Por el momento he podido manejar esto de manera sencilla. Comer helados en una tienda de comida con dos chicos de mi edad no era algo difícil, sólo tendríamos que sentarnos por un momento y disfrutar del refrigerio hasta terminar...o eso pensé. Sabiendo que cierto chicos no son para nada comunes. Su comportamiento, acciones e incluso manera de expresarse son extrañas. Debí suponer que con ellos al lado todo por muy diminuto que sea, se convertiría en algo desastroso.

Estamos en la misma tienda de comida donde días antes había terminado entrando por casualidad luego de ser empapada por la fuerte lluvia. La estructura de la pequeña tienda está bien elaborada. Diversos pasillos divididos por sectores. En el derecho están los embutidos. Izquierdo las meriendas. El de en medio las bebidas dentro de una inmenso y alargado refrigerador. En el pasillo siguiente a esté se encuentran las comidas intantáneas. Y así sucesivamente con todos los demás. Al llegar quien nos atendió fue un señor de mediana edad, por lo que asumí que a Asher no le tocaba trabajar hoy.

—Hey Mikaela ¿por qué no nos cuentas algo sobre ti?—habló August, un leve sonrojo recorría toda su cara a causa de el alcohol que ahora corría por sus venas. Una botella de licor yacía entre sus manos sosteniendola con gran fuerza y por mucho que Asher y yo tratamos de despojarlo de ella no conseguimos lograrlo. Es increíble cuanta fuerza de voluntad puede desarrollar una persona bajo los efectos del alcohol—eres taaan callada y reservada—dijo arastrando las palabras con notoria dificultad en su pronunciación—-Sólo te gusta insultar y golpear...incluso me duele la cabeza por tus golpes—murmura para sí mismo frotando su cabeza. Su estado era peor que el de un niño indefenso. Las palabras que dicen no tienen sentido ni un orden específico, sólo suelta lo primero que le llegue a su mente—pero le pareces una buena personas a Asher desde hace tiempo, por lo que también desperté cierta curiosidad en ti. Así que...

Asher se apresuró a posicionar la palma de su mano sobre August silenciando cualquier palabra que quisiese salir de su boca. Ambos se balancearon de un lado a otro casi perdiendo el equilibrio, pero consiguieron mantenerse de pie. Augus forcejeo con tal de conseguir liberarse, siendo el alcohol poseedor de su cuerpo, claramente no logro conseguirlo.

—No le hagas caso, Gust es así desde que una pequeña cantidad de alcohol es introducido por su boca. Y por su baja resistencia al alcohol comienza a divagar cosas sin sentido que ni siquiera biene al caso.

Su maño permanece en el mismo lugar sin ninguna aparente intensión de moverla. Sus ojos destellan preocupación y temor a las vez.

—No es como si lo hiciera aún estando sobrio—contesté neutral. Sus opiniones no son relevantes para mí y lo demuestro cada momento que puedo.

El señor de mediana edad que se encontraba detrás de la barra se acerca al ver el estado de August. Lo tomó alzandolo del asiento y lo sacudió por los hombros. Sin embargo termina resultando inútil, ya que este había caído en un sueño muerto. Uno de esos sueños que caracteriza a alguien bajo los desastrosos efectos de el alcohol. Sabría diferenciarlo porque varias veces Adrien llegó tarde a casa de esa manera y tuve que cubrirlo mientras el disfrutaba de su pleno sueño.

—Esta larva de nuevo—dijo el señor suspirando con cansancio. Es esperado y razonable, tres jóvenes invadiendo su lugar de trabajo para sólo causarle problemas—sabe perfectamente que tiene baja resistencia para el alcohol y aún así lo consume. Y tú—se giró dirigiéndose a Asher señalándolo de forma acusatoria—¿por qué no lo detuviste?

Asher en respuesta se encogió de hombros restandole importancia. La seriedad recorriendo su rostro como si fuera algo normal esto. La situación sólo lograba producirme cólera y sentirme extraña.

—ah...—dejé escapar en un susurro cerrando mis ojos por un momento para a continuación abrirlos—lo mejor será que lo llevemos a descansar a su casa, prepararle algo para que se le pase los residuos de el alcohol y las consecuencias no sean tan graves el día de mañana.

Los demás me miraron con notoria extrañéz resaltando en sus caras. Como si se hubiesen olvidado de mi presencia y ahora que hablo lo recordasen.

—Mikaela...¿estás bien?—Asher abrió sus ojos de tal forma que parecían que saldrían de sus cuencas. Su voz teñida de temor y con cara de asombro.

Alcé una de mis cejas amenazante enganchando una dura mirada en él. Su pregunta tomándome por sorpresa. Su primo está en un estado de ebriedad severo y lo único que se le ocurre preguntar es ¿si estoy bien?. Es decir si yo estoy bien y no August.

—¿por qué no lo estaría?

—Es que...bueno—dice de manera pausada logrando impacientarme. Dejo pequeños golpes con mi pie en el piso—estás siendo buena y queriendo ayudar. Además ni siquiera nos has insultado o golpeado en el tiempo que llevamos aquí.

El señor abre sus ojos en mi dirección, tanto que parece que se saldrían de sus cuencas. Genial ahora me ha hacho quedar como una desquiciada golpeadora que está de manicomio frente a una persona que ni siquiera conosco. No es como que me importase mi reputación o algo por el estilo, pero ahora seré reconocida en cualquier lugar por esta persona. Algo como eso es imposible de olvidar, ya que situaciónes como éstas no se ven todos los días y por coincidiente yo la portadora de tal descripción no seré olvidada. Mis días de vagar como un fantasma por las calles sin ser reconocida llegando a su final.

Le fulmino con la mirada como advertencia. Asher parece captarlo ya que una risa nerviosa se asoma por su rostro y permanece en silencio desviando su mirada.

—Eso no es cierto señor. Asher es propenso a hacer este tipo de bromas, creando rumores falsos sobre mí—aclaro dándole una de mis mejores sonrisas. La cual parece surtir efecto, ya que su rostro se relaja devolviéndome la sonrisa—ahora Asher toma de un extremo a August y yo tomaré del otro—le rete con la mirada.

Hizo lo que dije, cada uno tomándolo de un extremo. Y como pesaba el muy desgraciado, parece que se introdujo piedras en el estómago. Es lo único que explicaría su exagerado peso, ni siquiera Adrien es tan pesado. Aunque es posible que sea porque me haya acostumbrado a su peso.

—Gracias por tu comprensión Tim y disculpe las molestias—se despidió Asher refiriéndose al señor como Tim. Hasta nombre molesto tenía, sólo espero que luego no logre reconocerme—ojalá y esto se vuelva a repetir.

—¿¡Qué!?—exclamo. Bien tal vez y sólo tal vez la exageración de Adrien se me estuviera contagiando. Pero ¡vamos! Escuché claramente cuando dijo que esto se volviera a repetir.

—Emm...—pronunció aclarando su garganta—dije que ojalá y esto no se vuelva a repetir sorda—Si cree que me hará perder la cabeza esta muy equivocado. No soy sorda y mucho menos loca sé lo que mis oídos escucaron—ahora andando que ha oscurecido bastante y la casa no queda muy cerca que digamos—Asher me insta a caminar.

Asentí con un simple movimiento de mi cabeza.

Pasé el brazo de August por mi cuello para obtener mayor disponibilidad de su cuerpo y evitar que los dos...bueno tres calleramos de bruces contra el duro cemento de la calle, lo cual no me perece muy tentador dejar estampada mi cara contra éste, pero me importaba si los dos a mi lado lo hiciesen. Colé mi brazo por la espalda sosteniendolo, Asher había hecho lo mismo, por lo que nuestros manos se encontraban a centímetros y de vez en cuando se rozaban. Bajé mi mano alejándola de él debido a que su cerquedad me empezaba a incomodar. Mis pies se mueven sin rumbo alguno sólo seguía los pasos de Asher. Ahora que lo pienso no sabía donde vive, en realidad hay muchas cosas que desconozco de ellos. Mi atención no estaba centrada en ninguno de los dos, tan solo pensaba en el hecho de desacerme de ellos. Pero por primera vez empiezo a tener un poco de curiosidad.

¿por qué son de esa manera?

¿podría ser su familia también así?

¿De dónde proviene su tan abundante fuerza de voluntad?

¿porqué su incomprensible deseo de permanece a mi lado?

Tales preguntas se paseaban por mi mente esperando por respuestas.

Había estado tan concentrada que ignoré el hecho de que ya no estábamos en movimiento y nos habíamos detenido en frente de una gran casa. La cual está compuesta por un primer y segundo nivel. Cuatro ventanas se encuentran a la vista el segundo nivel, mientas que el primer sólo consta con dos de ellas. Su color es naranja encendido que de tan sólo verlo tienes que apartar la mirada por lo escandaloso que es. Una rejilla separa el interior con las calles y una pequeña puerta de metal negra daba la entrada. Por dentro un hermoso jardín de ¿hierbas?. Sí, eso eran. Un hermoso jardín de hierbas adornaba el frente de la casa, haciendo contraste con el color de ella.

Asher se acercó hasta la puerta de metal y tocó un diminuto botón que yacía al lado de ella camuflada por unas pegatinas de lo que parecen ser más hierbas, sólo que éstas son de plástico. Por el pequeño botón se empezó a emitir un extraño sonido como el sonido de una llamada cuando se pierde comunicación por falta de señal. Al lado del pequeño botón se encuentra una bocina por donde al parecer se pueden comunicar desde adentro hacia afuera y viceversa.

El mismo sonido se volvió a emitir y tras unos segundos alguien habló:

—Familia Miller ¿Qué se le ofrece?—una voz femenina y muy animada se escucha a través del aparato. A pesar de lo animada de su voz, posee una inusual madures, así que basándome en dichos elementos ha de ser una señora de algunos cuarenta años.

Asher dejó presionado el botón y repondió:

—Mamá soy yo ¿podrías abrir la puerta ya?

Así que la voz femenina es perteneciente a su progenitora.

—¡ah, cariño eres tú!

Un pitido se escuchó desde la puerta y de manera automática empezó a abrirse. Un sendero de flores que guiaba hasta las casa se dejó notar al abrir la puerta. Al final de éste salió una mujer por la pierta desde adentro de la casa vistiendo un traje ejecutivo, mientras alzó su mano y empezó a agitarla en el aire divertidamente. Aún un poco anonada por la situación giré mi cabeza en un ángulo de noventa grados en busca de respuestas. Se Supone que solo le ayudaría a traer a Augus hasta su casa para luego regresarme de volada a mi casa, pero la mujer que sonríe como si su vida dependiera de ello me dice que eso no será posible y que esta simple noche se terminará convirtiendo en una noche de charlas sin fin.

Asher giró a verme con un poco de pena en sus ojos que se sustituye con la sonrisa de sorna que recorre su rosto. Supuse de antemano que en realidad no había sido una total coincidencia el que haya venido hasta aquí, si no que en cierta parte lo había planeado todo meticulosamente. Porque así es como es Asher, una persona despreocupada, pero a la vez misterioso e inteligente.

—Mikaela ¿estás lista para conocer a la familia Miller?—una oleada de insertidumbre me invade de repente. Un frío abrazador se abalanzó sobre mis hombros, yendo y viniendo, consiguiendo que algunos de mis cabellos sobresalgan hasta mi cara. ¿más como ellos?

Hay no ¿¡En te has metido Mikaela!?

Gracias por leer Lions ❤

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