𝑴𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒄𝒂𝒆𝒎𝒐𝒔
Advertencias: Violencia típica del manga/anime, spoilers del manga.
La tristeza manchada
sueña en la muerte, con tedio.
Temo la tristeza manchada,
y me duele.
La tarde cae en la tristeza manchada
sin que yo pueda hacer nada.
-Nakahara Chuuya.
~•~
Dazai sonrió con satisfacción.
—¿Cómo es que piensas ganarle a ese intruso?— preguntó Sigma siguiendo sus pasos.
—Lo he pensado todos los días durante los últimos siete años— tarareo con alegría—. De todas formas estoy recibiendo ayuda de un ángel. Verás, utilicé mi ritmo cardiaco para comunicarme con un viejo conocido.
—En todo caso sería una comunicación unilateral— respondió el más joven.
—Adivina, si lo haces seguro eres más listo que el demonio— el castaño se divertía. Al ver a Sigma tan pensativo pensó “Es similar a Atsushi”.
—Pero ahora debes planear como ganar el antídoto y…
—Ese no es un problema, y no escaparemos de la prisión pues planeo matar a Fyodor aquí mismo— su semblante se volvió oscuro mientras avanzaba—. Vamos, tengo que jugar mis cartas antes de irme.
—Todos los guardias están ¿dormidos?— el ex gerente del casino pensaba que los amenazarían con pistolas especiales, pero no fue así.
—Detuve el tiempo, bueno en realidad yo no— exclamó sonriendo—. La prisión alberga al bandido más peligroso del mundo. Su habilidad le permite detener el tiempo de todos a su alrededor. Ella hizo un trato con mi conocido, así quitará años de su sentencia.
—Eso no tiene sentido…no podrían escapar— el de traje analizó más a fondo lo que sabía de Dazai, sin duda él era el diablo.
El de blanco golpeó a los guardias dejándolos noqueados—. Más fácil que dormir a un mono.
—Así era como se comunicaban contigo…por medio del tiempo.
—¡Correcto!— aplaudió contento—. Bueno, ahora lo difícil.
Prendió las bocinas pues era consciente de que aquel código falló y ambos hombres estaban ahogándose. No está del todo seguro de sus acciones, pero una vida llena de lamentos es peor que un infierno.
—¿Estás listo para morir?— su voz suena por los altoparlantes.
—Tú no puedes matarme— respondió Dostoyevski pero su expresión decía lo contrario.
—Que interesante, pero la habilidad de Chuuya no funciona en lugares así, también sé que tu poder ahora mismo es poco útil, por eso usaste el truco más barato.
El agua llenaba el cuarto, ninguno se salvaría pues el agua era aún más letal. Fyodor no sonreía, el agua ya alcanzaba el cuello de Nakahara.
—Ha llegado el momento de terminar con esto. Es una lástima que hayamos llegado a esto. Han pasado siete años desde que nos conocimos y en todo ese tiempo lo único que hicimos fue gruñirnos el uno al otro.
Chuuya estaba ahogándose y en un torpe intento por respirar comenzó a jadear. Él no tenía consciencia, solo instinto de supervivencia.
—Pero ahora que lo recuerdo, hubo momentos en los que tuvimos una buena comunicación— nunca admitió con franqueza que le tenía cierto aprecio a Chuuya—. Lo siento, no es nada personal. Jane se enojará conmigo, pero me perdonará y será más fácil si desapareces, adios.
Suspiró esperando lo peor, le llegaron recuerdos muy vívidos de sus misiones juntas. Siempre peleaban y un día en el que se quejaba con la azabache mientras comían hubo una conversación que podría repetir a la perfección hasta su muerte.
“No se odian, solo no se agradan” dijo la de ojos verdes mientras limpiaba la cara del castaño “Ninguno se odia con el corazón”.
“Que asco tener que usar el corazón para odiar a la babosa, pero es eso” respondió ignorando el calor de su palma “Si, es odio y deja de contradecirme”.
“Sé lo que es el odio, y no es arriesgar tu vida por alguien” delineó la nariz del suicida “Tú te odias, y no es nada similar a lo que sientes por Nakahara, pero si tanto te molesta olvida mis palabras, Osamu”.
—Vamos a la azotea, hoy es el día del juicio final— rodeó el hombro de Sigma, arrastrándolo con él hasta un elevador de emergencias.
Dazai tenía una cosa clara, no quería cargar con la muerte de su ex compañero.
Un rugido sonó como las trompetas de los jinetes que anuncian el apocalipsis. Marcas rojas pintaban el cuerpo del pelinaranja, que pese a ser contenido por las paredes de la prisión logró romperlas haciendo que Fyodor también quedará libre.
Ahora el de ojos violetas no podría controlarlo, porque nadie controla a un dios.
Gogol apareció detrás de Dostoyevski metiéndolo a su capa para sacarlo al exterior, era trampa pero ninguno había planeado liberar a la bestia.
El pequeño elevador se detuvo en la azotea donde ya estaba el ruso inyectando el antídoto, Dazai comenzó a sangrar por la boca buscando equilibrio en el brazo de Sigma. Todo el edificio se tambaleaba hasta que una figura pequeña rompió gran parte del piso donde estaban.
—Ambos morirán— comentó Fyodor al ver como Chuuya formaba la primera bomba de gravitones, apenas tocando el piso arrojó una al edificio continuo.
—Voy a morir envenenado antes de poder tocarlo, que mala suerte, quería golpearlo— murmuró el castaño hasta que Sigma lo ayudó a ponerse derecho.
—No, sé que puedes llegar hasta él e inutilizar su poder, estoy seguro— comentó con firmeza.
—Ella no creó una dosis suave…bueno, ambos estamos muy confiados en el otro. Olvidan que ahora soy un detective— apretó su estómago antes de correr en dirección a Chuuya y darle una bofetada desactivando la gravedad.
Si desactivaba la habilidad sobrenatural aún sería afectado por la maldición de Bram. Chuuya apretó su cuello apenas pudo recibir órdenes.
—Justo como lo imagine— el demonio sonrió al ver como Dazai era asfixiado por Chuuya—. Desde un principio pensé que esto fuera así, no me gusta el veneno. Matarte debe ser divertido.
—¡Oye!— Sigma no podía hacer nada, aún así trató de frenar a Chuuya y en respuesta casi caía del edificio por un golpe del vampiro.
A lo lejos un avión no tripulado se estrelló en el pabellón C junto a la oficina central. El ruido no fue capaz de ocultar un motor acercándose.
—Uno, dos y tres— una niña de quizas quince años disparó dos tranquilizantes al cuello de Chuuya, luego otro más pero ese dió en su mejilla—. Por si acaso…
El manipulador de la gravedad gruñó, pero terminó cayendo a los vestigios del suelo.
—¡Niño bonito! ¡Sube, tu hermana paga un millón por hora!— La hermana de Lewis abrió la puerta del helicóptero estirando una pequeña plancha para que ambos subieran—. Mierda, está el de cabellos naranjas, tenemos que usar el collar.
—¿Qué demonios es esto?— el albino tartamudeó un poco, pero su cabeza lo comprendió enseguida.
—Veneno…yo crecí con uno que me comía el alma cada día— sonrió mientras limpiaba la sangre mezclada con saliva—. La subestimaron demasiado. Jane no es otra pieza, y en todo caso sería mía, demonio Fyodor.
Arrastró a Chuuya que parecía estar noqueado y volteó a ver a Sigma, quien estaba con la boca abierta tratando de buscar el sentido a la situación.
—Vamos, eres demasiado listo para estar con el demonio— se burló, no solo de Fyodor, se burló de un dios.
—Déjame ayudarte con él— la menor lo jaló con ayuda de su hermana—. Ponle el collar, buscaré más sedantes.
—¡Última oportunidad! ¿Vienes conmigo?— el castaño habló con dificultad por la sangre acumulada en su garganta.
Sigma no dudo más tiempo para subir al transporte y cerrar la puerta detrás de él.
Un collar más parecido al de un perro con agujas que se clavaban en la garganta le fue puesto a Nakahara mientras dormía.
—Jane, eres la peor— sonrió el de ojos avellanas—. Me duele el estómago.
—Claro, ten— la más joven estiró una jeringa con pralidoxima y un suero oral—. La clienta dijo que lo necesitarías.
—Vaya par de hermanos, ¿Crecieron en una maldita cárcel?— Louisa volvió a pilotear el helicóptero mientras su hermanita le ayudaba a esposar a Chuuya.
—Son hermanas del mafioso en Hirosaki, saben que Jane fue la responsable de su muerte ¿cierto?— un silencio incómodo inundó el transporte—. ¿Qué les dió Jane? Claramente una suma generosa, pero esto no vale todo el dinero del mundo.
—No la perdonaré nunca, Lewis, Hume eran los únicos hombres en los que pude confiar. Pero soy mejor persona y no quiero que nadie pierda un hermano— respondió la mujer más alta—. Vamos, me debe mucho dinero, y el muchacho que subió sin invitación le costará extra.
Dazai soltó una carcajada—-. Tal parece que puede tener amigos. Mi amada flor de loto es agradable.
—Mark dijo que era una embustera y eso que él estuvo con Guild— habló la menor de las hermanas—. Le conté y dijo que no debíamos hacer tratos con esa mujer.
—Voy a torturarte día y noche— el hombre apretaba la mandíbula—. Pudiste ser educada y servirme, ahora la cosa más misericordiosa que tengo para tí es la muerte.
La de ojos verdes sintió una arcada y escupió sangre—. No rogaré por mi vida, no vale mucho.
El mayor arqueó las cejas—. Antes rogaste por…
—Por una vida valiosa, la de Nakahara— su mano se dirigió a su pantalón lentamente—. Si no tengo derecho a morir, dale un buen uso a mi cuerpo.
—Es una pena que una joven como tú termine así, pudiste tener el mejor de los futuros— el de traje verde le cortaría las piernas—. No tienes madera para el ejército, pero en la decadencia habrías destacado. Solo una mala niña a la que le iría bien, una verdadera estrella.
—Es muy triste cuando lo dices así. Señor sabueso, tú y yo tenemos asuntos pendientes— alcanzó lo que buscaba cuando escuchó un jadeo y bajó la vista hasta el pie de Fukuchi.
Atsushi sostenía dicha extremidad para evitar que avanzará más. Jane no estaba en el mejor punto de su vida, y cargar con otra vida no se le daba bien, pero el muchacho se ganó su respeto.
—Debiste quedarte quieto— se quejó el mayor—. Tú tendrás una muerte más horroroza hasta para mí.
—Este mundo da asco, todo lo que amo se me escapa entre los dedos…nunca puedo cambiar eso— la mujer casi lloraba—. Lo único que tengo es deseo de recuperarlo, y un montón de coraje.
—La sociedad decae cada segundo…
—Oye niño, corre y no te detengas— una sonrisa tenue se plasmó en sus labios carmín—. Vamos a decaer. Vayamos al infierno juntos.
Fukuchi abrió los ojos buscando más detalles de su artefacto. Era un pequeño botón rojo, la joven lo presionó porque literalmente su vida dependía de ello. Se acomodó apretando su herida en busca de parar el sangrado.
El líder de la decadencia escuchó un montón de objetos chocar contra el techo. Atsushi se puso de pie por mera adrenalina y corrió en dirección a la mujer, una vez la cargó usó las pocas fuerzas que le quedaban para cambiar a las piernas del tigre y tomar ventaja.
—¿Siempre eres tan testarudo?— la de ojos verdes miraba por encima de su hombro como los escombros caían, pero no serían suficientes—. Da igual, no pude hacer nada, solo reduje su número de ayudantes.
—Resista por favor, señorita— el de tirantes frenó sus pasos al encontrar a los vampiros custodiando la entrada—. Ranpo-san sabrá qué hacer.
—Oye, creo que debes irte solo…creo que así es morir ¿cierto?— apretó los puños clavando las uñas en sus palmas “No te duermas” pensaba, pero sus parpados eran pesados. Jane estaba tan cansada.
—Señorita, despierte— agitó su cuerpo un par de veces sin obtener respuesta.
Uno de los vampiros saltó sobre ambos.
—¡Señorita…Dazai-san! ¡Por favor!— Dejarla y correr era una opción atractiva.
El ruido de carne cortada la hizo despertar. Tetchō era la razón de esos sonidos. Parpadeó un par de veces por la extraña imagen.
—¡Tenemos que irnos!— gruñó usando su espada para protegerlo.
—¡Es por aquí!— gritó Kenji corriendo hasta la central de control. Una vez llegaron Kunikida casi muere de un infarto.
—¿Por qué la trajiste?— contactó con Ranpo para preguntarle qué hacer—. Esa delincuente está con nosotros.
—Esto es obra de Dazai-san— dijo por la radio—. Yosano-san saldrá para curarla, no podemos dejar que se quede atrás porque le dará ventaja a Fukuchi, nos conviene mantenerla con vida.
—Yo no iré— corrigió Yosano—. No me importa esa mujer, ni la mafia.
—A mi tampoco, su vida es apenas otra, pero si ella muere, nuestras probabilidades de ganar serán nulas. ¿No le debemos algo?.
La de corbata gruñó tomando su machete, abrió la puerta del cuarto de Lucy para encontrar la fea imagen de Jane desangrándose. Quizá la herida no era mortal, pero el esfuerzo de su habilidad durante un lapso tan corto la llevó a eso.
—Hace años te habría dado las gracias, pero ahora no te importaría mantenerme atada a esa silla— susurró indicándole a Atsushi que se retirará—. Es una forma de olvidar el pasado.
Antes de poder soltar un grito la boca de Jane fué cubierta por Kunikida, que se lamentaba tanto estar ahí.
—Creo que ya está— dijo después de casi descuartizarla—. Ranpo-kun quiere que nos movamos, nos vamos.
—La señorita es aliada de Dazai-san— Atsushi lo dijo esperando una respuesta más eufórica—. Ella me ayudó…
—No, solo estabas en un lugar conveniente— la azabache se puso de pie—. Les agradezco por el horripilante tratamiento, pero no arriesgaré mi vida otra vez por la agencia, o sus integrantes.
—¿Arriesgarte por la agencia?— Kunikida frunció el ceño—. Eres una criminal miserable que ahora solo quiere obtener un beneficio de…
—Ella ayudó a su rescate— la voz de Ranpo sonó por la radio dejando un silencio incómodo—. La señorita mafia busca lo mismo que nosotros, así que no seas tan amargado, Kunikida-kun.
Jane buscó en su bolso del pantalón lo que parecía una memoria, la arrojó y fue atrapada por Atsushi—. Tachihara lo encontró, pero le añadimos la información que recolectamos, no sé si fue capaz de entregarla. A mí no me sirve, pero a tí si, niño tigre.
—¿Dazai-san le dijo algo más?— Nakajima le parecía más amable que los demás.
Por la ventana pudo ver un helicóptero acercarse más, Jane buscó su auricular—. Hanamichi, nos veremos en la pista, ya voy para allá.
Salió dejando a la agencia con un extraño sentimiento. Ranpo abrió la puerta de aquella habitación rosada para dejarlo pasar, incluído Tetchō, quién ahora estaba dispuesto a defenderlos.
Fragmento perdido.
—¡Diosa!— el castaño la ayudó a subir—. Que bueno que no moriste.
Jane observaba su pantalón rasgado, la camisa estaba igual en la parte del abdomen. No era lo único roto.
—¡Lo tengo en la línea!— sonrió estirando el teléfono que la propia Jane le dió a guardar—. Y solo costó dos meses de tu salario.
—¿Quién es?— esa voz masculina inundó los oídos de Jane—. Por tus respiraciones puedo decir…
—Jane Austen— se acomodó tratando de ignorar la presencia del terrorista frente a ella—. Lamento molestarlo, Verlaine-san.
—Dado lo mal que está la situación en Yokohama, ya esperaba tu llamada.
—Es repentino pero quiero pedirle un favor…se lo pagaré como prefiera— mordió el interior de su mejilla.
—¿Qué necesita el zafiro de la mafia que yo tenga?— declaró casi burlón—. Niña, yo no quiero entrometerme en eso. No te haré favores.
—Solo quiero que se lleve la vida de Mori-san— sus palabras estremecieron a Kajii.
—Si se trata de venganza, lo adecuado es que tú misma lo hagas..
—No, en realidad sé que le espera una tortura extensa— sus ojos se aguaron lentamente—. No quiero que se lo lleven con vida, porque le tengo aprecio. Es porque el me crío, y eso me atormenta cada que su vida corre peligro.
Verlaine se quedó en silencio un momento.
Sus únicos encuentros fueron cuando ella cuidaba la espalda de Mori en las reuniones. Todas y cada una de ellas pensó que sus ojos brillaban más que la joya en su cuello, pero eran destellos de furia y tristeza. La niña le daba lástima y una pizca de curiosidad.
—Traté de cuidarlo…en el mejor de los casos, Nakahara también morirá. No me quedará nada— exhaló tratando de calmar su respiración—. Al menos quiero que Mori-san muera en la ciudad que ama.
—Lo haré. Si todos los ejecutivos mueren, yo mataré al jefe— su frase fue un arrulló para Jane—. Si sobrevives y Chuuya-san no, ten por seguro que haré que lo acompañes.
—Me gusta esa idea. Creí que no me haría favores.
—A él le gustaría que fuera amable contigo. Adiós, Jane Austen.
La de ojos verdes acarició la joya en su collar, buscando serenidad. Pasaron unos minutos hasta que el dispositivo vibró nuevamente, era una llamada de larga distancia .
—¡¿Qué ocurrió?!— su voz rozó duramente su garganta.
—Bueno, dejaré que él te informe…ten, niño bonito.
—¿Dazai logró escapar?— Jane apretó sus puños.
—Si, además tengo un regalo muy asqueroso para ti. Una babosa casi tamaño adulto.
—¿Nakahara está contigo? ¿Él está…
—Infectado, no seas dramática— Canturreó alegre—. Llegaremos en una hora y media, tuvimos que usar la ruta más larga porque soy un fugitivo. Lo de distraer a el líder de la decadencia fue un golpe de suerte, eres tan afortunada.
—¿Cuál es la estrategia?— la joven recibió una mirada cómplice de Hanamichi—. La agencia tiene planeado ir por Fukuchi, pero no lograrán ganarle. Casi muero y no hice gran cosa, al menos ahora no puede retroceder el tiempo.
Al fin tenía más control de sus emociones, aunque en el fondo estaba aterrada.
—Ya debes suponer que la novela podría despertar en cualquier momento, es por eso que tú debes buscarla…
—No sabemos dónde puede estar.
—Pero conoces a quién sí sabe— comentó irónico.
—Natsume-san es escurridizo.
—Vé a la iglesia— fingió tener interferencia—. Te veré en un rato mi amada flor de loto, quiero un pastel de bienvenida.
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—¿Seguro que funcionará?— preguntó el payaso, que piloteaba un avión del gobierno, por lo que sobrevolar el espacio militar no era un problema.
—El plan sigue casi su curso inicial, Dazai-san solo lo ha retrasado, pero la novela será mía. No de Fukuchi, solo mía y la ocuparé para crear un mundo libre de pecado.
—Bien, te creo— sacó su lengua en burla—. Quiero que después de usarla, me dejes matarla, es mi única condición.
—Como prefieras, el lirio de agua nos servirá, pero al igual que todas las flores marchitas debe morir. Es buena idea que tú lo hagas, ¿no te vuelve loco?.
—Ojalá me llame antes de volverme estúpido.
Notas:
Mark Twain en la vida real "criticaba" a Jane Austen y su escritura. Me pareció interesante mencionarlo en alguna parte del escrito de manera muy sutil.
El poder de la hermana "menor" de Louisa es "Reina roja" y le permite usar a la perfección cualquier arma, mientras que la de ella (ilusiones) es "A través del espejo" por Lewis Carroll.
Y creo que eso es todo. Me está llevando la que debería de estar comiendo <3.
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