
𝑳𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒃𝒐𝒔
Advertencia: Spoilers.
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-¡Dime quién es el culpable!-
-¡No quiero!-
-No lo sabes ¡Toma esto maldito desquiciado!-
-Si que lo sé, no como cierto estudiante de primaria-
-Vamos, si solo te defiendes no ganarás-
-Lo siento por ti-
Ambos jóvenes jugaban en el salón arcade, Jane los miraba sin ánimos, empezaron otra discusión por un videojuego—. Osamu, quiero dinero para un café— señaló una máquina expendedora.
—¡Espera un momento!— el pelinaranja gritó de frustración, perdió contra Dazai.
—Acordamos que el perdedor haría cualquier cosa, como si fuera un perro— le dió su billetera a Jane —¿Que podría pedirle mi amada flor de loto?.
—¡Confiaba en que podía ganar!— el portador de la gravedad estaba avergonzado.
La joven ignoró su plática mientras conseguía su bebida, cuando ya la tenía en sus manos se acercó para preguntar si alguno quería algo.
—¡Esta bien, y ganaré suicida, tengo un as bajo la mano!— el de ojos azules subió al banco señalando a Osamu.
Tan apenada por las miradas de los clientes se alejo un poco borrando la idea de preguntarles. Regreso a su lugar junto al suicida, este le miraba sonriendo, ya sabía que planeaba algo cuando insistió en ir a jugar a ese salón
—¿Eso tiene relación con que no uses las manos?— el de vendas quería ver el mundo arder.
—No te incumbe, puedo pelear como quiera— le riñó mientras fruncía el ceño.
—Entonces si es eso ¿Y por qué buscas al Arahabaki?— interrogó el castaño mientras miraba los ojos de la chica.
—¿Por qué quieres morir?— el de cabellos naranjas se escondió detrás de las consolas, y tapo su cabeza.
La jóven se estiró un poco para verlo, luego volvió la mirada a la puerta —¿Que pasa? Es por esos niños ¿No?.
—Son ovejas— sentenció el de ojos cafés, lo supo por la pulsera azul.
—No pueden verme— Jane regresó a su lugar para esperar a que se fueran.
—¡Chuuya Nakahara, volvamos al trabajo!— los otros dos jóvenes voltearon a ver al suicida.
—Osamu, basta— Jane trató de tapar su boca, en respuesta mostró la lengua.
—Chuuya, al fin te encontramos— un tipo de cabellos grises hablo, siendo apoyado por una niña de melena rosa.
—Hola, ¿Están bien?— disimuló un poco sentándose y descubriendo su cabeza.
—Secuestraron a Akira, fue la Port Mafia, vamos a darles una lección.
—No se preocupen, estoy en ello— Jane desconocía sus motivos para no contarles, pero tampoco estaba interesada.
—¿Podrían contarnos sobre el Arahabaki?— dió un sorbo a su bebida mientras Dazai hablaba con los menores.
—¿Quienes son ellos?, ¿Quieren unirse a las ovejas?— la pelirosa clavó su mirada en la de ojos verdes, para después bajarla a su collar.
—Algo así, por favor respondan sus preguntas— decir que el pelinaranja estaba nervioso era poco.
Así lo hicieron, pero toda su información fué inútil, después de apenas hablar con el dúo de mafiosos le dieron un montón de quejas a su líder —Responsabilizate de tu poder.
Los lloriqueos de lo extraños hicieron que Jane sintiera náuseas. Ambos les miraban más que furiosos, sobre todo Dazai —Que gracioso, es muy gracioso ¿Verdad mi amada flor de loto?—. Tú eres el que tiene el poder más peligroso, y aún así eres indefenso ante los lobos— le dió un codazo a su compañero—. Ser líder de una organización es difícil.
—Osamu, esto no nos incumbe —la de orbes verdes evitó que soltará otro comentario venenoso poniendo sus manos en sus hombros.
—Pero no se lo pueden llevar, él aun tiene un encargo de la Port Mafia— El suicida tomó la bebida de la jóven para darle un sorbo —Tan dulce como tú, Jane- la regresó a su dueña.
—Eso es imposible, ¿Verdad Chuuya?— la pelirosa se escondió detrás de su compañero.
—Son de la mafia— el de chamarra verde saco una navaja, apuntando al dúo.
—Me rindo, por favor no me hagan daño— alzó las manos mientras reía —Ya se, Jane márcale a Mori-san para que liberé a los rehenes— la jóven sacó su teléfono para comunicarse con su jefe.
—¡No llames a nadie!— el tipo estaba desesperado.
—Mori, si todo está bien por aquí, ya casi terminamos— se recargó en las máquinas de videojuegos jugando con la lata de café —Pero quiero pedirte un favor, libera a los niños ovejas. Si, ahora, intactos, gracias.
El teléfono de los contrarios sonó —¿Están libres?.
—Listo, ya vámonos, tenemos que terminar antes de que Mori se impaciente— se puso derecha para guardar su celular—. Deja de jugar, Dazai, tenemos que apurarnos.
El más alto mordió el interior de su mejilla levemente—. Jane se enfadó conmigo, supongo que dejaré de tontear.
—Estás loca, Chuuya no trabaja para la Port Mafia— la pelirosa se colgó del brazo de Chuuya mirando a Jane de mala gana—. Vamos chuu —lo jaloneaba de modo coqueto.
—Vayan sin mí— el de ojos zafiro miraba a los compañeros en especial a Jane, su cara era diferente a la que tenía antes de verlos. En esencia la joven era un frágil cristal rodeada de un montón de alimañas, y eso lo volvía loco.
—¿Qué demonios dices?— el peligris estaba sorprendido, se sentía traicionado.
—El Arahabaki es mi prioridad, además debo ganar una apuesta— sacudió su brazo quitándose de encima a la niña.
—Todos esperamos que acabes con los enemigos, eso hace un líder— el tipo de ojos claros grito pero sin obtener respuesta—. ¡Es tu obligación!
—Déjenlo en paz, él sabrá que hacer con su poder y su vida. Eso lo sabe hasta un niños— por fin la ojiverde tomó papel en el conflicto. Volteó directo a Chuuya—. Entre más haces por las personas, menos hacen por sí mismas.
Dazai tomó su mano para arrastrarla con él, cuando estaban unos pasos más adelante se recargo en su hombro—. Jane, no lo defiendas frente a mí. Ese desagradable, y no te gusta hacerme sentir mal.
—Ellos son patéticos, no lo tienen cerca por cariño, lo ven como un beneficio— acercó la bebida a los labios del castaño quien sonrió pues la presencia de Chuuya estaba cerca—. Tenemos que ir a trabajar.
Tomó una decisión.
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—¿Quieres?— la menor obtuvo otra chuchería de su bolsillo, ella comía un chocolate. Era un mal hábito que Mori trataba de impedir, comer dulces cuando no tenía tiempo de alimentarse bien no era idóneo.
El de cabellos naranjas estaba más sorprendido por su dualidad, hace un rato tenía una cara de espanto, y ahora jugueteaba alrededor del castaño. Estaba a punto de aceptar el dulce, cuando Dazai lo arrebató.
—Yo si quiero— lo arrancó de las manos de Jane —Gracias, mi amada flor de loto.
—Desgraciado— Nakahara suspiró enojado—. ¿Cómo puedes merecer un trato humano?
—Era el último que tenía— la jóven partió el chocolate que comía y estiró la parte que aún no probaba—. Ten del mío.
—No seas amable con él, es un mocoso engreído— El de vendas le recriminó por sus acciones—. ¡Y nos gritó que nos odia!
—No eres su dueño, maldito loco— no le gustaban las cosas dulces, pero acepto el chocolate de la ojiverde.
Sonó una risa que hizo voltear a los menores —Mori tenía razón, no hay peligro en esta misión —su sonrisa era genuina, hasta para Dazai fue extraño verla así, pues nunca lucía feliz.
—No puedo enojarme con Jane, es adorable —al escuchar las palabras del suicida el estómago de Nakahara se revolvió. Pensaba que de verdad eran novios, no le importaban para nada los gustos tan extraños de Jane, para Chuuya solo era una mocosa muy linda y hormonal.
—Es extraño, pero creo que Mori hizo lo correcto al juntarnos, tengo mucho que aprender de ustedes— Jane se mecía sobre sus pies—. Y siendo sincera, me gusta estar con personas de mi edad.
"Actúa como un adulto, pero puede permitirse ser infantil. Cuida a este idiota como si fuera importante para ella" pensó el joven de cabellos naranjas con una expresión de susto "Mierda, eso quiere decir que si son novios".
—Alegras mi corazón, lo suficiente para saltar de aquí— subió al barandal del puente donde caminaban—. ¿Podré morir si salto?
—Ahora no— sin dudarlo, Jane tomo su mano sin yeso para jalarlo.
—¿Por qué no?— hizo un puchero ganando una sonrisa de Jane.
—Molestaras a las personas— dijo con un poco de alivio al verlo retroceder.
~•~
—Jane, ¿ya saben quién es el culpable?— Mori la llamo a su oficina en cuanto los tres llegaron a la mafia.
—Algo así— estiró el escrito que había realizado durante su plática—. Necesitamos todo lo de la lista.
—¿Harán una fiesta sin Elise-chan?— el hombre leía la hoja, tenía materiales variados globos, comida, etc.
—Será el campo de batalla, pero eso tú ya lo sabes— recargó su peso en el escritorio—. Fue idea de Osamu.
—Sería un mal líder si no lo hiciera— Asintió para después guárdarla, se la daría después a Hirotsu —Marca cuando empiecen, para ir al punto de extracción.
—¿Podría ser en esa cafetería cerca del puerto?— las mejillas de la menor se pusieron rosas.
—¿La de los dulces caros?— la azabache asiento torpemente —Claro, después de todo es la bienvenida de dos miembros muy capaces, y la muerte del traidor— alzo las manos restándole importancia—. ¿Y ellos te agradan?
Asintió sutilmente—Me retiro Mori.
—Aún no, que tal si te doy algo útil para mañana— la menor no sabía de dónde saco un vestido estilo "Lolita"
—Ya no soy tan joven para ponerme eso— empezó a sudar frío, aún recordaba como usaba a Elise para ponerle lindos vestidos acariciar su espalda baja frente a Jane de apenas dice años. Nunca hizo algo indebido, pero la duda estaba ahí.
—Tienes razón, mi corazón se rompió cuando llegaste a los trece años. Nunca fui cariñoso pero es triste ver qué tus hijos crecen —soltó un suspiro con falsas lágrimas —. Entonces te daré algo mejor— estiró un bote de sardinas secas.
—¿El gato que lo ve todo?— lo tomo para después mirar a su jefe—. ¿Por qué tú maestro es tan raro?
—Saluda a Natsume-sensei de mi parte— Sonrió con real alegría, la joven parpadeó un par de veces —Puedes retirarte.
—Gracias Mori— Saliendo de la oficina se encontró con Dazai.
—¿Te gustan las sardinas?— Hizo una mueca de asco, no esperaba eso de la chica.
—No las odio, pero prefiero el cangrejo— tomo la mano libre del más alto.
—Vamos, te dejare en tu habitación— durante su caminata ambos estaban callados, Dazai logro ver de reojo al señor del monóculo, y como se dirigía a la oficina del jefe.
—¿Le diste la lista?— la azabache confirmo con un "si" —Eres de gran ayuda— suspiro acariciando su cabello.
Llegaron a la habitación de Jane, estaba ubicada un piso debajo de la oficina de Mori, a diferencia de Dazai que dormía en otro lado, Jane vivía en la propia cede. De un momento a otro la joven acariciaba su mejilla con mucho cuidado y aunque el varón jamás negó sus caricias ella se limitaba cuando habían más personas cerca. Era una relación tan íntima como la de cualquier hermana, pero Dazai no la veía así, era extraño, pues la percibía como otro objeto útil.
Estuvo así unos minutos delineando su barbilla, pasando las yemas de sus dedos por el contorno de su ojo sin vendas—. Mañana trata de no lastimarte— dijo Jane alejando su pequeña mano.
—Lo tendré en cuenta— Dazai fué más rápido dejando un beso en la misma—. Ojalá pueda morir rápido.
—Ve con cuidado, Osamu— el castaño sonrió al escuchar su nombre.
—Descansa, mi amada flor de loto— un apodo único para su compañera.
La joven entro a su cuarto, este constaba de una cama individual, un tocador, tenía su propio baño y regadera. Era muy espacioso, tanto así que cabía un closet de tamaño considerable, no era tan lujoso como el de Mori, pero aún así era lo mejor que tuvo desde niña.
Retiro el collar con mucho cuidado de su cuello, lo acomodo en su alajero lista para tomar un baño. Al salir se puso una pijama gris a juego.
—Mañana será un día pesado.
~•~
El ruido de los barcos era estresante, pero aún así ahí estaban, tal como lo prometió llamó a Randou para revelar la información del culpable. Mientras Dazai desenmascaraba al de cabellos largos ella estaba terminando de comer un trozo de pizza, en realidad eso no lo pidió Dazai pero ella lo agrego a la lista.
—Ya llegó— sacó la bolsa hermética dónde llevaba unas cuantas sardinas —Es de Mori, me pidió que lo saludara y fuera amable- acariciaba las orejas del animal.
—Si está aquí para ver lo que pasa, me temo que no hay mucho de que preocuparse— siguió alimentándolo mientras esperaba atenta a los siguientes movimientos de su compañero.
—¿Ya se va?— vió como el gato se alejaba —Hasta luego, Natsume-sensei.
Cuando ya no pudo ver más al gato de manchas estaba lista para subir a ver al acusado. Sus planes se vieron interrumpidos al divisar cómo los vidrios botaban por todos lados para después encontrar a Randou en el piso junto a un montón de polvo.
—Yo gane la apuesta con el suicida— la joven tosió ganando su atención —¡¿Qué haces aquí?!.
—Alto ahí, yo lo estaba confrontando— la voz del castaño hizo eco.
—¡Aún no acabas!, Yo gané— miraba atentamente al castaño mientras Jane tiraba la bolsa plática, empezaría lo realmente importante.
—No ganaste, pero te dejare acabar— avanzó el de ojos avellana hasta quedar a un escaso metro de distancia.
—Supe desde el momento que abriste esa boca que mentías, tu describiste al Arahabaki, y no al viejo.
—¿Desconfiaste de mi por qué no crees en los dioses?— el de bufanda se enderezó para quedar sentado
—Al contrario, los dioses existen, lo sé bien.
—Entonces, ¿quién es el Arahabaki?, Si lo sabes dímelo por favor— se puso de pie haciendo que Jane estuviera más atenta.
—¿Por qué todo el mundo quiere verlo?, No es capaz de revivir muertos, no tiene personalidad.
—No la necesita, el es mucho más que nosotros, es pura destrucción —hablo el de orejeras.
El más bajo avanzo hasta el—El Arahabaki soy yo.
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Extra:
Jane esperaba a ambos frente al salón de videojuegos mientras comía unas golosinas, pues los adolescentes se quedaron peleando a unas calles . Su faena se vió interrumpida cuando un joven de quizás diecisiete años se plantó a su lado.
—Hola, ¿Esperas a alguien? —preguntó con una sonrisa dibujada en la cara—. Disculpa si te parece raro, no podía dejarte aquí sola, no es seguro para una jovencita tan linda.
Jane lo miró un par de veces antes de soltar un suspiro—. A mis compañeros, vendrán rápido.
—¿Compañeros de la secundaria? —cuestionó más animado que antes—. ¿Qué edad tienes?
—Catorce —respondió observando cómo el joven abría los labios para decir otra cosa pero fué detenido por el gruñido de Nakahara—. Ya llegaron, adiós.
El mayor asintió un tanto frustrado—. Ni hablar, tienes perros guardianes, lastima, quería invitarte por un helado. Por cierto, eres hermosa.
Cuando lo vió desaparecer, Jane soltó un quejido—. Parecía una persona amable, no intentó nada raro. No hacía falta la hostilidad.
El de vendas recargó la barbilla sobre su hombro—. Nunca notas como te miran, ni sus intenciones, mi amada flor de loto. Las personas son aterradoras —paseó sus manos por las costillas de Jane—. Son como yo, así que trata de estar más atenta.
Chuuya vió con cierto recelo al castaño, ese sentimiento incrementó al ver a la joven sonreír—. Vamos, no perdamos tiempo en esa tontería, te voy a derrotar, idiota —estaba un tanto asqueado por como el castaño actuaba "raro" con Jane.
Jane se alejó lentamente del más alto susurrando algo—. El rey de las ovejas no es aterrador, no me da miedo.
—Es feo como un perro, además ¿No eres muy joven para pensar en eso? —dijo en el mismo tono—. Quizás no te da miedo porque no es una persona.
No había notado que durante el enfrentamiento contra Randou aparece el gato. (Solo el anime)
Ay no, cada que veo esté separador solo pienso "Vivan los novios"
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