𝑹𝒆𝒔𝒑𝒊𝒓𝒂
Advertencias: Spoilers de la Dark era.
Si yo lloró por el inicio de clases, ustedes lo harán conmigo.
Te imaginas que cualquiera que no sea como tú debe ser feliz. Pero recuerda que en algún momento todos sentirán la pena de separarse de los amigos, sin importar cuál sea su educación o estado.
Toma conciencia de tu propia felicidad
-Sense and Sensibility
~•~
—La reunión salió muy bien— el castaño caminaba por los largos pasillos de la mafia —Incluso sin el perro dando vueltas se llegó a una decisión.
—¿Perro?— la azabache llevaba una carpeta entre las manos —¿Hablas de Nakahara?.
—Ese pequeñín se ha vuelto cercano a ti— tocó su pecho con falsa indignación —Eres amiga de mis enemigos.
—Nakahara no es tu enemigo— de mala gana dejo la carpeta en sus manos —Solo tu rival.
El de vendas hizo una mueca evitando ver la cara de Jane —Es la información del agente que te mencioné.
—Es un traidor, pero tú ya lo sabías.
—No quiero hablar de eso— su tono se volvió más serio.
—¿Cómo está Akutagawa?— cambio de tema rápidamente —No entiendo porque no me dejaste acompañarlo.
—Está bien— hizo una pausa en su andar para ver directamente a la muchacha —¿El te importa?.
—¿Qué es lo que quieres escuchar?— Jane no detuvo sus pasos, al contrario fué más rápida.
—Lo que opinas—corrió tomando sus hombros —Solo eso.
—Sé la clase de cosas que haces— suspiró cortando el contacto —Lo duros que son tus entrenamientos.
—Me parte el corazón que pienses eso de mi— continúo en esa actitud infantil, que muy pocos la conocían en realidad.
Se quedaron en silencio hasta que llegaron al pasillo donde estaba la oficina —De todas formas no te odio, sabes que soy incapaz de hacerlo. Hemos vivido juntos desde hace años y una discusión no cambia eso.
—Mi amada flor de loto, tienes una manera muy extraña de apreciar a tus seres queridos.
—Solo no le dispares más, lo lastimas más de lo que crees.
—No prometo nada— mostró la lengua burlonamente.
—Suerte Osamu— sus palabras llegaron al suicida, quien apretó los labios para después sonreír.
—No estoy triste, no tienes que ser amable por la situación de Ango— sus ojos suplicaban un poco de afecto, así que tímidamente se acercó —De verdad no estoy triste.
—Lo sé— con sus brazos rodeó su cuello para acercarlo y acariciar su nuca —Aún así quiero abrazarte.
Él sabía que solo era un mentira, quería abrazarlo porque el lo necesitaba. Se quedaron así unos segundos, el joven no se atrevió a devolver las caricias, pues era como un niño pequeño buscando consuelo —No importa lo mucho que estemos enojados, somos hermanos.
Lo soltó y para el suicida fué la señal que estaba esperando, desapareció en cuanto pudo hacerlo. Jane suspiró cansada, entró a su oficina. No tenía forma directa de contar con Chuuya, así que solo se quedó sentada pensando en que podría estar haciendo.
No estuvo presente en la reunión, pero se le tomó en cuenta como un voto a favor de las estrategias para acabar con Mimic.
—Nakahara, estos días son extraños— tocaba su collar —Creo que algo malo pasará.
Escondió su cara entre sus manos temblorosas, estaba ansiosa. Regreso sola a casa, su trayecto fué bastante tranquilo, no había quejas del pelinaranja. El la llevaba todo el tiempo, incluso si sus horarios no coincidían.
—Quiero verte.
.
.
—!Mierda!— un hombre de cabellos naranjas apretaba los puños.
Las negociaciones salieron bien, de hecho excelentes pero tenía que permanecer un día más. Incluso si salía ya mismo tardaría al rededor de dos días en volver a casa, estaba intranquilo, de haber sabido que tendría tiempo libre habría convencido al jefe de llevar a Jane.
—¿Cómo demonios se supone que no me estrese?— Quitó sus ropas para ir a dormir, debía descansar al menos antes de regresar a Japón. Lo intento de todas las formas posibles, pero simplemente no lograba conciliar el sueño, cada que cerraba los ojos veía esos orbes verdes, junto a esa sonrisa brillante. Resignado tapo su cara con el antebrazo.
—Me voy a volver loco.
~•~
—¿Vas a salir?.
—Es algo repentino, pero estaré bien— el ojivioleta la sacó de su oficina —Después reviso los documentos.
—Esta bien— la menor se inclino frente al jefe —Los traeré cuando vuelvas.
Caminó a su puesto de trabajo, Mori le asignó revisar toda la información que antes paso por las manos del traidor, era mucho trabajo incluso para Jane. Supervisó toda clase de informes, buscando información alterada, cualquier cosa que delatara a la Port Mafia.
—División Especial...— la más baja mirada su información personal —¿Por qué Mori te dejo espiarnos?.
Pasaron horas dónde la femenina trataba de pensar en que planeaba Ōgai, pero al igual que con Dazai, esto era inútil. Ambos era similares en una sola cosa: ser tan impredecibles.
—Señorita, el jefe ya está en su oficina.
Jane ordenó que le notificarán cuando volviera, solo así podría revisar los documentos del conflicto en el museo. Pasó las grandes puertas, viendo como el azabache celebraba felizmente con la niña rubia.
—¿Te fué bien en la reunión?— arqueó las cejas al notar esa rara espontaneidad. Los papeles de sus manos terminaron apilados junto a otros en su escritorio.
—Muy bien— mostró un sobre negro, parecía antiguo.
—¿Eso es el permiso?— los orbes verdes se abrieron aún más .
—Ni siquiera todo el dinero puede pagar por esto— lo dejó sobre su mesita para darle dulces a Elise.
—Entonces, ¿Qué lo pudo comprar?.
—Una vida— sonrió para después abrir las cortinas con un dispositivo —Fué un precio justo.
—¿Quién morirá?.
—Un miembro muy habilidoso, pero sin ganas de sobresalir— sus ojos violetas estaban totalmente oscurecidos.
—No puede ser— lo miró horrorizada —¿Sakunosuke?.
—Un líder debe cometer atrocidades, sacrificar a sus empleados si es necesario.
—¿Sabes lo que pasará después?— la menor trataba de disimular sus ganas de vomitar.
—Dazai-kun cortará mi garganta, tal como yo lo hice con mi antecesor frente a ustedes— sonrió tomando asiento en su silla frente a la ventana —En ese caso, será el próximo jefe.
—¿Quieres qué te mate?— su voz salía en un tono severo, hasta como un grito.
—¿Por qué está enojada?— el hombre cruzó los brazos —Dazai-kun no es tu amigo.
—Es mi hermano, yo ví la peor parte de él— soltó haciendo eco en toda la habitación —No necesito su amistad, porque sin importar lo que haga, yo...
—Jane— el hombre por primera vez a veía asombrado ante su actitud —Es algo muy hermoso, pero no puedo dejar que intervengas directamente.
—Rintarō— la muchacha tenía los labios temblorosos —Mi aprecio por ti es grande pero no me hagas escoger porque yo misma te mataré.
—¿Es una amenaza?— sonrió ante su insolencia.
—Lo es, he sido una terrible hermana con Osamu— tragó seco al ver su expresión.
Le hizo frente para defender lo que nunca quiso perder.
Salió incluso sin el permiso de Ōgai. Se recargo en la fría superficie para tomar aire, rápidamente sacó su celular —Hirotsu, prepara al equipo táctico y sigan el rastro de Oda Sakunosuke— Planeaba ir con el batallón, pero su andar a detuvo al ver la cabellera castaña ir directo de donde ella escapaba —No entres ahí...
Trató de tomar su mano, pero fué en vano, solo podía esperar a que saliera de la oficina del jefe. Pasaron unos minutos en los que femenina se planteaba distintas situaciones, era claro que alguien moriría.
Cuando lo vió de nuevo lo interceptó velozmy -Osamu yo...— tenía un nudo en la garganta que no la dejaba hablar con claridad.
—Lo sé, incluso tú no fuiste capaz de descifrar los planes de Mori-san.
—Envie al equipo táctico con Sakunosuke.
—Te lo agradezco— se dió la vuelta —No es necesario que vengas conmigo.
—De acuerdo.
No era verdad, quería ir y sostener su mano pero comprendió que se trataba de un momento que solo los verdaderos amigos pueden compartir.
—Nadie más logra entender porque iré— antes de irse la miro sonriendo.
—Porque lo quieres- al decir esto es suicida soltó una carcajada.
—Ese hombre quiere ser escritor, es hilarante.
Salió del edificio dejando una sensación extraña en Jane —Si me hubiera dado cuenta antes...
Fragmento perdido.
El sol apenas salía, dejando de lado al mundo oscuro dónde solo la maldad era visible.
El de vendas caminaba junto al muelle, ya habían informado del deceso de Oda a cierta chica.
-Osamu- la del zafiro llegó corriendo, lo había estado buscando por toda la ciudad.
-Hola mi amada flor de loto- mostró una débil sonrisa -Preparé un pequeño funeral, ¿me acompañarás?.
Sin esperar otro comentario juguetón camino hasta el para hundir su cara en el pecho del castaño. El más alto la miró atentamente.
-Perdón por dejarte solo tanto tiempo, yo no fuí de ayuda- suspiraba mientras lo apretaba.
Sus palabras hicieron eco en el corazón del suicida, quien devolvió las caricias de forma lenta.
-Esto solo es mi culpa- su barbilla descansaba en la cabeza de Jane -Parece que Mori-san te pondrá un castigo.
La azabache no contesto, se concentro en escuchar sus latidos, y darle un poco de calor al frío cuerpo de Dazai.
-Perdí a mi amigo- suspiró alejándose -Ahora solo tengo miedo por ir al cementerio.
-Estaré contigo.
.
.
.
Dos jóvenes tomados de la mano eran los únicos frente a la tumba, nadie de la organización se presentó a dar el pésame.
-Es hora de irnos. el de traje negro avanzó arrastrando a la muchacha.
Ella subió al auto para manejar, mientras que Dazai estaba en el asiento del copiloto.
-Aprendiste a manejar. comentó con cierta gracia.
-Nakahara me enseñó, después de Hirosaki quise aprender. alzó los hombros -Así tampoco molesto a mis subalternos, piensan cosas rara de mi.
-¿Sabes?- el de vendas habló mirando el tablero del automóvil -Odasaku no creía esos rumores de ti.
-Nunca lo conocí bien, pero parecía alguien amable, al menos lo fue conmigo.
-Me pondré celoso- mostró un puchero.
-¿Nunca se lo dijiste?- la menor prendió el auto lista para irse.
-¿Qué cosa?.
-Que habrías dado todo porque fuera feliz.
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