Clover entró al salón con el uniforme escolar, soltó un suspiro exhausta, miró delante de ella encontrando a su padre sentado junto a dos hombres de la mafia. A uno de ellos ya lo conocía, Ogai Mori, líder de la Port Mafia, iba seguido a su hogar para entablar relaciones con el Clan Archer. Pero... al otro jamás lo había visto, joven y lindo, con aires de misterio, tenía parte del cuerpo vendado y estaba leyendo un libro en plena reunión. "Me encanta, lo quiero" pensó divertida, aunque se notaba que era unos años mayor a ella. 

Probablemente esa sería una ocasión especial o extremadamente urgente, porque Arthur nunca permitía que chicos así entraran a la casa con su bebita presente, la conocía muy bien para saber que no era inocente y pulcra.

Los tres la miraron, antes de poder decir algo su padre ya la había interrumpido...

—Que bueno que llegaste, cariño. ¿Quién es tu amigo?—preguntó tratando de encubrir su molestia con una expresión seria.

Clover frunció el ceño y miró a su lado, su compañero de escuela estaba parado a su lado cargando su mochila y demás cosas. Dazai lo analizó con curiosidad, tenía la mirada perdida, sus ojos parecían no tener vida, luego la miró a ella, probablemente ese comportamiento sería efecto de su habilidad. 

—Deja mis cosas en mi cuarto y puedes irte, gracias por acompañarme—dijo Clover con amabilidad y pasó sus dedos delicadamente por el cabello del chico, él al instante reaccionó—, eres muy amable.

—Claro, no es nada—la sonrisa de Clover atontó al muchacho e hizo al instante lo que ella pidió.

Arthur esperó a que el compañero de su hija se perdiera de vista subiendo las escaleras hacia el cuarto de Clover y la miró con severidad. Ella se mordió el labio esperando el interrogatorio que le haría su padre para que admita su inmadurez y castigarla.

—Hablaremos luego sobre esto, lo quiero fuera ya mismo.

Clover sonrió contenta, siempre que decía eso la furia se le pasaba y solamente le daba una advertencia tonta. Se había salido con la suya, fue algo bueno porque ni siquiera recordaba el nombre de su compañero, todo pasó de manera improvisada, salió de la escuela y no tenía ganas de cargar los libros, por lo que no cubrió ciertos huecos en la trama, ya que, supuestamente, ese día Arthur trabajaba y no estaría en casa.

—Claro—sonrió con dulzura.

Se dirigió a su cuarto, no sin antes echarle una última mirada a Dazai, quien la observaba con bastante interés. Él continuó mirando el camino por donde ella se marchó unos segundos más.

—Jamás voy a cansarme de decirte lo hermosa que es tu Clover—acotó con su cotidiano tono lascivo Mori. 

Arthur no tardó en clavar una navaja entre los dedos de su colega sin siquiera mirarlo, Mori soltó una carcajada y apartó la mano.

—Y yo jamás me voy a cansar de decirte que si le pones un dedo encima voy a descuartizarte—Dazai se sobresaltó un poco por la repentina actitud de Archer y cruzó miradas con él, no se veía como un hombre temperamental, sino más bien frío y calculador—, para ti también va, mocoso. 

Dazai sonrió con socarronería.

—No se preocupe, señor, no creo ser la clase de hombre que le guste a su hija. 

• ────── ✾ ────── •

Al dirigirse a la salida, Dazai pudo contemplar varios cuadros de la familia Archer, "sin dudas ella se lleva el protagonismo" Clover se veía como una adolescente dulce y correcta en la pintura, pero él sabía perfectamente que esa mirada no representaba eso, fingía descaradamente.

Mori lo miró con diversión mientras iban en el auto de camino a la sede de la Port Mafia.

—Veo que la heredera de los Archer te dejó deslumbrado, Osamu.

Dazai apartó su vista de la ventanilla y observó a Mori.

—Todas las mujeres me deslumbran—mintió con una sonrisa.

¡Feliz navidad! Que buena forma de empezar esta novela, ¿no?