𝑬𝒍 𝒃𝒐𝒔𝒒𝒖𝒆
Advertencia: Spoilers de la novela storm bringer.
~•~
Logró reunir a 28 personas con habilidades especiales, más de 100 francotiradores, y a los mejores asesinos. Todo por la llamada del suicida. Era impresionante como ambos planeaban golpes tan concretos. Ahora la muchacha estaba terminando de organizar ropa, todas eran prendas de Mori.
—Los francotiradores están listos Jane-san —Un hombre con monóculo le habló haciendo que dejará su labor.
—Gracias—le estiró las prendas—. Pontela.
—¿Usted cree que funcione?— el hombre tomó la ropa dándoles un vistazo.
—El plan depende de la participación de Nakahara— miró a Hirotsu, quién tenía un semblante serio—. Funcionará porque Osamu lo tiene previsto.
—¿Podría salir?— el mayor retiró su abrigo.
Sin decir más desapareció de la habitación cerrando la puerta, se recargó en la pared, y por un breve momento recordó los orbes azules del pelinaranja. Agitó la cabeza para después sentarse en el pasillo, pasaron unos minutos en los cuales se planteó cómo estaría el joven, ciertamente quiso participar pero Dazai le prohibió ir al enfrentamiento, la razón era simple, la prioridad era detener a Verlaine y proteger a el jefe.
—Jane-san— el anciano asomó la cabeza —Estoy listo.
—Te ves mejor que el, bueno el tren está reservado— se puso de pie con ayuda del hombre.
—¿Usted no vendrá? — la ojiverde negó.
—Debo quedarme con Mori— la joven tocó su hombro—. No apartes la vista de Osamu.
—No lo haré, usted cuide bien del jefe- el hombre hizo una reverencia—. Mantengase a salvó, por favor.
.
.
Estaba de pie a un costado de la silla donde se encontraba su líder, cada tanto miraba la puerta, la intranquilidad aumentó luego de recibir noticias de la volcadura del tren.
—¿Conoces la naturaleza de Chuuya-kun?— Ōgai llamó su atención.
—Desde el caso Arahabaki— contestó la más baja.
—Él es una calamidad, y aún así miranos, cuidando de él, tratando desesperadamente de contener a un Dios.
—También podía sufrir y amar como un humano— Jane alzó los hombros quitándole importancia a su comentario—. Sí es un Dios, entonces nosotros somos sus devotos.
—Jane, ¿Tú quisieras haber participado?— bebía un whisky escosés.
—Quedarme contigo también es participar.
—¿Te hubiera gustado ver de cerca?— la muchacha negó—. Me alegra que estés conmigo, pero estos días no he tenido nada de tiempo a solas.
—¿Quieres que me vaya?— sus ojos verdes brillaban en la oscuridad.
—Por ahora, solo disfrutemos del espectáculo— se acomodó observando como pronto comenzaban la cacería del rey asesino. La radio sonó poco después, los ejecutivos en conjunto a los francotiradores tenían acorralado a Verlaine.
—Todo está bien por aquí, Mori-san— era la voz de Dazai.
—La mafia tendrá numerosas bajas esta noche— Ōgai juntó ambas manos pensando en cómo reconstruirá la organización.
—Todo es mejor a que tú mueras, la organización se desmantelaría si pasara— Jane habló haciendo que el más grande riera.
—Sientate, somos viejos amigos —señaló un sillón algo lejos de su puesto —. El lobo está ocupado con las ovejas.
Jane hizo caso recargando todo su peso en el sillón de a lado frente a la puerta. Pasaron unos minutos hasta que fuertes explosiones se hicieron presentes, si ellos lo podían ver desde el piso más alto era posible que Yokohama estuviera en un baño de sangre.
—Ahí está nuestro as— sonrió al ver un avión acercarse al encuentro.
—¿Crees que sea seguro para Nakahara?— la menor observaba todo sintiendo una presión en el pecho.
—¿Estás preocupada por Chuuya-kun?— el hombre miró por el filo de sus ojos la cara de Jane.
—En realidad si— sin ningún tipo de pudor habló —Su estado mental debe estar mal, no se siente humano, perdió a su familia y ahora debe matar al único ser capaz de comprenderlo.
—¿Tú no te esfuerzas por entenderlo?, Debería serte fácil empatizar con él.
—Si, pero definitivamente es distinto.
Se quedaron en silencio por el fuerte ruido de la bestia. Una gota de sudor bajo por la barbilla de Mori, Jane estaba lista para hacer lo necesario, si eso significaba morir defendiendo a su familia lo haría. Todo valía la pena si se moría por amor.
—Yokohama será destruída si continúa así— apretó los labios para después tomar la radio.
—Se dirige para allá, debe huir jefe— era Hirotsu.
—¿Me pides que huya cuando se quema la ciudad que tanto amo?.
—Chuuya probablemente está muerto, millones de personas acabarán igual— ahora sonaba como Dazai, probablemente le arrebató el comunicador.
Jane se puso de pie para quedar justo donde estaba antes, sintió un escalofrío recorre su espalda, se maldijo por usar un suéter tan delgado —Le haría caso si fuera tú.
—No lo haré, quiero ver cómo tú y Chuuya sobreviven— el azabache sonrió dando otro trago a su bebida.
—Entonces dale mis últimas palabras a Jane— se escuchó una risa ronca.
—Ten, es un asunto entre ustedes— estiró el objeto a la ojiverde.
Antes de que Dazai logrará articular palabra ajusto la frecuencia para hablar—. Si mueres, Nakahara también lo hará, ambos comentaran suicidio, eso une sus corazones en tu último aliento. Tengo envidia.
—Wow— fué lo único que logró salir de la boca del castaño —Eres tan mala, eso es todo lo que odió.
Cortó la conversación devolviendo el radio a su jefe quien reía divertido —Tu sentido del humor es muy bueno, Jane.
—No era una broma.
~•~
La joven estaba en la enfermería, esperando a que Dazai dejara de jugar con el suero para poder hacer el informe.
—Dazai-kun— entró el hombre de ojos violetas —Me alegra informarte que has sido seleccionado para el puesto ejecutivo.
Apareció una niña rubia con un silbato haciendo que el castaño quedara aturdido por el ruido mientras la ojiverde sentía su garganta secarse.
—Felicidades— sonrío acariciando el cabello de la rubia.
—No me toques, das asco— la de vestido rojo corrió hasta la azabache —Te recogeré el cabello, así luces fea.
Empezó a dar tirones al cuero cabelludo de Jane, quien se reprimia para no soltar un alarido de dolor, de vez en cuando veía a Dazai apretar los labios para no reír.
—Listo— terminó de jugar con sus hebras negras para salir junto al jefe.
—Ella es terrible— cerró los ojos respirando hondo.
—Tambien te ves bonita así— el de vendas sobaba su estómago, le dolía por tanto reír.
—Hagamos el informe— Jane se acercó para empezar a redactarlo.
—¡No quiero!— Osamu se dió la vuelta —Estoy herido y me obligas a trabajar.
—Ni siquiera es de gravedad— al escuchar eso el castaño hizo un puchero.
—¿Me harás sentir mal?- la joven suspiro negando —Eres muy mala, te niegas a darme un masaje especial y ahora me fuerzas a trabajar.
—No te voy a asfixiar— mostró la palma para detener sus quejas —Lo terminarás cuando te sientas mejor— la muchacha de puso de pie para salir del lugar.
Camino encontrando al hombre del monóculo, a quien saludo, e incluso intercambiaron unas cuantas palabras, dónde Jane lo felicito por llegar con vida. Llegó hasta su oficina, no estuvo ahí desde que Verlaine llegó a Japón.
—Debo hacer el conteo de bajas— suspiró pesadamente para sentarse en su silla.
Se quedó viendo un cajón de escritorio, a simple vista estaba bien, pero al observar de cerca de veía forzado. La joven lo abrió mientras activaba su habilidad, podía ser un ataque.
—Esto es...— saco la caja roja de terciopelo junto a una nota.
"No era totalmente un soborno, espero que te guste, quisiera que fuéramos amigos"
-Albatross
.
.
.
Habían pasado dos días desde el incidente del bosque, la menor llevaba un paraguas junto a unas flores. Caminaba mirando las lapidas buscando una en particular, alzo la vista encontrando a un joven de cabellos naranjas sentado frente a una tumba.
—Hola Nakahara— el chico saltó al escuchar su nombre.
—Solo eres tú, pareces un fantasma— la ojiverde ignoró su comentario poniendo las flores en aquel jarrón de cerámica.
—¿Ustedes hablaban?— preguntó el varón mientras se ponía de pie, sus ojos estaban clavados en la cara de Jane.
—Eramos algo así como amigos— sonrió para después avanzar de regreso, pero ahora con compañía.
—Maldición— empezó a caer el agua, Jane abrió su paraguas tapando al contrario —Te esforzaste mucho.
—Deja eso— sus orejas se pusieron rojas justo en la punta mientras trataba de no rozar su hombro con el de ella —El suicida ya te lo dijo ¿cierto?.
—Dazai no le contaría eso a cualquiera, Mori me hizo leer el informe— la muchacha comenzó a jugar con su collar.
—No me importa lo que pienses, no me harás sentir mejor con un discurso de humanidad— el más alto soltó un suspiro largo —Ni yo se lo que soy.
—Nakahara Chuuya— al escuchar su nombre sus ojos se encontraron con los orbes verdes, apenas podía distinguir que estaban junto a un montón de lapidas—. Eres Nakahara Chuuya, con un temperamento horrible y ojos muy hermosos como el mismo cielo— unas sonrisa apareció en la cara de la menor.
El muchacho no dijo nada, dejó de caminar haciendo que se mojara un poco hasta que Jane lo notó, y detuvo su paso.
—¿Estas bien?— lo cubrió mientras veía su cara roja y los ojos algo cristalinos.
—¡Vete a la mierda!— corrió lejos de la muchacha dejándola sola.
—¿Dije algo malo?.
Fragmento perdido.
-Osamu- la más baja tocaba su hombro -¿Ya tienes el informe?-
-Jane, un hombre responsable siempre tiene listo su trabajo- sonrió orgulloso -Le pedí a Hirotsu-san que lo hiciera por mi.
-No le des más obligaciones- acariciaba su cabeza con delicadeza -Si necesitas ayuda yo lo haré.
-No pude hacerlo- alzo los hombros restándole importancia -Estabas con el perro gruñón.
-Nakahara no es un perro- llevo su mano a su barbilla -Y es más amable de lo que es contigo.
-Jane, la calidez que irradias- habló ganando su atención -Me gustaría perecer junto a ella.
-No quiero que mueras- dejo su labor para caminar hasta la salida de la oficina -Soy egoísta, quiero que sigas con vida.
~Hay cosas que aunque prometa no puedo cumplir~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro