Capítulo- 28
Asher.
Me había llamado amigo por primera vez desde que nos conocimos, algo tan simple como eso implica un gran avance para ella. Eso indica que ha empezado a aceptar el hecho de que no soy una persona más del montón, ha empezado a dejarme entrar a su vida, se que con lo que ha pasado ha de costarle bastante el poder abrirse a las personas lo digo por experiencia propia. El pasar por un hecho el cual es inesperado, pero a la vez inevitable simplemente algo que en su momento no podemos asimilar del todo. Muchos se aferran a los recuerdos quedándoce estancados en el mismo lugar, sin encontrar alguna salida. Otros aceptan lo que fue y debido a esto se hacen más fuertes. El perder algo importante que ha permanecido contigo y que ha formado gran parte de tu vida hace que nos cerremos a los demás, incluso a nuestra propia familia. Sentimos miedo, decepción y...mucho dolor.
Su pequeña estatura y su extraña ternura me hizo querer protegerla desde el primer momento en que la vi hace dos años. Se veía tan indefensa tan ajena a todo, sus ojos tan apagados y sin una pizca de brillo en ellos me hicieron recordar a alguien. El vestido negro que poseía llegando hasta su rodilla, sus labios se movían en una perfecta sincronía repitiendo las mismas palabras "gracias". Las personas vestidas al mismo color negro se acercaban a ella con tal de demostrar su pesar hacia la familia. Es fácil decir que sienten la pérdida de un ser querido, pero el sentimiento es desgarrador y aunque no he sentido ese dolor de manera completa podría comprender un poco su dolor, el perder a su madre. Por eso cuando por casualidad la volví a ver y enterarme de que había empezado a vivir en Fairfax, decidí no seguir en las sombras y al contrario disfrutar este tiempo con ella sin arrepentimientos.
El escuchar mi nombre salir de sus delgados labios causaba grandes revueltas en mi ser y sin poder evitarlo esa simple acción consigue ponerme nervioso hasta el punto de sonreír como loco de manicomio. Aquellas personas que son catalogados como locos y llevados a tratamiento y a veces también incluso temidos por el ser humano, las mismas persona que sonríen todo el tiempo y se ven feliz, aunque sea por su condición igual me hace creer que:
Estar loco no es tan malo.
De alguna manera todo con ella se había vuelto así, cualquier acción por mínima que fuese me parece maravillosa viniendo de ella. Al principio de sentirme así quise negarlo diciéndome que era pasajero, pero a pesar de el tiempo y volver a verla los sentimientos aún seguían ahora y confieso que he caído por cierta gorila gruñóna.
Estoy completamente enamorado de Mikaela Burnett.
—Te he dicho que no sólo se quedará ahí, porque me esforzaré en que así sea. Así que vete preparando porque cuando caigas ante mi encanto no podrás librarte de él—dije acercando mi cara a ella guiñando un ojo con picardía.
Ella se quedó sin reaccionar como lo hace normalmente. Su cara siempre está sería o mostrando alguna mueca de desagrado. La única vez que la vi sonriendo fue cuando torpemente caí de la cama y se río de mi desgracia, que por cierto aún no logro recuperarme de manera completa de la espalda.
—No te hagas más ridículo de lo que ya eres—comentó apartando mi cara con un movimiento brusco—eso nunca sucederá y me aseguraré de que así sea—modificó mis palabras a su manera.
Llegó hasta la puerta y se recostó de el marco de la misma. Su pequeña figura apenas llega a alcanzar un poco más arriba de la mitad de la puerta, la ropa se moldea de manera perfecta a su cuerpo y su cabello recojido en una coleta alta la hace ver aún más linda.
La alcanzo posicionándome a su lado.
—Veremos quien persevera más gorila.
Volteó hasta mí con sus cejas arrugadas.
—Tengo un nombre—reprendió tomando su tan característico tono serio.
—Pero eres una gorila—comenté burlón—mañana ven a mi casa.
Su rostro se suavizó cambiando a un gesto normal, igual de serio.
—Me niego ¿porqué lo haría?
Supuse que algo así saldría de su boca. Siempre se niega a cualquier cosa que implique relacionarse con los demás, lo cual imagino que para ella es bueno y la hace sentir comoda. Pero no quiero eso para ella, quiero que se relacione con nuevas personas y que logre abrirse nuevamente a otros.
—Mi madre ta ha hecho la invitación, se ha esforzado bastante en preparar algo que sea de tu agrado. Dice que quiere compartir más tiempo contigo—preferí omitir el "quiero conocer más a la primera chica que trae mi hijo después de años". Y en parte la entiendo desde que eso pasó no quise acercarme a nadie, siendo Mikaela la única amiga que he decido hacer en años—incluso habló de hacer tarta de chocolates, ya que le compartí el dato de que te gusta el chocolate como a mí. Y Aila estaba tan feliz de conocerte cuando le conté sobre ti, hasta se ofreció a prestarge uno de sus dramas favoritos para que lo vieras y ni siquiera a mí me permite tocarlos—dejé escapar un suspiro bajo su atenta mirada, estaba a punto de conseguirlo—ah... es una lástima que no quieras venir, despreciando todo su entusiasmo.
—¿L-lea lo hizo?—preguntó titubeante.
—Sí, tu suegra gorila—contesté sin más.
Llevó su mano hasta su boca y empezó a mordisquear su pulgar con continuidad. Mordió su labio inferior haciéndolos enrojecer. Sin poder impedirlo mi mirada cayó sobre sus labios preguntándome a que sabrían. Niego con la cabeza arrojando dichos pensamientos. Mikaela resopla pasado varios segundos.
—Está bien—cedió.
—¡Sí!—exclamé feliz. Tiré de sus delgado brazos atrayendola hasta mí, envolviéndola en un abrazo. Su cuerpo se tensó ante lo repentino de mi acción, sin embargo no se apartó tampoco movió sus manos para abrazarme, tan sólo permaneció estática—mamá y Aila se pondrán muy alegres por esto.
—Bien par de tórtolos he llegado yo, así que vamonos. No quiero recibir amonestaciones por culpa de que se estén besuqueando en las aulas—August aparece repentinamente entre nosotros dando una gran zancada con sus pies, produciendo un sonido seco—¿Qué esperan? Hay que irnos—él hace un gesto con su cabeza indicando hacia la dirección por la cual hay que irnos.
Este chico es tan parecido a mí, que me pregunto si acoso no soy yo en él. Aunque no siempre fue así. Nuestra cercania ha sido desde pequeños por lo que lo conozco como la pala de mi mano, siempre ha sido muy apegado a mí, por esa razón le concedí el apodo de larva, es igual de pegajoso. Sus padres fallecieron cuando él era tan sólo un niño de cuatro años en un accidente, august fue el único sobreviviente sus padres lo protegieron hasta el final. Desde entonces mamá se ha hecho cargo de él, no sólo por el hecho de ser su sobrino, si no porque vio en el una necesidad y ella quiso suplirla. Al principio peliábamos mucho, aún recuerdo todos los sermones y uno que otros pequeños golpe al reprendernos.
—Asher andando—ordenó Mikaela. Se había percatado que no les seguía el paso en apenas unos segundos.
Con cosas tan simples consigue ser tan tierna, siento que me dará un subión de azúcar por tanta dulzura, lo cual no es bueno para mi salud. Necesito dejar de emocionarme por cosas tan simples, no es como si fuera un adolescente.
—Ya voy—trote hasta alcanzarlos.
Llegamos al establecimiento en cuestión de segundos. Este lugar que antes me parecía insignificante y aburrido, se ha vuelto tan especial desde el momento en que llegó ella. Sin darnos cuenta cada que salimos terminamos viniendo aquí los tres, aunque al principio August y yo tuvimos que literalmente arrastrar a Mikaela para que viniese, sin embargo ahora viene por su propia voluntad.
Tomé el modificado pomo de puerta de cristal enroscando mis dedos en largo tubo color dorado y la empujé para abrirla. La puerta no cedió y volví a internar, sin embargo luego de intentar alrededor de cinco veces la puerta se negó a ceder. O yo era un debilucho, o la puerta se había constituido de plomo en una noche.
—Asher, la puerta dice claramente que hay que halar no empujar—Mikaela se colocó a mi lado resoplando con pesadez, como si fuera lo más obvio. Literalmente lo es, hay un letrero que lo deja claro al decir empuje.
No puedo ser más estúpido.
Sus manos se posaron sobre las mías y halo la puerta con fuerza hacia ella. Un leve hormigueo recorrió la parte que ella había tocado. Luego de abrirla se dispuso a entrar sin mencionar palabra.
—Eres un bobo Asher, ¿cómo puedes confundir algo tan sencillo como ésto?. Así nunca conseguirás conquistarla hermano—pronunció August pasando por mi lado. Palpó mis hombros con sus manos mirándome con pena—tienes un largo camino por recorrer—dijo negando.
—Tú no eres quien para decir eso larva, nunca has tenido pareja.
Se detuvo y giró a verme.
—Porque no la necesito—concluyó sacando la lengua burlonamente. Peinó su cabello, arregló su ropa y se dispuso a alcanzar a Mikaela, la cual había tomado haciendo en la mesa de el fondo mirando algo en su teléfono—Hey, no creas que he olvidado el hecho de que me ofreciste golosinas a cambio de mi silencio esta mañana, quiero mis golosinas ahora. ¡las exijo!—gritó alzando sus brazos al aire como un niño haciendo rabietas.
El rubio teñido este prácticamente se arrojó en la diminuta silla que queda al lado de ella, estirando sus brazos con pereza. Empezó a molestarla moviendo su cabello por toda su cara. Lo hace sabiendo lo que le espera, lo más seguro es que en menso de diez segundos como máximo Mikaela lo golpeara sin compasión y bastante fuerte que pega. Como si ella leyera mis pensamientos abalanzó su mano estampandola en la nuca de August. Éste gimió de dolor por el golpe y le dijo algo que no alcancé a escuchar, pero por la reacción de Mikaela deduje que no fue algo bueno. Su rostro se puso rojo de la nada y sus ojos se abrieron con sorpresa.
—Parece ser una buena chica—Tim se hacerca a mí desde atrás tomándome por sorpresa. Siempre ha sido así de sigiloso desde el tiempo que tiene trabajando aquí. Aveces me pregunto si en realidad no es algún espía encubierto, haciendoce pasar por vendedor. Luego pienso que es Tim de quien hablamos, el mismo que he conocido por ocho años—entiendo que te guste, tiene sus propios encantos. Y como eres todo un masoquista es la chica perfecta para ti.
Tim viste con el uniforme del trabajo, unos pantalones color crema y una camiseta azul con las siglas Blues en él. En sus manos reposa una figura de acción de los legos. Ha sido fan de esas figuras desde que lo conozco. Cierta vez por tomar una de esas casi le da un ataque cardíaco por creer que la había perdido. Limpia la figura con un delgado paño blanco, llegando hasta las partes más minúsculas de la pequeña figura.
—Sí lo es—contesté sintiéndome un poco incómodo de repente.
—No tienes que ponerte así. A tu edad también pasé por algo similar. Era una chica brillante, con grandes alas tan angelicales que parecían celestial.—Tim miró hacia la nada, sus labios se curvaron en una sonrisa mientras parecía rebuscar en sus recuerdos.
—Y qué pasó con ella—me atreví a preguntarle con tal de satisfacer mi curiosidad.
—Abrió sus alas y voló desde entonces no la volví a ver quizás murió desplomandoce en el suelo—no se qué expresión ha de tener mi cara, pero al parecer notó que no estaba entendiendo ni una mínima parte lo que decía—era un ave chico.
Un quejido sale de mi boca.
—Fue la peor historia que he escuchado en toda mi vida.
Escuché reír a Tim mientras me acercaba a los chicos. ¿Qué clase de historia fue esa? Ni siquiera odtuvo un final feliz, a pesar de ser un ave pudieron convivir como amo y mascota, pero sólo se separaron y jamás volvieron a verse.
—¡Asher, dile a Mikaela que me compre mis golosinas!—gritó august a penas llegué—das vergüenza ¿cómo puedes hacerme esto a mí? ¡soy el producto de su amor!
—¿Ahora que rayos estás diciendo?—expresó Mikaela con cierta molestia en su voz, con una expresión no agradable.
—¡Que soy el producto de el amor que se tienen tú y Asher!
—Entonces nunca existirás, porque entre él y yo no hubo, no hay y nunca habrá algo—volvió a odservar su teléfono.
La curiosidad me invadió. Quiero saber con quien habla, que le gusta y que no, quiero saber todo de ella. Ella se ha convertido en alguien que ocupa todos mis pensamientos, no niego que al principio me pareció interesante sólo por el hecho de que en cierto sentido somos similares y tenía el deseo de protejerla, pero con el pasar del tiempo ese sentimiento de curiosidad y protección fue agrandandoce y aú no deja de extenderse.
—Gorila, ¿qué es lo que tanto ves en el teléfono?—pregunté removiendo un poco mi camiseta y tomando asiento al frente de ella, ya que larva tomó ventaja y se sentó a su lado.
Ella levantó su mirada cenectándola con la mía por un momento. Luego la volvió a bajar volviendo a su estado inicial, relamió sus delgados y rosados labios y dijo:
—No es asunto tuyo Asher.
《Nota》
Nueva actualización Lions, espero que sea de su agrado, disfruten.
Se ha revelado que Asher conocía a Mikaela desde antes de lo que pensábamos eh, ¿Alguna teoría? Pueden dejarla en los comentarios, los leo.
Así es como me imagino a Mikaela, ya que cumple perfectamente son sus características, es tierna sin pretenderlo, diminuta y seria, aunque con esa carita no se puede tomar muy encerio, pero igual puede dar mucho miedo.
¿Qué les parece?
pueden sentirse libres de imaginarla como prefieran Lions.
Y este es August, incluso la ropa infantil concuerda con él. Esto ha sido todo.
Gracias por leer Lions.
Cuidense mucho, tomen mucha y coman mucho Lions.
××CHOI××
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