oxecion en cuanto a la limpieza.

En entorno es inundado por carcajadas, e incluso el señor Criss se une. Un ambiente de melancolía me recorre, al recordar los viejos tiempos en familia. Los dicipo rápidamente y un sentimiento de calidez lo sustituye. Sus risas alcanzan mis oídos, siendo un sonido apreciable para ellos.

—No puedo creer que tan bajo has caído hijo—el señor Criss alcanza el hombro de su hijo y deja palmadas en el, en forma de burla.

—Eso ya es mucho Asher—Lea se le une.

—Has caído soldado—August toma un pedazo de torta y la introduce en su boca con rapidez.

Aila no dice nada, sin embargo su amplia sonrisa y sus relucientes ojos hacen más que hablar.

—¡No me hice en los pantalones, mal pensados!—exclama Asher también riendo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro