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𝑵𝒊𝒓𝒗𝒂𝒏𝒂

Advertencias: Ninguna.

En ese entonces no sabía lo que era amar. Pero ¿Alguna vez lo he sabido? Bien puede dudarse de ello, pues si realmente hubiera amado
¿Podría acaso haber sacrificado mis sentimientos a la vanidad, a la avaricia?
-Sanse and Sensibility
~•~


—Ya tengo un castigo indicado para ti, Jane.
    
—Lo aceptaré sin reclamos— se inclino para después escuchar una risa.
    
—Tú ocuparás un lugar ejecutivo— arrojó el frío utensilio a los pies de la menor —Felicidades.
    
—Pero dijiste que su puesto estará vacío.
    
—Claro, Dazai-kun siempre podrá regresar a ser líder, pero como van las cosas pronto la organización entrará en crisis— sacó una especie de contrato —Eres el sexto ejecutivo de la Port Mafia.
    
—Quiero estar a cargo de Yumeno— entonó resignada.
    
De acuerdo. Llegó una extraña petición, Akutagawa-kun me pidió ser tu sobordinado directo.
    
—Me haré cargo yo misma— lo llamó tímidamente —¿Puedo retirarme?.
    
—Claro— al escuchar el crujir de la puerta soltó una carcajada.

~Lo dejaste ir, estoy decepcionado~

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El hombre canoso cargaba una caja llena de papeles —Esta es la última.

    
—Ponla junto al escritorio.

    
Se mudó a una oficina más grande, no había necesidad pero Ōgai fué muy insistente. Solicitó apoyo de Hirotsu junto a sus subordinados para llevar algunas cosas—Todo está como lo solicitó— habló señalando pilas de documentos —Si necesita algo más, por favor dígame.
 

  
—Gracias Hirotsu— camino hasta su silla para sentarse —Puedes irte.
    
Jane comenzó a ordenar los papeles.
Podría jurar que nunca sintió tanto estrés como en ese momento, el ascenso la hizo sentir culpa, a demás de todas las nuevas responsabilidades como líder.
   
Jugó con la joya que colgaba de su cuello —Keiko, ¿Qué crees que haga Osamu ahora?—El sonido del pomo girando la hizo reprimir unas cuantas lágrimas —¿Nakahara?.
    
—Solo quería saber cómo estabas— tímidamente caminó hasta ella —Por toda está mierda— Si algo distinguía a Chuuya de ser ordinario era su presencia, pues al ser alguien con un ego muy grande, pocas veces se mostraba vulnerable, pero esto quedaba de lado si se trataba de Jane.
    
—Creo que no tengo problemas por ahora— dejo de jugar para centrar su atención en el contrario —¿Sigues enojado por tu auto?.
    
—Olvidalo, es solo un auto— puso sus manos en la cintura —, Pero compraré otro para poder...— cerró la boca a mitad de su discurso. La respuesta era obvia, el podía usar su motocicleta pero el viajar con la ojiverde le resultaba tan placentero.
    
—No creo que eso sea difícil para un ejecutivo— sonrió moviendo las manos divertida.
  
—¿Y cómo estás por todo eso del suicida?— algo cohibido tocó su cabeza —Te ves distraída por su ausencia.
    
—¿Te parece?— se puso de pie dando la vuelta a su escritorio —No lo niego, lo extraño.
    
—No debes tener sentimentalismos en el trabajo— lo incómodo lo suficiente para retroceder unos pasos —Pero eres una mocosa, es natural que llores.
    
—Tú también eres un mocoso— saltó a su cuerpo para abrazarlo energéticamente.
    
—Soy más grande que tú.
    
—Ocho meses es muy poco— rio en el arco de su cuello —Me gusta estar contigo.
    
—¿Por qué te gusta?.
    
—Tengo mis muchas razones— se separó quedando frente a frente —Algunas son que eres cálido,y te preocupas por mi.

Chuuya se quedó inmóvil ante sus palabras, sentía que si decía algo la magia terminaría.
    
Estoy feliz de haberte conocido— quitó el sombrero de su cabeza para ponérselo —¿Me queda bien?.
    
—Sobre lo que hablábamos hace unos días— aclaró su voz —¿Qué has pensado de eso?.
    
—¿De qué cosa?— hizo memoria recordando como sangró debido al golpe, le entrego el sombrero de vuelta —¿Qué es la vida sin un poco de ese amor pasional?.
    
El creía que esa clase de pensamientos no deberían entrar a su cabeza, no debía cometer un error tan grande como lastimar a la única persona que siempre querría ver. Así que solo podía hacer algo —No lo sé todavía— separó su cuerpo con cierta prisa —Nunca he sentido esa clase de afecto por nadie.
    
—Es algo maravilloso— volteó su cuerpo buscando algo en su escritorio, o talvez en un intento por ocultar su rostro —Lo veo cada día, y lo que hace en las personas es algo hermoso, la más grande de las motivaciones es el amor. Jane estiró unas hojas al frente —Esto es tuyo, se mezclaron algunas cosas pero creo que ahora todo está en orden.
    
—Gracias— Sentía que si pasaba un cuchillo podría cortar la tensión —¿A qué hora terminas?, para ir juntos.
    
—Debo ver a mi nuevo subordinado, creo que volverás sin mi, solo por hoy— una mueca que jamás había visto se formó en su boca, tan forzada —Akutagawa debe estar esperándo.
    
El pelinaranja parpadeó un par de veces procesando sus palabras, no estaba molesta, pero de un momento a otro el ambiente era totalmente diferente —Te acompaño— se encaminó hasta el pasillo para después ser alcanzado por la femenina.
    
—El es algo extraño, quiero decir no parece un chico grosero pero es... Akutagawa — comentó sosteniendo el expediente del chico —No hay nada que pueda enseñarle.
    
—Seguramente estaba harto del maldito desperdicio de vendas, ¿Está en las bodegas?.
    
—Si, ahí es donde entrenaban— centro su vista en el camino, enajenada por sus propios pensamientos.
    
—¿Tienes frío?— el pelinaranja quitó su saco tratando de ponerlo en sus hombros.
    
—Estoy bien, muchas gracias— adelantó su paso casi dando zancadas —No es necesario que me lleves hasta el, nos veremos luego Nakahara.
    
Logró ver cómo se alejaba, desapareció de su vista, pudo sentir un dolor donde se supone estaba su corazón.

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—Buenas noches— el pelinegro la esperaba de pie junto a un contenedor.
    
—Akutagawa-kun— caminó hasta el con ambas manos en los bolsillos —Tú ya puedes comandar un equipo de élite, ¿Por qué le pediste estar a mi cargo?.
    
El de gabardina buscó algo en sus pantalones, mostrando una pequeña nota. Los ojos de Jane se abrieron al leerla, sin decir nada más sacó una liga de su bolsillo para peinar su cabello en una cebolla.
    
—Empecemos, no tengo toda la noche— una chispa de emoción se asomó por aquellos ojos verdes que antes estaba inertes.
    
Su entrenamiento constó en Akutagawa tratando de golpearla, no uso su habilidad pues lo veía innecesario y esto solo logró enfurecer al pelinegro. Pensaba que no lo tomaba con seriedad, y al ser cegado por la ira dejo de concentrarse aún más.
Duraron mucho tiempo así, la mayor ventaja de Jane era ser mucho más rápida que Ryunosuke.
    
—Bueno, creo que deberíamos parar— hizo uso de su habilidad frenando de golpe a Rashomon —Estas muy agitado.
    
—No es nada— jadeaba como si hubiera corrido un maratón —Puedo seguir.
    
—Yo estoy cansada entonces.
    
El más alto no entendía su actitud tan indeseable, si era una ejecutiva para el no lo parecía. Desde antes tenía dudas de su capacidad, pues al menos junto a el no demostró nada de los rumores que habían entorno a ella.
    
—Jane-san— un poco desesperado llamó su atención —Debo seguir entrenando.
    
—Alcanzaste tu límite, mañana— la monotonía en sus palabras lo hizo perder la poca paciencia que poseía.
    
—¡Necesito hacerlo ya!— levantó la voz haciendo que la ojiverde frunciera el ceño.
    
—Akutagawa-kun— buscaba las palabras adecuadas para mandarlo al demonio
—Para una persona promedió eres más que veloz, sé que debes tener tus motivos pero...
  
—¡No lo sabe!— dió un paso frente a ella —Usted no lo entiende.
    
Se quedó en silencio, jamás tuvo que ayudar a nadie con su poder y la única persona que la entrenó en se campo fué Dazai. Observaba el semblante del varón tratando de encontrar una solución óptima—Si no logras derribarme una sola vez en veinte minutos— sentenció con indiferencia —No tendré consideración.
    
Al escuchar eso el joven rápidamente hizo uso de su habilidad, pero fué en vano pues por momentos la más baja traía su infinito a la realidad. Cada golpe letal era fácilmente evadido, el tiempo corrió ignorando las necesidades de Akutagawa.
  
—Alto— alzó las manos como señal para detenerse—Pasaron veinticinco minutos.
    
Los ojos grises se abrieron dejando claro que algo dentro de el se movió ante tales palabras.
    
—No tengo la mínima idea de cómo ayudarte, posiblemente solo te dejaré inconsciente cada que tenga oportunidad, ahora es el momento si quieres irte.
    
El de puntas blancas negó, no estaba ahí por ella, ni siquiera por el. Jane comprendió que su voluntad era por algo más que solo vanidad, el hacía eso como un acto de cariño casi religioso. No lo golpearía, ciertamente trataba de ahuyentarlo.
    
—Mañana me acompañarás a recibir un cargamento de armas, después harás tus pendientes, y por último vendrás conmigo para entrenar tu velocidad.
    
—Dijo que fueron más de veinte minutos.
    
—Una habilidad no es algo que se pueda mejorar en minutos, o una noche— comentó sin darle mucha importancia —¿Qué hora es?.
    
Dudoso alzo la muñeca viendo su reloj —Las tres y diez.
    
—Es muy tarde, ve a dormir— caminó hasta la salida —La gente que no descansa bien muere rápidamente.

"Estás a cargo de Jane"

(Que lindo ptm)

~•~
 

  
Solo han pasado unos días desde que está conmigo y me parecen una eternidad, cree que soy estúpida— la femenina dejó caer su cuerpo por completo en el asiento de cuero.
    
—Solo déjalo— expresó el pelinaranja sin quitar la vista del camino —Si necesita aprender de artes marciales, hay más personas que lo pueden instruir.
    
—Si las necesitará tú serías el indicado— en su cara se pinto una mueca —No puedo botarlo, pero es tan desobediente.
    
—Golpealo— sonrió de lado —Es un mocoso, no entenderá fácilmente y te lo debe por aquella vez que te lastimó.
    
—No podría hacerlo, eso fué mi culpa— miró por la ventanilla —Todos fuimos así ¿Verdad?, no hace mucho tu te enfrentaste a la mafia siendo un niño.
    
—No era uno tétrico— riñó algo divertido —No es gran problema, no puede tocarte aunque te asusté.
    
—No me da miedo, solo esta en el puesto número uno de mi lista.
    
—¿Qué lista?— alzó las cejas con algo de intriga.
    
—No es importante, lamento molestarte con mis quejas pero debía decirle a alguien— agitó la cabeza tratando de quitar el pesimismo. Si Dazai lo puso a su cargo era por algo.
    
—Si te hace algo extraño, házmelo saber.
    
—No creo que tu intervención sea necesaria, y hoy no tengo que verlo— su viaje fué silencioso hasta llegar al estacionamiento del edificio.
    
Ninguno lo admitiría, pero estaban incómodos. Jane por su parte creía que era la culpable, y Nakahara juraba que fué por las palabras tan duras que le dijo días antes.
    
—Nos vemos después— giró la cabeza encontrando la presencia cerca de su cuerpo. Sin saber que hacer estiró la mano para apretar la de Chuuya —Adios Nakahara.
    
Caminó hasta su oficina y en el traslado le dieron algunos recados que cuando tuviera tiempo atendería —Akutagawa-kun— lo encontró frente a las puertas de su puesto —Tengo entendido que hoy es tu día libre.
  
—Gracias, no lo recordaba— pese a ser tan gruñón era bastante formal si se trataba de sus superiores.
    
—Significa que puedes descansar y no venir a verme.
    
—Prefiero no hacerlo, ¿Necesita que haga algo?.
    
La azabache se arrepintió por no mandarlo al infierno a la primera oportunidad que tuvo —Dejemoslo así, enséñame lo que has practicado— ignoró sus propias obligaciones —Trata de ser rápido, tengo trabajo que hacer.
    
Mejoró mucho en cuestión de poco tiempo, en un principio no tenía tanta resistencia pues a los pocos minutos de correr estaba hiperventilando. Jane sabía que su poder era por mucho uno de los más letales dentro de la mafia, sobre todo por los usos que podía darle.
    
—Osamu me comentó que tienes una hermana y que también estaba en la mafia— de su bolsillo sacó un caramelo de menta —¿Cómo se llama?—
    
—Gin— apenas pudo contestar tomando un poco de aire.
    
—¿Cómo está Gin?— tomó una botella de agua para dársela, él tosiá toscamente.
    
—Algo extraña— respondió por obligación.
    
—¿Le ocurre algo?.
    
—Le sangra el muslo— dió un trago de agua —Dejó sus pantalones manchados.

    
—Akutagawa-kun— la ojiverde inclinó la cabeza de lado —¿Osamu no tuvo esa plática contigo?.
    
—¿De qué cosa?— frunció el ceño algo irritado.
    
—Tendré que hacerlo yo.

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La ojiverde paso el resto de su tiempo libre hablando a través de una puerta metálica. Anteriormente convenció dos veces a Dazai para sacar a Q al exterior, claro con supervisión del castaño pero desde su ausencia no podía ni pasar a verlo. Tristemente le daba comidas que a cualquier niño le gustarían, también trataba de hacer juegos de palabras, chistes tontos que no tenían efecto sobre el menor.
    
"Los lastimaré tanto como ustedes lo hicieron conmigo" repetía una y otra vez. El era un niño, uno peligroso, pero un niño que a fin de cuentas incomodaba a Jane que se sentía obligada a visitarlo, la razón es que ella fué la primera en rastrear su poder.
    
—Jane-san— el hombre del monóculo irrumpió en su oficina —El jefe solicita su presencia.
    
—¿Mori-san quiere algo?— se levantó dejando el papeleo de lado.

—Dijo que es urgente, también pidió que lleve a su subordinado— se inclinó saliendo de la habitación.
    
—¿Por qué quiere ver a Akutagawa?— lo llamó por su celular y en cuestión de minutos estaba detrás de ella llendo a la oficina del jefe.
    
—Akutagawa-kun— el de ojos violetas cruzó las manos —¿Cómo has estado?.
    
—Me encuentro bien, gracias por preguntar— respondió secamente.
    
—La razón por la que los llamé es una tarea muy importante— sonrió de lado, mostrando esa aura dominante.
    
—¿Qué clase de misión?— la de ojos verdes avanzó un paso más.

Una de vida, o muerte.


Fragmento perdido.

-Akutagawa-kun la muchacha movía las manos de un lado a otro -¿Sabes lo que es la menstruación?.

-No lo había escuchado- alzó los brazos con indiferencia.

-Bueno, esto será más tardado- suspiro mirando el techo -Existe algo llamado óvulo...

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-¿Por qué no se aguantan hasta llegar al baño?- La cara del joven lo decía todo, estaba confundido -Son tan sucias.

-No es algo que puedas controlar- alzó el dedo índice -Vamos, tu ves sangre a diario y no parece molestarte.

Asintio y se quedaron en silencio -Akutagawa-kun ¿Qué sabes del sexo?.

-Una vez Dazai-san llegó tarde por culpa de eso- frunció el seño -Pero no explicó más.

~Osamu eres tan...~

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