22
Perspectiva de Roier.
Algunas memorias pasadas llegaron a él de manera efímera mientras se perdía en la fogata prendida.
Había pasado un par de horas desde la charla con todo el mundo y simplemente se había quedado sentado reflexionando acerca de todo lo que había sucedido ese día.
Luzu había traído a Wilbur a la fiesta familiar sin alguna doble intención, sin embargo, pensaba todo lo contrario.
Sabía bien que ellos trabajaban en conjunto, pero eso no era lo que le preocupaba. Le preocupaba la manera en cómo ellos dos se alinearon al mismo tiempo y como Quackity pareció llegar a la ciudad tan de pronto.
No deseaba darle demasiadas vueltas a ese asunto luego de tantas cosas por atender.
No obstante, tenía un presentimiento muy horrible en su pecho.
—Guapito.
Una voz por detrás de él lo sacó de su ensoñación.
Volteó para encarar a su esposo.
Sin decir alguna palabra, su mano palmeó el lugar vacío al lado suyo, invitándolo a tomar asiento. Cuando eso sucedió dejó escapar algunos de sus pensamientos.
—Estoy muy preocupado por muchas cosas.—se sinceró con su esposo.— Sobre todo con Luzu y Wilbur rondando por ahí.
—Si te hace sentir mejor, Luzu no me hizo ningún examen psicológico o algo así.—bromeó el brasileño.
—Bien.—musitó Roier mientras tallaba su rostro ligeramente con sus manos.— Algo menos que preocuparme.
—¿Preocuparte por eso? ¿Por qué?
—Si te hace algo a ti, lo que sea... No sé, temo lo peor.
—¡Oh, vamos! No me puede hacer nada, es sólo un doctor.—posó una mano sobre el muslo del mexicano, acariciando ligeramente.— Estamos bien, todo está bien, ¿no?
Destapó su rostro para observar al castaño. Trató todo lo posible por no hacer ninguna mueca qué lo delatara.
—Estamos bien.—respondió.
Por ahora.
"Estamos bien, por ahora" era lo que deseaba decirle a su esposo, pero no podía hacerlo.
Anteriormente se había negado a compartirle información a Cellbit sobre lo que conocía de Luzu, pero, ahora era porque quería terminar con el tema por sus propias manos.
Confiaba en su esposo, si.
Sabía bien que si le pedía asesinar a alguien lo haría sin dudarlo.
Sólo que... Esto era algo muy delicado.
Si Cellbit asesinaba de pronto a Luzu podrían perder toda la información que planeaba obtener de su doctor, incluso levantar más sospechas. Esto debía hacerlo con paciencia y muchísima planeación.
—Dame un momento.
Tomó la mano sobre su muslo con suavidad, retirandola después de unos segundos. Con ello se puso de pie y se excusó para irse al baño un momento.
Dejó a Cellbit solo.
Perspectiva de Cellbit.
Había notado a su esposo raro con el pasar de los días. Sabía bien que había algo más detrás de esas miradas y palabras.
Pero prefería no insistir.
Creía que era por el estrés de planear el funeral de Spreen, las investigaciones y las paranoias con la gente como Luzu.
¿Por qué se ponía paranoico sobre Luzu? Esa era la duda de la semana.
Tal vez era porque conocía a Wilbur, pero, dudaba qué fuera eso.
—¡Cellbit!—la voz de Quackity a la lejanía lo llamaba.
Sus pensamientos y teorías no siguieron porque desafortunadamente el pelinegro tomó asiento frente a él. Tuvo que forzarse a ser cordial, rezando porque su esposo volviera pronto.
Qué alguien lo saque de ahí, por favor.
—¿Sabes? En realidad creo qué ya te había conocido antes.
Sorprendido dirigió la mirada al contrario.
—¿De verdad?—la pregunta salió de su boca, tan interesado como intrigado.
—Si, hace un año en la fiesta de Spreen te vi.—respondió con una pequeña sonrisa.— No lo recordé hasta ahora, pero si, creo tú le rompiste su nariz.
Sin poder evitarlo, una pequeña sonrisa incómoda se colocó en sus labios.
—No me digas qué estuviste ahí.—mencionó riendo ligeramente.
Observó al contrario asentir aún sin borrar esa sonrisa.
—Estuve en muchos lugares.—respondió riendo tras ver la reacción del brasileño.— Podría decir qué incluso antes de eso nos vimos, tengo esa pequeña corazonada.
Guardó silencio tras lo dicho por el menor, mirándolo fijamente, analizando sus facciones de poco a poco.
Sabía que aquella última oración era para formar una conversación más extensa, pero... Había algo raro.
A decir verdad desconocía de dónde provenía aquel extraño sentimiento instalado en su pecho, sin embargo, entre más inspeccionada al contrario más perturbado se sentía.
—Quackity...—murmuró en voz baja tras entrecerrar levemente sus ojos.— ¿De casualidad te conozco de algún otro lugar?
La expresión del mencionado no cambió en absoluto, más bien, diría qué apenas y parpadeó.
—Quién sabe.—sin borrar su sonrisa le contestó.
Aquello no lo ayudó en nada para hacerle recordar.
Su mirada repasó toda la fisonomía contraria con una rapidez indescriptible. Buscaba, analizaba y pensaba, pero se sentía totalmente en blanco.
Sus ojos volvieron a la posición inicial.
—Según comprendo eres abogado, ¿no es así?—preguntó para reiterar.
—Así es, si.—confirmó el pelinegro.— Aunque no suelo ejercer a menudo.
—¿Por qué?—frunció sus labios casi decepcionado por la anterior respuesta.
—Me especializo en gente con grandes recursos, y, es raro qué aquel sector llegue a necesitar un abogado.—explicó vagamente.— Aún así, te digo, no creo qué nos hallamos conocido antes. Es una simple corazonada; ya qué si nos hubiéramos conocido desde muchísimo antes, lo recordaría.
Asintió ligeramente mientras desviaba la mirada del ajeno.
—Tal vez tienes razón...—murmuró.— Bueno, una última cosa, ¿te puedo preguntar algo personal?
—¿Supongo? Veré si puedo contestarte la duda.
—¿Qué relación tenias con Spreen?
—Eso es un poco muy personal.
—Lo sé.
—¿Entonces a qué viene eso?
—Mira, podrá ser qué Roier no se acuerde demasiado de aquella fiesta hace un año, pero yo si.—talló ligeramente su rostro con sus manos.— Tú besaste a Spreen hace un año.
Recibió un nuevo silencio por parte de Quackity. Por lo cuál continuó aquella extraña explicación.
—No lo quise mencionar antes porque no quería causar una disputa familiar.
—¿Por qué causaría eso una disputa familiar? Pasó hace tiempo, nadie lo recuerda.
—Excepto yo.
—Tal vez, pero yo también me acuerdo de lo de la la nariz.—comentó borrando con suavidad su sonrisa.— Eso no te va a dejar bien parado frente a la familia, menos cuándo está el asesinato de Spreen rondando por ahí.
—Tampoco me importa demasiado.—admitió con una sonrisa burlona.— La opinión de mi esposo es lo único qué me importa.
—¿Si? Entonces podríamos ver que opina tu esposo sobre qué cometiste un delito de agresión física grave.—mencionó.— Eso aún se puede usar en tu contra, cómo abogado te digo qué te pueden dar prisión de tres años.
—No sería la primera vez qué estoy en prisión.—volvió a reírse.— Dile si quieres, él lo sabe todo.
La actitud del ajeno cambió radicalmente. De un momento a otro había un nuevo disgusto en él.
—No lo sabe todo.—le acusó con esa irritación palpable.
—¿Y qué es todo?—burlesco continuó molestando.— Lo único que yo veo aquí es que te molestan mis preguntas, y puede ser porque yo ya sé de tus pequeñas mierdas con Spreen.
—¡Ay, ajá!—casi indignado rió.— Ni siquiera te acordaste de mi, lo hiciste cuándo lo mencioné, ¿y ya dices saber de mis cosas con Spreen?
—No necesito saber demasiado si tú mismo hablas y te delatas.—respondió.— Tenías algo con él, regresas después de su muerte y ni siquiera dices por qué exactamente estás aquí, eso te vincula a él; es todo lo qué necesito saber para decirte todo esto.
—¡No estoy negando qué estoy vinculado a él!—se excusó con cinismo.— Lo qué digo es sobre que tú NO sabes una mierda entre Spreen y yo.
—Mimimimi.—le "imitó" sin ganas.— Cómo sea, igualmente tú tampoco sabes una mierda sobre mi.
—Dios mío.—bufó con molestia.— Eres peor de lo que recordaba.
Sin evitarlo o reprimirlo, soltó algunas risas.
—Ni siquiera me habías hablado antes.—le echó en cara.— ¿Peor de lo qué recuerdas? Estás alucinando.
—Ya veremos eso.
La discusión murió una vez el pelinegro se levantó bastante irritado y se fue del lugar sin decir nada más.
En ese momento Cellbit sólo podía reír sin gracia por lo estúpido del asunto.
Vaya error había cometido.
Nota antigua:
"ESTÁ ESCRIBIENDO OTRA VEZ, ESTÁ ESCRIBIENDO OTRA VEZ. Es una loca..."
La voz de Mariana diciendo eso suena en mi cabeza, me pasa cada vez que pienso en cómo reaccionan ustedes ahora que ya regresé del descanso, AJKQNW.
Para mi es 20 de agosto y aparentemente todo va bien con la escuela. Ya no tengo crisis, la única crisis es entenderle a contabilidad... AUXILIO.
Además de, claro, escribir esta historia.
Créanme qué la escuela me quita tiempo cabron como nada lo había hecho antes, así qué, es posible que me tarde más en publicar capítulos. Sin embargo, por suerte para ustedes y para mi, la historia está concluida.
¿A qué me refiero? Por fin terminé de planear de aquí al final, pulir algunos detalles y así. Únicamente me falta escribir los caps como tal, pero ahora si, ya está todo hecho.
Según mis cosas y cálculos, todo eso se hace en fa pq ya es casi nada lo que le sobra a la historia. Sólo les puedo compartir qué va a estar bien cabron del funeral de Spreen al clímax de la historia, agárrense.
Además, este cap estaba originalmente más largo, pero decidí acortarlo porque revela unos detalles bien importantes de Quackity y pues, no quería soltarles eso de putazo.
La vdd, no sé ni cómo sentirme.
Hace semanas estaba pensando en dejar la historia y ahora la estoy concluyendo.
Supongo que las cosas se acomodan solitas y la vida se encarga de ponerlas en su lugar. Así como a mi con mi vida durante estos últimos meses, q desmadre-
Otra cosa random por agregar.
Tengo clases de lectura y redacción, por fin voy a saber donde chingados poner la tilde en el "que" durante las oraciones sin preguntas, JQKNWNWN. Es que neta, a veces siento que escribo 2/3 para la excelente idea que es este fanfic y pus, como que quiero mejorar eso.
En fin, ¡nos vemos en la siguiente!
Nota editada:
¿Y el beso? Sabrá Dios cuando lo voy a poner, JAJAJA.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro